"¡Sí, será mejor que corras!" Bunga gritó, con una sonrisa de confianza en su rostro mientras agitaba su puño hacia los chacales que huían. "¡Vuelve aquí de nuevo, y terminará igual!"

"Está bien, Bunga", le aseguró Beshte a su amigo. "¡Se fueron!"

"¡Sí, lo son! ¡Todo gracias a la Guardia del León!"

Beshte no pudo evitar reír ante el entusiasmo de su amigo. "Si tu lo dices, pequeño 'B." Se volvió hacia Kion, que caminaba hacia ellos desde la manada de jirafas. "¿Están todos bien?"

"Sí", respondió Kion. "Están un poco conmocionados, pero nadie está herido, y todos están contabilizados".

Beshte sonrió al escuchar esto. "Eso es bueno escuchar."

El cachorro de león asintió. "Buen trabajo, Beshte." Se volvió hacia el tejón de miel. "Tú también, Bunga."

"¡Gracias, Kion! Entonces, ¿qué sigue?"

"Ahora, vamos a alcanzar a Fuli y Ono. Es posible que todavía necesiten ayuda para lidiar con Janja".

Entonces, después de despedirse de Twiga y su manada, despegaron en la dirección hacia la que se había dirigido su aliado más rápido. Kion sintió una sensación de malestar en el estómago mientras caminaba. «Los chacales no se marcharon exactamente en el mismo instante en que los vimos», razonó, «pero no se resistieron mucho y nunca antes habían ido tras las jirafas. ¿Porqué ahora?'

Antes de que pudiera pensar más en eso, escucharon algo en la distancia. Se detuvieron y levantaron los oídos para intentar identificarlo. "Suena familiar", señaló Beshte.

"¡Kion!"

"¡Parece que alguien está llamando a alguien!" Añadió Bunga.

"¡KION!"

Los ojos del cachorro de león se agrandaron. "¡Es Ono!" Miró hacia adelante, sus ojos escaneando el cielo, antes de que finalmente pudieran encontrar la garza antes mencionada. "¡De esa manera!" Entonces, comenzaron a correr hacia su compañero de equipo. Cuando estuvieron lo suficientemente cerca, y Ono voló hacia abajo, la mirada en sus ojos hizo lo contrario de relajar la sensación en el estómago de Kion. "Ono, ¿qué está pasando?"

"¡Tienes que venir rápido, Kion! ¡Es malo!" Respondió presa del pánico. "¡No tenemos mucho tiempo!"

"¡Ono, más despacio! ¿Qué pasó?"

"Fuli, ella ... Janja, él ... él la envió por el acantilado".

La variedad de expresiones que surgieron de esta noticia pintó a la perfección una imagen de cómo se sentían. Bunga se sorprendió, sus ojos se agrandaron y se quedó boquiabierto. Beshte estaba claramente molesto, sus orejas dobladas contra su cabeza y sus labios se curvaron en un ceño fruncido. Kion, sin embargo, claramente parecía que se lo estaba tomando peor; en resumen, estaba devastado. Sus ojos parecían como si le hubieran arrancado la luz y las lágrimas amenazaban con derramarse. Sus labios casi temblaban cuando sintió que se le formaba un nudo en la garganta. Luchaba por mantenerse de pie.

"Es ... E-Es ella ..."

"Está inconsciente, pero pude encontrarle el pulso. Podemos ayudarla, pero deberíamos llegar a ella rápido".

Aunque débil, un poco de esperanza volvió a los ojos de Kion'a y fue capaz de encontrar la fuerza para contener las lágrimas y calmarse. "Tienes razón, Ono." Se volvió hacia los demás. "Bunga, Beshte, busca a Rafiki. Una vez que encontremos a Fuli, enviaré a Ono a buscarte." Los dos guardaron silencio en su respuesta, simplemente asintieron antes de seguir su camino. Kion se volvió hacia Ono. "Muéstrame el camino."

"¡En eso!"

Entonces, los dos despegaron de nuevo, tan rápido como pudieron. Mientras seguía a su amigo aviar, la mente de Kion estaba asumiendo lo peor y le preocupaba más que cualquier cosa que hubiera enfrentado en su pasado. Sus pensamientos estaban repitiendo 'por favor, esté bien', casi como un mantra, esperando que fuera cierto. "No puedo despedirme, especialmente no así".

Ni él ni Ono se atreverían a decir una palabra mientras corrían por las Tierras del Reino, con los ojos más agudos de la vista dirigiéndolos en su camino. "¡Puedo ver dónde cayó!" Ono finalmente habló, volando un poco más rápido mientras se acercaba al borde del acantilado. Sin embargo, al mirarlo, sus ojos se agrandaron. "Hapana ... hapana, hapana, hapana ..."

"¡¿Qué es?!" Kion corrió hasta el borde del acantilado, pero cuando miró hacia abajo, él y Ono tenían la misma pregunta:

"¿Donde esta ella?"

-----

"¡Deberían llegar pronto, señor!" Ushari informó a Scar, la serpiente luego volvió la cabeza hacia un lado. "Suponiendo, por supuesto, que haya logrado tener éxito por una vez. De lo contrario, me imagino que él y sus hienas estarían a mitad de camino hacia otra parte de África a estas alturas".

"No me sorprendería", agregó Njano, el eslizón amarillo y azul riendo. "Habla de un gran juego, pero es un cobarde cuando alguien tiene su número".

"Por eso deberíamos deshacernos de él y buscar un nuevo grupo de aliados", añadió Shupavu después, el resto de los eslizones asintieron y expresaron su acuerdo.

"¡Sus puntos han sido tomados en consideración!" Scar respondió, su voz retumbó a pesar de que estaba hablando de una manera bastante tranquila. "Si Janja aparece y me falla de nuevo, lo haremos. Sin embargo, él es responsable de mi regreso y me ha mostrado lealtad incondicional, así que le he dado una última oportunidad".

"No diría exactamente que estaba-"

"¡EY, SCAR!" Escucharon a la hiena antes mencionada llamar a la cueva. "¡ESTAMOS DE REGRESO, Y TE TRAJAMOS UN REGALO!"

Todos se volvieron y abrieron mucho los ojos cuando las hienas entraron, llevando el cuerpo inerte de Fuli con ellas. "¡Vaya vaya vaya!" Scar habló, sus ojos y su voz mostraban una especie de regocijo maligno cuando la depositaron ante él. "¡Me has sorprendido y encantado, Janja! ¡Ejecutaste el plan a la perfección!"

"¡Oye, no te olvides de nosotros!" Otra voz llamó cuando Reirei, líder de los chacales, condujo a su manada a la cueva. "Si no hubiéramos distraído al resto de la Guardia, ¡te habrían detenido antes de que estuvieras cerca del acantilado!"

"Quizás, pero logramos la parte clave del plan, ¡así que somos los verdaderos MVP!"

Reirei iba a replicar, pero Scar se le adelantó. "En realidad, ambos hacen excelentes puntos. Reirei, usted y sus chacales deben ser elogiados por su desempeño de hoy." Reirei le sonrió a Janja, quien le frunció el ceño. "Pero si Janja no hubiera tenido éxito en enviar a Fuli al precipicio, todo habría sido en vano, así que su papel FUE más importante esta vez". Fue el turno de Janja de sonreír y el de Reirei de fruncir el ceño. "No hace falta decir que ambos serán recompensados. Los cocodrilos pudieron cazar un antílope que deambulaba demasiado cerca de la frontera, por lo que tendrá las primeras opciones de la comida. Ahora puede irse". Las hienas y los chacales se inclinaron ante Scar, antes de darse la vuelta y salir de la cueva. "Oh, ¿y Janja?" La cabeza de las hienas volvió a girar la cabeza. "Lo has hecho bien hoy.

Colocando su cabeza contra su cuello, Ushari frunció el ceño al encontrar el pulso. "Me temo que no, señor", respondió Ushari. "Parece que, por algún milagro, ella sólo está inconsciente. El golpe en la cabeza debería haber hecho el trabajo, pero lamentablemente no".

"No te preocupes. En cambio, cambiaremos al Plan B. Haz que los cocodrilos lleven a Fuli a la cueva cerca de los géiseres, la que está oculta a la vista". Desvió su mirada hacia los eslizones. "Skinks, debes vigilarla en todo momento. En caso de cualquier cambio de condición, como su despertar o, me atrevo a esperar, su muerte , infórmame de inmediato, pero no la dejes escapar ni le cuentes nuestro plan". . Y no dejes a NADIE más entrar allí en ningún momento. Los cocodrilos estarán de patrulla mientras lo haces, así que esto no debería ser un problema ".

"Con mucho gusto, Scar," respondió Shupavu con una inclinación de cabeza, antes de hacer una señal a sus compañeros eslizones. "Vamonos."

Mientras ellos y Ushari se marchaban, Scar se rió entre dientes. "Bueno, querida Fuli ... veamos qué destino tienen para ti los reyes del pasado ..."

Bunga y Beshte llegaron rápidamente a la frontera con Rafiki, el anciano mandril completamente consciente de la situación después de que los dos miembros de la Guardia del León le informaron en el camino. "¡Ono!" Bunga gritó. "¡¿Dónde estás?!"

Pasaron solo unos segundos antes de que la garza volara y se dirigiera hacia ellos. "¡Gracias a los Reyes, estás aquí!" Ono habló con Rafiki.

"¿Cómo está la situación?" Preguntó Rafiki. "Más importante aún, ¿cómo está su condición?"

Los ojos de Ono inmediatamente apuntaron hacia abajo con tristeza. "Esa es la cosa… será mejor que me sigas." Los condujo a lo largo de la frontera hasta que llegaron a un lugar seguro para que descendieran a las Tierras Lejanas. Volviendo a lo largo de la frontera, llegaron a un claro que estaba conectado a un estrecho valle que conducía a las Tierras Lejanas. Sin embargo, lo notable del área fue la salpicadura de sangre en el suelo, al que Ono voló. "Aquí fue donde aterrizó Fuli, y antes de que me fuera a buscar a Kion, ella no se había movido".

"Entonces, ¿tal vez se levantó y trató de encontrarnos?" Beshte sugirió esperanzado, aunque incluso él sabía que era exagerado.

"Me temo que no es probable", señaló Rafiki con un suspiro. "Dada la altura del acantilado, una caída como esa debería haber significado su desaparición ..." Su cabeza se inclinó cuando un ceño fruncido se apoderó de su rostro. "Al igual que Mufasa conoció el suyo". Ono, Beshte y Bunga se miraron, sus corazones se hundieron en sus estómagos ante la idea de que Fuli correría la misma suerte. "Si dijiste que encontraste el pulso, entonces los reyes deben estar sonriéndole, pero no hay posibilidad de que se haya despertado tan rápido, y mucho menos de haber llegado tan lejos de aquí".

"Parecía que la mayor lesión que sufrió fue un golpe en la cabeza", explicó Ono. "Sangraba un poco mucho, y su cuerpo estaba cubierto de cortes y raspaduras, pero no parecía que se rompiera nada. Sin embargo, no tuve muchas oportunidades de comprobarlo. Tuve que intentar encontrar a Kion antes de que sucediera algo. , pero ... supongo que llegué demasiado tarde ".

"No digas eso, Ono," consoló Beshte. "No tenías control sobre esto. Fue culpa de Janja, y nos aseguraremos de que todo vuelva a ser como antes".

Ono suspiró. "Aprecio que intentes animarme, pero no creo que puedas ahora". Las orejas de Beshte se aplastaron contra su cabeza con el ceño fruncido. Ono se sintió mal por hacerle sentir mal e iba a disculparse, pero su atención se centró en el mandril, que estaba inspeccionando el acantilado. "¿Qué pasa, Rafiki?"

"Dadas las heridas de Fuli como las ha descrito, es lógico que se cayera cerca de la pared del acantilado, lo que provocaría los cortes en su cuerpo, mientras que el golpe en la cabeza probablemente se habría producido al golpear la pared. que las rocas sobresalgan ". Sus ojos escanearon la pared, hasta que notó una parte sobresaliente del acantilado, cerca de la base. "¡Ono, vuela allí y mira lo que puedes ver por mí!"

"¡Está bien, Rafiki!" Sin dudarlo, comenzó a volar hacia arriba, lo justo para poder aterrizar en la roca, y como la suerte (o, según se mire, la falta de ella) lo tuviera, también se cubrió de salpicaduras de sangre. "¡Creo que tienes razón, Rafiki! Parece que se golpeó la cabeza aquí y sacó sangre."

"En ese caso, ¡es importante que la encontremos! Si se cae desde tal altura y se golpea la cabeza con la fuerza suficiente para sacar su propia sangre, podría haber graves ramificaciones". Ono voló de regreso al nivel de los demás. "¿Tu o Kion encontraron alguna pista?"

"Bueno, Kion comenzó a dirigirse a las Tierras Lejanas, diciendo que-" sus ojos se abrieron como platos. "¡HAPANA!"

"¿Qué? ¿Qué es?" Preguntó Bunga. "¿Que dijo el?"

"Dijo ... que iba a hacer pagar a Janja".

Un trueno desde la distancia, lo que los llevó a mirar a las Tierras Lejanas. Mirando por encima de la tierra natal de las hienas, vieron una tormenta que comenzaba a formarse y los llenó de pavor. "¡Debemos ir tras él y detenerlo!" Instó Rafiki. "¡Si Kion usa el Rugido de los Ancianos con malas intenciones, el Rugido se perderá y la Guardia ya no podrá proteger las Tierras del Reino!"