Sanae se encontraba un poco triste pues su plan no había funcionado como ella esperada, incluso Yukari y Kumi la acompañaban en su dolor.

Un chico muy alegre se acercó hacia ellas.

- A menos que tengas una idea buena háblame. - dijo la pelirroja.

- Tengo una super idea – dijo taki que jaló una silla y se sentó con las chicas.

- A ver te escuchamos

- Pues ayer me lancé todas las películas románticas que encontré y la mejor idea para juntar a Genbasa es haciendo cartas de amor, pero de manera anónima.

- Me gusta la idea. - dijo Kumi

- Pero, y si ambos se preguntan por las cartas.

- No, para eso tenemos que avisar en la carta que sea anónimo.

- Me encantaaaa – gritó la pelirroja haciendo que los demás volteen a verla. - perdón, ustedes sigan en lo suyo. – esto último lo gritó

- Que bipolar. - dijo Kumi

- Si la hubieras conocido de pequeña. - dijo taki. - continuo con mi explicación. - nosotros escribiremos las cartas y les pondremos en sus casilleros, mesas, mochila, en lo que sea para que ellos lo vean, pero para eso necesitamos a alguien que imite sus letras.

Los 4 miraron a todo el salón, pero no se les ocurría a nadie.

- Tsubasa escribe jeroglíficos, así que yo podría imitar su letra. - dijo Taki

- Yo de Genzo, su letra es como la mía. - dijo Yukari

- Que feo escribes. - dijo Taki y Yukari le dio un cuadernazo en la cabeza.

- Auch. - sobándose

El profesor de economía llegó y todos se fueron a sus lugares.

Después de la hora de clase, dejaron sus cuadernos para que el profesor lo revisara y salieron al patio.

- ¿Taki vamos a la cafetería? – preguntó Kisugi

- No puedo, iré al salón de música, luego iré creo. – se va

- ¿Qué te dijo? - dijo Izawa acercándose

- Que no irá. - se van ambos

En el salón de música se encontraban los 4 chicos.

- Bueno, empecemos, ¿tienen alguna idea? - dijo Sanae

- A ver, yo creo que debería ser así, Eres un chico muy lindo, siento cosas por ti asi que se mi novio, cásate conmigo y tengamos muchos hijos. Dijo taki

- Jajajaja, noo, pónganse serios chicos.

- Mejor pongamos las cosas que me gustan de ti

- Mucho cliché

- Tu amor por el fútbol, amo cuando amas el fútbol, podría quedarme horas viendo, esperen, será obvio que ellos dos se están mandando la carta.

- Eso es obvio, ellos ya saben, solo es para acercarlos más, bueno continua

- Podría quedarme horas viendo como se dilatan tus bellos ojos al ver el balón. – dijo Yukari

- Me sonrojo. - dijo Taki

- Me llaman romeo. - dijo Yukari

AL escribir la carta fueron al salón para dejarla en la mochila de Tsubasa.

- Misión cumplida primera parte.

Cuando fueron al patio se encontraron a los demás esperándolos.

- Que pasa muchachos. - dijo Sanae

- Ustedes cuatro se traen algo. – dijo Genzo

- Si, que es lo que pasa. – dijo Tsubasa

- Nada, no pasa nada. – dijo Kumi.

- ¡Ay !, miren un gatito jugando futbol – dijo taki señalando

- ¿Dónde?!- dijo Tsubasa volteándose

Los cuatro se fueron rápidamente.

Sonó la campana y todos debían volver a sus aulas.

- ¿Especificaron que era anónimo verdad? – dijo Sanae

- Yo no

- Yo tampoco

- Era tu responsabilidad, tu escribiste eso. – dijo la pelirroja hacia Taki

- Esperemos la hora de nuestra muerte

Los chicos estaban más atentos a Tsubasa que en la clase pues tenían miedo a que ete descubra la carta, querían quitárselo así que no iban a desaprovechar alguna oportunidad, la clase seguía y seguía y Tsubasa solo prestaba atención. Cuando la alarma sonó la cual pareció una eternidad para que acabara la clase, los chicos tomaron sus cosas y se fueron. Taki fue a detener a Tsubasa, pero este se iba deprisa.

- Que le pasa a este. – dijo Taki

- Tiene clase de portugués, por eso se va rápido. - Dijo Genzo.

Taki fue a decirle a las chicas, y ellas se asustaron solo estaban rezando a que Tsubasa no lea esa carta.

Tsubasa llego a su casa dejó su mochila y prendió su computadora para entrar a su clase, sacó toda la basura de su mochila y lo botó.

- Me muero, nos morimos. – dijo Sanae.

Tsubasa seguía prestando atención a su clase hasta que su mamá entró.

- Tsubasa no sean sucio y ordena todo tu escritorio y bota todos esos papeles al tacho, este chiquito cuando no, siempre desordenado.

- SI mamá en un rato lo hago.

- Pero rápido, y recoge los papeles que están afuera del tacho. – dijo su mamá y se va.

- ¡¡¡¡Bien, pero Messi puede venir a mi cumpleaños!!! – gritó para que su mamá la escuchara

- ¡¡Ponte a ordenar! - dijo su madre.