EXTRA 4
Nota de autora:
Hola gente bella, espero que estén muy bien y que su semana hubiera sido muy linda. Hoy les traigo este extra (qué está situado entre el capítulo 48 y 49) para celebrar que ya llegamos a los 50k lecturas, que bueno en realidad ya son 51.3k por eso les quiero agradecer un montón todo esto y mandarles un besito. LAM 🫶
Lía Grey.
Estoy en la oficina de casa, concentrada en los documentos que Jackson me dejó para revisar. El sol de la tarde se filtra por la ventana, iluminando la habitación con una luz cálida y reconfortante. Mientras leo, siento un ligero cosquilleo en el estómago, un antojo repentino que me recuerda que estoy embarazada. Decido tomar un descanso y satisfacer ese deseo que me está llamando.
Bajo las escaleras y me dirijo a la cocina, donde el aroma a vainilla y canela me da la bienvenida. Abro la despensa y reúno los ingredientes necesarios para hornear un pastel, una receta que he perfeccionado a lo largo de los años. La harina se desliza entre mis dedos mientras la tamizo, y el suave sonido de la mantequilla cortada en cubitos llena el aire.
Me sumerjo en la tarea, mezclando los ingredientes con cuidado y prestando atención a cada detalle. El sonido del batidor contra el bol es reconfortante, casi hipnótico. Miro por la ventana y veo cómo las hojas de los árboles se mecen suavemente con la brisa primaveral. Es un momento tranquilo, perfecto para disfrutar del proceso creativo de la repostería.
Finalmente, el pastel está listo para hornear. Lo coloco en el horno y observo cómo la masa se eleva lentamente, adquiriendo un tono dorado irresistible. El olor a pastel recién horneado llena la cocina, inundando el ambiente con un aroma delicioso que despierta el apetito de cualquiera.
Justo cuando estoy a punto de cortar una rebanada y satisfacer mi antojo, escucho pasos que se acercan. Jackson entra en la cocina con una sonrisa en el rostro, sorprendido por el delicioso aroma que lo recibe.
-¡Vaya, huele increíble! -exclama, acercándose para darme un beso en la mejilla - ¿Pero no vas a comer eso verdad?
- Si ¿porque no lo haría?
La tensión en la habitación se vuelve palpable mientras me sentaba a la mesa, mirando con deseo el pastel de chocolate que había preparado con tanto esmero. Jackson me observaba con una expresión seria, sus brazos cruzados sobre el pecho.
- Lia, no puedes comer eso - dijo con voz firme. - Estás embarazada y sabes que el azúcar en exceso no es bueno para el bebé.
Sus palabras resonaron en mi mente, pero mi antojo era más fuerte. - Jackson, sé cuidar de mí misma y del bebé. No puedo evitar tener antojo de algo dulce de vez en cuando.
Él sacudió la cabeza con determinación. - Lo siento, Lia, pero no puedo permitirlo. No voy a poner en riesgo la salud de nuestro hijo por un antojo momentáneo.
La frustración comenzó a burbujear dentro de mí. ¿Quién era él para decirme lo que podía o no podía comer? -Jackson, entiendo tu preocupación, pero no puedes controlar cada aspecto de mi vida. Necesito tomar mis propias decisiones, incluso si no estás de acuerdo con ellas.
La discusión se intensificó, nuestras voces elevándose mientras defendíamos nuestros puntos de vista con vehemencia. Finalmente, agarré el tenedor y me preparé para tomar un bocado del pastel.
Pero Jackson actuó más rápido, arrebatándome el plato de las manos. - Lo siento, Lia, pero no puedo permitirlo".
La ira me invadió, una chispa encendiendo un fuego dentro de mí. - ¡Esto es ridículo, Jackson! No eres mi guardián, soy una mujer adulta capaz de tomar decisiones por mí misma.
Él suspiró, su expresión suavizándose ligeramente. - Te dejo ganar por esta vez, pero solo porque fue una pelea dos contra uno.
Mis ojos se abrieron con sorpresa ante su rendición. - ¿Qué quieres decir con una pelea dos contra uno?
Jackson señaló hacia mi vientre con una sonrisa tierna. - El bebé también quería el pastel. No podía competir contra ustedes dos.
Una mezcla de emociones me inundó, desde la risa hasta el alivio. Me levanté y lo abracé.
- Te amo - susurre antes de besarlo.
- Yo más - respondió bajando sus manos a mis glúteos, aparentando todo lo que es de él. - ¿Que te parece si antes del pastel me dejas probar algo aún más rico?
Asiento y me muestra una bella sonrisa que se ensancha cuando me sube sobre la isla de la cocina. - Está lo voy a disfrutar.
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