Han pasado varios años desde aquellos días oscuros y difíciles en los que nuestras vidas cambiaron para siempre.

Nuestros niños ya no son tan niños. Dakota tiene ya trece años, ahora una joven valiente y decidida, día con día se esfuerza para convertirse en abogada, decidida a luchar por la justicia que tanto valora.

Dakota, después de volver a reunirse con nuestra familia, experimentó un proceso de adaptación y crecimiento emocional. Al principio, estaba un poco confundida y abrumada por la repentina revelación de su verdadera identidad y el entorno familiar desconocido en el que se encontraba. Sin embargo, con el amor y el apoyo incondicional de todos nosotros, comenzó a florecer.

Con el tiempo, Dakota se integró completamente en nuestra familia, desarrollando un vínculo especial conmigo, su madre biológica, y con Jackson como su padre. Se convirtió en una niña alegre, curiosa y cariñosa, mostrando una increíble resiliencia a pesar de los desafíos que enfrentó en su corta vida.

Dakota también demostró una gran habilidad para adaptarse a su nueva realidad, estableciendo relaciones cercanas con sus hermanos y abrazando su papel en la familia. A medida que crecía, mostraba una determinación y madurez sorprendentes, enfrentando los desafíos con valentía y optimismo.

Su presencia llenó nuestras vidas de alegría y renovada esperanza, recordándonos constantemente el poder del amor y la familia para sanar y superar las adversidades. Dakota se convirtió en un faro de luz en nuestras vidas, un recordatorio vivo de que el amor verdadero trasciende las circunstancias y que la familia está donde reside el corazón.

Patrick, quien alguna vez fue nuestro pequeño Patito, ha crecido hasta convertirse en un joven de quince años con una personalidad vibrante y compleja. La transición de la infancia a la adolescencia no siempre ha sido fácil para él, marcada por los desafíos típicos de esta etapa de la vida, pero su evolución ha sido notable.

Desde muy joven, Patrick mostró una curiosidad insaciable por el mundo que lo rodea, siempre haciendo preguntas y buscando entender cómo funcionan las cosas. Ahora, a sus quince años, esa curiosidad se ha canalizado hacia pasiones más definidas. Se ha desarrollado un interés particular por la tecnología y la ciencia, pasando horas experimentando con kits de electrónica y devorando libros y documentales sobre el espacio y la física.

En la escuela, Patrick se ha destacado tanto académicamente como en sus intereses extracurriculares. Se ha convertido en una pieza clave del club de ciencias, donde ha encontrado un grupo de amigos con intereses similares. Aunque a veces puede ser reservado, su sentido del humor y su lealtad lo han convertido en un amigo valioso y confiable.

En casa, sigue siendo un hermano mayor protector con Dakota y Milo, a menudo actuando como un puente entre los adultos y los niños más pequeños de nuestra familia. Su relación con ellos es tierna y llena de momentos cómplices, aunque no está exenta de las típicas peleas fraternales.

La adolescencia es un momento de gran cambio para Patrick, lleno de altibajos, pero está navegando por esta etapa con una mezcla de valentía, curiosidad y corazón abierto. Como medre, es un privilegio ser testigo de su crecimiento y evolución, y aunque el camino por delante está lleno de incertidumbres, estoy emocionado de ver en quién se convertirá Patrick mientras continúa su viaje hacia la adultez. Su evolución, desde aquel pequeño Patito hasta el joven que es hoy, es un testimonio del poder del amor, la resiliencia y la familia.

Dante, ahora con diecisiete años, ha crecido para convertirse en un joven profundamente apasionado y talentoso en el ámbito de la música. Su evolución a lo largo de los años ha sido tanto una exploración personal como una búsqueda artística, encontrando en la música no solo una salida para su creatividad sino también un medio para navegar y expresar la complejidad de sus emociones.

Desde temprana edad, Dante mostró una inclinación natural hacia la música, pasando horas ensimismado con su guitarra, y con el tiempo, esa pasión solo se ha intensificado. Ha ampliado su repertorio para incluir otros instrumentos, pero la guitarra sigue siendo su compañera fiel, un reflejo de su alma inquieta y creativa.

Su talento musical no ha pasado desapercibido. Dante ha sido parte de la banda de la escuela y también ha formado un grupo con algunos amigos, explorando diversos géneros musicales, desde el rock clásico hasta el indie y el folk. A través de la composición y la interpretación, ha encontrado una forma única de conectarse con el mundo, compartiendo historias y emociones que resuenan con aquellos que escuchan su música.

La adolescencia trajo consigo sus desafíos, y para Dante, la música se convirtió en un refugio seguro, un lugar donde podía ser completamente él mismo, libre de juicios y expectativas. Es en las letras de sus canciones donde su vulnerabilidad y profundidad emocional brillan con mayor fuerza, ofreciendo una ventana a su alma que a menudo guarda celosamente en otros aspectos de su vida.

Más allá de la música, Dante ha continuado su relación con Milly, una unión que ha demostrado ser sorprendentemente sólida y madura para su edad. Su amor juvenil ha evolucionado a lo largo de los años, convirtiéndose en un vínculo profundo y comprensivo. Milly, con su espíritu libre y su apoyo incondicional, ha sido una fuente constante de inspiración para Dante, tanto en su música como en su vida personal. Juntos, han navegado los altibajos de la adolescencia, encontrando en el otro un refugio de comprensión y aceptación.

Y no voy a mentir, todos sabemos porque tenemos bien checados a ellos dos.

Somos muy jóvenes para ser abuelos.

A pesar de las inevitables dificultades y malentendidos que surgen en cualquier relación, Dante y Milly han aprendido a comunicarse y a resolver conflictos con una madurez que a menudo supera su edad. Su relación ha enriquecido sus vidas de manera impredecible, brindándoles a ambos una sensación de pertenencia y conexión.

A medida que Dante se acerca a la adultez, su futuro parece brillante, lleno de posibilidades musicales y personales. Con Milly a su lado y la música como su guía, está listo para enfrentar el mundo, llevando consigo las lecciones y el amor que ha recibido de nuestra familia. Su evolución desde un joven curioso a un artista apasionado y un compañero dedicado es un testimonio del poder transformador del amor, la creatividad y la perseverancia.

Milly y Darcy, ahora con dieciocho años, han florecido en jóvenes mujeres llenas de sueños, talentos y una comprensión profunda de sí mismas y del mundo que las rodea. A lo largo de estos años, cada una ha seguido su propio camino, marcando sus individualidades, pero siempre manteniendo el fuerte lazo que las une como gemelas.

Milly, con su espíritu libre y creativo, ha encontrado en el arte y en la naturaleza su mayor fuente de inspiración. Su pasión por la pintura y la fotografía le ha permitido explorar y expresar su visión única del mundo, capturando momentos de belleza y emoción que a menudo pasan desapercibidos. La relación con Dante ha sido un pilar en su vida, proporcionándole no solo amor y compañía, sino también un compañero creativo con quien compartir ideas y proyectos. Milly ha mostrado una increíble capacidad de empatía y comprensión, utilizando su arte no solo como una forma de expresión personal sino también como medio para conectarse y comunicarse con otros.

Darcy, por otro lado, ha desarrollado una pasión por el activismo y la justicia social. Inspirada por los desafíos que nuestra familia ha enfrentado y por su deseo intrínseco de hacer del mundo un lugar más justo y equitativo, Darcy se ha involucrado activamente en varias causas, desde la protección del medio ambiente hasta la lucha por la igualdad de derechos. Su determinación y valentía la han llevado a organizar eventos, participar en manifestaciones y trabajar con organizaciones locales para impulsar el cambio. Darcy también ha encontrado en la escritura una poderosa herramienta de activismo, utilizando su voz para concientizar y movilizar a otros hacia la acción.

A pesar de sus diferentes intereses y caminos en la vida, Milly y Darcy siguen siendo increíblemente cercanas, apoyándose mutuamente en sus pasiones y desafíos. Su relación ha evolucionado de la típica rivalidad fraterna a una profunda amistad y respeto mutuo, demostrando que, aunque sus vidas puedan tomar direcciones distintas, el vínculo que comparten es inquebrantable.

Ahora, a medida que se adentran en la adultez, Milly y Darcy se enfrentan al mundo con confianza, guiadas por los valores de amor, compasión y justicia que han sido fundamentales en nuestra familia. Con la creatividad de Milly y la determinación de Darcy, no tengo dudas de que dejarán su huella en el mundo, llevando consigo el legado de nuestra familia y la promesa de un futuro brillante.

La evolución de Milly y Darcy de niñas curiosas a jóvenes mujeres apasionadas y comprometidas es un testimonio de su fortaleza, su creatividad y su capacidad para enfrentar los desafíos de la vida con gracia y coraje. A medida que continúan creciendo y descubriendo quiénes son, estoy seguro de que su luz seguirá brillando, iluminando el camino no solo para ellas sino para todos aquellos que tienen el privilegio de conocerlas.

Milo, ahora con ocho años, es un torbellino de energía, curiosidad y alegría que ilumina cada rincón de nuestra casa. Desde que era un bebé, ha mostrado una personalidad vibrante y un corazón inmenso, cualidades que solo han crecido a medida que él lo ha hecho.

A medida que Milo ha ido creciendo, ha desarrollado un amor profundo por el mundo natural, fascinado por todo, desde las pequeñas hormigas en nuestro jardín hasta las estrellas en el cielo nocturno. Su sed de conocimiento es insaciable. A menudo lo encuentro con un libro en la mano, absorto en historias de animales y ecosistemas lejanos, o haciendo preguntas que revelan una comprensión intuitiva de la interconexión de la vida.

En la escuela, Milo es conocido por su entusiasmo y su disposición a ayudar a sus compañeros. Su maestra me ha contado más de una vez cómo Milo comparte con alegría lo que sabe y cómo su actitud positiva y su sonrisa son contagiosas. Sin embargo, no todo es fácil para él; a veces su energía y su rapidez para distraerse presentan desafíos tanto en la escuela como en casa. A pesar de esto, trabaja arduamente para superar estos obstáculos, mostrando una resiliencia que me llena de orgullo.

Una de las pasiones de Milo es la música, heredada, sin duda, de Dante. Aunque aún está explorando diferentes instrumentos, tiene una afinidad particular por el piano. Sus pequeñas manos, a menudo torpes pero siempre decididas, se deslizan sobre las teclas con una concentración que transforma su usual vivacidad en una calma profunda. Es en estos momentos, con la música fluyendo de sus dedos, donde veo vislumbres del joven en el que se está convirtiendo.

La relación de Milo con sus hermanos es un tejido complejo de rivalidades típicas, complicidad y un amor incondicional profundo. Con Dakota, comparte una conexión especial, tal vez debido a las circunstancias extraordinarias que rodearon su llegada a nuestra familia. A menudo los encuentro inmersos en juegos imaginativos, creando mundos donde todo es posible.

A medida que Milo sigue creciendo, puedo ver cómo las semillas de bondad, curiosidad y amor por la vida que Jackson y yo hemos tratado de plantar en él están floreciendo. Es un niño con un espíritu indomable, una mente curiosa y un corazón enorme, cualidades que estoy seguro lo guiarán a través de la vida con una luz brillante y esperanzadora.

Observar la evolución de Milo desde un bebé que llenó nuestras vidas de luz en un momento de oscuridad, hasta el niño extraordinario que es hoy, es un regalo inmenso. No puedo esperar a ver todo lo que el futuro le tiene preparado, pero una cosa es segura: donde quiera que vaya, llevará consigo el amor y la fortaleza de nuestra familia, y sé que eso lo llevará lejos.

Con el tiempo, Jackson y yo hemos aprendido que la verdadera fuerza de nuestra relación reside en nuestra capacidad de comunicarnos, de compartir nuestras vulnerabilidades y apoyarnos mutuamente en cada paso del camino. Hemos reído juntos, llorado juntos y, sobre todo, hemos construido juntos. Cada desafío que hemos enfrentado, desde las habladurías malintencionadas hasta los momentos de duda e incertidumbre, solo ha servido para reafirmar nuestro compromiso el uno con el otro.

Jackson, con su inquebrantable apoyo y amor, ha sido mi compañero en cada aventura y mi consuelo en cada tormenta. Su amor por mí y por nuestros hijos es el tipo de amor que se siente una vez en la vida, un faro de esperanza que guía nuestro camino. A su lado, he aprendido el verdadero significado del compromiso, del sacrificio y de la alegría compartida.

A medida que nuestros hijos han crecido, hemos evolucionado no solo como pareja, sino también como padres. Hemos celebrado juntos sus logros, guiado sus pasos y les hemos enseñado los valores que más apreciamos: el amor, la compasión y la integridad. Verlos crecer en individuos fuertes, cariñosos y resilientes ha sido uno de nuestros mayores placeres.

Hoy, mirando hacia atrás en el camino que hemos recorrido juntos, me siento abrumada por una profunda gratitud. Jackson y yo hemos creado una vida llena de amor, desafíos y momentos inolvidables. A pesar de los obstáculos que hemos enfrentado, o quizás debido a ellos, nuestra relación se ha fortalecido de maneras que nunca imaginamos.

Mirando hacia el futuro, sé que no importa lo que nos depare, enfrentaremos cada nuevo desafío y cada nueva alegría juntos, con la misma determinación, amor y fe que nos han llevado hasta aquí. Nuestra evolución como pareja es un testimonio del poder del amor para superar cualquier adversidad, para transformar la oscuridad en luz y para construir una vida llena de significado y alegría. Junto a Jackson, sé que todo es posible, y me emociona ver hacia dónde nos llevará el camino que tenemos por delante.

- Hola amor - la voz Jackson interrumpe mis pensamientos - ¿Que haces?

- Estaba recordando todo lo que pasó hace tiempo, aún no puedo creer que hoy mi pequeño bebé esté celebrando su cumpleaños número ocho.

- Ni yo, todavía pareciera que fue ayer cuando lo vi por primera vez. Todo chiquito, con su cabeza pelona y sus ojos esmeralda.

-Sí, y mira ahora, correteando por todas partes, lleno de energía y siempre con mil preguntas en la punta de la lengua -dije, no pudiendo evitar una sonrisa mientras observaba a Milo jugando con sus hermanos en el jardín, donde habíamos organizado su fiesta de cumpleaños.

Jackson se me acercó y me rodeó con un brazo, ambos observando la escena frente a nosotros. La tarde estaba perfecta para la celebración, el sol bañaba el jardín con una luz cálida, y las risas de los niños llenaban el aire.

-Has hecho un trabajo increíble con la fiesta, amor -comentó Jackson, dándome un suave beso.

-Bueno, tuve ayuda -respondí, señalando con la cabeza hacia donde Becca y mi suegra Alissa, estaban terminando de acomodar los últimos detalles en la mesa de dulces. Habían insistido en encargarse de la decoración y no podrían haber hecho un trabajo mejor. El jardín estaba lleno de globos y guirnaldas en tonos azules y verdes, y en el centro, una piñata en forma de dinosaurio esperaba ser destrozada por un grupo ansioso de niños.

Milly y Dante ayudaban a organizar juegos para los más pequeños, mientras Darcy y patrick se encargaban de la música, creando una atmósfera alegre y festiva. Dakota, siempre atenta, se aseguraba de que Milo no se perdiera entre la multitud de invitados, mostrando una vez más la profunda conexión que compartían.

Pronto, llegó el momento de soplar las velas. Milo, con una enorme sonrisa en su rostro, se paró frente a su pastel, decorado con figuras de dinosaurios, su obsesión más reciente. Rodeado por su familia y amigos, el aire se llenó de anticipación.

-¿Listo para pedir tu deseo? -pregunté, inclinándome hacia él.

Milo asintió con entusiasmo, cerró los ojos, y después de unos segundos de concentración, sopló las velas en un solo intento, provocando un aplauso general.

-¡Bien hecho, campeón! -exclamó Jackson, levantando a Milo en el aire mientras él reía a carcajadas.

Después de la comida, el corte del pastel y los juegos, los niños se lanzaron sobre la piñata. Fue un caos de risas y dulces volando por todas partes, una escena de pura felicidad y celebración.

Al final del día, cuando los últimos invitados se habían ido y recogíamos los restos de la fiesta, me tomé un momento para mirar a mi alrededor, agradecida por la familia que habíamos construido. A pesar de los obstáculos y las pérdidas, estábamos juntos, más fuertes y unidos que nunca.

-Gracias, Jackson, por estar aquí, por ser el pilar de esta familia -le dije, sintiendo un profundo amor y gratitud.

-Siempre, Lia. Juntos, no hay nada que no podamos superar -respondió, y en ese abrazo compartido, supe que tenía razón. Nuestro viaje juntos había estado lleno de altibajos, pero cada momento, cada desafío, nos había llevado a este instante de paz y felicidad. Y mientras observábamos a nuestros hijos jugar bajo el crepúsculo, supe que no cambiaría nada de nuestro viaje por nada del mundo.

Horas más tarde estoy con mi esposo en nuestra habitación de la nada me toma del cuello vorazmente, pegándome contra la pared y me devora como si su vida dependiera de ello. Gimoteo cuando pasa sus manos por mi trasero, cargándome y apretujándome contra su ya erecto miembro.

Si que es grande.

Me lo restriega en la intimidad una y otra vez, ahogando mis gemidos con besos salvajes y llenos de lujuria.

Apretándome los pechos, muerde mi labio inferior con fuerza y agresividad antes de chocar sus labios contra los míos con fuerza.

Se frota contra mi con desesperado, mostrando todas las ganas que había disimulado y aguantando hasta ahora.

Me deja la cama y no me da tiempo de acomodarme porque me arranca la ropa - literalmente - dejandome desnuda en segundos.

Sus ojos me penetran y se recorren con hambre, un hambre que me hace sentir por primera vez deseada. Desabrocha su cinturón apresurándose a ponerse sobre mí y ajustarlo a mis muñecas atándome a la base de la cama.

Admiro ver cómo se quita la ropa en frente de mí. El calor me llena, no ha despegado su mirada de la mía y eso me estremecer. Sin pudor alguno bajar su ropa interior, dejando a la vista su enorme y ya erecto miembro, relamo los labios, provocándolo. Objetivo que logró, pues no duda en lanzarse sobre mí y besar mis labios con rudeza.

Me aprisionaba contra el, haciéndome sentir vulnerable. Cómo tigre apunto de casar, la diferencia es que yo estoy ansiosa de que devore y haga conmigo lo que se le antoje.

Coloca ambas manos en mis costillas, acariciándolas, mientras no deja de hojear mi desnudez. Mira de aquí allá sin parar pero no pasa mucho tiempo cuando vuelve a mis ojos. No me hace esperar, sube sus enormes y largas manos a mi pecho, cuando siento el roce de sus dedos en mis pezones me retuerzo, estoy tan necesitada de placer que ahora mismo soy vulnerable a la mínima fricción.

Juega con ellos, aprisiónandolos y lamiendolos, lleva su boca en mi abdomen, para seguir lamiendo, mordiendo y a besando con agresividad y destreza.

En un sendero de besos posesivos llega a mi clavícula. Su falo se posiciona entre mis piernas haciéndome abrirlas por instinto, esperándolo, anhelando sentirlo por fin dentro de mi.

Pero se entretiene más pasando la lengua en mi lóbulo, gimoteo desesperada y elevó la pelvis, pidiendolo.

Jackson se da cuenta y me hace sufrir, besándome los labios con lentitud y haciéndome esperar. Al separarse, jala mi cabeza con sus largos dedos y pega su frente con la mía.

- ¿Lo quieres? - pregunta y yo solo asiento - Ruégame entonces, dime que me quieres dentro de ti.

Toca mi clítoris con un dedo, disfrutando de mis suspiros esperando una respuesta.

- Fóllame.

Adiós dignidad. Hola deja vu.

- ¿Y tus modales? - me estrella su mano en mi intimidad tomándome desprevenida y sacándome un gemido

- Por favor quiero que me penetres hasta déjame sin poder caminar mañana y que todos sepan que soy tuya.

Satisfecho se posiciona entre mis piernas observando me como si fuera una sirena que lo atrae con su canto.

- Eres hermosa - susurra mordiéndome la oreja.

Entra mi ferozmente robándome un gritó.

- Húmeda y estrecha estás perfecta - dice empezando moverse.

Acaricia todo mi cuerpo sin dejar de cogerme, lo veo de batir constantemente en si seguir acariciándome, tocarme o besarme. Y termina haciéndolo todo al mismo tiempo.

Acaricia mis muslos, sujetándolos con fuerza para poderse entrar más a fondo.

El sonido de nuestros cuerpos chocando es lo único que se escucha por toda la habitación acompañado de mis gemidos y sus sexies gruñidos.

Cierra los ojos, sin dejar de moverse utiliza sus dedos en mi clítoris con destreza. Se acerca a mí y empieza a susurrar me cuánto le gusta cogerme, lo buena que estoy, que le encantan mis melodiosos gemidos. Y gracias a sus obscenidades terminó corriéndome en su polla, él no tardó en sentir mi derrame y terminó también, gimiendo.

Nos acomodamos en la cama, el abrazándome por la espalda mientras acaricia mi estómago.

- Te amo - susurró - Gracias por venir a mejorar mi vida.

- Te amo más, gracias por estar siempre para mi.

- Ahora entiendo algo - dijo logrando que me voltee a verlo - Siempre fuiste tú, y siempre serás tú.

Sonrió antes de besarlo y abrazarlo enterrando mi cara en su cuello. El siempre será mi verdadero amor.