Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

53 | CAPÍTULO.

La noticia de que Lia había sido encontrada llegó como un rayo de luz en la más densa oscuridad. Estaba en medio de una reunión cuando mi teléfono sonó, y al ver el número del hospital en la pantalla, mi corazón se detuvo. Con manos temblorosas, atendí la llamada, temiendo y esperando al mismo tiempo.

- ¿Señor Stewart? Aquí habla el doctor Hernández del Hospital Central. Tengo buenas noticias... Hemos encontrado a su esposa.

Las palabras del doctor se quedaron suspendidas en el aire mientras trataba de procesarlas. - ¿Lia? ¿Mi Lia? - apenas logré articular, mi voz ahogada por la emoción.

- Sí, señor Stewart. Está aquí con nosotros. Estaba en trabajo de parto cuando llegó, pero quiero asegurarle que tanto ella como el bebé están bien.

No recuerdo haber colgado el teléfono ni haber salido de la oficina. Todo lo que sé es que, en lo que pareció un instante, estaba corriendo hacia mi coche, con un único destino en mente: el hospital.

Los minutos en el coche se sintieron eternos, cada semáforo en rojo, una tortura. Pero finalmente llegué, y al entrar al hospital, sentí que cada paso que daba me acercaba más a ella, a mi Lia.

Siguiendo las indicaciones del personal que, al ver mi estado de ansiedad, me ayudaron a encontrarla.

Llegué justo a tiempo para sostener la mano de Lia mientras daba a luz. Nuestro hijo llegó al mundo con un llanto vigoroso, su cabello castaño claro y sus ojos verdes esmeralda brillaban con una luz que parecía disipar toda la oscuridad de los últimos meses. En ese momento, mientras observaba a Lia y a nuestro hijo, supe que todo lo que habíamos enfrentado había valido la pena por esta pequeña vida que prometía nuevos comienzos.

Y entonces, ahí estaba ella, más hermosa y radiante que nunca, sosteniendo a nuestro hijo en sus brazos. Nuestro reencuentro fue un torbellino de lágrimas, risas y palabras de amor. Sentí como si finalmente pudiera respirar después de meses sumergido bajo el agua.

Al llegar a la habitación mi esposa dijo algo que me dejó en shock.

- Dakota... ella fue mi luz en esa oscuridad. Ella no se fue como me dijeron, es una niña sana y fuerte -

El impacto de sus palabras me dejó sin aliento. Dakota, la niña que había sido luz para Lia en la oscuridad, era en realidad nuestra hija. Las emociones se agolpaban en mi pecho: incredulidad, alegría, y un profundo agradecimiento por el milagro de tenerla de vuelta en nuestras vidas.

Después de la presentación con la pequeña rubia, Becca y mi madre llegaron para conocer a nuestro nuevo bebé. Con el corazón palpitante de alegría y nerviosismo, las llevé a la habitación donde Lia y yo esperábamos ansiosamente con nuestro recién nacido en brazos.

La expresión de asombro y deleite en sus rostros al ver al bebé llenó la habitación con una cálida energía. Becca, con lágrimas en los ojos, se acercó con ternura para sostener al pequeño en sus brazos, mientras mamá observaba con una sonrisa radiante, completamente enamorada del nuevo miembro de nuestra familia.

Pero entonces llegó el momento en que mencioné el nombre de nuestra hija, Dakota, y el aire en la habitación cambió instantáneamente. El asombro se mezcló con la incredulidad en los rostros de Becca y mamá, y durante un momento, el silencio llenó la habitación mientras procesaban la noticia.

- ¿Dakota? - Becca repitió el nombre, sus ojos buscando los míos en busca de confirmación.

Asentí con solemnidad, sintiendo un nudo en la garganta mientras revivía el doloroso recuerdo de la pérdida y el reencuentro. - Sí, Dakota. Nuestra hija que creíamos perdida, pero que ha vuelto a nosotros.

La sorpresa y la conmoción se reflejaron en sus rostros mientras intentaban asimilar la revelación. Mamá se aferró a mi brazo con fuerza, sus ojos llenos de lágrimas mientras procesaba la noticia. - No puedo creerlo... Dakota - murmuró, su voz temblorosa de emoción y asombro.

Becca, por su parte, apenas podía encontrar las palabras mientras acariciaba al bebé con ternura. - Dakota... nunca imaginé... - Su voz se quebró, incapaz de expresar completamente la avalancha de emociones que la invadían.

En ese momento, la habitación se llenó con la realidad milagrosa de que nuestra hija había vuelto a nosotros, un regalo inesperado de la vida. Aunque la sorpresa inicial había sido abrumadora, pronto fue reemplazada por una sensación de asombro y gratitud por el milagro que teníamos frente a nosotros.

Horas después nos encontrábamos con nuestro recién nacido en brazos, sentí una paz que había eludido a mi alma durante demasiado tiempo. Lia, a pesar del cansancio del parto, irradiaba una felicidad que hacía que todo lo demás pareciera desvanecerse. Era un momento perfecto, uno que había soñado desde el día en que Lia desapareció.

Fue entonces cuando la puerta se abrió con violencia, y la figura de Aaron irrumpió en la habitación, rompiendo el encanto de nuestro refugio. Su rostro estaba torcido por una mezcla de ira y desesperación, y en su mano, un arma apuntaba directamente hacia nosotros.

- Si no puedo tenerte, nadie podrá - dijo con una voz quebrada por la emoción. - Si no puedo ser feliz, Lia, tú tampoco lo serás.

El tiempo pareció detenerse en ese momento, cada segundo estirándose en una eternidad mientras trataba de interponerme entre Aaron y Lia, para proteger a mi familia de la locura que había consumido a este hombre. Pero Aaron estaba decidido, movido por una obsesión enfermiza que lo había llevado a creer que robándonos nuestra felicidad, de alguna manera curaría su propio dolor.

El sonido del disparo resonó en la habitación, un eco cruel que marcó el fin de nuestra breve paz. Lia cayó, herida, mientras yo gritaba por ayuda, mi voz mezclándose con el llanto de nuestro bebé, una sinfonía desgarradora de miedo y desesperación.

Los siguientes momentos fueron un caos. El personal del hospital y la seguridad respondieron con rapidez, pero el daño ya estaba hecho.

Aaron fue detenido, su último intento de destruir nuestra felicidad frustrado, pero el precio había sido demasiado alto.

Mientras los médicos se apresuraban a atender a Lia, mi mundo se redujo a la espera angustiosa fuera de la sala de operaciones. La idea de que Lia, el amor de mi vida, la madre de mis hijos, pudiera ser arrebatada de nosotros por el acto final de venganza de un hombre destrozado, era insoportable.

En esos momentos oscuros, recordé todo lo que habíamos superado para estar juntos, todas las luchas, el dolor, la incertidumbre, y me aferré a la esperanza de que no habíamos llegado tan lejos para que todo terminara así. Lia era una luchadora, y yo lucharía junto a ella, esperando contra toda esperanza que nuestro amor, una vez más, nos llevaría a través de la oscuridad hacia la luz.

La decisión de Aaron de tratar de evitar nuestra felicidad con violencia había sido un acto desesperado y final de un hombre que había perdido todo. Pero en la cara de tal oscuridad, nuestra familia, nuestro amor, debía ser la luz que prevaleciera. No importaba lo que pasara, no dejaría que su acto definiera nuestro futuro. Por Lia, por nuestros hijos, por la vida que merecíamos vivir juntos, me mantendría firme, lleno de amor y esperanza, sin importar lo difícil que fuera el camino adelante.

Mientras esperaba fuera de la sala de cirugía, sosteniendo a nuestro hijo y pensando en Dakota, supe que nuestra familia, construida sobre la superación de adversidades, el amor incondicional y milagros inesperados, enfrentaría lo que viniera con unidad y determinación. Por Lia, por nuestros hijos, lucharía con todo lo que tenía, manteniendo viva la esperanza de un futuro juntos.

Un año después - L.A california.

Ha pasado un año desde el nacimiento de nuestro bebé. La sala de estar está llena de risas y conversaciones, una escena de calidez familiar que, por un momento, alivia el peso del duelo que todavía cargamos. Estoy sentado con los niños: Patrick, Darcy, Milly, Dante, Dakota y nuestro pequeño Milo, hablando sobre la increíble persona que fue, compartiendo recuerdos de cómo su amor y bondad los unieron y los guiaron a través de los momentos más difíciles.

- Recuerdo cuando mamá nos llevaba al parque y jugaba con nosotros como si fuera una niña más - dice Milly, con una sonrisa que no alcanza a ocultar la tristeza de sus ojos.

- Sí - agrega Darcy - y siempre decía que lo más importante era estar juntos, no importaba qué.

Patrick, que ahora entiende más sobre la pérdida de su madre, añade - Ella siempre me hacía sentir segura, incluso en los peores momentos.

Y ahí está Milo, jugando sin entender la conversación, pero su sola presencia es un recordatorio constante del amor que dejó tras de sí. Miro a estos niños, mis hijos, y siento tanto orgullo como dolor.

- Su mamá fue extraordinaria - les digo - Y aunque nos dejó demasiado pronto, nos enseñó el verdadero significado de la familia y del amor. Ella siempre vivirá en nuestros corazones.

Este año ha sido una prueba muy difícil de súper. Después del incidente, asegurarnos de que los responsables enfrentaran la justicia fue mi principal objetivo. Fue un proceso largo y agotador, pero finalmente, los cuatro delincuentes están tras las rejas, y aunque eso no nos devuelve a el tiempo, ofrece un pequeño consuelo, una sensación de cierre.

Además por fin tenemos la custodia completa de todos los niños, lo que nos ha motivado a seguir adelante

Reconstruir mi relación con mi padre y mi hermano también ha sido parte de este viaje.

Hemos aprendido a comunicarnos mejor, a apoyarnos mutuamente en el duelo y a trabajar juntos por el bien de los niños. Ha sido difícil, pero también curativo.

Mientras seguimos platicando sobre todo lo vivido este último año Lia aparece, su presencia tan natural y reconfortante como siempre.

- Recuerden, chicos - dice con una sonrisa -Mamá siempre estará en nuestros corazones. -Por un momento, el dolor de su pérdida se hace más agudo, pero luego recuerdo que se refiere a la mamá biológica de los niños, la que falleció cuando eran más pequeños.

- Te amo, Lia - le digo, dándole un beso. Ella representa tanto para mí: amor, pérdida, y ahora, la fortaleza para seguir adelante.

En el trabajo, las cosas han sido complicadas. Cuando se enteraron de que Lia tuvo a Dakota antes de conocernos, las habladurías no tardaron en aparecer, tachándola de cazafortunas. Fue un golpe duro, otro obstáculo que superar, pero nuestra historia es nuestra verdad, y nada de lo que digan puede cambiar eso.

Mientras tanto, Milly y Dante, ahora en la adolescencia, nos presentan nuevos desafíos. Su inocente creencia de que aún son novios nos obliga a ser más cautelosos, especialmente ahora que están más expuestos a las complejidades del mundo.

Pero a pesar de todo, hemos empezado a construir una gran familia. Las tardes de los fines de semana las pasamos juntos, creando nuevos recuerdos, enseñándoles a los niños el valor de la familia, el amor incondicional y el coraje para enfrentar lo que la vida nos depare. En estos momentos, siento que Lia está con nosotros, guiándonos hacia un futuro donde, a pesar de las adversidades, podemos encontrar felicidad y paz. Es un recordatorio de que, sin importar lo que enfrentemos, siempre estaremos juntos, unidos por el amor que Lia nos enseñó a compartir.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro