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41 | CAPÍTULO.

Este capítulo tiene contenido un poco fuerte, leer con responsabilidad.

Lía Grey.

Semanas después - casa de Rebecca Stewart


- Y entonces me dijo eso, realmente creí haber encontrado a mi verdadero amor - termina de contarnos Mila mientras lloriquea un poco.

- Nena perdón por decirte esto, pero las relaciones no son infinitas - Becca le empieza a acomodar el cabello - solo tienes que verme a mí, conocí al idiota de Milo en la secundaria, fuimos novios por muchos años, después nos casamos y al final tuvimos a las gemelas ¿Y que resultó? El maldito me fue infiel con su secretaria.

- No siempre sucede. - digo soltando un bostezo.

Obviamente Jackson nunca me haria eso.

Nunca.

- No estoy diciendo que no sucede, si no que no hay que generalizar. Todos los hombres pueden cambiar por una mujer, así como todas las mujeres pueden cambiar por un hombre.

Vuelvo a bostezar, hoy me siento especialmente cansada. Siento que en cualquier momento me puedo quedar dormida.

- Tienes razón - dice Mila - Ahora ¿Porque no pedimos una pizza y helado?

- Yo digo que pidamos alitas. Tengo antojo de eso desde hace días - declaró saboreando la comida.

- ¿Podemos pedir los tres? - me responde Rebecca.

- ¿Porque no? - dice Mila antes de pararse a ordenar nuestra comida.

- ¿Y como vas con mi hermano Lily?

- La verdad muy bien, de hecho en unas semanas cumplimos un año juntos. He estado un poco muy nerviosa por eso, aún no se que regalarle al hombre que me dió la casa de mis sueños, es como algo imposible.

- Cualquier cosa que le des a mi hermano lo amara, solo por el simple hecho de que es de tu parte.

- ¿Eso crees?

- Te lo aseguro.

- Ya pedí la comida, llega como en media hora. Mientras tanto hay que matar el tiempo.

Seguimos platicando de cosas sin sentido hasta que media hora después llegan nuestros alimentos. Y que bueno porque si no mi estómago se iba a comer entre si.

Veo el plato donde están mis alitas y una extraña sensación ocurre en mi estómago ¿Estarán hechado a perder?

Agarro una y la muerdo, una amarga sensación recorre mi garganta provocando que me den una náuseas del demonio.

- ¿Creo que están echadas a perder? - informo al ver las caras de confusión de mis amigas.

- ¿Será?- Becca toma una y se la lleva a la boca - Tal vez la tuya, porque la mía sabe deliciosa.

- Creo que no comeré más - bostezo - tengo más sueño que hambre.

- Toma una rebanada de pizza.

Asiento gustosa para llevármela a la boca.

Esto si es delicioso.

Mis amigas se centran en una discusión donde están tratando de buscar cuál es el mejor complemento para la pizza. Si el peperoni o el champiñon.

Pero la plática está tan aburrida que mi sueño solo comienza a crecer y a crecer. Dejo de comer y me recargo por completo sobre la silla, dejo guiar a mis ojos quienes se están cerrando cada vez más.

- Lily - me mueve Mila, y me doy cuenta que me quedé dormida sobre la mesa.

Que pena.

- Perdón por dormirme, pero últimamente he estado tan cansada y con tan poco apetito que contrabajo y como.

- ¿Te quieres dormir en mi habitación un rato? - pregunta Becca.

- No, que pena.

- ¿Has tenido otro sintoma? - pregunta Mila interrumpiendo nuestra platica.

- Eh, pues me a dado últimamente mucho por comer cítricos y se me están hinchando los pies. Creo que estoy reteniendo líquidos.

- Tengo algo que te puede ayudar - dice Becca mientras se para y sale del comedor. Minutos después regresa una cajita en sus manos.

- Toma - dice al extenderme la caja que en letras grandes se leé.

Prueba de embarazo.

- No creo que este embarazada

¿O si?

Intento devolverle la caja - Casi siempre tengo diferentes cambios cuando estoy cerca de mi período.

- Creeme esos síntomas son los mismos que tuve cuando me embarace de las gemelas.

- Y yo cuando eso - dice Mila.

Me quedo pensando unos segundos.

No creo que estemos embarazadas, hace poco nos llegó el periodo.

¿Que fecha es hoy?

13 o 15

- ¿Que fecha es hoy?

- Veinticinco.

- No puede ser - niego mientras saco mi celular para revisar mi calendario.

Diez días.

Diez días.

- Tengo diez días de retraso y soy sumamente regular - Dejo caer mi rostro sobre mis manos - ¿Que voy a hacer ahora?

- ¿Porque te preocupes tanto? - Mila me da cariños en la espalda - Tienes a Jackson, un hombre que ama ser papá y te aseguro que si es positivo el dará brincos de alegría.

- No se y si...

- Nada de y si - Becca me toma de la mano y me conduce al baño. - ¿Sabes cómo hacerla?

Asiento asustada, solo una vez he usado una y no acabo muy bien.

Hago la prueba como indican y al ver el resultado solo puedo desmoronarme cuando veo el resultado.

Positivo +3

Me dejo caer en el suelo mientras llora desconsolada sabiendo que en este momento nadie puede darme unas palabras de apoyo. No sin que cuente la verdad Y es algo que aún no me siento lista de contar y menos de que los niños se enteren.

- Inicio del flash back -


- Ya deja de hacerte la enferma niña - dice la señora McDon cuando me ve vomitar en el baño por tercera vez este día.

- Una disculpa señora, pero en verdad me siento mal. Tengo muchas nauseas y no tengo nada de apetito.

- Te tomaste todas las pastillas que te di ¿Verdad?

No soy tonta, se que esas pastillas son anticonceptivos que ella se encarga especialmente de darme para evitar que el asqueroso de su esposo me embaracé, cosa que agradezco porque no sabría que hacer con un niño más que cuidar y defender de ellos.

- Si - susurro - solamente que una vez el mes pasado no me la dió.

- Carajo mocosa ¿Porque no me lo recordaste? - grita sarandeando mi cuerpo, me jala mientras sigue gritando improperios. Me lleva a su habitación y me mete al baño, del estante saca una caja en dónde claramente se leé prueba de embarazo.

- Si crees en dios reza - dice aún molesta - porque si sale positivo te aseguro que Aron no te dejará vivir.

Sale del baño dando un portazo mientras se queja entre dientes diciendo algo de que no le gusta que acaben las cosas así.

Con todo el miedo del mundo bajo mi pantalón y mi ropa interior después de haber leído las instrucciones de la caja, hago lo que se indica temblando.

No puedo estar embarazada, tengo diez y seis años. Nunca he disfrutado del sexo y lo peor es que este bebé sería fruto de alguna de las tantas violaciones que he vivido.

Inhalo y exhalo mientras espero el resultado de la prueba, no puedo pensar en que pasará si sale positivo.

- Habré ya - gritan la señora desde afuera - ya pasó más del tiempo del que tarda en salir el resultado.

Me levanto del suelo y abro la puerta.

- Eres una inútil - me grita mientras me empieza a golpear el rostro - ni eso pudiste hacer, te embarazaste de mi esposo y no lo voy a permitir, no me importa tener que sacarlo con un gancho de ropa con tal de no tener un bastardo en esta casa.

Solo puedo llorar, no solo por la impotencia de que mi violador me embarazo sino también por el hecho de que está señora le quiere hacer daño a un bebé que no tiene la culpa de nada.

- Fin del flash back -

Después de eso llegó aron y se enteró de todo. Me dejó muy claro que no nos desearíamos de ese bebé pero que una vez que naciera ellos se quedarían y educarian al niño como suyo.

Los meses pasaron y en ese tiempos solo logré salir una vez para poder compar unos cuantos conjuntos de bebe con el poco dinero que logré juntar del dinero que logré robar de los MacDon, durante esos nueve meses no pudi salir y las constantes torturas de Aron se volvieron casa vez más difíciles de aguantar.

Hice todo lo posible para que los niños no se dieran cuenta que tenía un bebé dentro de mi, empecé a usar ropa gigante que me traían y cada vez se me volvió más complicado hacer las tareas domésticas. Eso también se volvió un problema pues aron me castigaba aún teniendo el vientre de ocho meses de embarazo.

Cuando la hora del parto llegó estaba totalmente aterrada, tenía menos de 17 años y no sabía nada de como ser mamá. Fue doloroso y muy cansado, además estuve aterrada todo el tiempo porque aron siempre estuvo en la habitación intentando tocarme asegurando que el vio que el parto se adelanta así.

Cuando el bebé nació un torrente de felicidad entro en mi sistema, la partera me dió al bebé diciendo que era una niña. Al verla mi corazón brinco, tenía el cabello rubio como Aron, pero los ojos azules y la nariz respingada cómo yo, era tan hermosa que no me importo que fuera de alguien tan asqueroso como Aron.

Pasaron los díaz y los niños se enteraron de la existencia de Dakota, para ellos era un nuevo bebé que trajeron de la casa hogar y que dijeron que iban a proteger mucho.

Pero solo paso un mes.

Un mes para que la señora cumpliera sus palabras. Ese día regrese de pedir limosna en la calle junto con los niños, deje a la bebé en la casa porque no me dejaban sacarla y al llegar me dijo que la Dakota se había ahogado mientras dormía, mi corazón se rompió en ese momento y quedo totalmente destruido cuando me mostró en el patio que la había enterrado como si fuera un animal que se murió y no quieres que el aroma entre a tu casa.

Después de eso los abusos empezaron a ocurrir más constantemente, pero ahora me aseguraba no quedar embarazada. No quería pasar por lo mismo, por eso este bebé que cargo en mi vientre no se siente como felicidad, si no como terror.

Inhalo y exhalo tratando de controlar el ataque de ansiedad como la psicóloga me dijo, ella es la única que sabe la verdad de todo esto. La única que sabe está parte de la historia que decidí no contar nunca más.

Me limpio el rostro, tomo la prueba y salgo en dirección a su consultorio. No me importa mucho lo que Beca y Mila dicen, solo les respondo que luego les digo y que no se preocupen por nada, que todo está bien.

Aunque en realidad nada lo está.

Al llegar al consultorio Elena me recibe al ver lo mal que estoy.

- No se que hacer - digo llorando mientras toco mi vientre - tengo muchas emociones, siento dolor. Mucho, pero también siento un gramo de felicidad que no se cómo reaccionar. Me prometí y le prometí a Dakota no darle un hermanito nunca, no podía permitirme pasar por eso otra vez. Pero en este momento no se que pensar, tengo todo menos ganas de contar al mundo que estoy embarazada y feliz.

- Entiendo lo que dices Lily - me pasa un paquete de pañuelos desechables - Se que es complicado y que esto es algo que no esperabas. Pero tómalo como el momento de pasar de página, de dejar que la pequeña Dakota descanse en paz. Además sabemos que Jackson nunca te dejaría sola y menos lastimaria a ti o al bebé.

- Lo se pero no puedo evitar pensar que Dakota tendría ya cinco años, casi seis.

- Recuerda algo Lily, ese bebé que tienes el el vientre te lo mando la vida para que ahora sí puedas vivir todo lo que no pudiste con Dakota. Así que abraza al máximo esto y disfruta, te aseguro que la bebé estará feliz de ver qué estás aprendiendo a vivir sin ella aquí.

Tiene razón.

Es hora de volver a vivir.

Me quedo un rato más con Elena hasta que me calmo y decido que si, a este bebé lo voy a amar y a cuidar como no pude hacerlo con Dakota.







Nota:

Hola, se que dije que subiría todos los capítulos de una vez pero quiero darles este adelanto por San Valentín (también porque mañana 14 de febrero 18 cumplo años) así que espero que lo disfruten.

PD. Se que es un capítulo un poco fuerte, pero les aseguro que es necesario y que esto desarrolla muchas cosas muy buenas.

PD2. Feliz San Valentín

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