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4|CAPÍTULO.

Pov. Jackson Stewart

10 de Mayo de 2020 - Beverly Hills, california.

Definitivamente Sonia está loca, no entiendo como se le ocurre llevarse a mi hijo sin mi autorización y peor aún, lo dejó solo en un día tan importante como el día de la madre.

- Pero mamá ¿cómo se te ocurre dejarlo ir sin que yo te lo autorizará?

- Yo que iba a saber que no te pidió permiso, al fin de cuentas es la madrina de Dante - Contraatacó mi madre. - Además, si estuvieras más pendiente de tu hijo no pasarían estas cosas.

- Bien sabes que hago lo que puedo, pero no es fácil ser padre soltero - Le contestó ácido - ¡Además yo nunca pedí esto!

- Bien sabes que te entiendo a la perfección, pero pensé que por todo lo que pasamos intentarías ser mejor padre de lo que alguna vez fuimos tu padre y yo, pero por lo visto no fue así.

- No puedes pedir que sea algo que nunca tuve, ya me voy que tengo que ir a la oficina y presiento que será un día bastante largo. Hasta luego madre.

- Hasta luego, no se te olvide que hoy voy pasar por el niño al colegio. - Le doy un asentimiento con la cabeza aun sintiendo como la furia crece en mi pecho.

Al llegar a la residencial donde vive esa mujer, el cual pagó, los guardas no dudan ni un segundo en dejarme subir.

- Buenas tardes señor Stewart - saluda cordial la recepcionista.

- Buenas tarde Brock, te comento que la señorita Sonia el día de hoy dejará de vivir en los apartamentos. Por ese motivo quiero que le prohiban la entrada a cualquiera de los edificios que estén a mi nombre.

La chica palidece mientras susurra un "de acuerdo". Sabe que conmigo no van los jueguitos y si tome la decisión es por algo.

Avanzó por el pasillo hasta llegar al ascensor que me lleva a la que alguna vez fue mi casa con Briseida.

- Hola bombón - La voz de Sonia es lo primero que escucho al cruzar el umbral de la puerta.

- Te quiero preguntar algo muy enserio, Sonia. ¡Quien mierdas te crees!

- ¿Porque dices eso mi amor? - Pregunta con cara de espanto.

« ¿Enserio preguntas porque? Tal vez porque carajo, se te ocurrió sacar a mi hijo de la casa de mi madre sin mi autorización y por si no fuera poco decidiste dejarlo solo en su escuela solo por ir a comprar un bolso a Louis Vuitton con la perra de tu amiga.

- Amor, perdoname pero pensé que podría ser un buen día entre madrastra e hijastro, pero sabes que ese bolso lo venía esperando desde hace un año.

- ¡Eres una perra! - grito ya exaltado, sé que no debo insultarla por que es mujer, pero no puedo permitir que lastimen a mi hijo así como así - Sabias lo importante que era este festival para mi hijo, y aun así lo dejaste sin avisar.

- No te exaltes, no fue para tanto.

- ¿Que no fue para tanto? - preguntó en un tono horriblemente bajo que a cualquiera asustaría - Esta bien, no fue para tanto. Así que lo mínimo que mereces por esto es que te largues de mi casa.

- Pero Jackson, soy tu novia - levando el dejo para callarla.

- No te equivoques Sonia, que seas alguien con quien me gusta follar constantemente, no significa que tu y yo seamos novios.

- ¡No Jackson! No me puedes hacer esto - grita furiosa intentando golpearme el pecho- Nosotros nos amamos.

- Entiende de una buena vez que nunca fuimos nada y que mucho menos nos amamos. Además, jamás podría estar en una relación - hago comillas con mis dedos - Con la mujer que muchas veces dijo que mi hijo era un estorbo.

Lo último hizo que quedara pálida, estoy seguro que nunca pensó que me entere de todo lo que ella dijo de mí y de mi pequeño.

Me alejo de ella dando media vuelta para irme de ese lugar.

« Tienes media hora para salir de mi casa y espero que todo lo que yo pague lo dejes. - Giró sobre mi hombro para verla - O si no el recibo llegará a tu trabajo. Oh espera, casi olvido decirte que estás despedida.

Su rostro palidece aún más, no es un secreto que meterse conmigo es casi lo peor que alguien puede hacer, pero meterse con mi hijo eso si es lo peor. Ella hizo ambos.

Media hora más tarde llego a mi oficina tratando de olvidar el mal rato que viví, al entrar al lugar todos bajan la mirada.

En realidad me gusta ser temido, bueno no, en realidad amo que la gente sepa que yo mando.

Llego a mi oficina y empiezo a revisar los informes a los que deje a Sarah a cargo.

Esta chica es insoportable, todo está mal. Como siempre, por eso decidí buscar una secretaria más, pero por lo visto esto será algo de nunca acabar.

Al salir la puerta de mi oficina, Sarah noto de inmediato que algo no estaba bien.

- Señor, ¿hay algo mal? - preguntó Sarah, levantando la vista de su trabajo.

Caminé hacia ella con paso firme, mi semblante serio. - Sarah, necesito hablar contigo. Por favor, sígueme a mi despacho - respondí con voz calmada pero firme.

Entramos en mi despacho y cerré la puerta detrás de nosotros. Me senté en mi silla y la miré directamente. - Sarah, hemos tenido esta conversación antes sobre la precisión en nuestro trabajo. Desafortunadamente, hoy he descubierto un error grave en el informe que me entregaste.

Sarah bajó la mirada, visiblemente preocupada. - Lo siento mucho, Jackson. No sé cómo pudo suceder.

Suspiré, sintiendo la gravedad de la situación. - Sarah, entiendo que todos cometemos errores, pero este error pone en riesgo la reputación de la empresa. Por eso, lamentablemente, tengo que dejarte ir.

Los ojos de Sarah se llenaron de lágrimas mientras asimilaba mis palabras. - Por favor, señor, deme otra oportunidad. Haré lo que sea necesario para remediarlo.

Sacudí la cabeza con pesar. - Lo siento, Sarah. Ya he tomado mi decisión, no puedo tener a gente mediocre trabajando para mi. Ve con Joana a recursos humanos para firmar tu despido.

La chica salió corriendo de la habitación aun con lágrimas en los ojos, mi semblante serio tambaleó un poco.

En verdad nesecito un descanso. Primero el viaje no salió como planeaba, después mi vuelo se atrasó, al llegar me entero que me quede sin amante y ahora no tengo secretaria principal.

Suelto un bufido y dirijo mi vista al cajón de mi derecha. Agacho mi cuerpo y lo abro, dentro tengo un sin fin de juguetes sexuales que me ayudan a distraer mi mente de vez en cuando. Mire la hora y solo tenía diez minutos para llegar a la junta bimestral, por lo que saqué unas bragas que eran de Sonia del cajón y me quité los pantalones y pude apreciar una mancha de líquido pre seminal en la punta de mi pene, empecé pasando el dedo en círculos extendiendo más la mancha, cada vez más húmeda y viscosa, haciéndome estremecer.

Me baje los boxers y estire de mis testículos hacia abajo haciendo que mi pene pegado a la camiseta se irguiera, con un dedo de la otra mano volvi hacer círculos justo en el agujero para lubricar del todo el glande, empezando a respirar más profundamente por la sensación, provocando que lubricase más, hasta que chorreaba del glande de mi pene hasta la base, en ese momento con dos dedos me baje el prepucio y con el líquido y un dedo me rozaba el frenillo provocando un pequeño gemido.

Sin mas con mi puño tome todo mi tronco y empecé a hacer un delicioso va y ven de arriba abajo, deje que mi imaginación volara haciéndome pensar que no era mi mano si no el coño de alguna mujer que le daría un gustazo enorme estar en mi cama. En cuestión de segundos logre llegar al clímax dándome una relajación enorme.

Sin pensarlo mucho, tomo las bragas y las tiro por el basurero, al final de cuentas no las necesitaré nunca más, Sonia ya es totalmente mi pasado. Uno que me costará olvidar por todo lo que alguna vez vivimos.

Recuerdo perfecto el día que la conocí, Briseida y yo llevamos casi dos meses saliendo y ese día me invitó a una fiesta que su mejor amiga organizó.

Al llegar a la reunión, me sorprendí al ver a la chica que fue mi crush en la preparatoria. Resultó ser que Sonia Sands, la chica más guapa y popular del instituto era la mejor amiga de mi novia.

Pero como obviamente ya estaba enamorado de Briseida, no me tomó más de dos segundos desechar la idea de que hubiera sido genial conocerla en vez de a su mejor amiga.

Durante los siguientes años, Sonia y yo llevamos una amistad sana. Pero justamente dos semanas después del nacimiento de mi hijo, ella se tuvo que ir a trabajar a otro país, por lo que no la vi hasta dos años después, cuando regresó y se enteró de lo que Briseida hizo.

Y un día, después de varias semanas conviviendo las cosas fluyeron y termino en mi cama, al principio pensé que solo sería una vez, pero cada vez las cosas volvían a surgir y volvíamos a terminar en la cama.

Muchas veces pensé en formalizar y darle la madre que siempre necesito a Dan, pero cada vez hacía algo que lograba hacer que frenaba mis planes, cosa que ahora agradezco.

Al llegar a casa después de un largo día de trabajo, me sorprendió encontrar a mi hijo, dormido en el sofá de la sala. Su rostro tranquilo me dio un respiro de alivio y una sonrisa se dibujó en mis labios al verlo.

Mi nana, María, se acercó con una nota en la mano. - Se quedó esperándote, señor Jackson. Dice que quiere ir al parque mañana.

Asentí, agradecido por su gesto. - Gracias, María. Mañana iremos al parque, seguro."

Con cuidado, levanté a Dante en mis brazos y lo llevé a su habitación. Lo acosté en la cama y le cambié la ropa por un pijama suave. Suspiré con ternura mientras lo observaba dormir, preguntándome cómo podría ser tan afortunado de tenerlo a mi lado.

Me recosté a su lado en la cama, abrazándolo con delicadeza. Suspiró suavemente en su sueño, y poco a poco, me dejé llevar por el cansancio, sabiendo que no había lugar en el mundo donde me sintiera más en paz que al lado de mi hijo.

Al despertarme por la mañana, me encontré con Dante aún profundamente dormido a mi lado. Lo observé con cariño antes de levantarme con cuidado para no despertarlo. Bajamos juntos las escaleras hacia la cocina, donde preparé el desayuno mientras él se sentaba a la mesa, aún medio adormilado.

- Mira, papá - dijo mi hijo, emocionado - Ayer en el recreo conocí a una niña llamada Milly. Tiene un año más que yo y es muy linda. Jugamos juntos durante un rato.

Sonreí ante su entusiasmo. - Eso suena genial, Dante. Me alegro de que te hayas divertido con ella.

Desayunamos juntos mientras Dante seguía contándome sobre sus aventuras en el parque. Después de terminar, nos arreglamos rápidamente y nos preparamos para salir.

- ¿Estás listo para ir a la escuela, campeón? - le pregunté, mientras ajustaba su mochila.

- Sí, papá- respondió con una sonrisa en el rostro.

Caminamos juntos hacia la puerta y salimos de casa. Mientras caminábamos hacia la escuela, mi hijo seguía hablando animadamente sobre su nuevo amigo en el parque. Me sentí agradecido por estos momentos juntos, sabiendo que cada uno de ellos era precioso y fugaz.

Un rato más tarde al llegar a la empresa me dirijo a mi elevador privado.

Dentro encuentro a una mocosa como de veinte años está dentro parloteando algo de que no la jodan.

- ¿Usted es? - digo con un tono frío.

- Buenas tardes, soy Lía Grey, la nueva asistente del jefe - me contestó con soberbia mientras alzaba el mentón ¿Y esta que se cree? - Y ¿usted es?

- Su jefe - le respondió con molestia - Y le voy avisando que yo no ando con juegos, no me interesan las hijas de papis que intentan llegar a mi por medio de un trabajo.

« Así que le aviso que con la primera insinuación se va. Espero que haga bien su trabajo.

Veo como su expresión cambia de asombro a enojo en cuestión de segundos.

- Lo siento señor pero creo que está confundido. La única razón por la que estoy aquí es por que me interesa sacar a mis hijos adelante, así que no espere de mi parte nada fuera de lo profesional - dice con molestia mientras sale del elevador y se sienta en su escritorio.

Mi cara es de asombro puro, nadie que se haya atrevido a hablarme así a vivido para contarlo - Para empezar no me vuelvas a hablar así señora Gruy

- Señorita Grey - corrige con molestia.

- Señorita Grey - saboreo su nombre al pronunciarlo - Y segundo, bienvenida. Espero nos llevemos muy bien. - Mi sonrisa es más pícara que otra cosa.

- Lamento si eso va a herir su ego señor, pero creo que ya le debe quedar más que claro que lo único por lo que estoy aquí es para mantener a mi familia.

« Así que si no es molestia le pido de favor que me diga qué haré para que empiece con mi trabajo.

- Claro señorita, empiece a archivar estos documentos - señaló los archivos que están sobre su escritorio - después tráigame los contratos que la subdirección tiene.

- Claro se si - me contesta y empieza con su trabajo.

Horas después, y con miles de documentos firmados, salgo de mi oficina y me dirijo al escritorio de mi secretaria.

- Grey - digo logrando que me preste atención - Me voy y ya no regreso, así que te puedes ir. Solamente estate pendiente de tu celular, que en cualquier momento te puedo necesitar.

- Gracias señor, ahora podré ir por mis hijos a la escuela.

- Sinceramente me importa muy poco lo que haga en su tiempo libre - respondo para darme la vuelta e irme.

[...]

- ¡Papi! - grita mi pequeño bebé al darse cuenta que lo estoy esperando.

- Mi amor ¿Qué tal tu día hoy?

- Bien papi ¿te acuerdas que te hable de Millie? - dice dando brinquitos.

- ¿La niña que va en la primaria?

- Sip. Vamos te la quiero presentar - dice arrastrándome hacia una niña rubia - Es mi novia - susurra.

- ¡Tu qué! - preguntó alarmado.

- Papi te presento a Millie Grey mi novia - Justo cuando lo dice la que parece ser la mamá de la niña se voltea y con un demonio, lo que me faltaba.

- ¿Señor Stewart?

Editado: 11/05/24

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