—¿Una fiesta en casa de los Hardwick? —pregunté.

—Sí cariño —dice mi abuela mientras me sirve un poco de arroz en mi plato —y está invitado todo el pueblo.

—Y ¿Tenemos que ir?

No tenía muchas ganas de ir a una fiesta y menos en aquella casa.

—Sí, es que el Señor Hardwick de vez en cuando hace este tipo de eventos —explica mi abuelo.

¿Acaso sus hijos no eran sospechosos de un asesinato en días pasado? A él le parece buena idea hacer una fiesta.

—Todos están muy emocionados siempre realiza buenas fiestas.

Se les olvida a todos que en la última fiesta que ofreció, murió alguien.

—Vamos cariño, te llevaré a comprar un lindo vestido —expresó mi Abuela con entusiasmo —Así sales un poco.

Veo como los ojos de mi ella se iluminan.

Después de entrar a la escuela, mi rutina después de llegar es comer, cambiarme de ropa, para así salir a pasear a Lola junto a mi abuelo. Para luego encerrarme a mi habitación a hacer tarea.

Los fines de semana, me los paso entre más tareas, llamadas con Nick, con Stella y con mamá. Además de viendo series, eso es una necesidad en mi vida. Mi abuela me ha invitado varias a salir con ella, pero me he negado, no soy fan de salir de mi casa, si no es necesario. Sé que debo salir para conocer el mundo, pero no me gusta.

Prefiero la comodidad de mi habitación, si soy rara, lo sé.

Así que sé que esa salida a comprar ese vestido es una oportunidad para sacarme de la casa, así que se me hace imposible negarme.

—Bien, podemos ir mañana después de la escuela —Mi respuesta hace que una sonrisa de oreja a oreja se pose en su rostro.

—Cariño por cierto supiste que al fin encontraron al asesino de Peter Castle —comentó mi abuelo, con la mirada sobre mi abuela.

—Sí, eso me comentó la vecina —expresó ella.

—¿Encontraron al asesino? —cuestioné.

—Sí, hoy lo anunciaron, —contestó mi abuelo —pero no comunicaron su nombre, dijeron que lo revelerán en los días siguientes.

Debo comenzar a ver las noticias de este lugar.

—Lo bueno es que lo encontraron y que esos niños no tenían nada que ver. Solo estuvieron en aquel lugar, en un mal momento -expuso mi abuela.

Ellos siguen hablando del tema, pero yo no presto atención, lo único que puedo pensar es que...

Perdiste tu nueva obsesión, ahora no tienes ninguna excusa para acercarteles y eso te molesta.

Claro que no, esos chicos no me importan en lo absoluto, solo me han traído problemas, así que lo mejor es alejarme de ellos y no tener ninguna interacción con ellos.

Sin embargo, hay algo en ellos que te llama.

No es así.

Ni tú te lo crees, sabes bien que necesitas tener tu cabeza ocupada en algo, para así poder cumplir con la promesa que las hecho a tu madre de dejar de investigar sobre la muerte de tu padre.

Tu pobre padre, debe estar prendiéndose en aquella tumba.

Cállate.

—Rei ¿Estás bien? —La voz de mi abuelo, me saca de mis pensamientos.

—Sí ¿Por —digo rápidamente.

—Acabas de golpear con fuerza la mesa —Me comunica.

¿Qué?

—Perdón, sólo...—Él me interrumpe.

—¿Te estás tomando tu medicación? —Su pregunta hace que un escalofrío recorra mi espalda.

—Sí —digo bajando mi mirada, puedo sentir sus miradas sobre mi —¿Puedo retirarme? Estoy llena.

—Está bien cariño —respondió mi abuela.

Al escuchar su respuesta, me obligo a sonreír, para que ambos no se preocupen y subo a toda velocidad las escaleras de mi habitación. No podía quedarme más en esa mesa, sabía perfectamente cuál sería el tema de conversación si lo hacía.

Me recuesto sobre mi cama, tomo mi celular de la mesa de noche, me cuestiono a quién llamar.

Pero lo más importante ¿Qué diría? ¿La voz volvió?

Nick, solo se preocuparía y Keila no sabría qué decir, ella siempre se ha mantenido al margen en relación a este tema. La chica más parlanchina que conozco no sabía qué decir, cuando le hablaba sobre esto, eso era mucho decir.

¿Mamá?

Con duda, marco su número y suena varias veces, hasta que contesta.

—Cariño, es muy temprano aquí ¿Sucede algo? —cuestiona ella, su voz es soñolienta.

Sé que la he despertado, pero necesito hablar con alguien y no quiero preocupar a los abuelos. Pero pensándolo bien, si le cuento a mi madre, solo se alterará y querrá volver a internarme, no puedo permitir eso.

—No, solo...—Ella me interrumpe.

—Ha vuelto ¿Cierto? —dice ella —Creo que deberíamos reconsiderar...

—No, —Sabía perfectamente lo que iba a decir —dijiste que si aceptaba la medicación no tendría que estar internada, lo prometiste.

—Bien, pero ¿estás bien?

—Sí, sólo quería hablar contigo, disculpa no quería molestarte.

Colgué sin dejarla decir nada más.

Definitivamente fue mala idea llamarla, ahora va a pensar lo peor.

Mi celular suena en mi manos, noto que es ella, pero no contesto, apago mi celular.

Me obligo a cerrar los ojos, tal vez lo único que necesite sea dormir, al pasar varios minutos, lo consigo.

Un fuerte relámpago hace que abra los ojos, un rayo hace que se ilumine toda mi habitación, noto que ha comenzando a llover a cantaros. La brisa golpea con fuerza mi ventana, miro el reloj en la pared 11: 10.

Me acomodo, sobre mi cama, para volver a conciliar el sueño, en ese instante la puerta de mi habitación se abre de repente, lo que me hace espantarme. Mis ojos se abren con sorpresa al encontrarme a Madeline, toda su ropa a causa de la lluvia y veo cómo su pecho se mueve con irregularidad.

—Pero ¿Qué haces aquí? —cuestioné sentándome.

—Hola ¿Estás bien? ¿Por qué estás mojada? —Habla ella con rapidez.

Sé que insinúa que eso es lo que debía decir.

—Es obvio que por la lluvia —dije refiriéndome a su ropa.

Ella rueda sus ojos, mientras cierra la puerta al introducirse en mi habitación.

—Han encontrado el culpable, el asesino.

—Sí, mis abuelos me dijeron —digo restándole importancia.

—No quiero alimentar tus locas ideas de que los Hardwick tengan algo que ver, pero...

—Pero ¿Qué? —cuestiono colocándome de pie para buscarle algo para que se cubriera y así dejara de temblar.

—Pero y ¿si tienen que ver?

Me encamino a ella para entregarle una gran toalla, ella se cubre con esta.

—Aún no anuncian el nombre del asesino —dice mientras comienza a caminar por mi habitación —Saldrán en unos días, pero digamos que la curiosidad me ganó, así que entré al despacho de mi padre, en busca de esa información —Ella hace una pausa dramática —Fue el señor Callen.

Ella espera mi reacción, pero no hay ninguna de mi parte, porque ni idea de quién es ese.

—¿Quién es el señor Callen? —pregunté.

—Es un señor que tiene una pequeña finca afuera de la ciudad, él tiene un pequeño puesto en el mercado. Es un señor amable, siempre me regala cerezas cuando voy a su puesto. Él no tiene cara de asesino.

-Los asesinos nunca la tienen.

-Lo sé, pero es que no me conformé con ver el nombre, seguir leyendo el informe de mi padre y la razón por la cual lo han acusado es porque se encontraron sus huellas dactilares en el arma homicida, arma que no se había encontrado hasta el día de ayer.

-Bueno si estaban sus huellas...-Ella no me deja hablar.

-No, no entiendes, mi padre había mandado a registrar ese bosque de esquina a esquina, pero ayer como por acto de magia apareció, con la huellas del dichoso "asesino".

Eso sí es raro.

—Y ¿Tienen la razones por la cual lo hizo? —indagué.

—Supuestamente porque Castle le iba a quitar la finca al Señor Callen, el cual tenía muchas deudas y le debía mucho dinero a Castle.

—Bueno ahí están las razones.

No entiendo que tiene que ver todo esto con los Hardwick.

—Sí, pero a mi papá tampoco le convence todo esto. El jefe de mi padre, sólo quiere ponerle cara al asesino, para que todos vuelva a la normalidad y así las personas no se sientan asustadas-No me sorprende—. Pero ¿si el asesino tenía el arma todo este tiempo? ¿Si la limpió? Y simplemente le colocó las huellas del señor Callen.

—Pero y ¿Qué dice el Señor Callen?

—Se declaró culpable.

—Bueno Madeline... Se que no quieres creer que el hombre amable que te regala cerezas, no es un asesino, pero todo indica que fue él. Además ¿por qué se echaría la culpa si es inocente?

—No lo sé, tal vez lo amenazaron —exclamó ella —No sé, tal vez el dinero, mi padre dice que el dinero mueve montañas.

—Okey, quieres creer en la inocencia de ese hombre —No entiendo por qué —pero ¿Qué tiene que ver todo esto con los Hardwick?

—¿Sabes que mañana hay fiesta en casas de los Hardwick? —Asentí —¿Sabes la razón de la fiesta?

Negué.

—Nuestro director se postula a gobernador, él se había querido postular por años, pero el pueblo quería a Castle —explicó.

Todo hace click en mi cabeza.

—Espera¿Crees que nuestro director...

—No, pero y ¿si fueron sus hijos? —dice ella sentándose en un pequeño sillón que está junto a la ventana—. No conoces a los Hardwick como yo, ellos hacen todo para conseguir la aprobación de su padre, incluso Ezra, que se supone que es el más rebelde.

Ella pasa sus manos por su rostro con frustración.

—¿Y si hicieron esto para que su padre pudiera postularse? —cuestionó —No me agrada pensar esto, pero ellos eran estaban en el bosque ¿Por qué entrarían los tres?

—No lo sé —Lo único que sabía era que Ebez no quería por ninguna razón, supieran que ellos estaban ahí.

—Te dije que mi padre los consideró sospechosos, porque uno de ellos varió un poco en su historia, ese fue Eider.

Eso supuse, no es que lo conozca lo suficiente, pero Ezra y Ebez, se ven más fríos y calculadores, aunque no estaba segura, porque las apariencias pueden engañar.

—Sé que suena muy acosador de mi parte, -dijo algo apenada-Pero los he observado demasiado a los tres, por bastante tiempo. Bueno, principalmente a Ezra, pero siempre están juntos, así que he podido observar a Eider. Él nunca miente, es siempre perfecto, siempre hace lo correcto.

—Tal vez contó una historia diferente, porque no sabe mentir.

—Si —Ella hace una pequeña pausa —o tal vez me esté volviendo loca.

—No, tiene mucho sentido lo que dices.

Sí, apoyala, solo quieres tener una razón para seguir cerca de ellos.

—Espero que no, no quiero que Ezra vaya a la cárcel. Además lo creo capaz de muchas cosas, pero de ¿Matar?

—Estás obsesionada con él ¿Lo sabes? —dije sin pensar, pero era la verdad.

—Lo sé —Soltó un largo suspiro.

—No sé por qué te gusta, es todo un... imbécil.

—Pero no era así, cambió luego de la muerte de su madre —expresó —Los tres lo hicieron.

Me quedé en silencio, para que continuará hablando.

—Ezra se volvió más solitario, Eider más perfecto y Ebez estaba a punto de entrar a estudiar criminología, esa era su verdadera pasión, pero se cambió de carrera y estudió para ser profesor. Era lo que siempre había querido su madre. Creo que esa pérdida les afectó demasiado —Vi como la tristeza cubrió su rostro —En eso los puedo entender.

—¿Tu madre está...?—Ella asiente, antes de poder terminar la pregunta —Lo siento.

Veo como una lágrima cae por su mejilla y ella la limpia rápidamente.

No soy de abrirme con personas que apenas conozco, pero a la vez siento que debo decirlo, así que suelto un suspiro, para poder tomar valor y decir lo siguiente.

—Mi papá está muerto, murió hace un me —Le informo.

Era la primera vez que lo decía en voz alta.

—Bienvenida al club —dice ella tratando de sonreír, pero no lo logra.

—¿Con el tiempo deja de doler? —cuestioné.

Ella lo piensa unos segundos.

—No —respondió en un tono casi inaudible.

Ambas guardamos silencio y nos quedamos observando la lluvia que cae sobre la ventana, para mí sorpresa no es un silencio incómodo.

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Hemos vuelto. 💥

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Mil gracias por leer. 💙