28🔫
Ji Min escuchó perfectamente ese tono de voz, apagado y serio. Era el momento en que Jung Kook le pediría perdón por lo sucedido.
—Habla— dijo con sequedad, apoyándose sobre la encimera con ambos codos.
—Tengo que disculparme contigo por haberte robado toda la información que tenías —Jung Kook, que hablaba sin ganas, apretaba en su mano una pelotita de goma—.Hablé con Jin, asi que ya lo sabe.
—¿Así que fuiste tú? —perfectamente sabiéndolo, Ji Min se hizo el sorprendido y esperó a que le contara más.
—Sí, se lo vendí a otro periódico. Pero ya retiraron todo y bueno... Ji Min deja que te diga algo—Jung Kook de repente rió, pero su risa fue más irónica que otra cosa—.Podríamos haber hablado tú y yo a solas sobre esto. Mandar a alguien para que me llamara y amenazara con matar a mi padre fue demasiado lejos. No creí que estuvieras tan jodidamente loco como para hacer algo así.
Los ojos de Ji Min se desviaron de inmediato hacia Yoon Gi, quien no le quitaba la mirada de encima ahora mostrando una sonrisa socarrona. Puede que se hubiera pasado de la raya con eso pero Ji Min estaba tan enojado y decepcionado que no le importaba.
—No digas tonterías, yo no envié a nadie a amenazarte.
—¿Ah no? Pues Ho Seok ha sido descartado, no tenía ni puta idea de lo que le estaba hablando— le dijo, algo más calmado—.Supuse que debía de ser alguien de la oficina, la otra opción es que sospecharas de mí y contrataras a algún delincuente para que me llamara y amenazara. No es muy difícil de deducir, Ji Min. ¿En qué andas metido?
Las palabras no salían de su garganta, se sintió extraño al oír la forma en la que Jung Kook le hablaba, era como si lo estuviera acusando indirectamente de algo muy feo. Se puso muy nervioso porque no sabía qué responderle. No podía colgarle tampoco, eso sí que sería una metedura de pata.
—¿Te despidieron?—cambió de tema sin pensarlo, esperando una afirmación.
—¿Tú qué crees? Y no me cambies de tema.
Yoon Gi que había notado la tensión en las expresiones de Ji Min se acercó hasta quitarle el teléfono de las manos. Se lo colocó en la oreja y se sentó con su delgado trasero sobre un taburete.
—Si ya pediste perdón deja de joder. ¿Entendiste?
—¿Quién mierda es?¿Tú de nuevo?—ahora Jung Kook escuchaba con claridad la voz, sin ningún modulador de por medio.
—Sí. En realidad soy el novio de Ji Min, te estuve investigando porque sabia que eras un cabrón y querías robármelo y obviamente se huele tu envidia hacia su trabajo a kilometros—Yoon Gi le guiñó un ojo al pelirrojo—.Ahora que sabes eso, déjanos en paz y vete a buscar otro empleo.
—Hijo de pu...
El rubio colgó la llamada y le devolvió el teléfono al otro, regalándole una sonrisa de satisfacción. No era tan difícil salirse de la situación, le parecía que Jung Kook se lo creería ya que después de todo Ji Min lo rechazaba constantemente. El pelirrojo se quedó sin palabras, no le molestó para nada que hubiera dicho eso ya que se había quedado en blanco y no tenía con qué defenderse. Admiraba a Yoon Gi por la rapidez con la que actuaba. Se preguntaba si era normal sentir eso por un delincuente, aun que muchos de los más famosos eran tipos muy inteligentes y se les elogiaba e incluso algunos habían tenido un club de fans, pero eso ya era otro tema. Se sintió tan estúpido en ese preciso instante que hasta le dio envidia.
El rubio se apoyó sobre sus codos quedando su cara a la altura de Ji Min ya que éste estaba aun en la misma posición. Los dos se miraron fijamente, Ji Min se sonrojó de inmediato cuando el rubio le mostró una sonrisa diferente, más simpática.
—No era tan difícil, ¿no?
—Bueno, no me salía nada...—frunció su entecejo molesto por eso, pero sintiendo calor en sus mejillas por la forma en la que el rubio lo analizaba.
—Tranquilamente podríamos ser novios—lo sujetó de su barbilla y se levantó levemente para acercarse a su boca y darle un suave beso.
El pelirrojo cerró los ojos al sentir los otros labios tocando los suyos. Fue un beso muy inesperado para él porque solamente fue una presión contra su boca. No hubo lengua ni nada de esas obscenidades que pensaba que le haría. Después de que sus labios se despegaran, Ji Min notó los latidos de su corazón acelerados, se tocó el pecho inconscientemente ante los ojos del rubio que no dejaba de sonreír. Éste apoyó su mano bajo su mentón y ladeó la cabeza como un niño pequeño que miraba embobado sus dibujos animados favoritos.
—No te voy a mentir, Ji Min—le dijo sacándolo del planeta al que se había ido a dar un paseo—.Me atraen los chicos como tú. Te voy a extrañar cuando me marche.
—¿Qué estás diciendo? Yo... No, tú, yo. No, basta.
—Ahí vamos otra vez...—rodó los ojos y golpeó sus muslos con las palmas de sus manos—Está bien, olvida lo que dije. Dame una cerveza, anda.
Pero no recibió nada. Otra vez el chico de cabello rojizo se quedaba paralizado. Le latia muy rápido el corazón y no podía controlar lo que sentía su cuerpo, era como un leve temblor. Esa misma sensación la tuvo con uno de sus primeros novios; en ese entonces estaba enamorado perdido, igual que un adolescente y Yoon Gi le despertó algo de nostalgia con aquel dulce beso. Hacía tiempo que no salía con nadie y por lo tanto no recordaba lo que era sentir un poco de cariño. No fue para nada lo mismo que sucedió en el auto, aquello fue demasiado rápido y no le gustaba tener pensamientos sexuales hacia él. Al fin y al cabo Yoon Gi era un delincuente y no podía salir nada bueno de eso.
—¿Por qué haces eso? No me gusta que jueguen así conmigo—le aclaró mientras que miraba hacia otro lado.
—¿Pero tú eres lento, Ji Min?—elevó una ceja, y enseguida se cruzó de brazos—.No estoy jugando a nada. Me resultas atractivo, te lo acabo de decir ¿tan poca autoestima tienes?
—Pero... Siempre me pasa igual—Ji Min caminó hacia la sala y se puso a dar vueltas como un perro mareado, contándole al otro su estado emocional—.Me he besado con tantos que dijeron cosas bonitas y que al final terminaron dejándome por otros. No confío en los sentimientos de la gente, es difícil para mí. Además, sólo debes decirlo porque hace mucho que no... Bueno, eso.
—¿Pero de qué mierda estás hablando ahora?—casi se cayó del taburete al escucharlo. Comenzó a reírse porque parecía haberse montado una telenovela en menos de un minuto—Ji Min, eres muy gracioso... ¿Qué pasa si te digo que me enamoré de ti? ¿No crees eso posible?
El otro negó cabizbajo. Era cierto que las cosas en el amor siempre le fueron muy mal y cada vez que alguien trataba de ligar con él Ji Min se ponía en un actitud muy defensiva, armando un gran escudo a su alrededor. Por eso había rechazado a Jung Kook cuando éste le lanzaba indirectas. No era fácil para un chico como él, solamente estuvo centrado en su trabajo, el cual parecía que volvería a la normalidad muy pronto. Aunque después de los sucedido suponía que volveria a redactar basura.
Yoon Gi se quedó en silencio y tomó una cerveza de la nevera. Fue hacia Ji Min y le agarró el brazo hasta empujarlo sobre el sillón. Abrió su lata y bebió un largo sorbo para después sentarse en el sillón de en frente.
—Ahora seré tu psicólogo —le señaló con el dedo y luego subió sus pies a la mesilla del café —.Escupe todo lo que tengas dentro, desahógate, cuéntame tus desgracias en el amor. Soy todo oídos.
—¿Qué? —Ji Min se puso de pie a la velocidad de la luz, sin dejar de fruncir sus cejas hacia abajo, se veía como un niño caprichoso— Tú quieres aprovecharte de algo que vaya a contarte, no soy tonto. Bueno, no tanto.
—Intento ayudarte—el rubio bostezó y estiró sus brazos, se estaba aburriendo —.Yo también lo pasé mal con algunas persona aunque no te lo creas. Tendré cara de playboy pero soy un tipo muy sensible.
—¿Tú sensible?—Ji Min empezó a reir, acompañado de un movimiento de hombros— Has robado, estafado, asesinado...¿De qué sensibilidad hablas?
—Eso nada tiene que ver con el amor.
La expresión de seriedad en Yoon Gi le decía que hablaba con total sinceridad, fuera de bromas. Ji Min suponía que no estaría mal hablar sobre sus sentimientos, después de todo ya lo había hecho pero estando borracho, a saber que barbaridades le habría contado al rubio.
Volvió entonces a sentarse y esta vez estando sobrio y fresco le contó a Yoon Gi todo lo que pasó por su vida. El otro lo escuchó atento y se dio cuenta de que en realidad tenían muchas cosas en común.
Cada palabra que el pelirrojo soltaba de sus labios entraba por los oídos de Yoon Gi y se quedaban dando vueltas allí. Era agradable sentir su voz más tranquila, sin gritos ni quejas de por medio.
Los minutos fueron pasando, inluso las horas. Como si fueran amigos de toda la vida ambos charlaron sin pensar en el tiempo. Ji Min sintió que volvía a su adolescencia, allí cuando tuvo un gran grupo de amigos con los que se divertía. Ahora era un amargado que se quejaba de todo porque la vida había decidido ser su enemiga número uno. Nunca pensó que fuera a caerle tan bien un delincuente prófugo de la ley.
Yoon Gi comenzaba a agradarle por su forma de hablar, parecía alguien completamente diferente. Al final le creyó cuando le dijo que tenía sentimientos. Ji Min se preguntaba por qué una persona así había decidido tomar tan mal camino en la vida.
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