18🔫
Esperando frente a la puerta, Liu sostenía la mano de su pequeña mientras que ésta le preguntaba por qué tardaban tanto en abrir. Ji Min se había puesto a juntar todo el desastre que a Yoon Gi se le ocurrió hacer a último momento, sólo para sacarle canas.
Latas, papeles, ropa... Todo tirado por doquier cual pocilga. Ji Min trató de ordenar lo más rápido posible para que su compañera Liu no pensara que en realidad no quería abrir la puerta.
Quizás habían pasado alrededor de dos minutos y medio cuando por fin terminó la tarea. De inmediato corrió hacia la puerta, giró la llave y abrió, poniendo su mejor sonrisa.
—Creí que te habías arrepentido—Liu no parecía estar molesta, pero sí con prisa. La niña soltó su mano y dio un paso hacia Ji Min—. Ella es Xiu; no te preocupes, ya le dije quién eras y a dónde tenemos que ir.
—Que bueno—sonrió Ji Min, mirando a la niña—.Es un gusto Xiu, soy Ji Min.
La niña lo miró por un rato, seriamente. Su cara era redonda y sus cachetes bastante grandes, la mirada era la misma que la de su madre. Xiu era algo grande de cuerpo, a pesar de tener tres años. Ji Min la analizó rápida y efusivamente, dándose cuenta de que su madre la vestía con ropa de marca.
—Bueno, debo irme. Gracias por esto, Ji Min. Te debo una—Liu le dio un beso en la mejilla a su hija y ésta se despidió de ella agitando las dos manos.
Una vez que la puerta se cerró, ambos se quedaron en silencio. Ji Min no sabía qué decirle a la niña, además de que su mirada lo intimidaba. Parecía enojada, pero su voz no se complementaba con esas expresiones faciales, le era difícil adivinar qué era lo que pasaba por su cabeza. En ese momento lo más importante era esperar a que Yoon Gi no apareciera porque si lo hacía podía ocurrir cualquier cosa.
—¿Puedo ver la tele, señor? —habló Xiu educadamente, juntando ambas manos tras su espalda— En este horario siempre veo mi serie animada favorita.
—Ah, claro, adelante.
De manera rápida Ji Min encendió la tele y le dejó el total control a Xiu. No le agradaba el hecho de que lo llamara señor, pero le sorprendía que fuera tan educada y correcta al hablar, no era normal para él ver a una niña de su edad hablar de esa forma. Suponía que debía de ir a una muy buena escuela.
Por un momento quiso preguntarle algunas cosas, por pura curiosidad, pero de algún modo se sentía intimidado y no sabia si por su forma de hablar o por su rostro tan serio. Definitivamente no se parecía a su mamá en ese aspecto. La dejó entonces con su entretenimiento, el cual se dio cuenta de que era un anime de magical girls.
Su próximo paso era prepararle un pequeño aperitivo, incluso se molestó en ir hasta una pastelería a comprar una porción de tarta de fresa. Pero luego surgieron preguntas en su cabeza. ¿Y si le tenía alergia a las fresas? ¿O a la harina? ¿O a las tartas? ¿O a las porciones de tartas de fresas?
—Joder... —murmuró preocupado camino a la cocina.
Y entonces, cuando Ji Min creía estar bien jodido, apareció quien menos quería ver.
Yoon Gi se asomó por la puerta de la entrada, miró al pelirrojo fijamente y luego a la niña grandota sentada en el sofá. Por supuesto que estaba vestido de mujer, pero Ji Min suponía que eso era mala señal. Seguramente había ido a engatusar a alguno de sus vecinos para robarle algo.
El rubio entró tranquilamente, con una bolsa en la mano, la dejó en la encimera de la cocina, ante la mirada atónita del otro.
—¿Qué haces aquí? ¿Dónde estabas? ¿Por qué andas con una bolsa de Tiffany & Co?—Ji Min preguntó apresurado, pero en voz baja para que la niña no lo escuchara.
—¿Es que tengo que pedirte permiso para salir, cariño? —Yoon Gi fingió otra vez una voz femenina que para nada quedaba con su aspecto, porque le salia horrible—.Yo no me casé contigo para que me trates así.
—Deja de hablar de ese modo, estúpi...
—Señor—la niña, quien había estado concentrada viendo Sakura Card Captor, llamó la atención de ambos con su voz—.Se cortó el cable. ¿Ha revisado recientemente sus facturas?
En ese momento a Ji Min le preocupó más el que Yoon Gi estuviese ahí que el maldito cable, aunque había una posibilidad de que se le pasara por alto pagar ese mes. De todos modos, su intento por tratar de evadir el contacto visual entre el rubio y la niña, fue un fracaso. Yoon Gi ya había puesto los ojos en ella; a un delincuente como él no le interesaban los niños, ni para robarles un caramelo y hacerlos llorar, pero sí para fastidiar a Ji Min.
—¡Pero que niña más bonita!—dijo Yoon Gi fingiendo emoción —Cariño, ¿cómo no me dijiste que teníamos visita?
Sin poder escupir malas palabras, como tanto deseaba, Ji Min sonrió forzado al ver que Xiu lo miraba y parpadeaba varias veces. Yoon Gi ya se habia acercado a sentarse junto a ella para seguramente empezar un macabro plan en su contra.
—¿Cómo te llamas pequeña?
—Mi mami me dijo que eras soltero—Xiu miró a Ji Min y luego volvió la vista a la rubia—. Encantada, soy Xiu. Tu crossplay es muy bonito. ¿Están casados?
—Oh, pero que graciosa es esta chiquilla... —Yoon Gi rio mostrando los dientes, la verdad que no entendía qué decía aquella niña—¿Qué es eso?
—Pues eso quiero decir que te vistes de un personaje del otro género. Oh... Entonces debes ser un Drag Queen.
Ji Min no quería creer lo que oía. Esa niña no era para nada tonta y sabía términos demasiados complejos para su edad. Aunque se vio sorprendido porque descubriera tan rápido la identidad de Yoon Gi, lo que más le preocupaba era que después de esa noche le contara a su madre que en realidad se había casado con un travesti.
—Oye, Xiu, no creas nada de lo que dice. Es una broma—Ji Min se acercó hacia ambos, hablando apresurado —.Tú ignóralo, sigue viendo tus dibujitos, anda.
—Pero se cortó el cable—ella hizo un puchero y después miró a "la rubia"—¿Podemos jugar?
—No, Yoon Ah ya se tiene que ir, ¿verdad? Que penita —Ji Min agarró el brazo del rubio y lo obligó a levantarse del sillón, arrastrándolo hasta la puerta—.Tiene un show en el bar de la esquina.
—Eh, cuidado con lo que insinúas—Yoon Gi se escapó y volvió hasta el sillón —No seas aguafiestas, la niña quiere jugar.
—Sí, por favor, me gustaría jugar con él un rato. Traje mi set de maquillaje.
Sin opción a negarse otra vez, Ji Min tuvo que dejar que Xiu pasara el rato con Yoon Gi a quien pintó el rostro una y otra vez con variedad de dibujos. En un principio no fue tan malo como pensó, pero luego aquel desgraciado empezó a contarle mentiras y enseñarle cosas que tenía guardada en los cajones, revelarle secretos que no sabía de dónde los sacó e intentar convencerla de que la policía era realmente inútil y que nunca atraparía al criminal Min Yoon Gi.
La noche se volvió su pesadilla y, en lugar de ser él el niñero, Yoon Gi tomó su papel. Cuando llegara la hora de que Xiu fuera a casa, debería hacerle un lavado de cerebro.
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