Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

04🔫

  No hay abogados  que defiendan mi caso

  No hay órbitas para enviarme al espacio exterior.

  Y mis dedos están llenos de joyas... con diamantes y oro. 

Pero eso no me va a ayudar ahora.


Soy un problema.
Si, un problema ahora.


Soy un problema.
Molesto a mi pueblo
.

Soy un problema.
Sí, un problema ahora.


Soy un problema.

Tengo problemas en mi pueblo  



—¿Disculpa?

El rubio se llevó otra papa frita a la boca y mientras la masticaba, ignorando a Ji Min, tomó el control remoto y empezó a cambiar de canales.

Ji Min frunció el entrecejo, enojado por ser ignorado tan descaradamente sabiendo que lo escuchó. Estaba a punto de pararse frente al televisor y taparle la visión, pero recordando que tenía un arma con la que no dudaría en apuntarle y quien sabe si también dispararle, prefirió quedarse en su sitio.

—O-oye, no te hagas el sordo.

—Silencio, quiero ver como salí en las noticias...

—¿Eh?

La inconfundible música del noticiero comenzó a sonar. Ambos miraron la tele atentos. Ji Min se acercó lentamente hacia el aparato para poder ver mejor.

"La policía ha hecho un llamado de alerta a todo el país. Se cree que el criminal prófugo Min Yoon Gi podría escapar del país. Se han cerrado todos los aeropuertos para evitar que esto ocurra..."

Después de la información dada por la reportera, una imagen del prófugo salió en pantalla. Ji Min miró de reojo a quien tenía tirado en su sillón. La misma expresión de amargado, piel muy pálida, cabello rubio despeinado...Dio un brinco exagerado y chocó contra la pared.

—¡Eres tú!—gritó señalándolo.

—Joder, tenía mejores fotos que esa—se quejó, chasqueando su lengua. Se volteó para mirar hacia el pelirrojo que parecía estar bastante asustado y lo señaló con la pistola—¿No sabías quién era? Que vergüenza, todos saben quien soy. Me ofendes.

Ji Min quiso poder ocultarse fundiéndose con la pared, pero dado que era algo imposible, simplemente salió corriendo para encerrarse en su cuarto. Las pulsaciones habían subido en pocos segundos, sentía que estaba a punto de morir. Se apoyó contra la puerta y respiró hondo.

—Bien, esto es un sueño. Ji Min, estás soñando—se dijo así mismo sonriendo como un idiota, tratando de creerse su propia mentira—Cuando salga del cuarto, ese tipo no estará ahí, no... Sólo es un sueño, sí.

Después de calmarse un poco, abrió lentamente la puerta y se asomó por el poco espacio que dejó. Se chocó entonces con la mirada de asesino del rubio. Estaba parado frente a su puerta, como esperando que saliera de ahí. Aun sostenía el arma en su mano y con la otra se terminaba de comer toda la bolsa de frituras, sin ninguna delicadeza.

—Ni se te ocurra hacer alguna estupidez, Park Ji Min—dijo el rubio sonriendo.

—¡Dios, Jesús, sal de mi casa!—volvió a cerrar la puerta y quiso trabarla, pero en esa habitación no había llave por lo que maldijo unas cuantas veces—¡Mierda!

—Te dije que ahora seré tu compañero, no me desprecies así, hombre—Yoon Gi empujó la puerta para poder entrar, pero Ji Min forcejeó. Estaba jodidamente asustado—Vamos, abre mierda.

—¡No me mates!—lloriqueó.

—Tengo mi ropa ahí dentro, joder abre. ¿Quieres que me quede en pelotas?

El pelirrojo tragó grueso y por su bien, dejó que pasara para no tener que estar viendo a ese criminal medio desnudo por su casa. Se apartó de la puerta y se fue a esconder en la esquina como un ratoncito asustado. Mientras, Yoon Gi había entrado y se detuvo a observarlo divertido, alzando una ceja. Después se acercó hasta la cama y tomó su ropa; se quitó la toalla sin miramiento alguno en frente del otro, dejando su cuerpo desnudo a la vista. Ji Min se tapó la cara cual niña avergonzada e inocente y volvió a maldecir.

—¡Cámbiate en otro lado, mierda!

—¿Nunca viste a alguien desnudo o qué?  

Yoon Gi rió por la acción tan infantil que ese periodista le mostraba. Tomó los calzoncillos (robados, por supuesto) y se los colocó. Se vistió después con unos jeans rotos, una camisa blanca y una sudadera color negra. Su cabello aun seguía mojado por lo que lo secó rápidamente con la toalla y luego la tiró sobre la cama. Guardó su arma en su porta pistola y se acomodó descaradamente en la cama.

La actitud tan desvergonzada de aquel delincuente dejaba a Ji Min sin palabras. Se dedicó a mirar lo bien que le quedaba aquella ropa, porque a decir verdad, era un tipo apuesto. No era lo que se había imaginado. Definitivamente, no era ese viejo de unos cuarenta o cincuenta con barba y fumador. Se veía delgado, pero en ningún momento pensó que fuera a causa del cigarrillo ya que no notó olor a éste a su alrededor. Y esperaba que no le saliera con alguno de repente, porque Ji Min lo odiaba.

—¿Qué miras?—lo sacó de sus pensamientos, haciéndolo dar un salto.

Su rostro se sonrojó levemente y se dio una fuerte cachetada interna por ser tan idiota. Tenía que escapar de su casa y llamar a la policía cuanto antes, no podía dejar que un criminal se apropiara de su casa como si tal cosa. Agachó la cabeza y salió a pasos muy rápidos, no queriendo levantar sospechas de su fuga. Pero Yoon Gi no era idiota; se levantó rápidamente de la cama y lo persiguió como todo un acosador.

—Deja de seguirme—dijo nervioso, mirando disimuladamente hacia las llaves de la casa.

—Ni se te ocurra escapar o mato a tu novio —le apuntó en la frente, esta vez con su dedo.

—¿N-novio? yo no tengo novio...

—¿Y quién es ese de la foto de tu cuarto?—arrugó la cara y movió su cabeza en dirección hacia la habitación.

—Es mi hermano, imbécil—Ji Min estuvo a punto de golpearlo por soltar tal incoherencia, ¿Acaso no veía el parecido?

—Como sea, si intentas llamar de nuevo a la policía o me entero de que le has contado mi paradero a alguien, los mato a todos, ¿capisci?      

—¿Ca...qué?

—Que si entendiste—rodó los ojos exagerado y empujó su cabeza con el dedo hacia atrás para dar media vuelta y volver a holgazanear.

Con aquella amenaza ahora sí que estaba jodido. Min Yoon Gi, un delincuente muy peligroso, del que todos hablaban, última noticia... ¿Qué se suponía que debía hacer con él en su casa? Estar bajo amenaza de muerte lo ponía más nervioso todavía. A primera vista parecía inofensivo con esa imagen que aparentaba ser un hermoso ángel caído del cielo, pero resultaba ser más bien un demonio salido del infierno. 

Aun así, Ji Min tenía que hacer trabajo. No podía dejarlo tirado si no quería ser despedido, además, debía redactar la noticia en base a ese tipo que ahora se auto-nombró su compañero de piso. Por un lado podría usarlo como ventaja y hacer un trabajo excelente, aunque claro, iba a ser casi imposible aprovecharse de ese tipo y pedirle colaboración. Aunque podía hacer un intercambio ya que lo ocultaría en su casa. Quizás Ji Min estaba dejándose tentar demasiado por esa idea, y se estaba olvidando del gran problema que tendría si la policía se llegaba a enterar. Sería acusado por encubrimiento  y entonces su vida y su sueño de llegar a la cúspide del periodismo se iría a la mismísima mierda.                 

—Estoy jodido—se dijo así mismo, frunciendo los labios.      

                 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro