5- Una bonita isla
Kale arriba a la isla del androide diecisiete sorprendiéndose que el androide estaba defendiendo la isla de unos cazadores.
Algo en ella despertó, un sentimiento de enojo hacia esos sujetos. Rápidamente desapareció del aire y golpeó a uno de los cazadores en la nuca dejando a este inconsciente.
—Vaya, eso fue rápido. Tú debes ser la chica del torneo, ¿me equivoco? — cuestionó el androide mirando a Kale.
—Sí... soy yo. — dijo tímidamente y el androide soltó una pequeña sonrisa mirando a la saiyajin.
—Ya veo, ¿qué haces aquí? Que yo sepa este no es tu universo. — dedujo 17 viendo a Kale luego se dio la vuelta mirándola de frente —. ¿Ha ocurrido algo malo en el universo seis? — inquirió el androide.
—No... sólo que vine a entrenar, sin embargo no tengo maestro. — respondió la chica y continuó. —Es que... fue apresurado por culpa de Kyabe.
El androide comienza a caminar por aquél lugar con los brazos a sus costados.
La saiyajin comenzó a seguirlo de cerca observando cada detalle de la isla, las criaturas que habitaban en ella.
Supo entonces que quería ayudarle a 17 defendiendo la vida silvestre, Kale se acercó lentamente a unas aves pero salieron volando. El silencio producido por la falta de plática entre ambos no era incómoda sino todo lo contrario, era agradable. El escuchar el sonido de los animales le hacía sentir feliz, bastante feliz a Kale.
—Yo no puedo entrenarte. — explicó el androide manteniéndose serio pero continúa. —Pero conozco a alguien que sí podría ayudarte.
—¿De verdad? — miró a 17 con una sonrisa. —¿Y de quién se trata?
—Te lo diré si me ayudas en la isla unos cuantos días, ¿quedó claro? — preguntó el androide de manera neutra.
—Está bien. Sadala no es nada comparado con la tierra. — explica la chica.
—¿Planeta Sadala? ¿Así se llama el planeta de los saiyajin? — preguntó el androide con curiosidad.
—Sí, en su mayoría son soldados o vándalos y creo que encajo en el segundo grupo. — se explicó Kale algo nerviosa.
El androide la miró con seriedad durante unos minutos sabiendo que lo que decía la chica era posiblemente verdad.
—Eso no me interesa. — respondió a secas 17 —Cuando uno está en riesgo, así sea pandillero o un policía, tratará de hacerse fuerte o esconderse. Yo conozco a los saiyajin y ellos nunca huyen de un combate. — concluyó 17 mostrando una sonrisa pequeña.
—Entiendo. ¿Cuándo comenzamos con lo de la isla? — preguntó la saiyajin algo ansiosa.
El androide rió brevemente mientras seguía su camino por la reserva natural que protege.
—No comas ansias, comenzaremos hoy, aunque el trabajo realmente aún no está completado. — Mencionó el androide para luego agregar mientras camina. —. En esta isla hay seres que están casi extintos, e incluso, muy raros. Es por eso que los cazadores furtivos quieren atraparlos a como dé lugar. Son Goku antes del torneo me ayudó a rescatar unos animales de la isla y por eso decidí participar.
—¿Por eso? Pensé que era por que no querías desaparecer. — se mostró confundida la saiyajin.
—Ante una extinción masiva poco o nada se puede hacer pero al enterarme de que se podía dar otra oportunidad a los universos que no sobrevivieron a tal acontecimiento, decidí aceptar y ayudarlos. — concluyó el androide. —. Como verás hay muchas personas con objetivos diferentes, el objetivo del universo siete era sobrevivir al igual que el de todos y, en éste caso, revivir a los que no corrieron con tanta suerte.
—Ya comprendo. Seré muy fuerte para defender mi hogar y también tu isla. —dijo con convicción, Kale.
El androide se da la vuelta y empieza a sobrevolar dirigiéndose a un gran barranco donde observar toda la isla, Kale lo imita siguiendo su misma dirección posándose a su costado.
Nuevamente el silencio se apoderó de los dos guerreros que veían el paisaje de aquella isla era adornado por las criaturas que chillaban y emitían sus ruidos característicos.
Minutos más tarde una gran nave se posa sobre la playa de la isla de ella salieron un montón de sujetos que no pertenecen a la tierra.
—¡Oh no! Ellos están atacando la isla. — dijo Kale asustada.
—Esto es parte de mi trabajo, Kale. Ven. — pidió el androide.
—¿A dónde? — confusa miró la saiyajin a 17.
—Vamos a ahuyentarlos. — replicó el androide con sinceridad.
—Muy bien. — asintió Kale, mirando a 17 que permanecía con tranquilidad.
Los dos fueron directamente a donde había aterrizado la nave de los cazadores, éstos últimos trataban de golpear a los dos guerreros pero sus ataques eran en vano.
Kale preparó un ataque de ki de color verde para lanzárselo a los cazadores pero es detenida por 17.
—No hagas eso, podrías acabar matando a muchos animales. ¿Crees poder encargarte de estos tipos? — preguntó 17 mirando a Kale con confusión.
—Talvez pueda hacerlo. — dijo tímidamente la saiyajin.
—Bien, hazte cargo de esos tipos molestos. — le sonríe —. Recuerda cuando le diste una paliza a Son Goku.
Kale recuerda ese acontecimiento y decide pasarlo por alto, ella aún no controla su poder al cien por ciento por lo que decidió entrenar en la tierra.
Uno de los sujetos atacó a Kale por un lado, no obstante, su puño fue detenido por la mano izquierda de la saiyajin, para luego golpearle en el rostro dejándolo inconsciente.
Uno a uno fueron derrotados por este raro dueto hasta llegar al jefe, un hombre de piel azul y cabello lila que parecía molesto con quien estaba frente a él, se trataba de 17.
—Vaya, ¿quieres proteger tu isla, jovencito? — dijo con sorna el jefe.
—Así es, además hoy no estoy sólo. — de pronto dos guardias atacaron al androide.
17 detuvo a ambos con suma facilidad lanzando a éstos en direcciones opuestas con un puño y una patada respectivamente.
—¿Cómo pudiste hacerle eso a mis mejores hombres? — espetó atónito el jefe.
—No creo que hayan sido los mejores, no sirvieron ni para calentar. — respondió el androide.
Por el rostro del desconocido una gota de sudor, señal inequívoca del pavor que en su cuerpo había, en un corto instante, el puño de 17 estaba incrustado contra el rostro del sujeto mandando a volar al alienígena.
Todos habían sido neutralizado por 17 y Kale, la chica entró a la nave liberando a las criaturas que fueron capturadas por los criminales.
—Oye Kale, te lo agradezco. — agradeció el androide con una sonrisa viendo la reserva natural
—¿Eh? Pero si yo no hice nada. — dijo la chica con una mirada de confusión.
—Hiciste algo muy noble, como la mayoría de esbirros de ese tipo salieron a atacarte creyendo que eras más débil, me dejaron a mí el camino libre y ellos descubrieron que no eres débil.
Kale miró a 17 con una sonrisa en sus labios pero decide mantener su distancia. El androide decide continuar rompiendo el silencio.
—Te diré quién es el maestro indicado para ti. — dijo el androide sonriendo.
—Dime, ¿puedes? — pidió, Kale escuchando atentamente el verdor del bosque.
—Claro, se llama Piccolo. Él entrenó a Gohan, así que puedes pedirle que te entrene. — menciona el androide para luego añadir. —.Y espero que vengas a visitarme.
—Por supuesto, vendré cuando pueda. — dijo emocionada rodeándose de un aura blanca. —. Me despido, ¿cómo te llamas?
—Me llamo 17. — respondió el susodicho con serenidad.
—Bueno, adiós 17. — dijo para elevarse y marcharse de la isla.
La saiyajin mostraba una ligera sonrisa en sus labios mientras recorría el océano buscando a Piccolo, pero sintió el ki de Caulifla en dirección este.
—Mi hermana está hacia allá. Iré si talvez esté ese tal Piccolo. — murmuró Kale volando a Ciudad Satán.
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Planeta Tierra
Ciudad Satán
Goku y Piccolo volaban en dirección a aquella ciudad junto con Caulifla, Krillin y Número 18 que seguían al dúo de cerca. El namekiano traía un mal presentimiento acerca de la esposa de Goku.
—«¿Qué tendrá Milk? Gohan me contó que la vio agotada hace un tiempo» — pensaba Piccolo volando junto a Goku. —«Si ella llega a empeorar y morir, Goku podría colapsar.»
Atrás se quedó el bosque y el verdor de la naturaleza, ahora ellos están sobrevolando la ciudad que lleva el nombre del campeón mundial de artes marciales.
Caulifla observa todo a su paso se sentía muy diferente, un planeta para ella extraño pero hermoso. En su rostro se dibujó una sonrisa reconfortante mirando a los edificios de Ciudad Satán.
Goku y Piccolo descienden en el patio de la casa de Gohan seguidos por Krillin, 18 y Caulifla.
El primero en acercarse a la puerta fue Goku, dando un golpeteo leve para que le escucharan. La puerta se abrió dejando ver a Milk cargando a Pan con una mirada sorprendida.
—¿Goku? ¿Qué ocurrió? ¿Tuviste una pelea? — dijo la terrícola mientras señala su rostro levemente lastimado.
—Sí, algo así. — el saiyajin vio a Milk con preocupación. —No es para tanto. — le sonríe mostrando su típica sonrisa.
—Ah, menos mal. — la terrícola le sonríe al saiyajin invitándolo a pasar quien es seguido de Krillin y 18.
En ese momento, Piccolo vuelve a sentir un ki muy poderoso poniéndose en pose de combate esperando cualquier cosa.
Caulifla sabe con exactitud que ese ki pertenece a Kale, poniendo su brazo izquierdo deteniendo al namkiano.
—¿Qué te sucede? — dijo molesto el namekiano mirando a Caulifla.
— Oye, cómo sea que te llames, ese ki pertenece a mi hermana. — se explica Caulifla, mientras sonríe. —No tienes de qué preocuparte, ella es incapaz de hacerle daño a la gente a menos que entre en estado de cólera.
—Ya veo, ¿ella también vino a entrenar? — Caulifla asiente poniendo sus manos en la cadera.
—Conociendo su actitud sé que no podrá con el entrenamiento del maestro de Kyabe. — se explicó Caulifla tomando aire para seguir —. Kyabe para que se transformara tuvo que hacerla enfadar diciéndole cosas horribles, pero lo único que logró fue hacerla llorar.
—Veo que te preocupas mucho por ella, Caulifla. — dijo el namekusei de manera serena recordando cuando inició a entrenar a Gohan. —Gohan era muy llorón cuando era niño pero guardaba un poder inmenso tanto que logró superar a Goku durante un tiempo.
—¿Qué? ¿Gohan logró eso? — dijo sorprendida la saiyajin mirando a Piccolo. —Entonces debe ser muy fuerte. — Piccolo de ríe levemente.
—Claro, es muy fuerte. Pero se tardó varios años. — explicó el namekiano.
Unos instantes después, Kale arribó siguiendo la energía de su hermana encontrándose con una gran casa.
La chica de piel canela aterriza en el jardín con suavidad mirando cada detalle, cuando llegó a la ventana encontró con una escena bastante divertida y emotiva: Gohan y Videl perseguían a Pan que volaba en círculos sobre la mesa donde estaban sentados.
Se forzó a caminar a la puerta, cuando llegó golpeó tres veces al portón abriéndole Videl.
—Oh, hola. Ven pasa. — saludó la terrícola a la tímida saiyajin. —Una chica nos dijo sobre ti.
—¿D-de verdad? — preguntó Kale tímidamente y vio como Videl asintió, decidió entrar observando los detalles de la casa.
En ese lugar, Goku y Caulifla estaban entrenando mentalmente ante la mirada atenta de Milk que tomaba un poco de té.
Kale siguió al lugar sorprendiéndose como su hermana estaba entrenando, nunca la había visto entrenar de esa manera.
—Hola. — saludó tímida la chica de piel canela mientras veía a los allí presentes.
—Hola, vaya sigues siendo igual de tímida. — saludó, Gohan cargando a la pequeña Pan.
—Este... — dice mirando al suelo. —. Un poco. ¿Qué hacen mi hermana y Son Goku? — preguntó Kale confundida al verlos sentados frente a frente con los ojos cerrados.
—Están haciendo entrenamiento mental. Hacen una simulación de una pelea entre ambos, puede ser tan realista que pueden sufrir heridas. — le sonrió el híbrido a la chica de piel canela.
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