23- La pelea de Kale
Los guerreros Z que se hallaban en el templo de Kamisama retaban con la mirada a los recién llegados, el androide no expresaba ninguna emoción.
El guerrero con la trenza se lanzó contra Yamcha tirándolo del templo directo a la tierra en una montañas áridas, seguidamente de Krillin y Piccolo junto con sus rivales respectivos.
El humano de pelo largo apenas podía esquivar los golpes de su adversario al tiempo que Piccolo y Krillin sostenían combates reñidos con sus oponentes.
—¡¿Qué diablos es este tipo?! — exclamó Piccolo dudoso elevándose siendo seguido por el bioandroide. —"¡Tiene una resistencia asombrosa!" — pensó el nameku cargando un makankosappo.
Mientras eso sucedía, Yamcha estaba recibiendo una verdadera paliza por parte del sujeto con trenza, estaba tirado en el suelo con heridas visibles y sangre en la cara. Su rival de nombre Iruma estaba por darle el golpe final.
—Este es tu fin, terrícola — exclamó el extraterrestre.
Yamcha había cerrado sus ojos ante el inevitable final que nunca llegó, el pelinegro abrió indeciso los ojos para encontrarse a Iruma lejos de él incrustado en unas rocas.
—¿Quién lo derrotó así de fácil? — indagó Krillin sin dar crédito a lo ocurrido.
Piccolo elevó su cabeza al cielo encontrándose con Gohan, sonrió muy contento al ver como su discípulo el cual regresaba de la universidad los había salvado.
—Es Gohan, increíble. De un solo ataque lo derrotó — musitó el namekiano.
—¡Es tu oportunidad! — vociferó Iruma al androide biológico que agarró del cuello a Piccolo.
¿Habría copiado sus poderes? Se preguntaba el híbrido sorprendido, aquello fue comprobado cuando el rival de su maestro hizo su técnica insigne, el Makankosappo, el namekusei estaba perplejo y no podía moverse. Se cubrió para que el ataque no le diera y, de manera sorpresiva, no le ocurrió nada pero sí estaba confundido.
El makankosappo había pasado justo por dónde él estaba pero había una enorme cortina de polvo que no dejaba ver.
—Eh, ¿adónde fue Piccolo? — murmuró Krillin observando a todos lados.
El polvo se comenzó a disipar dejando ver un pelo de color verdoso y unas botas color dorado, el Namekiano conocía de lejos esos atuendos.
Una vez que se disipó la polvareda dejó verles con total claridad la identidad de esa persona, no era ni más ni menos que Kale.
Gohan abrió sus ojos violentamente al igual que su quijada la sintió caer abrirse, no se esperaba que ella estuviera allí.
—¿Kale? ¿En qué momento llegó aquí? — inquirió Gohan mirando a la chica.
De un momento a otro desaparece de la vista de todos acercándose al androide propinando un potente puñetazo en el abdomen.
Gohan se acercó a su maestro y lo observó con una sonrisa, Piccolo usando uno de sus dones le cambió la ropa al mestizo por un traje parecido al del nameku.
—Aún no comprendo cómo Kale haya llegado aquí tan rápido — murmuró Piccolo observándola.
—Señor Piccolo, nosotros tres nos haremos cargo — habló Gohan con una voz llena de seriedad.
Kale hizo una voltereta cayendo de pie al lado de los dos guerreros. Krillin y Yamcha se ponen de pie mas no estaban en las mejores condiciones.
—¡Krillin, Yamcha vayan con Dende. Ustedes ya hicieron suficiente! — exclamó Gohan poniéndose en pose de batalla.
—¡¿Gohan?! ¿En qué piensas? — gritó Krillin sorprendido.
—¡Ustedes no son los oponentes indicados, Krillin! — vociferó Piccolo con enojo hacia el calvo.
Yamcha emprendió el vuelo pero se detuvo al ver que Krillin no lo seguía, el terrícola estaba frustrado por no ser de utilidad.
—¿Qué esperas, Krillin? ¡Vayanse ya! — pidió Kale preparándose para la pelea —Tal vez necesitemos esas semillas mágicas — añadió la saiyajin con calma.
Krillin suspiró con pesadez sabía que no podía ayudar mucho en la pelea, pero la forma que lo dijo la morena lo hizo entrar en razón. El terrícola se elevó marchándose junto con Yamcha, sin embargo fueron interceptados por otros dos sujetos bastante poderosos.
Los dos humanos cayeron contra el suelo quedando fuera de combate e inconscientes.
—Maldición, esto se pondrá aún más complicado — exclamó Gohan.
—Sin Son Goku ni Vegeta tú eres el más fuerte — respondió Kale con calma —Pero ahora no es momento de hablar — añadió intensificando su aura de súper saiyajin.
Los tres se lanzaron rápidamente contra los invasores comenzando una verdadera batalla campal. Kale dominaba sin esfuerzo a los recién llegados al mismo tiempo que Piccolo y Gohan les propinaban una paliza a Iruma y al oso, dejándolos fuera de combate.
La saiyajin debido a que tenía cierta estrategia dejó sin posibilidades de derrotarla a los nuevos. Puso marcha al bioandroide quedando frente a él casi a la misma altura.
—Gohan, la veo muy seria. Hace un momento lo golpeó con mucha fuerza. Tal parece que estaba entrenando cerca de aquí — acotó el namekiano.
—No es así — contradijo el mestizo serio —. Kale entrenó con 17 en su isla, ella solía marcharse de noche cuando yo regresaba para no dejar a Videl ni a Pan solas — frunció el ceño y sonrió —. No me sorprende que se haya hecho muy poderosa — finalizó el híbrido saiyajin.
(...)
Universo 1
Planeta de Iwen
Goku seguía con el extenuante entrenamiento para dominar el ultra instinto y salvar su universo.
El saiyajin miró al cielo con seriedad recordando aquella saiyajin de pelo alborotado que él mismo entrenaba y recordó que no quería perderla.
*—También te quiero, Caulifla, no me lo perdonaría si algo malo te llegara a pasar. —Es por eso que estoy ayudándote a ser más fuerte*
Se dio la vuelta regresando con el ángel de aquel universo manteniéndose serio.
—Señor Iwen, sigamos con el entrenamiento — exclamó el saiyajin con seriedad.
El dios de la destrucción sonrió levemente y le ordenó a su asistente que reanudaran el entrenamiento, sabía de primera mano que Goku no se daría por vencido tan fácil.
Durante el torneo de la fuerza hizo poner de pie a todos los dioses destructores al dominar el ultra instinto pero ahora es más necesario.
Miro a Awamo de reojo y este asintió, el ángel se acercó al saiyajin tomando una pose de combate idéntica a la de Whis, el pelinegro tomó su tradicional posición de batalla rememorando los momentos con Caulifla.
(...)
Universo 7
Planeta Tierra
Un choque de puños entre Kale y el androide hizo temblar la región en la que se hallaban, multitud de rocas se elevaron por el poder de ambos.
El ser artificial atacó nuevamente a la saiyajin quien bloqueó su ataque con facilidad, impactó su rodilla con el abdomen del experimento y remató con un codazo tirándolo al piso.
—Increíble, ella es asombrosa — afirmó Piccolo observando atónito el combate.
La saiyajin se elevó seguida del villano que comenzó a cargar un makankosappo para tirarlo en contra de la chica.
—¡¡Ten cuidado Kale!! — exclamó el híbrido observándola fijamente.
El ataque del experimento le dio de lleno a la saiyajin generando una cortina de humo. Al disiparse, Kale estaba ni más ni menos que estaba detrás del androide cayendo con sus manos en mazo impactando contra la cabeza de su oponente mandándolo al suelo.
La ropa del experimento se rompió dejando ver un número, el 108.
—No disfruto mucho luchar pero... esta vez... debía hacerlo... por una causa noble — murmuró Kale dándole la espalda al experimento 108.
El androide estiró su brazo atrapando por el cuello a la chica copiando sus poderes por completo, sin embargo 108 no sabía que tendría una desventaja.
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