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2- Espíritu de Saiyajin

Universo seis.

Planeta Sadala.

En algunas rocas áridas se hallaban dos mujeres saiyajin recostadas mirando fijamente el cielo del planeta. Ambas chicas precisamente fueron parte del equipo del sexto universo seis durante el torneo de la fuerza.

Del suelo, se levantó la chica con el pelo más alborotado de nombre Caulifla y a su lado se puso de pie su protegida de nombre Kale.

—Ves que no pasó nada. — murmuró, complacida a su protegida después de un duro entrenamiento. —Sin embargo no siento que avanzo.

—Hermana, sé que vas a... ser l-la más poderosa. — dijo la chica morena reconfortando a su hermana.

Caulifla cerró los ojos mientras sonríe sintiendo los cálidos rayos del sol, una suave risa volviendo su mirada a su protegida.

—En eso tienes razón. Aun cuando tú eres más poderosa que yo. — mencionó Caulifla. —Ahora ¿dónde diablos se metió Kyabe? — espetó con desagrado al ver que el saiyajin no apareció en todo el día.

—T-talvez esté ocupado. — susurró Kale, permaneciendo con su mirada gacha.

—Sí, podría estar con su juego de justiciero por el espacio. — sonrió burlona. —Bien, Kale, es hora de irnos.

—Sí, hermana. — articuló la saiyajin tímida mientras se elevaba con su hermana.

Las dos chicas sobrevuelan los paisajes del planeta que se veía boscoso por donde recorrían, luego de un par de minutos llegan a su escondite.

—Kale, ¿tienes hambre? — preguntó Caulifla, mirando a su protegida que permanece en silencio.

—Un poco. — dice con timidez —dejame ayudarte, hermana. — pidió con más entusiasmo Kale.

—Está bien. Ven ayudame. — dice Caulifla mirando a su protegida.

Ambas comenzaron a cocinar en un gran caldero una sopa con carne y vegetales.
Las dos chicas saiyajin recordaron algo del torneo de la fuerza, una mirada seria escapó del rostro Caulifla mientras veía cocinarse su cena.

—Kale. — miró a su hermana con una sonrisa retadora a su protegida. —¿recuerdas nuestra pelea con Son Goku?

—Sí. Me emocioné mucho por pelear contigo. — murmuró la saiyajin de piel canela. —¿por qué preguntas eso?

—Es que deseo ser más fuerte. — mira a Kale a los ojos. —y tengo un motivo muy especial. Ese eres tú... sí, deseo protegerte aunque sería más bien al contrario.

Kale le sonríe con unas cuantas lágrimas que se escapaban de sus ojos por las conmovedoras palabras de su hermana y, sin pensárselo, la abraza con toda sus fuerzas.

Luego de esa pequeña charla, las dos peli negras se disponen a cenar, Caulifla estaba comiendo más alocadamente a comparación de su protegida que, más calmada, consumía el contenido de su plato.

[...]

En la capital del planeta un joven saiyajin volaba su nave con dirección al cuartel general de las fuerzas de defensa de Sadala, se trataba de Kyabe quien también participó en el torneo de la fuerza.

La noche había caído en ese lado del planeta lo que hacía más difícil que él viese por dónde iba, las luces de la ciudad iluminaban las calles por las que transitaban algunos saiyajines.

—Ahora que pude contactar con la señorita Vados podré ir al universo siete y entrenar con mi maestro, Vegeta. — hablaba para sí mismo dentro de la nave que él piloteaba.

Instantes después, Kyabe aterriza en el puerto donde se aparcan las naves del ejército de Sadala, apagó el motor y salió de la nave. Caminando a pasos moderados, se marcha de la base para ir a su casa.

Recordaba que también debía informarle a Kale y Caulifla acerca de la ida al universo siete, mientras caminaba por las calles de la ciudad más importante de Sadala. Llegó a su casa y lo primero que hizo fue hacerse algo de comer por el largo viaje que tuvo que realizar.

[...]

Al día siguiente; Kyabe, ya recuperado, se dispone a ir al lugar dónde se encuentran Caulifla y Kale para ponerlas al tanto acerca de su viaje a la tierra del universo siete.
Mientras volaba el saiyajin se imaginaba cómo podría ser el entrenamiento con Vegeta y una sonrisa se le escapó de su rostro.

Tras unos minutos de vuelo Kyabe arribó al escondite de Caulifla, éste estaba custodiado por los subordinados de la saiyajin rebelde.

—Hola, chicos, ¿han visto a Caulifla y a Kale? — dijo Kyabe sin borrar su sonrisa.

—Oigan, es el enano de la última vez y busca a las jefas. — dijo uno de los pandilleros. —Desafortunadamente para ti, enano, no están. — murmuró él y los demás se rieron, Kyabe lo tomó a mal.

—Me están sacando de quicio, ¡diganme dónde están! — exclamó molesto Kyabe.

—Creo que yo puedo responderte a esa pregunta, Kyabe. — respondió alguien desde atrás, se trataba de Caulifla que había venido unos instantes después del pleito.

Kyabe, temeroso volteó a ver a la saiyajin que permanecía implacable aguardando lo que respondería el joven.
El pandillero sonrió aliviado mientras miraba a Caulifla que le sonreía levemente.

—Kyabe, te aguanto que vengas aquí sin que yo sepa pero... — hace una pausa y luego exclama molesta —¡no te da el derecho de venir e insultar a mis subordinados! — Kyabe retrocedía, pues bien conocía el carácter rudo de Caulifla.

—Caulifla, espera, déjame explicarte. — intervino Kyabe esperando respuesta de la saiyajin pero vio que su defensa bajó un poco —Hablé con la señorita Vados para ir al universo siete a entrenar.

Caulifla cedió y miró a su contrario con curiosidad, no se esperaba que él viniera a decirle eso. Kale le dedicó una mirada sin mucho ánimo a Caulifla y otra igual a Kyabe. Unos segundos de un silencio incómodo fueron rotos por la saiyajin de pelo alborotado.

—¿Ir al universo siete a entrenar? — sonríe ampliamente —Cuenta conmigo, Kyabe.

—Fyu, por un momento creí que me darías una paliza. — sonrió aliviado el saiyajin joven.

—Sin embargo, planeo hacerme más fuerte y así darte tu merecido. Apuesto que entrenarás con ese viejo frentón y amargado, ¿no es así? — arqueó una ceja.

—Bueno, sí, después de todo es mi maestro. — explicó Kyabe con una sonrisa nerviosa

—En ese caso, voy a entrenar con Son Goku. — sonrió la saiyajin de pelo alborotado mientras recordó su encuentro en el torneo de la fuerza. —Pero ni creas que te dejaré superarme, Kyabe. Yo seré más fuerte que tú.

—Pues creo que Kale es más poderosa que tú. — murmura Kyabe asustado.

—Eso lo sé, ella guarda un poder asombroso en su interior. Kale muéstrale al debilucho de Kyabe cuán grande es tu poder. — Pidió Caulifla con una enorme sonrisa.

—Por supuesto. ¡Ah! — Kale responde y usa su forma controlada de súper saiyajin. —Si recuerdas bien, Kyabe, con esta transformación obligamos a Son Goku a usar el súper saiyajin rojo. 

Caulifla rió entre dientes viendo como su protegida se preparaba para el combate, sin embargo detuvo a Kale para que no causara problemas en aquel lugar.

—Kale, lucharemos después de nuestro entrenamiento por ahora debemos descansar. — Caulifla le habla sonriente a Kale —¿cuando partimos?

—Partiremos en un rato. — mencionó nervioso Kyabe.

—¿Y por qué demonios no nos avisaste antes? — Caulifla le gritó muy molesta.

—Pensé que no irían. — ríe nervioso el saiyajin observando como lo miraban de molestas ambas. —Esto no será nada agradable.

Una hora más tarde llega el ángel del universo seis, Vados, a quién se le encargó la tarea de transportar a los tres saiyajin.

Caulifla se mantenía molesta con Kyabe aunque haya pasado un largo rato, su mirada no cambió cuando Vados apareció envuelta en una estela de luz blanquecina.

—Hola, jóvenes. — saludó el ángel rompiendo aquel silencioso momento.

—Señorita Vados, qué alegría verla de nuevo. — exclamó Kyabe lleno de emoción. —No creí que tardara tanto.

—Lo lamento, es que el señor Champa se niega a seguir una dieta más saludable. Es me pone muy triste. — Vados simula limpiarse una lágrima mientras mira a los tres saiyajin. —Muy bien, será un viaje de aproximadamente tres horas.

—En seguida, señorita Vados. Oigan, Kale, Caulifla, ya nos vamos. — volteó Kyabe a decirle aquello a las dos saiyajin.

Kale no parecía muy contenta mientras que Caulifla refunfuñaba entre dientes se sostuvo del hombro del ángel.

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