Universo 6
Planeta Sadala.

Letty practica con su arco disparando a las manzanas que hallaba por el bosque en el que estaba. Su puntería era más que perfecta, todas caían dentro de la canasta que está en el suelo.

Luego de unos minutos, la chica regresó a su aldea con la canasta llena de comida.

Cuando llegó lo hizo cómo solía, en silencio observando a cada uno de los  pequeños infantes caminar por aquel pobre lugar pero algo había cambiado, la aldea estaba siendo atacada por dos tipos.

Uno tenía una cabeza alargada hacia arriba y piel rosada; y el otro era de piel verde y de aspecto similar a un reptil.

La saiyajin se lanzó contra los dos empuñando su arco, cargó una flecha con su ki lanzándosela a uno de los sujetos.

—¿Ah? ¿Qué? — indagó uno de los sujetos observando a la chica. —¡Maldita niña!

—Acábala de inmediato, es una sucia saiyajin inútil — ordenó su compañero muy molesto.

El enemigo lanzó una bola de energía contra la chica que lo esquivó con dificultades. Apareció frente a ellos golpeándolos en el estómago con furia, al que parecía un reptil lo atravesó asesinándolo pero a su compañero no le hizo un rasguño.

—¿Qué? — Letty se preguntó sorprendida.
 
—¿Ese es tu poder? Qué absurdo. Eres muy débil — dijo el alienígena con burla. —Qué decepcionante fue luchar contigo. — cargó una esfera de ki pequeña de color rojo mandando a volar a Letty.

—Gr-granuja... — musitó la chica levantándose del suelo. —¿Qué es lo qué quieren? — habló sosteniendo su brazo izquierdo.

El silencio era tenso, la sangre corría por la frente de la chica manchando su nariz y llegando hasta su boca, la saiyajin estaba consciente de que no podría ganarle.

—Me han comentado que aquí hay un líquido especial que te ayuda a regenerar tus heridas, ¿o me equivoco? — habló el extraterrestre rompiendo el silencio.

—No sé de qué hablas, maldito gusano. ¡Puedo aceptar que me lastimes a mí pero mantén a la gente inocente fuera de esto! — vociferó la saiyajin poniéndose en pose de batalla.

El guerrero se rió y aplaudió a la chica por el discurso que acabó de dar, Letty comenzaba a enfadarse con su enemigo.

—Maravilloso discurso, sin embargo no será suficiente contra mí ¡el gran Prisil! — vociferando incrementó su poder de golpe.

Los saiyajines de la villa saliéronse de sus casas a ver el combate tan extraordinario, una pequeña niña trató de acercarse al combate ella venía de un sitio lejano de la ciudad.

—¡Letty! — llama la pequeña niña a la chica.

—Celery, vete, es peligroso — pidió Letty a la pequeña niña que se fuera.

—¡No! Vine a ayudarte — anunció Celery.

El villano se rió fuertemente haciendo enfadar a las dos saiyajin, sonrió con malicia y lanzó una esfera de ki cerca de una casa.

Letty observaba con asombro un pequeño niño y sus padres salir volando de entre la cortina de polvo. Con una velocidad increíble, el villano de la mujer saiyajin apareció frente a ella golpeándola en el abdomen con el puño y con una patada la envió varios metros lejos de él.

—Acabaré contigo. — espetó el extraterrestre cargando una esfera de ki.

—¡Déjala en paz! — gritó Celery lanzándose contra el enemigo de Letty.

—Qué molesta — refunfuñó Prisil lanzando su ataque contra Celery mandando a estrellarse contra una casa. —¿Quién se cree? No es más que un estorbo.

Ése acto fue lo que colmó la paciencia de Letty, iracunda comenzó a apretar sus puños hasta hacer sangrar el izquierdo.

—¡Soy un desastre! — golpeó el suelo con ira. —¡No pude defenderte, Celery! — gritó llena de frustración mientras lágrimas corrían por su rostro.

En cielo empezaba a nublarse y los relámpagos empezaban a hacerse notar en el cielo rojizo de Sadala. Letty volvió a golpearse contra el suelo frustrada por no tener el poder necesario para defender su hogar.

Por instantes muy cortos el cabello de la chica alternaba entre negro y dorado, Letty se puso en pie y un rayo cayó a su izquierda y otro a la derecha; las rocas del suelo comenzaron a flotar por el intenso ki que empezaba a sentirse.

—¡Miserable alimaña! ¡Yo misma te derrotaré! — vociferó Letty conteniendo la furia que tenía. —¡Te haré pagar por todo lo que... has hecho! — habló conteniéndose aún mientras su cabello volvía a tornarse de dorado pero era más frecuente.

—¿En serio? ¿Con ese poder tan bajo, niña? No te creo — se burló Prisil de la saiyajin.

Letty elevaba su cabeza tratándose de controlar hasta que no pudo más y gritó con fuerza abriendo un cráter inmenso y logrando el súper saiyajin.

En el proceso una enorme nube de polvo fue levantada por el poder de la chica, la nube comienza a disiparse dejando ver Letty con el cabello rubio y sus ojos tenían un color esmeralda.

—Vaya, luces... diferente — acotó Prisil con algo de nervios. —Ni pienses que podrás derrotarme con eso.

Letty desapareció de la vista de todos y se hizo visible frente a su oponente a quién le lanzó un potentísimo puñetazo en el abdomen.

—Ese fue parte de la pequeña Celery — habló con frialdad y odio la saiyajin.

—¿Qué clase... de monstruo eres... tú? — preguntó con temor Prisil mientras se retorcía de dolor.

—¿Qué quién soy yo? Soy una saiyajin de corazón puro que normalmente no siente odio por sus oponentes — murmuró Letty con seriedad y el ceño fruncido. —Sin embargo, desataste mi furia e hiciste despertar una bestia dormida en mi interior. — intensificó su aura brillando de color oro como el sol. —Si no quieres morir vete de Sadala. — cerró Letty con frialdad observando a Prisil.

—No sin esa medicina — exclamó el alienígena lanzando un golpe a la chica pero es bloqueado con facilidad. —¿Qué? — Prisil sólo pudo articular eso.

Letty se enfureció aún más decidiendo golpear a su oponente en el mentón y rematar con una patada al rostro.

—Eso fue de parte de la pequeña Celery — Letty escupió con odio y furia.

—«Su poder se incrementó de una forma sorprendente» — pensó Prisil.

Letty se acercaba a él lentamente con un semblante indescifrable, en su rostro no había seña alguna de emoción. El odio se sentía a flor de piel, la saiyajin había estallado en furia lográndose transformar en súper saiyajin.

—Voy a destruir este planeta y a esa mocosa molesta — dijo el Alienígena muy seguro de haberla asustado.

—¿Mocosa molesta? ¡¿A caso te refieres a Celery?! — gritó con furia la saiyajin lanzándose a la carga contra su enemigo.

En un solo instante Letty le dio una gran cantidad de golpes a Prisil sin dejar que éste se defienda, la saiyajin estaba cegada por la ira y el rencor.

Con un golpe lo envió al cielo, Prisil estaba muy asustado por el impresionante poder de la saiyajin que estaba recolectando una enorme cantidad de energía en sus manos, el invasor no podía ni siquiera moverse del terror.

Letty culminó de cargar el ataque lanzándoselo a su rival desintegrándolo por completo en el cielo, todos los saiyajines de la aldea se acercaron a ella con una sonrisa.

—Gracias, Letty — dijo Celery saliendo de los escombros de aquella casa.

—¿Celery? ¿No te pasó nada? — inquirió la saiyajin regresando a su forma natural.

—Solo unos rasguños, nada grave — habló acercándose a ella. —Te convertiste en súper saiyajin — cerró la niña con entusiasmo.

Letty abrió los ojos con sorpresa al oír la revelación de la pequeña niña que considera su amiga.

—¿Súper saiyajin? ¿No era una leyenda? — indagó la chica con sorpresa.

—No lo es; Caulifla e incluso Kale pueden transformarse... aunque ella posee una versión distinta con el cabello verde — añadió un saiyajin de la multitud.

Letty sonrió alegremente pensando que por fin podría pelear como a ella le gusta y disfrutar de un combate con Caulifla y ¿por qué no? Con Kale, sus dos grandes amigas; ella cayó respirando agotada conservando su sonrisa esperando recuperar energías.