12- Retomando el espíritu
Kyabe se hallaba en la cámara de gravedad junto a Vegeta entrenando con una gravedad de 300. El príncipe saiyajin lanzaba golpes al aire mientras su discípulo apenas estaba acostumbrándose a la pesada gravedad del cuarto.
—Oye, Kyabe si deseas hacerte más poderoso te recomiendo que domines la gravedad de trescientos, no quiero entrenar debiluchos. — mencionó Vegeta de manera despectiva con respecto a su alumno.
—Lo sé, maestro, es por algo lo intento. — habló el joven saiyajin parándose con dificultad debido a la dura gravedad.
Varios minutos después el joven guerrero logró moverse con menor dificultad en aquel cuarto de gravedad, aunque con una respiración muy agitada.
—¡Jum! Ahora quiero que me des un golpe, así pasaremos al siguiente nivel. — dijo Vegeta refiriéndose años robots que utiliza para entrenarse.
—Por supuesto, maestro. — sonrió Kyabe tomando una postura de combate.
Con rapidez Kyabe se lanza contra Vegeta que esquivaba todo lo que le lanzaba el chico saiyajin, el menor incrementó su cadencia de golpes dándole más dificultades al príncipe saiyajin.
Vegeta golpeó al chico con una fuerza que le abrió una herida en la frente, la sangre bajaba por el rostro del saiyajin mientras miraba molesto a su maestro el cual no se inmutaba.
De nuevo, a velocidades inauditas, se lanzó contra su maestro guiado por la ira. En un descuido del príncipe, lo golpeó con fuerza en el abdomen haciendo retroceder a Vegeta.
—¡Debo reconocer que te has vuelto muy fuerte, Kyabe. Pero ahora esto ya va en serio! — gritó Vegeta transformándose en súper saiyajin.
—¡Opino lo mismo, Maestro! — exclamó Kyabe imitando a Vegeta.
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Mientras todo ocurría en un monte cercano las montañas Paoz se hallaban Caulifla y Goku entrenando a petición de la chica saiyajin, ella sabía que su maestro amaba pelear y no quería que él perdiera el espíritu de pelea que mostró durante el torneo de la fuerza.
Ambos se hallaban en sus formas naturales intercambiando golpes con relativa rapidez. Caulifla falló uno y su contrincante le hizo una llave para caer al suelo.
—¡Maldición! ¡Deja de hacer eso! — gritó, Caulifla muy molesta boca abajo sobre el suelo rocoso.
—Hay veces en las que no podrás pelear utilizando las transformaciones, sea que estás cansada o el rival no requiere de que te transformes para vencerlo. — explicó el saiyajin con seriedad y serenidad en su voz, sonrió para luego añadir. —En ese caso trata de usar algún que otro truco ingenioso. ¡Cómo este! — exclamó el saiyajin haciendo aparecer múltiples imágenes de sí mismo.
—¿La misma basura? Bien trataré de hacerte añicos, Goku. — mencionó contenta la saiyajin poniéndose de pie.
Rápidamente lanzó esferas de ki a todas direcciones golpeando las montañas pero deshaciendo las imágenes que dejaron ver a un Goku con los brazos cruzados en una equis.
—Nada mal, Caulifla. — felicitó el saiyajin con una sonrisa.
—Por fin pude vencer esa técnica tan molesta. — saltó de emoción Caulifla. —¿Qué sigue ahora? ¿Algúna técnica?
—Así es. — sonrió el saiyajin haciendo la pose del kienzan.
Goku lanza tres discos de ki obligando a Caulifla esquivarlos por muy poco. Uno de ellos logró rozarle la mejilla a la chica abriendo una herida en esa zona, le salió un poco de sangre cosa que preocupó a Goku.
—Caulifla, perdón no era mi intención lastimarte. — se disculpó Goku con ambas manos al frente.
—Olvídalo, no tienes por qué disculparse. — Caulifla le sonrió un poco pero no se había que uno de los discos cortó una parte de su top.
—Oye mira tu ropa. — señaló el saiyajin que el top de su compañera con un agujero.
—¡¿Qué hiciste?! — cuestionó la saiyajin de forma molesta.
—Yo no puedo controlar ese ataque. Lo siento, lo siento mucho. — se disculpó el saiyajin muy alarmado.
—Tsk... ya qué. — dijo Caulifla restándole importancia a aquello.
—Ahora que recuerdo, Vados me dejó algo que no creo que tu usarías. — comentó el saiyajin de manera calmada.
—¿hm? ¿De verdad? — inquirió la saiyajin. —Supongo que debería ser un traje similar al tuyo.
El saiyajin se ríe nervioso dando a entender que así era. La risa de Goku, en lugar de hacer enfadar a Caulifla, la hizo sonreír un poco.
—Lo supuse, pero es mejor que nada. — ve su top un tanto dañado por el ataque de Goku. —Aunque no me imagino usar un traje como el tuyo. Te propongo algo: si me ganas, usaré el traje que te dejó Vados. — Sonrió la saiyajin retando al pelinegro.
—Trato hecho. — sonrió el saiyajin muy emocionado, sus emociones comienzan a arder en forma de un aura blanca.
La saiyajin ataca al azabache con un fuerte golpe en el rostro, sonreía muy feliz de luchar con el único saiyajin, a parte de Kale, que le ha hecho exigirse de verdad. Goku contraatacó generando una esfera de ki y haciendo que esta estalle en el abdomen de la chica mandándola a unos cuantos metros.
La chica salía de un montón de rocas expulsando un enorme poder, en su tenía piel unos cuantos rasguños muy notorios.
—Je, pareces dispuesto a ganar. — sonrió la chica emocionada poniéndose en pose de combate. —Esto es emocionante.
—¡Muy bien! Ataca. — sonrió el saiyajin cargando un Kamehameha.
—¡Esa técnica! — recordó el momento en que Goku derrotó junto con Vegeta al universo nueve. —«Goku lo dará todo por ganar me alegra que haya vuelto a ser el mismo. Milk, estés dónde estés, cumpliré mi promesa» — sonrió mientras cargaba un Cañón Devastador o Crush Cannon. —¡No me dejaré ganar tan fácil! — gritó la chica mientras lanza el ataque.
—¡Pues yo tampoco! — gritó lanzando el poderoso Kamehameha.
Las dos ondas de energía habían chocado haciendo elevar las rocas al rededor. Estaban muy parejos, ninguno de los dos cedía un solo milímetro.
Goku estaba lejos de ganar el choque así como Caulifla, el pelo de la saiyajin comenzaba a tornarse dorado. Se estaba transformando en súper saiyajin a pesar de sus pocas energías.
El pelinegro comenzaba a perder terreno, su cabello igual se tornó dorado emparejando aquella colisión, la chica abrió violentamente sus ojos al sentir una mayor presión por parte del saiyajin terrestre. Caulifla no se dio por vencida incrementando su poder al límite de su fuerza en esa fase, alcanzando la fase dos.
Goku sabe que debe darlo todo para derrotar a la chica por que decidió usar la fase tres para derrotarla. Caulifla se sorprendió al ver que su ataque iba perdiendo terreno rápidamente hasta desvanecerse y darle de lleno la onda de energía del saiyajin.
—¡Caulifla! — gritó y disminuyó presión el saiyajin con un semblante preocupado.
—Aún no me doy por vencida. — sonrió la chica emocionada pero empezaba a perder energías y tarde o temprano esa técnica terminaría golpeándola. —Goku, te logré hacer llegar al súper saiyajin tres, lo sé porque sentí cuando incrementaste tu ki, eso quiere decir que mi fuerza se ha incrementado.
La onda de ki la empujó contra un risco mientras sus manos se hallaban deteniéndola, rápidamente perdió sus energías aunque mantuvo el súper saiyajin dos y la esfera le dio creando una explosión de tamaño considerable.
—¡Caulifla! ¡Caulifla! — llamó alarmado Goku buscándola entre los escombros, la encontró con su pantalón acampanado roto y su top con múltiples cortes. —Lamento haberte lastimado así, Caulifla. — dijo creyendo que le escucharía pero estaba inconsciente, la cargó al estilo de princesa. —Gracias por ayudarme. Te has vuelto muy poderosa. — sonrió levemente mostrándose orgulloso por ella.
El saiyajin emprendió el vuelo de regreso a su casa, volaba a gran velocidad sin darse cuenta de que alguien lo seguía: Gohan acompañado por Goten.
Una vez arribó a su casa, dejó a Caulifla sobre la cama que, ahora, comparten. Minutos más tarde, llegaron Gohan con Goten, el más pequeño se acercó a su padre abrazándolo de una manera muy tierna.
—¿Papá? — llamó el híbrido mayor.
—¿Sucede algo Gohan? — preguntó el saiyajin de manera sonriente.
—No, sólo que sentimos un enorme ki por acá y por tus golpes supongo que eras tú. Me alegra mucho que hayas regresado a ser el de antes. — sonrió Gohan mientras Goten abrazaba a su papá.
—Sí, todo gracias a Caulifla; si no fuera por ella no habría pensado en regresar a mis entrenamientos. — sonrió el saiyajin mayor mirando a su hijo.
—Oh, ¡eso es estupendo papá! — exclamó el pequeño Goten emocionado.
—¿Verdad que sí, Goten? — sonrió el Son Mayor con una sonrisa tierna en el rostro.
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