1- De vuelta a entrenar
Había transcurrido un largo tiempo desde que se llevó a cabo el torneo de la fuerza, además ese acontecimiento no fue el único para nuestros guerreros Z, sino la batalla contra Broly.
En la actualidad todo tomaba un rumbo tranquilo y en paz para Goku, él seguía con su trabajo de granja junto a Milk aunque esta última al parecer tenía algo entre manos, dado que ella mejor que nadie sabía el amor que tenía el sayajin por los combates.
Después de un arduo día de trabajo, Goku decidió volver a su hogar, con solo entrar a la pequeña sala escuchó los juegos de su hijo menor Goten en la parte de arriba, y el ajetreo de su esposa en la cocina.
Fue sólo cuestión de minutos para que ambos sayajines escucharan el llamado de la mujer indicándoles que era la hora de comer. Milk observaba al pelinegro mayor comer, en sus labios crecía una sonrisa al ver la manera tan particular que tenían padre e hijo al devorar sus platillos.
-Gracias Milk, está delicioso-mencionó, Goku cuando dio el último bocado a la cena.
-No es nada, Goku- respondió, mientras tomaba los platos sucios al lavavajillas, aún en su cabeza cruzaba aquella pregunta que quería hacerle desde hace tiempo a su esposo.
-Oye, ¿era cierto lo que me dijo Gohan?-mencionó, de espalda a él lavando los platos.
El sayajin quedó completamente confundido sin saber a ciencia cierta lo que ella deseaba saber con la pregunta.
-¿A qué te refieres?-preguntó, confundido.
-Luchaste con dos chicas saiyajin, ¿me equivoco?-ella dejo lo que que estaba haciendo para guiar a mirarlo con una leve sonrisa.
-¡Sí, realmente tienen un poder extraordinario!-exclamó emocionado-Además una de ellas tiene una transformación similar a la de Broly-sus ojos se iluminaron al recordar ese particular dato.
La terrícola detalla cada uno de los gestos que hace su esposo mientras decía aquellas palabras, no podía negar que en su interior eso era lo que más le encantaba de Goku, su manera de ser.
-¡Qué increíble!, me parece que te divertiste en el torneo de la fuerza-dijo.
El pelinegro de cabello alborotado se levantó de la silla, con una sonrisa en sus labios, a pasos moderados se fue acercando a la ventana colocando sus manos al rededor de su nuca mientras miraba a través de la ventana el paisaje.
-He abierto los ojos, no me puedo quedar con el nivel que tengo ahora-susurró para el mismo.
-¿Porqué no vas con el Señor Whis?-ella siguió, lavando los platos-Quizá querrá entrenarte-concluyó, limpiando sus manos con una toalla.
-¡Por supuesto! Sólo que... - el pelinegro se detuvo al darse cuenta que Milk lo estaba incitando a entrenar.
El sayajin giro sobre sus talones para observar a la mujer con una expresión de confusión latente en su rostro.
-¿Me dijiste que deseas que yo vaya a entrenar con Whis?-preguntó confundido.- ¿Te sientes bien?
-Por supuesto, me siento bien para asegurartelo estaré donde Bulma, solo quiero que te hagas más fuerte-le sonrió para salir de la cocina.
Goku no entendía lo que acaba de suceder con Milk, siendo ella la primera que se oponía cada vez que se trataba de entrenamiento pero él no decidió darle más vueltas al asunto simplemente llevó su índice y medio a su frente para teletransportarse al planeta del Dios de la destrucción.
[...]
Solo fue cuestión de segundos y ya estaba en el planeta, Bills como de costumbre, dormía una siesta, mientras que Whis se hallaba bebiendo un té verde, que había sido regalo de Bulma. El ángel se encontraba sentado sobre un pequeño tronco de un árbol.
-Hola Whis, perdón por venir sin avisar- dijo, rascando nervioso su nuca con una de sus manos.
-¿Qué se le va a hacer? ¿Vegeta vino contigo?-ni siquiera se inmuto en dejar de tomar su té.
El pelinegro abrió los ojos violentamente al recordar que su compañero de combate de quedó en la tierra.
-¡Ay es cierto! Lo olvidé por completo. Iré por él. -llevo una vez más ambos dedos a su frente disponiéndose a hacer la teletransportación.
-No será necesario. Vegeta decidió tomarse un par de días de descanso para pasar tiempo con su hija-interrumpió antes desapareciera.
-¡Es verdad! - exclamó para continuar- Aunque debo decir que estoy aquí para fortalecerme y proteger a mi familia.
El ángel tras escuchar las palabras del sayajin sonrió ligeramente, dejando la taza a un costado de él sobre el suelo.
-Muy bien, señor Goku-agregó, poniéndose de pie.
Ambos se colocaron a una distancia considerable, para poder comenzar el entrenamiento. Goku mostraba una sonrisa de oreja a oreja, el entusiasmo que denotaba lo traía en su rostro, él sin perder tiempo se lanzo contra el ángel, que sólo esquiva con facilidad sus golpes.
La risa reservada de Whis, resonó en medio del campo, él sabía que podía ganar usando un solo dedo.
-aún piensas bastante-comentó en un tono de burla.
-¡Maldición! - exclamó, riendo levemente.- Está bien, aún no me doy por vencido.
Goku sin pensarlo más uso el kaioken aumentado veinte veces, ganando más velocidad, pero no era suficiente para darle la más mínima batalla al ángel del séptimo universo.
-Tu energía disminuye lentamente-se percató.
La sonrisa de Goku no cayó ni un poco estaba dispuesto a ganar aún fuera un hecho casi imposible.
-Es cierto. -dedujo, al sentir el nivel de su propia energía, así que decidió en usar el súper saiyajin Blue.-Estoy listo.
Rápidamente el pelinegro de cabello alborotado, se lanzó contra el ángel del universo siete que ahora bloquea sutilmente los golpes usando su báculo.
Por varios minutos, Goku trataba de romper la dura defensa de su contrincante pero sin éxito.
-Whis, me pondré aún más serio. ¡KAIOKEN POR DIEZ! -gritó y el poder de Goku se incrementó a niveles insospechados, siendo rodeado por un aura roja. -Aquí voy de nuevo.
Ahora, aun más fuerte y poderoso, el saiyajin atacó directo a Whis, el ángel seguía esquivando manteniéndose sonriente viendo como su discípulo se esmera a golpearle.
-Te lo tomas en serio, Goku. - musita manteniendo su sonrisa.
-Necesito hacerme fuerte, mi familia me importa y mucho. - se teletransporta apareciendo detrás del ángel cargando un kamehameha. -¡HA!
El ataque es desviado por el ángel dando con uno de los planetas que rodean el hogar del dios destructor.
-Ay, creo que se me pasó la mano. - termina riéndose nerviosamente el saiyajin.
El ángel suspira pesadamente mirando aquel desastre. -Esperemos que el señor Bills no se haya despertado- mira a Goku que traía su brazo derecho detrás de la nuca.
-Goku, dejaremos por ahora el entrenamiento.
-¿Ya? Qué mala suerte y yo que quería seguir entrenando. - murmura desanimado el saiyajin -Bueno, nos vemos, señor Whis. - habla mientras se lleva dos dedos a la frente regresando a la tierra.
[...]
Corporación Cápsula.
Bulma se hallaba cargando a la pequeña Bra en sus brazos dando vueltas por la terraza cuando apareció Goku.
-Ah, Bulma. Ya regresé, ¿sabes dónde está Milk? - dice entusiasta como siempre.
-Hola, Goku. ¿Qué tal te fue? - menciona la peli azul saludando a su amigo. -Milk está en tu casa. Supongo que vienes de entrenar con Whis, Vegeta sigue esforzándose mucho, pero está descansando.
-Ya lo creo, Whis me contó. - comenta Goku -Vegeta nunca se dará por vencido Oye, saluda a Trunks de mi parte. Adiós.
-Adiós, Goku, hasta pronto. - se despide Bulma levantando su brazo izquierdo viendo como el saiyajin se marcha volando.
Unos minutos después aterriza en la entrada de su casa escuchando el alboroto de Gohan y Goten entrenando, esa tarde el híbrido mayor y su esposa fueron a cenar a casa de Goku y Milk.
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