El cansancio es notorio en mi cuerpo, necesito descansar aunque sea cinco minutos, pero no, aquí estoy practicando un libro que no sirve para nada.

— Hellen, paremos ya —pido tratando de convencerla, niega—. Por favor, esto es falso, ni mis antepasados creerían algo tan estúpido como esto.

—En el pasado había brujas, ¿Por qué no darnos una oportunidad de investigar?

—Las quemaban vivas cuando se enteraban de que eran brujas.

Arrojo el libro hacia el árbol cercano, estamos en mi casa practicando algunas cosas que dice este libro de porquería; llegamos aquí después de salir del instituto y lo único que hemos hecho es leer y "practicar".

— Todavía no hemos hecho lo importante —sigue enterrada leyendo.

— Lo importante es comer y dormir —la zarandeo tratando de que salga de su ensoñación—. Ándale, por favor.

— Matt, debemos intentarlo.

— Llevamos muchas horas intentando y nada funciona.

Suspiro fuertemente, mi vista viaja al cielo estrellado pidiendo algo de paz interna, los árboles comienzan a moverse por la fuerza del viento, tomo asiento en el césped cerca de Hellen.

—Intentemos este. —marca la página antes de levantarse y ayudarme a mí, ruedo los ojos— No seas amargado, esto es real.

— Esto es más falso que las promesas de los presidentes —niego indignado.

Da la espalda inhalando y exhalando velozmente, cierra sus puños para luego voltearse; Hay una botella cerca, la toma lanzándola hacia mi dirección. ¡Esta perra está loca!

Me abrazo a mí mismo tratando de protegerme de la botella, espero y espero, pero nada pasa. Abro mis ojos levemente encontrándome con la botella hecha añicos en el piso.

— Quédate ahí —se adentra a mi casa buscando unas cosas, al volver veo que tiene unos cuchillos en mano.

— Aléjate de mí, loca —retrocedo, ella se acerca cada vez más y lo único que hago es correr, me matara porque no creo en ese cuento de hadas.

— ¡Detente, Matt! —sigo corriendo más rápido, llego detrás de un árbol grande y ancho tratando de que no me encuentre, Hellen está loca.

Suelto la respiración que no sabía que estaba conteniendo, una mano cubre mi boca antes de llevarme con ella.

— Quédate quieto —y como buen obediente deje de moverme sin parar, técnicamente no me podía mover, es por el miedo.

Me sienta en el césped alzando los cuchillos filosos, mi cara es de puro terror, me matará.

— ¿Listo?

— No. Hellen mira, somos buenos amigos, no me mates, te llevare por un helado o a un concierto de tu banda favorita 1D —pido en un pequeño intento de hacerla razonar.

—1D se separó —frunció bastante el ceño y luego comenzó a reírse antes de lanzar el cuchillo, hasta aquí es, esa perra me va a matar. Cierro los ojos para no seguir viendo como el cuchillo viene en mi dirección.

Que se desvíe, grita mi perra conciencia, moriré a manos de mi amiga de la infancia. Escucho dos sonidos impactar con fuerza a cada lado de mi cuerpo, abro los ojos lentamente encontrándome los cuchillos ahí.

— Ja, tu puntería no sirve —abro los ojos como platos.

— Telequinesis, capacidad de mover objetos con la mente o hacer cualquier tipo de cosas jugando con tu habilidad mental —telequinesis le diré al hambre que tengo ahora mismo.

Está loca.

— ¿Y sí hubiera muerto? —me levanto lo más rápido de ahí para no tener que pasar lo mismo, eso fue gracias a su mala puntería y al viento.

— No morirás —ríe levemente, toma el libro en sus manos hasta que sus ojos comienzan a brillar de la emoción.

— ¿Que encontraste? —su cara me da miedo en estos momentos, creo que es la científica mala y yo el pendejo experimento.

— Nada —se encoge de hombros antes de alzar su puño en un rápido movimiento tratando de golpear mi rostro. Sujeto su puño antes de que haga algo, alza el otro y vuelvo a retenerla—. Reflejos y Fuerza.

Así pasamos unos minutos, como ya había mencionado, ella la científica y yo el experimento, dice una serie de palabras que cada vez me dejan más atónito. Esto es un sueño, pronto despertaré.

Agua.

Fuego.

Aire.

Tierra.

Reflejos y Fuerza.

Lector de mentes.

Velocidad.

Sanador. —Espiritual—.

Mente brillante.

Cambiador de forma —Ya sea mi cabello, ropa o voz, etc.

Telequinesis.

Invulnerabilidad.

Creaciones de luz.

Telepatía.

Invisibilidad.

Volar.

Teletransportación.

Rayos X.

Entre otras cosas que es mejor ni mencionar, todavía sigo creyendo que estoy dentro de un sueño, y no de la vida real, eso no es normal ¿No?

— Son las dos de la mañana —bostezo—. ¿No crees que lo mejor sería dormir?

— No, debemos... —me acurruco en el frío césped, siento como lamen mi cara y me levanto de golpe.

— ¿Que fue eso? —miro mis alrededores— ¿Hellen?

Hay un perro cerca de mí, me agacho acariciando su pelaje, no tengo perro.

— Hellen, encontré un perro. —digo a la nada, no obtengo respuestas de Hellen y eso me extraña.

— ¿Me veo bien? —pregunta el perro, espera, ¿Desde cuándo los perros hablan?

Retrocedo rápidamente observando al animal que se encuentra cerca, ladra antes de volver a su forma habitual, Hellen.

— Esto es un sueño, no es real, tengo que dormir —repito una y otra vez—. La falta de sueño es grave.

— Matt.

— Despertaré, ¿Cierto?

— Estás despierto —niego frenéticamente, esto no es real, sólo soy un simple humano.

— ¿Como estás tan tranquila? —la tomo de los hombros.

— Me gusta este tema, creo que la manejaría bien, sí, es extraño que lo tome tranquila, pero me encanta la magia —toma una profunda respiración—. La magia siempre me ha gustado, leía todo tipo de libros como estos.

— Hellen, esto es un sueño.

Me cachetea ambas mejillas antes de arrastrarme con ella, me sobo cada lado, arde. Llegamos hasta la cocina donde ella se gira para ver mi rostro, afuera ha comenzado a llover, las torrenciales de agua caen sin cesar. Cerramos puertas y ventanas para luego subir a mi habitación.

Se lanza en el sofá-cama qué hay en una esquina, mientras yo me acuesto en mi cama. Llama a su madre recibiendo como respuesta un •Está bien, hija•

Duermo unos minutos, pero despierto con cada trueno que suena, bajo de mi cama caminando hasta el sofá donde se encuentra Hellen.

— Hely —la muevo, escucho unos leves ronquidos, no puede ser—. Hely, despierta.

Sigue sin despertar, recuerdo el ensayo de agua, ojalá y esto de verdad funcione; Extiendo mi mano hasta ella concentrándome en lo que quiero lograr, mis venas comienzan a marcarse de un azul intenso, mientras mi tatuaje de esa forma comienza a brillar.

— I invoke you, aqua —susurro logrando dejar escapar un pequeño chorro de agua que cae en su oreja. Se despierta sobresaltada observando todo el lugar.

— ¡¿Que te pasa?! —que humor se carga, iba a responder con un buen sarcasmo que me cargo cuando suena un trueno y la luz se va.

Agarro a Hellen con fuerza colocándola frente a mí, me pellizca, pero no la suelto; me subo en su espalda, y aunque yo pese lo suficiente ella puede conmigo.

— Vamos al sótano a revisar.

— Sí, pero baja —me agarro más fuerte cuando veo sus intenciones, siento su cuerpo vibrar y sé que debe estar riendo—. Matt, baja.

— Está bien —cuando me paro firme en el suelo escucho otro trueno, vuelvo a subirme a la espalda de Hellen.

— Por Zeus, ya baja —niego frenéticamente mientras sigo arriba de su espalda. Comienza a caminar conmigo en su espalda mientras vamos con dirección al sótano.

Revisamos todo haciendo que vuelva la luz, los truenos siguen, pero no con la misma intensidad de antes.

— Hely —voltea a mirarme—. Duerme bien.

— Duerme bien, Matt.

[...]

Corremos lo más rápido posible hasta nuestros casilleros, llegamos tarde por un pequeño problema, la alarma no sonó.

— Bonito elegido que llega tarde.

— Tú también elegida, así que, cállate.

Entramos en la cancha, cada uno se va a su lugar para poderse cambiar y colocarse el uniforme de entrenamiento. Termino de alistarme para caminar hacia el entrenador.

— Matthew, llegas tarde —iba a excusarme cuando me indica que corra diez vueltas y hacer veinticinco lagartijas.

Las vueltas son pan comido para mí, no me canso y quisiera dar cien, hago las lagartijas indicadas y al terminar me acerco hacia el entrenador Rodolfo el reno.

En realidad su nombre me causa gracia, y su nariz tampoco ayuda, siempre está roja como un tomate. Eso ha hecho que todos en el instituto lo conozcan como Rodolfo el reno. Cuando se enteró de eso lo que hizo fue reír como idiota, mis profesores tienen graves problemas.

— Matthew, ¿Cansado? —pregunta Rodolfo, niego. — ¿Por qué no ayudas a las voleibolistas?

— No necesitan ayuda.

— Claro que sí, mira ese desastre de pelotas de... —giro su rostro hacia otra dirección.

Cada cosa en su lugar debe estar cuando el profesor vuelva a mirar.

— No necesitan ayuda, Profesor.

Gira su rostro encontrando todo organizado, Hellen mira mi dirección antes de guiñar un ojo.

«— Gracias por eso.

Qué demonios... su voz sonó en mi cabeza y recuerdo algo, telepatía. Esto está interesante, al fin de cuentas no es malo tener poderes, lo malo es aprende a usarlos.

» — Hely, deberías poner atención con tu equipo.

«— Claro que lo estoy haciendo, soy una crack en estos temas.

No vuelvo a escuchar su voz en lo que resta de la clase, y al terminar ella se acerca roja hasta mí.

— ¿Por qué me bloqueas? —el profesor la observa como si estuviera loca—. Rodolfito, qué alegría verte.

— Sí, lo mismo opino, Weber —se levanta tocando su silbato— ¡A las duchas, pronto tienen más clases! —se retira del lugar.

— No te bloqueé —digo frunciendo el ceño.

— Sí lo hiciste, ya no puedo enviarte mensajes.

— ¿Estás loca mujer o...?

— ¡Matti! —alguien se acerca abrazándome fuertemente, aléjate de mí.

Mandy, misma chica que está obsesionada de mí desde tiempos inmemorables. Tez morena, cabello negro, sonrisa radiante y demuestra alegría. Llegamos hacernos amigos, pero comenzó a obsesionarse tanto que casi le clava un lápiz a una pobre chica solo porque me preguntó la hora.

— Mandy, hola.

— ¿Como estás? ¿Desayunamos hoy juntos? ¿Te gusta alguien? ¿Me quieres? —al final suelta un suspiro mirando mi rostro.

— Muy bien, pero lamento informarte que no podremos desayunar juntos estaré con Hellen —señalo a la recién nombrada—. No me gusta nadie por el momento, pero aun así como compañera si te tengo un pequeño aprecio.

Termino de responder cada una de las preguntas, ella chilla como loca antes de comenzar a gritar que la amo, ¿está chica es normal? No.

Rodolfo el reno vuelve encontrándonos ahí, nos echa del lugar, mientras va callando a Mandy.

Investigaré cómo borrarle la memoria.

[...]

«¿Como borrarle la memoria a una chica que está obsesionada conmigo?» Le doy a enter haciendo que Google comience a lanzarme resultados sin importancia y bastantes estúpidos.

— Hijo, ¿Qué haces? —cierro el portátil de golpe al escuchar la voz de mi madre muy cerca de mis oídos.

— Investigando —sonrío inocente, alza una ceja antes de pasar su mano por su cabellera negra.

— ¿Como borrarle la memoria a una chica? —suspiro— Hijo, no puedes abusar de tu poder, es algo sagrado.

— Esto es loco —asiento a lo que acabo de decir para auto confirmar lo que estoy diciendo—. ¿Hellen y yo elegidos? ¿Ustedes de protectores? —comienzo con mis preguntas— ¿Que más falta? ¿Que luche por salvar mi tierra?

— Eh... —abro los ojos como platos—. La Reina los escogió a ambos, somos sus protectores, y lo último, tal vez —me da dos besos en la mejilla antes de marcharse, cada vez siento que terminaré loco, pero bien, a seguir practicando.

———————

HOLAAA

¿Como están? Espero que bien.

¿Qué les pareció este capítulo? Matthew en muchos casos se cree payaso, tal vez llegue a sacarles risa con lo que pasa por su mente.

Para no extenderme como siempre acostumbro, hasta aquí mi reporte.

Con amor: Lisa 🥀🖤