10- DERDÉN y JULIK
Dermain Fairchild
La gran casa es igual a cómo la recordaba, extensa, con muchos lugares que darían miedo para las personas fuera de todo esto, pero a nosotros nos da tranquilidad. La oscuridad emanando de la zona, los transeúntes vampiros que caminan a la par de sus parejas son impresionantes, pero aún más cuando todo parece sacado de alguna película.
Respiro hondo perpetuando el olor de la casa, es el primer día y creo que ya me quiero ir. Ya sé lo que pasará después y tengo miedo de que suceda, de lo que logrará arruinar muchas cosas.
— ¿Dermain? —la voz de mi hermana me retira de mis pensamientos— El camino a tu habitación es por aquí.
Mencionó, señalando aquellas escaleras en forma de caracol, mientras que Verlik las sube de dos en dos sin prestarnos atención.
— Sí, claro —respondo, un poco cohibido. No quiero estar aquí, pero el deber y el querer no van de la mano.
— ¿Te encuentras bien? —pregunta con duda en su voz, pero lo único que hago es palmear su hombro e ir a la dichosa puerta de mi habitación.
— Estoy bien, hermana —sonríe poco convencida, antes de irse a su lugar, por mi parte entro. Encuentro todo como aquel día lo dejé, impecable y acogedor. Dejo la pequeña maleta en una esquina de la habitación y tomo el celular entre mis dedos para teclear su nombre.
Edén diosa
Acepta la llamada, mi voz falla notoriamente.
—Edén...
—¿Tan rápido me extrañas? Tranquilo, en una semana nos veremos —mi corazón late como un loco, quiero pedírselo a ella, pero las palabras no salen—. No tengo mucho tiempo para hablar Dermain, estoy ayudando a mi hermano con unas cosas. ¿Te puedo llamar después?
—Necesito pedirte algo...
—Dinero no tengo.
—¿Te casarías conmigo? —el silencio se hace notorio en la llamada, sé que está ahí gracias a la fuerte respiración de ella.
—¡¿Qué?! —no esperó a que respondiera— Dermain, no puedo casarme ahora, esta conversación la hemos tenido anteriormente. Lo siento muchísimo.
Una lágrima desciende por rostro: —Por favor, te quiero a ti.
—Pero tus padres no me quieren en tu familia y eso lo sabes, lo siento muchísimo —resopla—. Puedo impedirlo, hacer lo que me pidas, pero...
—Entonces cásate conmigo, ¿Qué importa si les agradas o no? Fui a Pherisheill y Potresheill por ti.
—Dermain, cásate con ella. A tus padres les gustará. Seguiremos siendo amigos.
Amigos.
Amigos...
No la considero solo como mi amiga.
—Edén.
—Lo siento.
Cuelga, mis manos tiemblan y la respiración me falla, comienzo a caminar de un lado al otro buscando la forma de controlarme, pero nada funciona. Sus palabras... joder, ¿es tan difícil?
Duro una hora en busca de estabilidad para poder llamar a aquella chica, aun sabiendo que mis sentimiento por Edén son más fuertes, pero aquí voy cometiendo mi gran fallo.
Llamándola con la mano temblorosa y con un poco de sudor recorrer mi sien, cada vez más siento que explotaré y cada timbrado hace que el corazón se me acelere.
— Dermain —responde desde aquel lado de la llamada, con su voz tranquila, pero poco convencida al origen de la llamada.
— ¿Puedes venir hoy? —le pregunto, mordisqueando mis labios, a través de la llamada solo se percibe las respiraciones aceleradas de ambos donde ella al fin y al cabo termina hablando.
— Sí, por supuesto. Pero tengo una pregunta...
— ¿Cuál?
—¿La convenciste? —ella inquiere, sabe desde hace tiempo la causa por la cual me fui al instituto—. Dime que la convenciste.
—Lo hice, pero —el recuerdo de sus palabras es cada vez más fuerte— solo ven.
No indago más y me despido, cortamos la llamada y por mi parte, permanecí observando algunas fotos lanzadas aquel día, donde tuvimos veinticuatro horas de ser amigables con nosotros mismos y que al final, todo se derrumbó.
Siento que lo que haré hoy no quería colocarlo en práctica, pero cómo ya he dicho, el deber y el querer no van de la mano.
Cada segundo, minuto y hora que pasa me recuerda que debo ser fuerte. Porque en el momento que bajo a cenar se escucha el ruidoso timbre, dejando que yo vaya con las manos un poco sudorosas y antes de abrir, pasarlas por mis pantalones.
— Entra —ella con las manos apretadas queriendo golpearme entra, cierro y con cuidado entrelazo nuestros dedos. A través de la unión hay una conexión extraña que me hace observarla de reojo. Cuando estamos por entrar al comedor, como puedo tomo su rostro entre mis manos—. No te asustes.
— ¿Asustarme? Quiero golpearte. En mis planes estaban asistir a tu boda y aplaudir, no tener que ser yo la que estaré vestida de novia
—Si no quieres estás en todo tu derecho de irte.
—Tranquilo, estaré bien —sonreí un poco y finalmente, accedimos con las manos entrelazadas. Haciendo que los parloteos de mis hermanos cesen y que los rostros de mis padres cambiaran drásticamente a uno de asombro.
— Padres, hermanos —prestan atención con los labios entreabiertos. La chica a mi lado se relame los labios—. Les presento a mi novia y futura esposa, Ada.
Los rostros de mis padres cambian a felicidad pura, levantándose para saludar a la lobo a mi lado —la cual por alguna extraña razón, si la quieren en la familia—, apretujándola e informándole que es bienvenida a la familia.
— Siéntete como en casa, querida Ada —mencionó mi padre, sonriente.
— ¿Sentirse como en casa? Definitivamente no —se levanta Sedna—. Se me acaba de ir el apetito.
— ¡Sedna vuelve aquí! —gritó mi madre, pero fue ignorada por ella y por Verlik que niega antes de situarse a mi lado.
— Hermano, cometiste el peor error de tu vida, pero si esa es tu decisión te apoyaré hasta que te des cuenta por ti solo —los reclamos de mis padres hacia mis hermanos son escuchados, pero se detienen cuando Ada se remueve incómoda en el lugar haciendo que nos sentemos a cenar. Pero mi cabeza da vueltas, desde que Ada llegue al instituto Potresheill como mi pareja, estará esa chica que no sale de mi cabeza ni un sólo segundo mirándome desde lejos.
— ¿Y dónde estudias y prácticas, Ada?
— Estaba tomando clases privadas, pero seré trasladada a Potresheill —ellos asienten complacidos de escuchar su voz.
Cuando terminamos de cenar y ella luego de media hora debe marcharse, me dan felicitaciones de haber encontrado a una persona "correcta".
Me encierro en mi habitación, sentado en la ventana con los audífonos en mis oídos y dejándome llevar por la canción tranquila que me inunda. Sé que hice mal, que si estoy enamorado de aquella chica: Edén, debí hacer esto con ella, estar con ella, convencerla. Pero me fui tras de Ada al recibir tantas negaciones, cuando a ella sólo la veo como mi amiga de infancia.
Tal vez muchos me odien, que el Magic Group me observe con repudio, pero en un momento de confusión he llegado a cometer esta terrible locura.
Siendo presionado para unir lazos con lobos, pero que en especial sólo quería hacerlo con aquella chica de cabello negro, piel algo bronceada en conjunto a su tatuaje representante de lobos —esta una figura de un lobo adornado de un pequeño colmillo a su lado izquierdo, arriba de la cabeza del lobo se encuentran dos anillos que resplandecen con diferentes colores que cambian según el pasar el tiempo, abajo se encuentran unas palabras que hasta ahora no he podido entender, están en hebreo, y sí, aunque entiendo el hebreo esa frase es algo ilógica: נציג הזאבים, עם חלוף הזמן הכל יושג. ~Representante de los Lobos, con el paso del tiempo todo se irá consiguiendo. ~—; sus labios gruesos contrastando con sus ojos oscuros. ¿Por qué me estoy comportando como un idiota?
Es difícil pensar con la cabeza fría, primero actúo antes de pensar y eso es lo que ha pasado.
En parte tengo algo de miedo a esas criaturas, recordar como mi exnovia me engañó no es el momento perfecto a esto, más cuando luego me enamoré locamente de Edén y ahora no la puedo sacar de mi cabeza.
¿Por qué no soy como Verlik que le muestra sus sentimientos a Julieta? Aunque lo he hecho, con cada una de mis acciones, pero no me sale todo bien.
¿O como Sedna que a pesar de su orientación sigue cuidando a aquella chica?
Es difícil, soy totalmente diferente a ellos. Ellos muestran sus sentimientos y yo me envuelvo en una coraza fría para que no me hieran.
Coloco mi cabeza en el marco de la ventana, observando cómo aquellos árboles se mueven al compás de todo y que después, la música se detenga por el mensaje entrante.
Edén Diosa
Creo que te llevaste mi cuaderno de formas, por favor, cuídalo que es valioso.
Por mi parte, trago saliva y rebusco hallándolo, luego le contesto y por su parte envía un sticker. Nuestras conversaciones desde ayer empezaron a estar tensas, desde que supo que mis padres iban al instituto, porque solíamos salir a medianoche cuando nadie estaba despierto y conversar. Pero creo que esos momentos acabarán.
Pero antes de que envíe aquel mensaje, me llega otro de su parte.
Recuerda que me debes un helado, puedes darlo en la salida que tenemos pautada para cuando volvamos a vernos. Bueno, si es que podemos...
"Edén, ya la presenté"
Y aquí va el chico a decirlo sin anestesia, escribirlo y enviárselo es una parte difícil y más cuando me clava el visto de mi vida y se desconecta. Pasan los minutos, pero nada, creo que pierdo la esperanza a que mencione algo, absolutamente nada sucede.
Y no volvió a responder.
Al tercer día, le escribí a Koch para saber si podíamos hablar, ya que, mi hermana no me dirige la palabra, y Verlik aunque me escuche no opina dándome consejos; y joder, mis padres cada vez que me ven me preguntan por Ada.
— ¿Por qué la cara larga, perro rubio? —mencionó, con lentes de sol puestos ocultando sus ojos, mientras que el cabello negro reluce y su mejor amiga a su lado.
— Es la que siempre traigo.
— Sí me hablarás mal, entonces adiós.
— ¡No! —lo detengo cuando está a punto de colgar, alza su ceja derecha y bosteza— Hice algo.
— Todos hacemos algo en la vida, es normal.
— Que hizo que mi hermana no me hable, Verlik me responda por cortesía, y que Edén me clavara el visto —al mencionar aquello, la elegida aparece en la pantalla, con los ojos bien abiertos—. Es charla de chicos, respeta.
— ¿Qué hiciste, Fairchild? —responde la chica con un deje de duda, trago saliva.
— Cuando entremos, lo verán con sus propios ojos, pero —callo abruptamente cuando veo a Ada entrar a mi habitación—. Hablamos después.
— ¡Yo quiero saber, a un chismoso no se le hace quedar con duda! —se altera Koch, al ver mi rostro cargado de seriedad, frunce el ceño— De acuerdo, adiós perro rubio.
— ¡Adiós, vampiro de porquería!
Ada se sitúa a mi lado, acariciando mi espalda. Permaneciendo ahí unos minutos en silencio, hasta que la ruidosa de mi hermana pasa por el pasillo riendo en conjunto a Verlik. Resoplo.
— ¿Ellos estarán bien?
— Sí, se les pasará —«no, no está ni cerca de pasársele».
— Estaré aquí en todo momento —«no estuviste cuando aquella chica me engañó»— tengo una duda, ¿En cuál instituto está Mandy?
— Potresheill.
— A soportar a tu exnovia, ¡Bingo!
— No es gracioso Ada.
— No digo que lo sea —se aleja un poco—. Escucha, cada vez que la veas no puedes querer drenarla, piensa en otras cosas y listo, casi siempre la intentas matar.
— No lo hago —«mentiras».
— Ajá —se acerca, pellizcando mi mejilla derecha—. Debo seguir empacando, sólo trata de arreglarte con tus hermanos, quizás aprueben nuestra falsa relación.
— Posiblemente —«relación en la que yo te entré por obligación querrás decir» la abrazo levemente.
[...]
En el cuarto día, voy a la habitación de Sedna donde está escribiendo en su laptop, se gira sonriente, pero decae al ver que soy yo.
— Fuera.
— Sedna...
— ¿Con Ada? —se posiciona a mi lado en medio segundo— Esa relación es más falsa que la que tengo yo ahora.
— Pero ni tienes...
— Por eso mismo —cruza sus brazos, rodando los ojos—. Tengo cosas más importantes las cuales hacer, así que te pido que te retires.
— Te necesito —aprieto mis ojos con fuerza reteniendo las lágrimas, por su parte frunce levemente el ceño—. Por favor.
— Dermain...
—Te necesito más que nunca —con lágrimas que han comenzado a caer por mis ojos me arrodillo.
—¿Qué está pasando aquí? —pregunta Verlik, acabando de entrar a la habitación— Dermain, ¿Qué sucede?
Siento los brazos de ambos rodearme, y aunque me duela admitirlo, la cagué bien feo.
[...]
Verlik Fairchild
Preparo las maletas, mañana ya volvemos al instituto y recordar lo que ha pasado en esta semana no es que me ponga muy contento con la situación. Al final termino acostado en la cama utilizando el celular y de vez en cuando pasando las manos por mi cabellera rojiza.
La foto de pantalla de mi celular es ambientada por Julieta —cabellera oscura larga, ojos claros, cejas un poco espesas, mientras que su tatuaje en el brazo izquierdo reluce bastante: un gato negro con humo alrededor es ambientado, y una pequeña corona es situada arriba del felino. Sus ojos son azules, mientras que las garras están manchadas de un rojo carmesí. Abajo están las dichosas letras que nos representa a cada uno: נציג המכשפות. "Representante de las brujas"— y yo bajo un árbol, es como un edit creado con varias fotografías en nuestra salida número dos en Pherisheill.
Somos amigos desde el primer día en conocernos, también compartimos algunos momentos. Me gusta darle suspenso a lo que somos, simplemente eso: amigos. Es genial como a veces creían que estaba con ella cuando salía de madrugada y la verdad es que andaba de cacería solo, siendo lo contrario a Dermain, él sí salía tras de Edén.
Nos hemos mostrado demasiados sentimientos, pero seguimos sin darle paso a una relación formal, quizás por el miedo a que yo muera bajo el sol o su miedo de que mis padres no la acepten.
— Hola, hermosura —mi sonrisa se expande por mi rostro cuando ha aceptado la llamada—. ¿Cómo te va?
— Bien, la primera en llegar a Potresheill fui yo —cruza sus brazos en señal de frustración—. Y aquí no hay nadie a quien... oh, la voleibolista.
— ¿Qué pasa con ella? —como todo chismoso indago.
— Escuché que mencionó a Sedna —mueve sus cejas de arriba a abajo en varias ocasiones, rio alto ante su reacción. Esta chica es increíble.
— Obviando a mi hermana —mueve su cabeza de un lado al otro—. ¿Cómo te fue con tus padres?
— Fue bonito, me llevaron a un lugar lleno de brujos increíbles —relame sus labios—. Creo que aprendí un nuevo hechizo de teletransportación.
— ¿Ah, sí? —asiente sonriente— Teletranspórtate hasta acá, entonces.
— Dijiste ayer que las cosas por allá andan tensas, no pienso entrar a la boca del lobo —río por su oración y luego de hablar por tres horas, nos despedimos.
Abajo se encuentra Sedna golpeando la pared con un bate, no pienso preguntarle, tampoco es que se vaya a romper dichosa zona. El timbre suena y voy, pero me arrepiento al hallar a Ada con una sonrisa de oreja a oreja.
— ¿Se encuentra Dermain? —niego.
— No, marchó a la casa de una vieja amiga —frunce el ceño, ¿Por qué creen que mi hermano no tiene amistades?
— No lo creo —rasca su nuca, Sedna aparece en la escena dejando sobresalir sus colmillos.
— Sí quieres lo llamo —tapo mis oídos tan fuerte, pero nada sirve— ¡Dermain Fairchild, Ada te busca!
Y cómo era de esperarse, nadie baja aquellas escaleras, cruzo mis brazos cuando ella rasca su nuca nerviosa.
— Gracias de todas formas —se despide, convirtiéndose en lobo a mitad de huida y correr lejos. Derdén ya no es real, esto es triste.
Abrazo a Sedna un poco cohibido.
— Lo siento, pero yo...
— Quieres irte al instituto porque Julieta está sola —su poder, claro—. Tranquilo, ve, yo te cubro.
— Eres una maravilla de hermana —voy por las maletas tan rápido que creo que caeré, cuando vuelvo a estar a su lado ella besa mi mejilla.
— Ve con cuidado —la abrazo nuevamente—. Hablaré con Dermain.
— Suerte.
— Igual.
[...]
Avanzar, más bien, correr por todo el instituto es algo importante en este momento y las maletas no importan en el momento que la veo caminar con dirección a la habitación un poco ida, se fija bien en mí que he detenido mi andanza y estruja sus ojos sin podérselo creer.
— ¡Verlik! —vuelvo a correr con las maletas y antes de llegarla a aprisionar con mis brazos, suelto lo que llevo en mano provocando un gran estruendo al caer. Me afianzo a su anatomía, impregnándome de su olor, su cabellera negra queda a lo largo de su espalda y algunos mechones rozan mis mejillas.
— Te extrañé en esta semana, hermosura —al separarnos y finalmente entrar a la habitación de los siete, se nota la falta de personal.
— Y yo a ti —toma lugar en una pequeña silla de su escritorio, luego de que yo colocara las maletas en su lugar.
Charlamos un largo rato, admirando fotos en su celular y viendo memes con chistes sumamente malos, en un momento nos hemos quedado viendo fijamente, tanto que nos estamos acercando de a poco.
— Verlik, la respuesta es sí —y eso me da pase libre a besarla, la pregunta que le había hecho era esta, sí podía hacerlo sin ninguna barrera de por medio.
Pero algo interrumpe, el sonido de su celular, provocando que se aleje un poco a ver el dichoso artefacto y cómo si fuera una máquina, escucho sus pensamientos: mente en blanco. Esa oración la repetía incontables veces.
Respiro hondo, inclinándome con los codos.
— ¿Pasa algo? —sale de sus cavilaciones y me observa negando.
— Nada importante —sonríe algo nerviosa, pero entonces vuelve a suceder, escuchar sus pensamientos.
"Tranquila, Julieta, no pasa nada, sólo son amenazas insípidas que pronto pasarán".
— Julie, ¿todo bien?
— Sí —se acerca colocándose en donde estaba—. Tranquilo.
Pero nada me dispersa aquello que escuché, saber que alguien la está amenazando no es algo que me mantenga alegre en ningún momento, al contrario, provoca que tense la mandíbula.
Investigaré quién está tras de esto.
——————————
¡Hola, personitas de la locura!
Paso por aquí a dejarles este capítulo narrado por dos personajes importantes.
Inserten lo que piensan de Dermain aquí.
Lo que piensan de Verlik aquí.
Yo tengo pensamientos demasiados largos hacia ellos, así que me los ahorro porque contienen spoilers.
Ada al ver que tendrá que casarse con Dermain:
Edén cuando Dermain le dijo que ya había presentado a Ada:
Con amor: este intento de Escritora 🧚🏽♀️🖤🧚🏽♀️
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