1- DESCUBRIMIENTO
Matthew Koch
Coloco la capucha de mi sudadera en mi cabeza, levanto la vista levemente para observar el gran letrero del parque; me encuentro caminando para llegar hasta mi zona de tranquilidad aunque escucho risas de niños pequeños, y los padres charlando animadamente acerca de temas que no llaman ni una pizca de mi atención, casi choco con unas ramas, ahí me permití observar bien el camino.
Mis antebrazos arden por el nuevo tatuaje que ha salido, si, suena loco y bastante extraño de que un tatuaje salió de la nada, pero es cierto. Desde un tiempo atrás me han estado saliendo sin ninguna explicación científica o acorde. No tengo rasguños, así que no se pueden confundir con ellos, porque están tintados.
El de ahora es en forma de olas del mar, rodeando mis antebrazos, con un bonito azul adueñarse de las olas, en los bordes del tatuaje siempre sale E. Matthew. ¿Por qué la E? No tengo idea.
No es que me desagrada la idea de los tatuajes, en realidad me quedan bonitos, pero es que no sé qué decir cuando me preguntan: ¿Dónde hiciste esos diseños? Y la verdad, prefiero ocultarlos y fingir que se borran con agua.
No solo tengo ese tatuaje de agua, tengo uno de fuego donde la E. Matthew predomina aún más fuerte, es un rojo intenso con una pequeña corona en mi nombre. También está un tatuaje del aire y de la tierra son tipo alianza, pero en este caso solo está la E. con una corona.
Además de los tatuajes he tenido una fuerza sobrenatural, esa es una de las razones por las cuales no puedo pelear en ningún ring, ni con nadie; Las personas que han intentado pelear conmigo han salido heridos, menos ella. Hellen Weber, es técnicamente igual o incluso peor que yo, tiene un coeficiente superior a los demás; sus tatuajes son más pronunciados y posiblemente tenga el brazo entero lleno de esos, algo que no le desagrada, al contrario, le gustan y los presume como si no hubiera un mañana.
Me siento debajo de un árbol para esperarla, mis antebrazos siguen picando con cada segundo qué pasa, los observo detenidamente queriendo hacer que pare lo que está pasando ahora. Una nueva figura aparece, esa misma figura que tiene Hellen en su brazo derecho me está apareciendo en el izquierdo. Es un ojo con el iris rojo que produce de vez en vez un poco de escalofríos, es como si el tatuaje transmitiera un especie de mensajes ocultos, el de Hellen es un ojo completamente negro, pero en vez de transmitir escalofríos trae consigo un sentimiento de culpa.
— Hola —bajo la sudadera de golpe al escuchar su voz cantarina, me sonríe levemente para sentarse justo a mi lado—. ¿Qué sucede?
¿Como te explico que técnicamente me está saliendo lo mismo que a ti?
— ¿Que te está saliendo? —abro los ojos de golpe en su dirección, siento que quedaré loco con todo lo que está pasando. Nuestros padres dicen que es normal todo esto, incluso ellos lo tienen (mis padres con un tatuaje de espinas de un verde intenso situado desde las muñecas hasta el codo; los padres de Hellen son todo lo contrario, ellos poseen unos ramos de rosas alrededor de sus tobillos), y aunque nuestra familia sea muy unida esto me trae mala espina.
— ¿Tienes hambre? —decido cambiar de tema, no quiero hablar del tatuaje que ahora me está saliendo, eso no es normal ¿Verdad?
— Matthew —rodea mi hombro con su brazo—. Estoy aquí para cualquier cosa, ¿Que sucede?
Mi garganta se seca completamente, y creo que me he puesto pálido, las cuerdas vocales dejaron de funcionarme y lo único que hago es balbucear incoherencias. Su rostro muestra preocupación, lo menos que quiero es preocuparla, pero ahora estoy sintiendo mi cuerpo ardiendo.
Me levanta con sus manos temblando a no más poder y termina llevándome hasta su auto, me adentra en él para luego subirse ella y marcharnos del lugar. Sigo con mi cuerpo ardiendo, siento mis ojos irritarse, ¿Que está sucediendo?
— Matt —coloca su mano en mi frente—. Estás jodidamente caliente, te llevaré con mamá, ¿De acuerdo?
Asiento. Su madre es doctora sabrá qué hacer en este caso o eso espero; tomo mi cabeza entre mis dedos, siento que estallará en cualquier momento. Grito de dolor, mis tatuajes comienzan a brillar y es la situación más ilógica que puede sucederle a un ser humano, comienzo a ver puntos negros hasta perder la conciencia.
[...]
Abro los ojos levemente, no sé dónde me encuentro, las paredes no son blancas o azules cielo como acostumbran a estar en los hospitales; en cambio hay paredes pintadas con diferentes formas, como por ejemplo: las que tengo en el brazo en este momento, seguido a esto en el fondo hay una pintura que trato de darle el total sentido, pero no encuentro alguna lógica. Es un chico encadenado, mientras grita del dolor, con su cabello todo enmarañado y una sombra cercana tendiéndole la mano...
Lo que no entiendo es por que eso está en un "hospital".
Sigo con la deleitación del lugar, pues a mi punto de vista es más moderno, hay un sillón en una esquina que se ve realmente cómodo, en la otra esquina hay un estante lleno de libros, y alrededor de este hay pequeños sillones.
Hay alfombra por todo el piso y eso llega a cuestionarme, ¿Desde cuándo los hospitales son tan modernos? O ¿De verdad esto se puede catalogar como hospital?
Observo mi brazo izquierdo, todo está en orden, no me arde ni nada por el estilo, sino que lo siento tranquilo sin ningún problema. Deslizo mi dedo por cada tatuaje qué hay en él, luego deslizo mi mano hasta mi cabello donde lo encuentro más largo de lo habitual.
La puerta es abierta por Hellen que chilla, su expresión muestra horror y eso hace que me preocupe más, llega su madre en un santiamén gritando también al verme.
— ¿Que tengo? —decido preguntar con la voz temblorosa, pues esos gritos no me producen la mínima tranquilidad.
Viviana se acerca hasta mi chequeando todo para mirar a su hija sobre el hombro, termina de lo que está haciendo para después suspirar fuertemente.
— Por favor, Hellen —habla Viviana segura al hablar— comunícale a Stefany que llegue lo más pronto posible.
Hellen asiente y se va, no estoy entendiendo nada, ¿Qué está pasando conmigo? No llego a hablar cuando entra mi madre con sus facciones en total preocupación.
— ¿Ya? —dice ella, comienzo a mirar a las tres mujeres que se encuentran aquí conmigo, pero ninguna habla.
— Stefany, es hora de hablar.
— Al fin —levanta Hellen sus brazos con dirección al techo.
— Pero primero acomódense —pide Viviana, acatan su orden y yo me quedo como un pobre chico tirado en una cama.
«Hace muchos siglos atrás, había una Reina en este mundo. Cuidaba tanto de sus hijos como lo son el "Aire, fuego, tierra y agua" sus más grandes tesoros, pero aparecieron más hijos procreados por ella. Hay tantos que sería difícil describirlos en tan poco tiempo, sus más grandes tesoros comenzaron a reinar junto con ella.
«Pero no todo fue perfecto, cada cierto tiempo sus energías se agotaban y quedaba todo el reino en ruinas, en unas ruinas que eran difíciles de reponer; Al tiempo la superior, en este caso la Reina, decidió pasar de sus poderes no solamente a sus tesoros, sino también a personas de este planeta.
«Hay personas de este planeta tierra con las más grandes magias de la Reina, muchos pueden tener los poderes desde nacimiento, en otros simplemente le comienzan a surgir después de los dieciséis años.
«La Reina decidió elegir a dos personas que fueran los salvadores de todo esto cuando ella no pueda más, sabrá cuando sea el momento adecuado y entenderá que es hora de ella poder descansar un poco.
— Me tienen que estar jodiendo —susurra Hellen. Concuerdo con ella, esto es una locura, ¿Por qué se ponen a hacer cuento y no me explican que rayos me está pasando?
— Silencio, quiero seguir contando —dice Viviana, cruzando sus brazos.
«Las dos personas elegidas tendrán su fuerza unida, desde pequeños pueden tener síntomas notables que los diferencia de los demás, no obstante, no pueden abusar de su poder.
«Si esas dos personas llegan a incumplir las leyes serán castigados a terribles tratos; ninguno de los dos elegidos debe de mantenerse distanciados, ni colocarse en contra de ellos mismos.
— Mamá, ve al punto.
— Ya voy —rueda los ojos y pasa sus manos por su cabellera.
«La Reina colocó sus guardianes a las dos personas que deben posicionarse en el trono, como en este momento esas personas son... ustedes dos.
— Wow wow wow, espera un momento —me siento de golpe en la cama olvidándome de cómo me sentía anteriormente—. ¿Estás quedando loca mujer?
— Mami, debes dejar de ver caricaturas que eso hace daño.
— ¡No es broma par de estúpidos! —grita mi madre, suspira después de ver cómo nos quedamos por su reacción—. Sus tatuajes, cambios de humor repentinos, saben cuándo lloverá, más fuerza de lo común, ¿No creen que sería verdad? —negamos, es que, ¿Como me creeré eso? es cierto que los tatuajes son extraños, pero lo de saber cuándo lloverá es sencillo, solo vemos el cielo y listo, los cambios de humor es algo completamente normal en los seres humanos cuando están en su faceta de entrada a la adolescencia.
— Vámonos Stefany, déjalos solos para que piensen en lo que les he dicho.
Así se marchan, me quedo en completo silencio antes de comenzar a reír tanto que mi estómago duele, la cara de Hellen se alza para observar cómo trato de recuperar mi respiración.
— ¿Que te sucede? —pregunta confundida, ¿Qué me sucede? Es totalmente obvio, pues es ilógico que tengamos poderes.
— Historia más patética.
— Matt...
Hago silencio de pronto mirándola con fijeza: —No me digas que si lo creíste.
— Es que sí es cierto —hace una mueca con sus labios, Dios mío.
— Hellen, eso no es real, somos seres humanos completamente normales. Los cambios de humor son por las hormonas, la fuerza es porque de pequeños estuvimos en muchos concursos acerca del deporte.
— ¿Entonces por qué nos salen tatuajes sin razón alguna? —se levanta del pequeño sillón—; ¿Por qué nuestros cabellos tomaron un pequeño mechón blanco?
Son canas, je.
— Esto es una locura, no es real.
Me sacude de hombros: — Reacciona Matthew, esto no es loco, es real.
[...]
Camino por los fríos pasillos de la escuela, está todo tan pacífico que causa escalofríos; sigo con mi capucha en mi cabeza sin mirar a nadie, con la cabeza en alto y mi expresión seria, que me sale tan natural que puede llegar asustar en parte.
Los casilleros están diseñados a nuestro modo, el de Hellen queda al lado del mío, está pintado de negro con un castillo, se ve real, incluso parece que ya lo he visto antes. Sacudo mi cabeza, no es hora de pensar idioteces.
Mi casillero está diseñado de negro con un bosque sobresaliente, su textura es increíble y demuestra el lugar en el que quiero estar en este momento. Abro mi casillero para sacar algunas cosas y volver a cerrarlo, sigo mi trayecto con mi celular en mano esperando el mensaje de siempre, pero no llega.
Espero fuera del aula para entrar junto con ella cuando aparezca, pero nada sucede, incluso suena la campana de entrada. Suspiro fuertemente para encender mi celular y escribirle.
~Hellen, ya sonó la campana, ¿Dónde estás?
— Matthew —hago caso omiso a esa voz, pero sigue insistiendo tanto que comienzo a prestarle atención. Mandy.
— ¿Qué? —ruedo los ojos cuando siento como me abraza, aléjate de mí, chica me das miedo.
— ¿Y Hellen? —comienza a ver a nuestro alrededor tratando de encontrarla, Hellen llega ya.
— Todavía no ha llegado, ¿Puedes soltarme? Me estás asfixiando.
— Oh, sí, perdón —se aleja con una sonrisa en el rostro.
~ Matt, estoy en el estacionamiento.
— ¿Entramos? —expresa con bastante entusiasmo, niego.
— Lo siento Mandy, debo hacer algunas cosas —me alejo rápidamente de ella, prácticamente casi corro.
A mitad de camino me encuentro a Hellen, me engancho en su espalda como un Koala que necesita ser protegido de todo el daño que lo rodea. No entiendo como tiene tanta fuerza para poder conmigo.
— Matt, quítate.
— Aleja a ese demonio de mi —digo.
— No hay nadie aquí, Matt.
Suspiro, pero sigo enganchado en su espalda, camina así por unos momentos hasta llegar a su casillero, y sacar un pequeño cuaderno. Cierra para volver a caminar, todo esto conmigo encima de ella.
Toca la puerta del aula para después abrirla levemente, el profesor no nos deja entrar, se niega a concedernos el paso haciendo que Hellen camine enojada hasta la biblioteca.
— Matt, bájate.
— No.
La escucho gruñir hasta dejarme sentado en una silla frente de ella, saca unos libros de aproximadamente quinientas páginas mostrándome cada uno con su respectivo nombre "Aire, fuego, agua y tierra", como hay más, pero en un idioma completamente extraño que no sé cómo logro entender.
— Libros antiguos donde nos hablará de todo tipo de magia, creo que lo mejor sería investigar.
— No creo en esto —alejo los libros.
— Tendrás que creer, esta mañana me acaba de salir otro tatuaje.
— Hellen —tomo un libro entre mis dedos— ¿Que haremos con esto?
— No sé, ponerte a leer sería lo mejor.
— Bien, haremos un trato —digo después de pensarlo—. Después de leer practicaremos algo con esto —agito el que tengo en la mano—. Sí nada sucede es falso, ¿Bien?
Asiente antes de ambos comenzar a leer todos los libros, leemos incluso muy rápido, y es lo que me sorprende y asusta a la misma vez.
¿Y si de verdad soy el elegido?
¿Y si después tengo que reinar junto con Hellen?
¿Y si mis tatuajes muestran poderes ocultos en mi ser?
¿Y si mi fuerza será unida con la de ella?
Muchas preguntas, muchas dudas que serán descubiertas a lo largo de mi historia en esta vida y la que viene.
————————
HOLAAAAAAA
Estos temas me llaman mucho a la atención, me encanta imaginar cosas que me gustaría pasar, sí, algo extraño, ¿Pero quién no quisiera tener poderes?
Existe también mi parte dulce donde escribiré cosas bonitas, no todo lo que escribo debe ser tan misterioso, de vez en cuando debo salir de esa zona como lo haré ahora.
¿Qué les pareció este capítulo de Fuerza Unida? ¿Información que procesar?
Bueno, ya me extendí.
Bien, hasta aquí mi reporte.
Con amor: Lisa🥀🖤
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