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Fuerzas de defensa
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Beep, beep. -El sonido chillante de un teléfono celular retumbaba por todo el lugar cerrado.
Ugh, ya lo sé. -Hablaba al aire, mientras buscaba mi teléfono móvil y trataba de apagar la alarma que sonaba.
Al lograr mi acción, me estiré a más no poder sobre el cómodo lugar en el que me encontraba.
Hoy iniciaría mi primer trabajo en limpieza de Kaijus, quizá me dé asco; pero por algo se empieza y aprende, ¿no? Intenté animarme, mientras me sentaba al borde de la cama.
Lo analicé un poco, pero agarré valor y fuerza para levantar y realizar mi corta rutina de aseo y belleza.
Una vez estando lista, busqué algo en la cocina, necesitaba tener alimento en el estómago, sino, dolería.
Mientras servía mi desayuno, revisaba con calma mi teléfono, el cual, repentinamente recibió una llamada.
"¿Hola?" -Atendí la llamada entrante.-Sí, ya lo sé.-Respondí por la línea telefónica.-Como sea, cuídate. -Despedí, a la corta timbrada de celular para acto seguido, cortar abruptamente.
Bueno, veamos. -Removí con cuidado la cucharita que mezclaba el líquido tibio con endulzante que iba a ingerir, mientras que con mi mano libre, deslizaba sobre la táctil pantalla, leyendo las noticias más recientes del país.
"Avistamiento de Kaiju en la zona de Yokohama, prefectura de Kanagawa; gracias al apoyo de la tercera división de las fuerzas de defensa, liderado por la capitana Mina Ashido; ha sido destruído sin inconveniente alguno."
Su capacidad es excepcional. -Hablaba para mí misma, mientras terminaba de leer el artículo noticiario más reciente posteado en redes sociales.
Había concluído exitosamente mi desayuno, dejé todo limpio y lavé mi cavidad bucal, agarré un bolso que contenía todo lo necesario para el día de hoy y salí de mi pequeño hogar; en camino al puesto de trabajo.
Buenos días, soy la nueva integrante. -Me acerqué cautelosa hacia un muchacho de cabellos rizados.
¿Qué trae a una chica por éstos caminos? -Habló sonriente al que había saludado. -Sabes que es algo sucio, ¿no? -Comentó. -Por cierto, llámame Toku. -Me dedicó una amplia sonrisa.
Mi nombre es (T/N), un gusto. -Informé al contrario, y a su vez, respondía. -Estoy interesada en aprender sobre los Kaijus, ya que haré la prueba de ingreso a las fuerzas de defensa. -Hablé seria y decidida.
Oh, hola, ¿también eres nuevo? -Toku había posado su mirada detrás de mi.
Sí, soy Ichikawa. -Escuché una suave voz. -Te ahorro la pregunta, pero también estoy aquí al igual que ella. -Volteé a ver al chico que hablaba, se trataba de un ojivioleta, con cabellos cenizos, parece que llegó y escuchó la corta conversación.
¡Kafka! Justo a tiempo. -Toku se abalanzó sobre otro hombre castaño, dejándonos tanto al chico como a mi, algo confundidos por la actitud repentina. -Él también quería formar parte de las fuerzas de defensa. -Sonreía y presentaba al sujeto.
Cállate. -El nombrado Kafka, presentaba un ligero semblante avergonzado.
¿Ya no piensas unirte? -Pregunté al castaño.
Ya me rendí con ello. -Agitaba su mano en forma de sacudida.
Yo, nunca me rendiría. -Escuché a, creo que ¿Ichikawa? Decir.
No les presté atención y había guardado mi bolso en un casillero disponible.
Nos vamos. -Un hombre de lentes, creo que se trataba del superior o jefe del grupo, ordenaba, yéndonos así, todos en una pequeña furgoneta al punto de limpieza.
Una vez estando todos reunidos en el punto, el anterior que había dado la orden, nos organizó, dejándonos a Kafka, Ichikawa y a mi, recoger y limpiar parte del intestino al Kaiju.
Por cierto, el Kaiju se trataba del mismo que había leído en el artículo de redes sociales, ésta mañana.
Mientras Ichikawa y yo, nos terminábamos de colocar nuestro equipo de protección personal para realizar el deber sanitario; Kafka ya se encontraba iniciando la tarea.
¿Puedes ayudarme? Por favor. -Me coloqué frente al de ojos violetas, mientras aún sujetaba el cierre y el uniforme que usábamos, se había atascado.
Sí, claro. -El jóven tomó de la tela y a la vez del cierre y con delicadeza subió y bajó simultáneamente sobre la cremallera, hasta cerrarlo.
Muchas gracias. -Le sonreí amable, para terminar de colocarme el equipo e ir donde Kafka.
¿Se te da bien, limpiar la caca? -Reí ligera, al ver la situación.
¡Soy el mejor! -Respondía orgulloso.
Por cierto, ¿qué edad tienes? Así sabré si debo tratarte con respeto o no. -Hablé curiosa junto a una excusa.
32, aún. -Contestó.
Estás en toda la flor de la juventud. -Dije entre risas, mientras echaba agua a su lado.
Al escuchar mi comentario, el hombre hizo una pose embellecedora.
Había llegado nuestro pequeño descanso y a su vez, hora de almorzar, pero luego de haber ayudado a limpiar la zona del intestino, no era como que estaba antojada de comer.
¿No piensan comer? -El mayor preguntó burlón al ver la expresión del chico jóven y a su vez, la mía.
No tengo ganitas. -Trataba de agarrar aire fresco.
Jaja, ya se acostumbrarán. -Acto seguido, arrojó un empaque a la cara del cenizo.
¿Qué te pasa? ¿qué es? -El muchacho habló, mientras agarraba el empaque.
Un multivitamínico, deberían tener energía para luego. -Explicó.
Pero solo lanzaste uno. -Hablé ingenua.
Pues, aprendan a compartir. -Nos miró como un padre dando una lección.
Por eso eres viejo, mesquino. -Ichikawa y yo dijimos al unísono.
¿Si? Pónganse ésto. -Mostró unos tampones nasales. -Ayudará mucho.
Gracias, pero no. -Lo miré divertida.
No, gracias, te ves ridículo. -Respondió Ichikawa.
El corto tiempo de descanso había finalizado, ya era tiempo de regresar y avanzar mucho más en el trabajo.
Mientras estábamos en el acto de limpieza, hablábamos de cosas triviales, así supe que la edad de Ichikawa era de 18 años y ellos supieron que la mía era de 19 y así mismo, comentamos mínimamente sobre las fuerzas de defensa.
Señor Kafka, ¿cree que falta mucho? -Lo miré, mientras señalaba el ambiente de los restos anatómicos del Kaiju esparcidos en el área.
¿Estás ciega o qué? -Obtuve como respuesta.
¡Cuidado! -El ambiente se tensó al dejar resonar esas palabras dichas por mi.
Un Kaiju se había hecho presente a las espaldas del jóven de cabellos rubios cenizos.
Parecía que el tiempo se detenía y el ruido se silenciaba por completo, no puede ser, ¿bloquearme por un estúpido monstruo? ¿tenía miedo?
Mis pensamientos se inundaban de desesperación al ver que mi cuerpo no reaccionaba como yo quisiese, viendo como Kafka empujaba con fuerza y apartaba a Ichikawa del alcance del Kaiju.
Maldita sea (T/N), haz algo, a este paso no podrás ser fuerte, pensaba para mis adentros.
¡Huyan! ¡Salgan de aquí y pidan refuerzos! -El de ojos violetas sujetaba con fuerza mi brazo e intentaba jalarme con él, obedeciendo a la orden del mayor.
¡No, espera! -Fue lo único que pudo salir de mi boca.
¡No seas tonta! -Kafka me reprochaba, mientras él intentaba encargarse del Kaiju.
Es un Kaiju residual. -El chico que jaloneaba de mi brazo me comentaba.
Ichikawa, debemos hacer algo. -Le supliqué, mientras me soltaba de su agarre. -Pide ayuda. -Le dije, para correr y buscar algún armamento improvisado en los escombros.
Había encontrado tubos, sin más rodeos, me armé de valor y corrí a socorrer al mayor.
¡Anciano! ¿estás bien? -Pude notar sangre salir de parte de su cuerpo.
Como nuevito. -Me respondió entre jadeos cansados.
¡Dije que huyeran!-El hombre había hablado serio, se lo notaba cansado.
Él ya fue por ello, yo estoy aquí. -Me justifiqué, mientras ayudaba al ahora herido a esquivar y movernos sin ser devorados por el monstruo residual en el intento.
Pesas mucho. -Me quejé.
Tú eres muy débil -Él respondió a mi queja.
Agh. -Musité de dolor al sentir un fuerte aruño en mi pierna izquierda, provocando que cojeara y cayera al suelo.
Ya hay que hacerse el pedicure, ¿no? -Miré con desagrado total al Kaiju.
¿Estás bien? -Kafka se había colocado delante de mi, en forma de escudo al ver la situación.
Tranquilo, gracias. -Vi como el hombre recibía golpes por la bestia, dejándonos a ambos sobre el suelo, estábamos cansados de batallar contra aquello.
Bueno, fue un gusto. -Kafka y yo, estábamos tendidos en el suelo.
Un gusto, me caíste bien, mocosa. -Había dicho.
Ya esperábamos sentir los dientes del mosntruo sobre nuestros cuerpos y destrozarlos.
¡Levanten! -La voz del que había ido a pedir ayuda, estaba presente.
¡Tenemos que entrar juntos a las fuerzas de defensa! -Animaba el chico y golpeaba con una señal ubicada en las calles al Kaiju que se acercaba a nosotros.
Apenas dio el golpe lleno de temor y a su vez, valentía, veíamos como la bestia se destruía en segundos.
¿Qué sucede? -Pregunté nerviosa al ver la escena.
¡¿Eh?! -Ichikawa estaba atónito.
No me digan que está... -La sorpresa de Kafka no lo dejaba continuar la oración.
¿Están bien? -Escuchaba unas voces aproximarse a nuestro lugar.
Atiendan a ellos, por favor. -El mayor nos había puesto como prioridad.
(T/N), tu pierna. -A pesar del sorpresivo show, Ichikawa había mostrado preocupación.
Y yo que creía que eras un hielo. -Lo miré divertida, mientras presionaba con fuerza la parte aruñada.
Kaiju exterminado, ya procedimos al rescate del personal presente. -Escuché una voz femenina.
No podía ser, ella estaba aquí en la situación, ella había salvado nuestros traseros.
Mina Ashido, capitana del tercer escuadrón de las fuerzas de defensa.
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Holi, espero les guste 👉👈
Fotito para llamar la atención xd
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