Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

9

Cuidado.

-----------------------------

|| (T/N) -Escuché un dulce llamado, dándome cuenta que provenía por parte de mi amigo joven.

¿Sucede algo? -Pregunté leve, intentando descansar del entrenamiento.

Ven. -Ordenó muy delicado y dejó escapar una suave sonrisa, mientras extendía su mano para ayudarme a levantar del pasto en el que reposaba.

Curiosa, tomé de su mano, haciendo que él me levantase sin problema alguno; con su mano sujetando la mía, nuestros pasos marchaban por los caminos del lugar.

¿Dónde vamos? -Hablaba entre leves risas, al ver como el chico me llevaba casi arrastrando con él.

Hasta que llegan. -Escuché la voz de un hombre mayor, mientras Ichikawa y yo nos deteníamos debajo de un frondoso árbol y a su vez, soltábamos nuestras manos.

Ay, eres tú. -Falsamente imité un desinterés.

¡¿Cómo que soy yo?! ¡Y si! ¿Quién más debería ser? -Me era graciosa la reacción de Kafka.

Entre carcajadas cortas, me senté a su lado, mientras que Ichikawa imitaba la acción; y ahí estábamos los tres, dejando que la sutil brisa haga bailar nuestros cabellos y refresque con tranquilidad nuestros cuerpos.

¿Por qué tienes miedo? -El castaño me preguntó serio, ya había llegado la hora de tener aquella conversación, me sentía como la típica explicación que los padres dan a sus hijos cuando comienzan la pubertad.

Oh, bueno, no sé. -Intentaba evadir el tema.

Dímelo o lloro. -Kafka amenazó.

Ten. -Ichikawa que yacía sentado en medio de ambos, me extendía una botella de agua ya destapada, agradecí amable y tomé de la misma.

Es decir que, ¡¿me tienes miedo?! -Tragó seco y el drama del mayor había cambiado.

Me da miedo por él. -Suspiré cansada. -Siempre se arriesgaba, además, los kaijus son feos. -Me crucé de brazos y dejé reposar un corto silencio. -Me da miedo terminar como él y no poder haber hecho nada o siquiera, defenderme. -Musité muy bajito al responder, mientras recordaba aquella escena de Satoru en el ataúd. Mentiroso. Pensé para mí misma.

Al fijar mi mirar en ambos chicos, pude divisar una curvatura de labios cómplices muy suave, por parte de ellos.

¿Qué? ¿Soy un payaso? -Reproché con el ceño ligeramente fruncido.

No, no es eso. -Ichikawa negaba con sus manos, acompañado de pequeñas risitas. -Mientras estemos, no te pasará nada, lo prometo. -Me miró sin titubeos, confiaba en mis amigos, pero no quería que igual me mintieran, como lo hizo mi hermano mayor.

Y recuerda, si tienes mucho miedo, puedes llamarnos. -Ambos seres masculinos esbozaban una sonrisa cálida, amable y tierna.

Tú solo ataca. -Kafka intentaba que pierda el temor.

Como si fuera la última mandarina en el mundo, pelea. -Comentó con ese tono de  madurez, obteniendo unas risas divertidas por mi parte.||

El sonido de los disparos, las interferencias en las microradios y las voces de cada miembro de los equipos, aturdían.

El Kaiju principal, me daba asco, al igual que los residuales, ¿por qué eran tan curiosos los monstruos éstos? Pensaba, mientras me encontraba a las arribas de uno de los edificios, siendo de apoyo con disparos a larga distancia.

Puede que me den miedo o asco, pero mi puntería no quedaría estancada.

Estaba en un pequeño grupo de francotiradores, el entrenamiento me hizo sentir que de algo serviría mantener la distancia.

¡Todos! ¡Mantengan firme la vista! -El líder del equipo mencionado daba orden a realizar un buen apoyo e incluso, ejecuciones.

Mis sentidos estaban completos y presentes al momento de apretar y soltar el gatillo del arma.

No debía dudar, mucho menos titubear una carga, debía ser útil; al menos para ellos.

Esos pensamientos rondaban por mi cabeza, debía ser capaz, ayudaría a que Ichikawa se esforzara menos y que Kafka no se transformase casi; quería y debía cuidarlos.

Respira, apunta. -Me posicionaba mejor y sostenía mejor el agarre del arma.-Dispara.- Dejé escapar un suspiro pesado, posando con fuerza mi dedo, sobre el gatillo.

Parecía que los francotiradores habíamos ayudado en gran parte, y los residuales disminuían de manera significante; sin embargo nos percatamos de algo. Los ya exterminados, regresaban con signos de vitalidad, ¿se trataba de la misma escena que en el examen? ¿zombies, de nuevo?

De manera repentina mi conexión a radio diminuta, había sido interferida; la voz de Kafka se hacía presente en mi oído.

(T/N) Creo que se trata del mismo kaiju. -Mencionó, su tono de voz se distinguía agitado; pero sabía a qué se refería.

¿Qué estaba sucediendo? ¿Él estaba bien? ¿Ichikawa estará bien? Mi cabeza comenzó a carcomerse entre mi trabajo asignado.

¿Estás bien? ¿Ichikawa igual? -Logré responder por el intercomunicador personal.

Sí, descuida. -Me confié ante su declaración.

POV'S ICHIKAWA.______________

Mi cuerpo dolía levemente, mi armamento ya comenzaba a pesar; sin embargo, debía esforzarme mucho más, para protegerlos. Mi cabeza pensaba, mientras dejaba caer varios cartuchos de mi arma por cada disparo que proporcionaba, los kaijus que rodeaban el lugar continuaban sin parar.

¡Ichikawa, atrás! -Escuché una advertencia, sin aviso previo, sentí como el disparo había surtido efecto a mis espaldas.

¿Estás bien? -El compañero que había acudido a mi, se trataba de Iharu, el de cabellos corales y ojos color almendras.

Listo. -Sonreí muy leve al ver como nuestros disparos se juntaban y caían sobre cada kaiju presente.

Me acerqué al lugar del pelirosáceo, lo encontraba con algunas heridas, pero debíamos continuar; después de todo, éramos de la misma tripulación.

"¿Chicos? Cuidado, por favor, parece que los kaijus están reviviendo." -Una voz femenina se dejó escuchar sobre los auriculares de comunicación.

¡Iharu! ¡Debemos movernos! -Ayudaba al chico que se encontraba cansado, reposando sobre sus rodillas; para irnos antes de que sucediese algo no planeado.

¡¿Eh, qué hace un limpiador aquí?! Aún no es su turno, ¡Huye! ¡Es peligroso! -El chico al que intentaba apoyar, se quejaba con un tono preocupado; al voltear mi vista hacia mi parte trasera, pude divisar un empleado de la empresa de limpieza de kaijus, ¿qué hacía aquí.

Y por si fuera poco, comenzó a deformarse, ¡qué asco!

Qué molestosos son. -Escuché una voz distorsionada, proveniente del monstruoso espécimen que había apareido.

¡Era el del examen! El que comentó Shinomiya, y de igual forma "revivían" los kaijus. Pensaba para mis adentros, espera. ¡¿Puede hablar?! Me sorprendí ante tal acto, los ojos de Iharu, también mostraban la misma confusión que yo.

Mi reacción rápida se basó en soltarle ataques a distancia, no negaré, estaba asustado.

¡Pide refuerzos! -Le ordenaba entre gritos a Iharu, mientras yo mantenía alejado al bicho deforme.

¡¿Por qué yo?! -Se quejó el contrario.

En un descuido instantáneo entre mi compañero y yo, el kaiju se había acercado tan veloz; como si hubiese sido teletransportación, dejándonos a ambos atónitos.

No funcionará, corté toda señal de comunicación. -En su tono curioso de voz, podía notarse un poco de burla, qué desagradable era.

¡Iharu! ¡Ve! -Dije como opción al chico.

¡Nos vamos! -Me empujó, haciendo que esquivase un sorpresivo ataque del rival.

Y como si fuese de un sacrificio, reproché a mi acompañante, haciendo que me dejase solo y buscase apoyo.

La bestia me sacaba ventaja, creo que era obvio, ya me dolía la cabeza y la vista comenzaba a irritarse de tanto apuntar y atacar con exactitud.

Bueno, creo que terminaré de jugar contigo. -El monstruo había esbozado aburrido, mientras me señalaba, concentrando nuevamente, una especie de carga sobre la punta de su dedo; estaba contraatacando, pero de forma irritada extendió su torso y de ahí aparecieron dos brazos más, ¿no eran suficiente dos?

Cargué un nuevo cartucho, parecía que el efecto si era factible. ¡¿Qué?! ¡Un escudo de cadáveres! Me asombró su capacidad de cubierta.

La ardua pelea continuaba sin parar, ya había perdido la noción del show.

Sus descargas perforaban cada parte de mi anatomía, mis piernas perdían estabilidad, mis brazos suspendían su fuerza; solo sentía la frialdad del suelo.

¡Reno! -Escuché el grito con mi nombre, todo comenzaba a dar vueltas, sentía que mi cuerpo dejaría de moverse.

¿A caso, voy a morir? Fui débil, no pude proteger a Hibino; tampoco pude cuidar de ella. La claridad de mis ojos comenzaba a ser opaca. Quizá, estaba siendo egoísta, quería estar siempre con ellos.

El tiempo que tuve para conocerlos, claro que lo aprecié; hasta me atrevo a decir que comenzaba a desarrollar sentimientos por ella...pero creo que, no lo sabrá, perdón, perdónenme.

¡Ichikawa! -Reconocí su dulce tono de voz, sus manos se posaban sobre mis hombros caídos.

Sentí como me despegaba del cemento, siendo alzado en brazos, sin problema alguno, llevándome a un pequeño muro en el que pudiera descansar.

Deten tu hemorragia. -Otra voz se presentaba a la par, mientras me dejaban sentar y apoyar sobre la pared.

POV'S (T/N)._________________

¿Eh? ¿están vivos, de nuevo? -Escuché al lado de mi.

Kafka, ¿estás bien? ¿sabes algo de Ichikawa? -Hablé por el micro parlante hacia su canal.

Sí, estoy bien; pero no sé nada de tu noviecito. -Bromeó, aún así, su tono derramaba preocupación.

Iré a buscarlo. -Le advertí, cerrando el llamado.

Salí de mi formación y me dirigí al líder del grupo.

Permiso para ir en apoyo a otro grupo. -Hablé firme, mientras le comentaba y por acción misma, me alejaba del lugar.

"No se encuentran los signos vitales de los soldados Furuhashi e Ichikawa." -Habían expresado por el intercomunicador.

Y como si de flash se tratase, moví mi cuerpo hacia las áreas cercanas y alejadas, divisando con velocidad cada persona que se encontraba, tratando de distinguir esa cabellera rubia ceniza.

Hasta que finalmente llegué al punto en el que se encontraba mi amigo cercano, estaba tan mal herido y junto a él, el kaiju que encajaba con las descripciones que había dado la rubia de coletas.

Estaba asustada, no quería acercarme, pero no podía dejarlo así.

¡Aléjate de él! -Disparé sin rodeos, dejándole una notoria lesión al monstruoso ser vivo.

Una vez se alejó por el ataque, corrí, mi temor había sido transformado en preocupación.

¡Ichikawa! -Me arrodillé y posé mis manos sobre sus hombros, necesitaba moverlo y a su vez, verificar su estabilidad. -Ya estoy aquí.

Ya estamos aquí. -La voz distorsionada de Kafka se había hecho presente a mi lado.

Teniendo su forma, agarró como un príncipe a su princesa al joven, llevándolo a un lugar alejado del atacante y en donde pudiera arrimarse y descansar.

Deten tu hemorragia. -Le dijo serio, mientras lo dejaba sentar en el suelo.

Eres el menos indicado para decir eso. -Miré a mi amigo mutante.

Shhhh, estoy fuertote. -Bromeó, ya que sabía con exactitud que él mismo, aún no podía hacer aquello con su traje.

(qfeoeres No°9)

¿Por qué interrumpen? -La forma humanoide que había destrozado al pobre muchacho había llegado a la escena en la que nos encontrábamos.

Ugh, si no te invitan, no debes ir. -Reproché con nerviosísmo, mientras me arrimaba al lado de Ichikawa en busca de escondite; siendo cubiertos por la gran forma de Kafka en el famoso kaiju prófugo.

Así que, ¿eres tú? El famoso kaiju no°8. -Ahora los dos humanoides estaban frente  frente.

¿Y qué si lo soy? Acabas de lastimar a mi amigo. -El resonante tono disgustado y enojado del No°8 estaba en el ambiente.

Y como si eso diera inicio a un ring de boxeo, un primero golpe o puño se hizo notar en la cara del No°9.

El noveno, solo se encargaba de esquivar, no parecía lograr agarrar el ritmo del octavo.

Es un imprudente. -Un débil tono de voz había sido escuchado por mi.

Tranquilo, estará bien, ahora enfócate en ti. -Coloqué mis manos sobre la herida que se notaba en su abdomen, ejerciendo una sutil presión sobre ella.

Ahg. -Se quejó suave al sentir mi acción.

El polvo, los escombros y la oscuridad nocturna; dejaba deslumbrar los ataques proporcionados por el No°8.

Sin embargo, el No°9 planeaba escapar, haciendo que ambos se alejasen poco a poco del lugar en el que nos encontrábamos.

Estaré bien, cuida del viejo. -El chico me miraba gentil y cansado.

Ustedes, no tienen solución. -Me negué por lo bajo.

"Encontramos al Kaiju No°8."

Tanto Ichikawa como yo, nos miramos preocupados, ¿en qué momento se habían perdido del sitio?

Pronto vendrá el resto, ayúdalo. -Los ojos violetas me suplicaban.

Bien, pero luego de ésto, me debes una mandarina. -Mi ceño se frunció leve, aceptando su orden, dejándolo ahí en el lugar y buscar al más problemático.

¿Dónde estás? ¿dónde podría haber ido? Mis ojos buscaban cada calle y cada callejón.

¿Así que yo seré el que me encargue de ti? -Escuché al final de uno de los callejones cercanos, acompañado de un fuerte estruendo.

Dios, Kafka, ¿no puedes estar tranquilito? Pensaba para mis adentros, mientras comenzaba a escabullirme por el lugar.

Pude ver como el viento y ráfagas fuertes se levantaban por las calles, divisaba fuertes movimientos, pero no sabía con certeza lo que ocurría.

Al llegar, posé mi vista alrededor, divisándolo a él.

El de mirada rasgada, esos ojos de zorros inconfundibles, esos cabellos morados.

Y si era poco, se encontraba atacando a mi amigo mayor.

La velocidad con la que ocurría la situación era indescriptible, la fuerza proporcionada por cada corte de las armas del vice capitán era inigualable.

Este hombre, era sumamente fuerte y ágil.

Psss, Kafka. -Susurré escondida entre los callejones, obteniendo su atención, señalé a mi izquierda, dándole un camino abierto para que escapase.

Concéntrate, yo soy tu oponente. -Logré escuchar un disgusto por parte de Hoshina, mientras le dejaba un corte en el que exponía el núcleo del Kaiju, creí que tendría corazón, estaba algo confundida.

El movimiento de las muñecas del ojimagenta era increíble, deseaba con ansias tener esos reflejos.

Intentaba igualar el paso de ambos hombres, pero no debía exponerme, si Hoshina se enteraba que trataba de ayudar a un kaiju que escapaba de la ley; seguramente ya estaría muerta y sin seguir dentro de las fuerzas de defensa.

La velocidad de ambos era como tierra que es soplada por el viento.

¡¿Eh?! ¡¿Qué demonios?! -Escuchaba quejas por el superior.

El No°8 había evitado atacarlo a toda costa, desvíando el golpe hacia el arma cortopunzante del muchacho; dejándolo confundido y escapando de él.

Shhh, vámonos. -Un Kafka cansado y aturdido se encontraba detrás de mi.

En silencio nos alejamos del lugar, regresando a nuestros respectivos grupos y esperando que amaneciera con tranquilidad.


-----------------------------
Volví 😈

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro