Roja como se encontraba, continuaba dejándose llevar por su amada, que la tenía acorralada y enredada en un confuso remolino de sentimientos y besos esparcidos por sus labios, hasta su cuello; creyó que terminaría por desmayarse y caerse al suelo por las emociones que la embargaban, por todo lo que aquellos gestos significaban, porque no jugaban: todas esas palabras dulces y tiernas eran más, mucho más, porque eran de verdad, no una mentira, no una ilusión, no un reto, todo era cierto...
La enamorada Pan siempre pensó que al terminar diciéndole a su adorada mejor amiga y más fiel aliada, Bra, sus sentimientos, cocidos a fuego lento, acabaría por asquearse de la joven de cabellos oscuros y que la peli-azul se alejaría a toda velocidad, tirando a la basura tantos y tantos años de amistad, pero, todas las conclusiones sacadas bajo sus monólogos internos resultaron ser totalmente equivocados, ¿quién le iba a decir que, no solo la aceptaría, si no que se la comería a besos en la primera oportunidad que tuviese?
No cabía en sí de la emoción, Bra Brief, su amor platónico, resultó siendo un amor correspondido, y esas dudas y esos miedos que la envolvían pudieron desaparecer finalmente de su mente cuando la fémina de azul mirada llevó sus labios a los de la joven Son, comenzando unos besos que jamás tendrían una resolución, porque los labios de la otra ahora eran como su droga, su paraíso, aquel que había parecido de improviso en el mejor momento.
Pero, a fin de cuentas, les quedaba aún más tiempo para llegar a amarse todavía más, después de todo, su relación y su dicha acababa de empezar, y así como así no iba a terminar.