A pocos capítulos de terminar ✨️💓

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Días más tarde

Aquel aroma que tanto amaba llegó a sus fosas nasales. Sentía aquello como irreal.

El dolor había desaparecido y la fuerza había vuelto a él. Su lobo salto con emoción y alegría al sentir su aroma favorito tan cerca.

Con sumo cuidado quito los aparatos que adornaban su pecho, desconecto el suero y quito la sonda intravenosa.

Se paro con dificultad, tenía ya una semana sin tocar el suelo, tambaleó y caminó hacia la cortina qué dividía la habitación recorriendo hacia un lado, viendo ahí a su amado.

Ahí estaba JungKook, con sus ojos cerrados y descansando en la camilla, se veía más pálido de lo normal.

Acaricio su mejilla, y una lagrima corrió hasta caer en sus labios.

—Cuanto lo siento, amor mio... no debí escuchar a tu padre. Yo, pensaba que hacia lo correcto.

No recibió respuesta alguna, pero aun así movió las cobijas y se recostó al lado de su alfa descansando su cabeza en el pecho y sintiéndose completo.

Mientras su lobo aullaba pidiendo disculpas por lo sucedido.

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Tomaron asiento en aquellas pequeñas sillas en la cafetería del hospital, el ambiente ya era más tranquilo, pues sabían que no todo estaría bien.

Ahora solo se dedicaban a comer aquella comida extraña y aguada que daban en el hospital.

—Nuevamente, Señor Nam, muchas gracias por prestarme ropa estos días.

—No agradezcas, YoonGi, es un placer. Por lo que se, eres pareja de nuestro querido JiMin.

—Te conocimos en un muy mal momento, pero nos alegra tanto que hagas feliz a este pequeño, para nosotros es como un hijo.

JiMin sonrío tomando la mano de YoonGi.

—Este alfa es grandioso, Jinie, es más de lo que alguna vez pedí.

SeokJin sonrío enternecido y dio un bocado a su "sopa " de verduras.

—Juro que apenas aquellos dos se recuperen, les prepararé una comida decente—Dijo el omega mayor en una risa provocando la misma risa en sus acompañantes.

—Lo bueno es que todo esto terminó... no le digan pero, si perdía a JungKook... no hubiera sabido que hacer.

JiMin acarició la mejilla de YoonGi.

—Estamos igual, si algo le pasaba a TaeHyungie, hubiera sido un golpe muy duro para mi.

Una alarma comenzó a sonar, y ubicaron a la enfermera encargada del chequeo de TaeHyung, tenía un reloj que en ese momento estaba sonando y parpadeando con fuerza.

NamJoon se paro asustado y comenzó a correr a la habitación de TaeHyung, lo había  movido al 3er piso.

SeokJin, JiMin y YoonGi realizaron la misma acción, aunque los últimos dos sin entender que ocurría.

—Jin, ¿qué sucede?—Preguntó JiMin tomando el brazo de SeokJin, a quien las lagrimas ya escurrían por sus mejillas.

—Ese reloj detecta las palpitaciones del corazón de TaeHyung... si timbra, es por que su corazón dejó de latir.

Entraron al ascensor mientras NamJoon corría por las escaleras.

Llegaron a la habitación donde ya estaba el médico a cargo y varias enfermeras.

SeokJin tomó la mano de NamJoon y entraron viendo a todos los enfermeros y al doctor viendo un punto fijo, se abrieron paso entre ellos encontrado ahí a TaeHyung y a JungKook dormidos, abrazados en la camilla de JungKook.

—Todo esta en orden, solo se desconecto...—Informó una enfermera a su compañeros de trabajo y les tocó el hombro antes de salir de ahí.

—Este muchachito... casi hace que se me vaya el alma.

Todos los que estaban en la habitación salieron dejando a los 4 familiares viendo la situación. Aquellos se abrazaban como si su vida dependiera de ello, y así era.

SeokJin se acercó acariciando el cabello rojo de su hijo, y también acaricio el cabello negro del alfa, quien abrazaba a su hijo de una forma tan protectora y cálida, que lo hacía saber que su hijo estaba con el indicado.

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Unos pequeños besos en su frente lo despertaron. La calidez en dichos labios le brindaba comodidad y felicidad.

Abrió los ojos con lentitud y giro su cabeza encontrándose a un JungKook despierto, mirándolo fijamente.

—No me vuelvas a abandonar, te lo suplico... precioso—Dijo JungKook con su voz poco rota por el dolor que salía de ella.

—Nunca más, JungKookie, lo siento tanto, mi amor—Se acercó a besar sus labios y volvió a abrazarlo.

Su felicidad era ese hombre, y su vida también.

¿Cómo pudo creer en las palabras de una persona a la que solo le importa el dinero?

¿Cómo pudo creer que el le robaba la felicidad a JungKook,  cuando estaba comprobado que él era su felicidad?

En su vida creyó que hubiese gente tan mala, y mucho menos pensó que su JungKook tuviese que lidiar con un padre así.

Pero jamás soltaría su mano nuevamente, y si tenían que enfrentarse a más situaciones así, sería juntos.

La puerta de la habitación se abrió y entró una omega, parecía ser doctora.

—Me informaron de su caso, y debido a que su médico se encuentra incapacitado por una pequeña gripe me veo yo en la obligación de venir a darles las buenas nuevas.

JungKook se enderezó sin soltar a TaeHyung y la miro fijamente.

—¿Si?

—Están dados de alta, el doctor Kim NamJoon ya firmo su alta, pueden irse en cuento antes. Esperamos no verlos más por aquí.

La omega realizo una pequeña reverencia y salió del lugar.

Por donde entraron YoonGi y JiMin, ambos tomandos de las manos, soltandose para caminar cada uno a su respectivo mejor amigo.

El día transcurrió con tranquilidad, ya no había más problemas.

—Vuelves a irte sin avisarme, y juro... juro que te cuelgo, Kim—Le dijo JiMin en tono amenazante para después abrazar a su mejor amigo.

Mientras YoonGi y JungKook hacían lo mismo.

—Tranquilo, no pretendo volver a irme a ningún lado.

—¿Listos para irnos?—Preguntó NamJoon entrando a la habitación.

Los 4 asintieron poniéndose de pie.

—JungKook te trajimos esta ropa que encontramos en tu maleta, para que puedas cambiarte, y a ti hijo, también te trajimos ropa—Habló SeokJin con una bolsa de plástico en mano donde estaban las pertenencias de ambos menores.

La pareja agradeció y tomaron la bolsa, para entrar juntos al baño y comenzar a cambiarse.

—Descarados—Habló indignado NamJoon, y SeokJin solo se dedicó a reírse de su esposo.

—Superalo, Nam, tu hijo ya esta formando su propia familia.

NamJoon gruñó ante la no muy agradable realidad y abrazo a su omega.

—Aún así, me falta poner en su lugar a ese alfa.

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