༺Catorce༻
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El lugar se mantenía entre cientos de murmullos, mientras ellos reían jugando con el enorme doberman.
El alfa pelinegro y el omega pelirrojo estaban sentados en una manta color vino, acompañado de fruta y comida, extendida a lo largo de la manta.
Mientras lanzaban un hueso de juguete a él perro café de JungKook llamado BamBam.
Aquel perro brincaba por el pasto alegre mientras buscaba su hueso anterior mente lanzado por el omega.
Ambos rieron al ver correr al perro en su dirección con el hueso entre los dientes.
—Eso grandulon—Dijo TaeHyung rascando la cabeza del can, mientas JungKook sacaba el celular y apuntaba la cámara hacia el omega y el perro, fotografiando el bello momento entre ambos.
Suspiro enamorado, aquel omega lo estaba volviendo completamente loco, no había quien lo negara, ni su manager y mejor amigo Min YoonGi podía negarlo.
—Mira la mariposa, JungKookie—Habló el omega apuntando hacia la rama de un árbol, antes de caer en cuenta de el apodo y taparse la cara avergonzado.
—Me encantó, sigue diciendolo—Habló el pelinegro quitando con suavidad y lentitud las manos del omega sobre su rostro.
—Uy, mira la hora, debo ir a trabajar.
—Te llevo, bonito.
Las semanas que pasaron, el trabajo de TaeHyung se limito a ser en cocina, puesto que al ser ya más transcurrido el lugar mucha gente solo iba para verlo o hacia pedidos con especial entrega por él.
Por ello JiMin procuro la seguridad y tranquilidad de su amigo, moviendolo a las sombras de la cocina, donde solo se encargaría de llevar acabo las órdenes.
Por su lado era notable que con JungKook las cosas habían avanzado, pues todos los días se veían, a excepción de los días que a el mayor se le extendía demás la agenda.
Habían visitado ya 2 acuarios, 4 museos, 1 centro comercial, 6 parques y 3 heladerías juntos. Cada cita siendo mejor que la anterior y cada día incrementando más sus sentimientos por el cantante.
JungKook era un hombre demasiado detallista, cada día que iba por él a recogerlo o solo a visitarlo, no llegaba con las manos vacías, traía chocolates, flores o cualquier cada por más simple y pequeña que fuera porque le recordaba al menor. Y TaeHyung con eso era feliz.
Ahora su librero que antes estaba solo con 2 tristes libros y 1 álbum de JungKook, tenía las cajas de chocolates acomodadas como decoración y por cada lado de su humilde y pequeña casita se encontraba un ramo de flores en agua, algunos ya un tanto secos, pero aun llenando de vida la casa del omega.
Se limpio la frente con la maga de su uniforme y siguió concentrado con la masa en sus manos, era pesado aquel trabajo aunque no lo pareciera.
—TaeHyung Hyung, necesitamos su ayuda, hay demasiada gente, Kang y yo no podemos solos—TaeHyung asintió.
Lavo sus manos cambiando su delantal por uno más corto que utilizaban los meseros. Pidió que se encargasen de la masa qué tenía ahí, y salió a ayudar a sus compañeros meseros. El lugar estaba completamente lleno, mucha gente sentada y una enorme fila que sobre salia de la tienda, de aquellos que esperaban para pedir en caja.
Suspiro y comenzó a ayudar con las pizzas y llevándolas a sus respectivas mesas.
Todo estaba marchando perfectamente, nadie le había dicho nada, nadie parecía reconocer su rostro, el rostro de aquel omega conocido como la pareja destinada del la luz de Corea.
Hasta que una omega fingió accidentalmente tirar la pizza.
TaeHyung brinco en un pequeño susto al escuchar el estruendo de la base metálica contra el suelo.
—¡Cuidado, mesero inútil!
—Señorita, pero, usted fue quien la tiro.
—¿Perdón?, no me quieras echar la culpa de tus descuidos...
—Pero-
—Creo que se te olvida que el cliente siempre tiene la razón. Ahora arrodíllate y recogela si no quieres que te reporte.
TaeHyung suspiro y se arrodillo sin querer hacer el conflicto más grande, estiro su mano intentando recoger el desastre del suelo, cuando la omega volvió a hablar.
—Con la boca.—Dijo demandante, su omega gruñó molesto y el sin entender por que obedecía se inclinó quedando de frente con la pizza.
—Ni se te ocurra—Se escucho la fuerte voz de un Alfa, que lo hizo estremecerse y levantar la mirada, ahí estaba JungKook con sus ojos rojos denotando el dominio de su lobo, sosteniendo la mano de la omega que tenía un vaso con gaseosa en el interior.
~Nos quería bañar
TaeHyung asintió a lo dicho por su omega y siguió con la mirada a JungKook, quien se acercó a él ayudándolo a ponerse de pie.
—Última vez que tratan así a mi omega, todos y cada uno de los que lo intenten dañar o avergonzarlo, tendrán que aceptar las consecuencias.
JungKook parpadeo ahora dejando ver sus dulces ojos negros, y miro al pelirrojo, al cual abrazo y le susurro "Todo estará bien"
Y ambos salieron del lugar.
Y aunque se lo preguntasen al omega, no entendía que había pasado, no entendía porque su sumisión ante lo pasado, y tampoco había en que momento había llegado a su casa, acompañado del alfa.
JungKook bajo del auto rodeandolo hasta llegar a abrir la puerta del copiloto, y extendiendo su mano para ayudar a salir a el omega.
TaeHyung acepto su mano y salió del coche parándose frente a su casa.
—Es mi culpa todo esto, lo siento tanto, bonito— Le hablo arrepentido por los sucesos anteriores.
—JungKookie, no lo es, realmente no lo es. No me importa tener que pasar por todo esto, con tal de estar a tu lado, nada me importa.
JungKook sonrió y se acerco a él acariciando su cabello, guardandose las ganas de besarlo.
—¿Te parece si salimos a cenar mañana?
—Me parece perfecto, JungKookie, te espere esperando.
TaeHyung se acercó a él besando su mejilla y tras un largo abrazo ambos se dieron la espalda caminando en direcciones distintas.
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—Tae, te ves hermoso—Habló JiMin terminando de peinar a su amigo.
Pues si, TaeHyung en un momento de estrés llamo a JiMin para que lo ayudara a verse bien, para ese día salir con el alfa a cenar.
JungKook el día anterior había llegado a su casa con una gran caja de regalo, que al abrir se abrió de las cuatro paredes mostrando un "¿Te gustaría ir mañana a cenar?" Y claro, fue algo realmente lindo, romántico y detallista. Ese día le sonrío y en un abrazo le dijo que si.
Acordaron la hora 20:30 sería a la hora que JungKook pasaría por él y ahora solo faltaban 3 minutos para que JungKook llegará.
La puerta fue tocada 2 veces y JiMin camino a la puerta, abriéndola y encontrando ahí al alfa peinado hacia atrás, vestía un pantalón negro, una camisa blanca con el cuello perfectamente doblado y 2 botones abiertos, más un chaleco gris de franjas negras, ajustado que lucia su marcada cintura.
Si JiMin no estuviese loco por el alfa Min YoonGi, JungKook seguramente le habría revoloteando el estómago en demasia.
Miro el ramo en sus manos, un hermoso ramo de orquídeas rosas, unas hermosas dalias blancas, tulipanes rojos y unas nubecitas agrandando el ramo.
—Pasa, JungKook. Nuestro amado omega ya casi esta—Dijo JiMin con una sonrisa girando sobre sus talones y caminando hacia la habitación del pelirrojo quien acomodó su vestido con ligereza y volteó a ver a JiMin con nerviosismo—¿Listo?
—Listo.
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