Capítulo 4
Me sentía tan feliz y maravillosa. Había olvidado el incidente con Luciano y volví a pensar en Joey, en que me había defendido de él y el corazón se me aceleraba de dicha.
Se había anochecido y yo salí de la florería. Tomé mi monedero y fui a tomar el bus.
Caminé frente a su auto y él me miró con destellos y me siguió sin que yo me diera cuenta.
Abrí el monedero para sacar el dinero y él vio parado a dos extraños sujetos, quienes me estaban mirando.
El semáforo dio a verde y yo crucé la calle. Aquellos dos sujetos me siguieron y Joey se alarmó.
Di vuelta a la siguiente calle y los dos sujetos me rodearon. Yo los miré aterrada.
_ ¡Vaya! Pero que tenemos aquí, sí es una linda y apuesta mujer, que anda solita por estos lugares – su compañero intervino.
_ Mira tiene un vestido muy ajustado y corto – abrí los ojos y el otro se me acercó.
_ Entréganos todo el dinero que tengas, si no quieres problemas – el susto me invadió.
_ No, no tengo nada, por favor
_ ¡Entonces, tendremos que ponernos rudos!
_ ¡No!
Los dos tipos me tomaron violentamente y yo traté de escapar.
_ ¡No suéltenme! ¡Ayuda!
_ ¡Cállate!
Uno de ellos colocó sin piedad un cuchillo en mi cuello, y yo entré en pánico. Mi aliento se congeló y él me quitó el monedero.
_ ¡Así me gusta güerita!
Los dos comenzaron a reírse, uno de ellos me besó a la fuerza y Joey lo tomó bruscamente y le dio un puñete.
_ ¡Suéltala desgraciado!
_ ¡Joey!
El tipo tirado en el suelo, su compañero pretendió atacar a Joey y él me miró.
_ ¡Huye!
Me gritó, pero yo no quería abandonarlo con esos ruines ladrones y uno de ellos se le tiró encima. Joey le dio una fuerte patada y el otro lo atacó por la espalda.
Temí por su vida y grité de pánico.
_ ¡Joey!
Él lo tomó sin piedad del cuello, lo que me impresionó aún más, y el ladrón desesperado, le rogó con exaspero que lo soltara.
Joey lo soltó y los dos ladrones atónitos y débiles frente a él, lo miraron intimidados y huyeron cobardemente.
Muy asustada y nerviosa, Joey me miró y yo no pude más. Corrí a sus brazos y él me abrazó fuerte.
Me escuchó llorar, acarició mi cabello y me abrasó con protección y cariño en sus brazos.
_ ¿Estás bien?
_ Si, pero estoy muy asustada
_ Tranquila. Esos desgraciados no volverán a molestarte nunca más. Son unos cobardes
_ Gracias... Otra vez gracias. Has hecho tanto por mí
_ Tranquila. Ya no tienes nada de que temer – lo miré con mis ojos humedecidos por las lágrimas.
_ Joey – más me abrazó.
_ Ya pasó. Ahora solo tienes que descansar y olvidar todo este incidente
_ Eres iguala un príncipe azul ¿Lo sabías? – me miró con deslumbro y sonrió apenado y a la vez con ternura.
_ ¿Quieres que te lleve a tu casa? Digo, si aún no tienes inconvenientes en subirte al auto de un desconocido – dijo por broma y yo le sonreí.
_ No, al contrario, más segura me voy a sentir, si me voy a tu lado...
Me sonrió, y sin más, me llevó hasta su auto y fue a dejarme a mi casa.
Sentada en la banca, le sacaba, feliz, las hojas de unas rosas y solo pensaba en Joey, en que había vuelto a salvarme y mi corazón latía con fervor.
No dejaba de recordar su perfecta sonrisa, sus profundos ojos celestes y su tierna y atenta actitud conmigo.
<< Es un hombre muy especial >>
Eso pensé con risitas y anhelos, mientras podaba las rosas, y de pronto, sentí algo grande y maravilloso por él, algo que no había sentido nunca por ningún hombre.
Me acomodé el delantal en mi vestido, me di vuelta y el aliento se me detuvo al ver a Joey parado frente a mí. Él me miró deslumbrado y mi corazón latió con anhelos y le sonreí vibrante.
_ Hola Stephanie – me sonrió tierno.
_ Hola ¿Qué tal? – le saludé y le sonreí con nervios y ambos nos reímos con vergüenza.
Me miró perdidamente.
_ Tu sonrisa es tan linda y dulce
_ ¿En serio?
_ No te mentiría con algo así
_ Que tierno eres
Me miró cautivado, yo me perdí en su apuesta mirada sexy y él sin contenerse más, colocó su mano junto a mi mejilla y la acarició. Mi corazón explotó.
_ Lo siento. No puedo evitarlo
_ No te detengas...
Él me miró intenso, levantó mi mentón con ternura, acercó sus labios a los míos y me besó.
Los dos besándonos, yo lo abrasé y él me rodeó en sus brazos. Me ató a su pecho y yo me sentí feliz, inmensamente feliz. Su beso me hizo tocar el cielo.
Joey me miró perdidamente, yo le sonreí dichosa, vibrante, y nerviosa a la vez, él me sonrió muy feliz y los dos nos abrazamos.
Me sentí tan bien y protegida en sus brazos, y él pleno, no dejó de sonreír. Bajó su cabeza para mirarme y acarició mi cabello.
<< Estoy tan feliz >>
Caminaba con ilusiones y dicha por las calles y solo pensando en Joey y en el dulce beso que me había dado, sentí que pude tocar el cielo.
Llegó a su casa y más que feliz, no dejaba de sonreír por el beso que me había dado. Nuestro primer beso.
Se sentó en el sofá y sonrió perdidamente enamorado, pero luego pensó detenidamente.
<< Al parecer, ella desconoce de quien soy yo realmente >>
<< Tengo que decírselo>>
Dio un suspiro, y por alguna razón, temió perderme.
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