Besándonos, yo estaba aferrada a sus brazos y Joey me hacía el amor, como solo él me lo había hecho, y sin dejar de besarnos recuperamos todo el tiempo perdido.

Desnudos en nuestra cama, Joey me miró con deslumbro frente a nuestro hijo y yo le sonreí, amándolo con todo mi corazón. Él acarició mi mejilla.

_ ¿Todo bien con él bebe?

_ Si, él está sano y fuerte. Lo único que ya quiere es salir, me patea mucho – me sonrió con destellos.

_ ¿En serio? ¿Puedo sentirlo?

_ Si, mira...

Tomé su mano y la coloqué en mi barriga. Joey me miró perdidamente y a mí me brillaron los ojos; lo contemplé con todo mi amor y él me miró y acarició mi barriga.

Nuestro bebe me dio una fuerte patadita, la que él sintió y yo le sonreí.

_ Se movió

_ Si y mucho

_ Oh, amor mío

Me susurró y apoyó su cabeza en mi barriga. Yo lo miré con suspiros y él acariciándome, yo le acaricié su cabeza y él me sonrió con ternura.

_ Te amo tanto mi Stephanie

_ Y yo a ti mi Joey. Estoy tan feliz de que hayas vuelto y que ahora estés aquí conmigo y con nuestro bebe

_ Estaré con ustedes siempre. Te lo prometo

Me susurró y comenzó a besarme todo apasionad. Yo lo abrasé y nos besamos otra vez sin parar.

Al cabo de contármelo todo con respecto a Rodrigo y todo lo que le había pasado en aquella isla, yo le sonreí con todo mi amor y le acaricié su mejilla. Joey me sonrió perdidamente enamorado.

_ Siento tanto lo que pasó con Rodrigo, niña mía. Nunca lo creí capaz de actuar, así como lo hizo. Creí que durante mi ausencia él podría cuidar de ti, pero fue todo lo contrario.

_ No pienses en eso, cariño. Tú no tuviste la culpa de nada, solo confiaste y creíste que ese sujeto actuaria de la misma manera en la que tú fuiste con él

_ Jamás le perdonare en el peligro que te expuso a ti a y a nuestro hijo

_ Por algo yo no confiaba en él ¿Recuerdas? – me sonrió.

_ Es cierto. Te extrañé tanto, Stephanie

_ Yo también te extrañé Joey. Eva, yo, todos creímos que ibas muerto en ese avión – sujetó con cariño mi mejilla.

_ No amor mío. Yo te dije que iba a regresar

_ Pero tardaste tantos meses. Pensé que no ibas a conocer a tu hijo

_ No mi amor. Nunca dudé. Siempre tuve fe y lo hice solo pensando en ti – le sonreí con destellos.

_ Mi vida, mi Joey. Todos los días me acordaba de ti. Le hablaba de ti a nuestro bebe. Ahora estoy más ilusionada de tener este hijo tuyo mi amor – me miró perdidamente enamorado y volvió a sostener mi rostro con cariño.

_ Yo también lo estoy niña mía. Me hace tan feliz que vayamos a tener este hijo, nuestro hijo – me sonrió - Estás muy bella, el embarazo te acentúa muy bien – le sonreí con pudor.

_ Vamos, que mentiroso eres. Estoy toda panzona

_ Te ves muy guapa esperando a nuestro hijo. Me vuelves loco

_ Mi Joey, te amo y te quiero mucho, mucho

_ Lo sé, al igual que yo a ti mi niña hermosa. Voy a amarte siempre

Me dijo y volvió a besarme. Yo lo abrasé fuerte y nos seguimos besando...

Tiempo después...

Así el tiempo pasó, yo volví a mi trabajo en la florería y ahora más que feliz, las rosas y flores eran mi compañía.

Miré mi pequeño monedero rojo y recordé como comenzó todo desde un principio y sonreí de anhelos al ser responsable de toda aquella historia, Joey, mi amado y esposo Joey, el mejor de todos los esposos, que una mujer pueda tener y padre de mi querido niño.

Me miré el tierno vestido blanco, con pequeñas flores celestes, además de su cinta también celeste bajo mi busto y sonreí al volver a pensar que Joey me lo había regalado con tanto cariño, y sin dejar de sonreír con anhelos, esperé a que llegara con nuestro pequeño James.

_ ¡Papá! – exclamó el pequeño al ver a su padre, quien lo esperaba en la entrada del colegio. Joey sonrió de oreja a oreja al ver correr con tanto entusiasmo a su pequeño a sus brazos.

Joey derretido lo cargó con todo su amor y James, quien ya había cumplido cinco años, le sonrió de extremo a extremo. Para él, Joey era el mejor papá, su héroe.

_ Vamos a ver a la mamá, hijo

_ ¡Mamá!

_ Si mi amor. Vamos a donde la mamá, que nos está esperando...

Acomodé la rosa blanca junto a mi oreja y le eché agua a unas flores, cuando oí a James.

_ ¡Mamá!

Lo vi correr hacía mí y Joey detrás de él, yo le sonreí perdidamente y Joey me miró con ternura.

James me abrasó tan fuerte, que a mi casi se me salió el corazón de ternura y amor. Lo tomé con todo cariño en mis brazos y Joey me miró feliz.

Yo le sonreí y a él le brillaron sus ojos al verme con aquel vestido, que él me había regalado con todo su amor.

_ Mi niña hermosa

_ Mi Joey

_ Te amo tanto

_ Y yo a ti – James me sonrió.

_ Mama, toma...

James me pasó una linda rosa roja y Joey me miró idiotizado. Yo le volví a sonreír y lo amé con todo mi amor.

_ Es tan bella como lo eres tú niña mía

_ Mi Joey. Te amo tanto

_ Y yo a ti y siempre voy a amarte, a ti, y a nuestro querido hijo

Le volví a sonreír, y Joey más se me acercó, acarició mí mejilla y me miró deslumbrado.

El corazón me latió fuerte y nos besamos, ambos sosteniendo, con todo nuestro amor y cariño, a nuestro hijo, James, y nos abrazamos sintiéndonos más que felices en aquella acogedora florería, en donde comenzó toda nuestra historia de amor, y en donde fuimos inmensamente felices.

Fin.