Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 2

Al otro día...

Estaba tan contenta y agradecida, ya que el señor de la florería me había dado el puesto, a pesar de yo haber llegado tarde el día anterior, y sin más, comencé mi nuevo día con mucho entusiasmo.

Sentada en una banca, con mi delantal rosa y pequeñas flores blancas, arreglaba unas rosas junto a mi compañera, la que nos simpatizamos desde el primer momento. Conversábamos y nos reíamos a meneé, mientras decorábamos y arreglábamos las rosas.

De pronto, recordé al guapo y atento sujeto que conocí ayer, y el que me había ayudado a encontrar mi monedero, y mi corazón se alborotó de felicidad.

Recordé su dulce gesto, que, sin su ayuda, tal vez yo no hubiera encontrado mi monedero y recordé su linda y sexy sonrisa. Sus profundos ojos celestes, su tierna actitud conmigo y tuve unos deseos enormes de verlo otra vez.

Me saqué la rosa blanca de mi cabello y la miré. Solo pensé en él.

<< Me pregunto si volveré a verte de nuevo Joey >>

El dueño de la florería se me acercó y me llamó por un apodo, que él consideró que era el indicado para mí.

_ Oye Rosalinda, apúrate con esas rosas, porque después tendrás que llevar un arreglo a una ceremonia– le sonreí.

_ Si don Enrique, termino en breve con estas rosas...

Con mi vestido blanco y la rosa, junto a mi oreja, caminaba por las calles cargando el pedido floral. Tenía que entregar aquel pedido, en un hotel, donde se llevaría a cabo una ceremonia.

Conducía en su auto, cuando de pronto me vio caminar por la vereda, cargando una gran caja. Sus ojos brillaron de alegría.

Tenía prisa y sin soltar aquella caja, pensé de pronto en aquel guapo y atento hombre y me torcí el pie; caí en plena vereda.

Él me vio caer y se bajó rápidamente de su auto y fue a ayudarme.

Quedé sin aliento al volver a verlo y Joey se agachó frente a mí. Me sonrió encantado y con deslumbro.

Yo anonadada, lo miré, con mi corazón todo acelerado y le sonreí perdidamente.

_ Hola, Stephanie

_ Hola Joey...

_ ¿Estás bien? ¿Te hiciste daño?

_ No, solo me torcí el pie, pero estoy bien

_ Me alegro...

Me miró y luego miró la caja con las rosas desparramadas por el suelo, y yo nerviosa, comencé a recogerlas rápidamente.

_ Déjame ayudarte...

Me ayudó a recoger las flores, yo lo miré hacerlo y mi corazón brincó de alegría.

Nerviosa, y a la vez feliz, de habérmelo vuelto a encontrar, tomé una flor, él tomó la misma y los dos nos tomamos la mano. Nos miramos casi sin aliento.

_ Lo siento... - dijo un poco apenado.

_ No, yo lo siento – dije y le sonreí apenada.

Nos reímos con nervios, nos pusimos de pie y Joey me miró con destellos. Parecía muy feliz.

_ ¿Qué haces cargando esa caja con flores? – volví a sonreírle.

_ La llevo para un evento. Trabajo en una florería – me sonrió con ternura.

_ ¿En una florería? Qué bonito

_ ¿En serio?

_ Si. Las rosas se te ven preciosas...

Me miró perdidamente y yo lo miré embelesada. Luego recordé lo del arreglo y la ceremonia y me agaché rápidamente a recoger las demás flores. Él atento también se agachó junto a mí y volvió a ayudarme.

Cargué la caja y Joey me lo impidió.

_ Oh no. Esto está muy pesado para ti

_ No, no es necesario Joey

_ Claro que sí. No puedes llevarte esto tan pesado

_... – le sonreí y él también me sonrió.

_ ¿Y adónde tienes que llevar estas flores?

_ A unas dos calles más arriba. Es en un galpón

_ Bien, vamos. Te llevaré en mi auto...

Escogí los hombros y sentí desconfianza, puesto que nunca me subía a autos de desconocidos e hice una mueca de negación. Joey me miró.

_ ¿Qué pasa?

_... Pasa que yo no acostumbro a subirme a autos de desconocidos – sonrió.

_ De acuerdo. Entonces nos iremos caminando – le sonreí.

_ Joey, en serio, ya te dije que no es necesario

_ Y yo te dije que no te dejaré cargar esto sola, puedes volver a tropezarte

_ Que insistente eres – me sonrió con destellos.

_Sí, algunas veces lo soy...

_... – volví a sonreírle y él me sonrió todo galán e interesado.

_ Bien, vámonos, que será un paseo largo

_ De acuerdo...

Tomó la caja y comenzamos a caminar. Yo a su lado, lo seguí, me sentí muy feliz y sentí mariposas en el estómago.

Caminábamos, juntos otra vez por aquellas calles, y yo no dejaba de sonreír. Joey era, muy, tan atento en llevarme él la caja con flores; lo miré caminar junto a mí y el corazón me palpitó fuerte. Lo encontré tan guapo, apuesto e interesante, muy interesante. Era todo un caballero.

Afortunadamente, habíamos llegado a tiempo para entregar el pedido de flores. Se lo entregué al encargado, del evento, con una gran sonrisa y él me lo recibió muy contento, y sin darme cuenta, Joey me observó con destellos.

El encargado me pagó el dinero, y luego salimos los dos de aquel galpón.

Joey me miró.

_ ¿Puedo acompañarte a la florería donde trabajas?

_ Oh no. No creo que te guste mucho

_ ¿Por qué?

_ Porque no es un lugar al que, tu, suelas ir. Lo digo por tu apariencia de hombre con dinero – soltó una carcajada.

_ Oh vamos, Stephanie. El hecho que tenga dinero no significa que crea que una florería es denigrante, o que jamás haya entrado a una

_ ¿De veras has ido a una florería?

_ Muchas veces – me sonrío y yo fruncí el ceño.

_ Para regalarle flores a tus novias ¿cierto? – soltó otra carcajada.

_ Si, algunas veces, pero no siempre - sentí celos.

_ Bien. Debo irme, o si no, se me hará tarde. Adiós...

_ ¡Espera, Stephanie! Dime al menos como se llama la florería

_ ¿Y Porque tendría que decírtelo?

_ Porque tengo unas enormes ganas de comprarle unas bellas rosas a alguien... - le sonreí con brincos.

_ Se llama "Jardines bellos". Ahora tengo que irme, adiós...

Me despedí y salí corriendo. Me vio correr y sonrió apasionado. Se sintió maravilloso, fuera de nuestro cielo y luego volvió a su auto.

Corrí por las calles, y aún podía sentir su dulce presencia tras de mí y me reí. Mi corazón flotaba arriba del cielo y solo pensé en él.

Llegué toda acelerada a la florería. Mi amiga y el dueño me miraron; yo solo me reí, me coloqué el delantal y me senté a cortar las hojas, malas, de unas rosas.

No dejé de pensar en Joey y en que me había dicho que las rosas se me veían preciosas...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro