Capítulo 11
Tomé una rosa blanca, la olí con dicha y pensé en Joey. Sonreí y me miré con regocijo el nuevo vestido, que me había regalado Joey.
Recordé el momento y lo que me dijo cuando me lo obsequió...
"Mira mi amor. Te compré este dulce vestido. Es tan dulce, como lo eres tú..."
Me reí con anhelos al recordar aquel momento y miré una vez más los dulces detalles de mi vestido. Era blanco, con unas pequeñas flores celestes tenía una cinta, también de color celeste, atada bajo el busto.
Comenzaba a hacer mucho calor y don Enrique me ordenó a que regara todas las rosas y flores que estaban afuera de la florería...
Tomé un balde lleno de agua y comencé a regar las flores, mientras que la gente pasaba junto la florería. Algunos se detenían a mirarme, lo que encontré un poco extraño y me incomodó un poco.
Le echaba agua a las rosas, cuando una mujer se me acercó.
_ ¿Eres la novia de Joey Tempest? – la miré con atención.
_... Eh sí, si lo soy... - la mujer se espantó.
_ Qué barbaridad que la novia de un artista famoso, como lo es él, trabajé en un lugar horrible y denigrante como este – fruncí el ceño.
_ ¿Disculpe?
_ Eres linda muchacha, pero es mejor que dejes cuanto antes este trabajo, o si no perderás a Joey...
_No, Joey no es así. Usted no lo conoce
_ Sí tú lo dices, pero tarde o temprano él se cansará de ti y de esta vida pobre y sin sentido que llevas junto a su lado...
_...
Aquella mujer se marchó y a mí se me llenaron los ojos de lágrimas de tan solo pensar que todo lo que me había dicho podía suceder, de que Joey se cansará de mí y me dejará por yo trabajar aquí en la florería y por ser pobre...
<<No, Joey no es así. No es así, él no me dejaría por yo hacer esto...>>
Me miré una vez más el vestido y me sequé las lágrimas. Preferí no seguir pensando en aquello y continué regando las flores y rosas.
Se bajó del auto y miró con asco la florería. Me vio barrer y se me acercó.
Pensaba solo en mi amado, en cuanto quedaba para volver a verlo y mi pensamiento quedó paralizado al ver a su madre frente a mí. La miré anonadada.
_ Hola muchacha
_... Hola señora, Eva ¿Qué hace usted aquí? - ella miró en menos toda la florería.
_ Así que aquí es donde trabajas. En una pobre y corriente florería de cuarta. Que humillación y denigrante para mi hijo tener, por novia, a una mujer que huele a rosas putrefactas todo el día
_ Señora, por favor...
_ Si vine hasta este espantoso lugar es únicamente para exigirte algo, Stephanie
_ ¿Exigirme que cosa?
_ Yo no voy a cometer el tonto error que hizo Linda de ofrecerte dinero a cambio de que terminaras con mi hijo. No, yo te exijo que termines con él aquí y de una vez por todas
_... No, yo no haré algo así. Joey y yo nos queremos. Usted no puede manejar la vida de su hijo a su antojo – Eva se desfiguró.
_ ¡No te atrevas a meterte en mi relación con mi hijo! Y si no terminas tu estúpido noviazgo con él, derrumbaré todo este horrendo y pobre lugar
_ ¡¿Qué?! ¡No, usted no puede hacer algo así!
_ Claro que puedo y lo haré si no te alejas de mi hijo para siempre. Por él estoy
dispuesta a todo, incluso a dejarte sin trabajo a ti y a todos los que trabajan en esta florería de cuarta...
_...
Se me congeló el aliento y a punto de llorar, Eva me dio una fría mirada de triunfo. Solo pensé en Joey, en que, si no terminaba con él, todos quedarían sin trabajo por mi culpa.
<< No es justo, todos los que trabajan aquí quedaran sin trabajo por el capricho de esta señora >>
<< Pero yo amo a Joey. Lo amo con todo mi corazón y él me ama a mí>>
<< No es justo que él y yo rompamos... No... >>
Angustiada, el corazón se me apretó y me vino un fuerte mareo, del que Eva advirtió.
_ ¡¿Y qué dices muchacha?! ¡¿Vas a terminar con mi hijo, o prefieres la pobreza total de este denigrante lugar?! – la miré con valentía.
_No entiendo como puede ser la madre de Joey
_ No me importa lo que pienses de mí, de todos modos, derrumbaré esta pocilga si no haces lo que te exijo
_ Usted no puede exigirme nada, señora, ¡Ahora lárguese! ¡lárguese de aquí!
_ Además de ser una pobretona eres estúpida
_... – la miré en seco.
_ Te doy hasta la tarde, de hoy, para que te alejes para siempre de mi hijo, de lo contrario, esta putrefacta florería estará destruida por la mañana ¿Te queda claro?
_...
La miré sin aliento, y Eva me sonrió.
_ Estás advertida...
Agregó y al darse vuelta, no se dio cuenta del charco de agua y lo piso y se resbaló.
_ ¡Señora, Eva!...
_ ¡Mi tobillo! ¡Me duele!
Corrí a ayudarla y ella quejándose, yo le miré el tobillo y vi que estaba muy inflamado.
Ella se puso a llorar y yo sin pensar en nada más, la tomé de su brazo y la ayudé a levantarse. Eva me miró anonadada.
_ Me duele mucho
_ Lo sé. Cálmese por favor, llamaré a la ambulancia – ella se negó.
_ No, no es necesario. ¡Quiero irme, quiero irme de aquí!
_ Señora, usted no puede caminar así. Se lastimó el tobillo. Veré lo que puedo hacer...
Ella solo me miró y yo nerviosa y preocupada. Sentí también desconfianza y fui a buscar rápidamente el botiquín de primeros auxilios.
Eva sorprendida, se calmó y esperó tranquila a que yo volviera.
Le coloqué un parche y una venda en su tobillo. Pretendía salir a buscar un taxi, para llevarla a un hospital, pero antes de hacerlo, Eva me tomó del brazo, lo que me inquietó al instante.
_...Gracias... - la miré anonadada.
_... Por nada, yo solo...
_ A pesar de lo cruel y humillante que fui contigo, tú igual me ayudaste
_...
_ Ahora sé lo que mi hijo vio en ti – aquello me sorprendió.
_ Señora...
_ Eres una buena muchacha, Stephanie. Mi hijo no se equivocó cuando me dijo lo bondadosa que eras...
_...
Solo le sonreí y ella correspondió a mi gesto. Su sonrisa hizo que nuestra diferencia se desvaneciera por completo, lo que me alegró en el alma.
La tomé de su brazo, ella me dejó acompañarla y la llevé en un taxi hasta su casa.
En cuanto le avisé por el celular lo que le había pasado a su madre, llegó rápidamente en su auto.
Entró a la habitación y vio a su madre recostada en la cama. Yo estaba sentada junto a ella y Joey confuso, se sintió muy feliz al verme con ella.
Eva le sonrió y a mí me sonrió agradecida y con ternura. Joey la miró más confundido y luego me miró a mí y sus ojos brillaron.
Ella tomó su mano y la mía; nosotros nos miramos y ella nos sonrió a ambos.
_ Hijo, ahora entiendo, lo entiendo todo. Fui una egoísta. Actué muy injustamente contigo y con esta muchacha. Sé que la amas – Joey le sonrió y me miró a mí con ternura – Y ella también te quiere, te adora. Yo nunca debí interponerme entre ustedes
_ Madre...
_ Esta muchacha hoy me salvó, después que yo fui a insultarla y a exigirle que terminará contigo, me accidenté y ella bondadosamente me ayudó, siendo que otra no lo hubiera hecho – Joey me sonrió y mi corazón saltó de alegría.
_ Desde este momento no volveré a interferir en su relación. Acepto su noviazgo y acepto a esta dulce muchacha como tu futura esposa y nuera mía, Joey – él le sonrió más que feliz.
_ ¡¿Lo dices en serio mamá?!
_ Si hijo. Ustedes se merecen lo mejor, la mayor de todas las felicidades – le sonreí a ella con emoción.
_ Gracias señora Eva. No sabe la alegría que sentimos los dos de que usted nos apoye. De verdad me alegra y lo valoro mucho
_ Lo sé, hija y por eso te pido perdón. Perdóname por lo cruel e injusta que fui contigo – le sonreí.
_ Tranquila. No hay rencor – ella me sonrió feliz y otra vez agradecida.
_ Mi hijo escogió bien
_ Mamá – dijo Joey y le sonrió. Ella también le sonrió.
Todos sonreímos, Joey la abrazó y luego Eva tomó con cariño mi mano. Los dos la acompañamos toda aquella tarde.
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