Habían pasado tres semanas y su padre no había despertado.

Aunque pensándolo bien, esa era la única cosa mala que sucedía en la vida de la familia Foster.

Alice Foster seguía inmersa en la cocina, buscando una forma de escapar de las circunstancias, no era raro en ella apartarse de sus hijos, por lo que ellos no se sorprendieron de su actitud.

Eileen había sacado un 10 en su examen de cálculo y el profesor sustituto fue despedido tras el pasar de dos días, no hubo demasiada investigación a final de cuentas y la evidencia que su esposa presentó bastó para tener a la policía urgando en sus vida. Las cosas tampoco iban mal con Peter, William se había cambiado de escuela (sin que ella pudiera poder hacer algo para evitarlo) y parecía como si todos sus compañeros la hubieran excluido por completo de sus vidas.

Lo que por una vez no le importaba.

A Eileen le bastaba y sobraba con tener a Peter y los amigos de él, quienes no volvieron a mencionar el tema de las drogas. Quizá muchos dirían que no eran la mejor influencia, pero a ella no le importaba. Pues ellos estaban ahí a su lado, y eso era lo único que podía valorar en una amistad.

Math, por otro lado, calmó considerablemente su actitud grotesca con todos a su alrededor. El hablar con Beatriz día a día era algo que lo ayudaba en sobremanera.

—Quizá lo único que necesitabas era que alguien oyera las palabras que te empeñabas en plasmar en peleas —había dicho la enfermera de su escuela, a quién seguía visitando por costumbre (y ya no por necesidad) de vez en cuando.

Extrañaba estar con Beatriz, pero era verdad que le era suficiente oírla por el celular. Seguía siendo la misma,  la misma chica energética a la que quería seguir conociendo.

Fox también se sentía mejor, era como si las cosas hubieran mejorado aún si realmente seguían existiendo otras más que no hacían más que empeorar.

Era como estar en un equilibrio, por una vez en su vida tenía a alguien con quien contar. Tenía a Charles (Bueno, Abraham, mejor dicho).

La confianza sigue un mismo guión, salirse de él puede terminar en consecuencias fatales. Implica perder la amistad de quien más aprecias, implica perderlo casi todo.

Implica estar solo.

Pero no está vez, no para los hermanos Foster, cuya maldición se había roto.