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04: SRL


Sunghoon se forzó a comer al ser consciente del gran esfuerzo que su hermana hacía por cocinar aunque estaba enferma. Desafortunadamente, el disgusto que sentía en la boca del estómago era motivo más que suficiente para que Sunghoon no disfrutara por completo la comida, si Sohyun hubiera elegido no traer a colación a Jake, posiblemente habrían tenido oportunidad de hablar un poco más sin hacerlo sentir incómodo, aunque ya era demasiado tarde y Sohyun no estaba en sus cincos sentidos por lo que simplemente tenía que aceptar lo sucedido.

 Incapaz de probar otro bocado Sunghoon se levantó de la mesa, colocó los chocolates de Jake en la nevera, los platos sucios en el lavabo y volvió a su habitación. La ventana estaba abierta, el viento helado movía con suavidad las pálidas cortinas de la habitación y de inmediato se sintió helado por dentro y curiosamente adormecido. 

Lo único que le impedía meterse a la cama sin cambiarse era el hecho de que estaba llena de ropa limpia que por la mañana había pasado de su escritorio a su cama, su destino parecía inevitable, así que se sentó en una esquina y con pesar hizo lo que todo pequeño adulto odiaba; ser responsable con sus tareas en el hogar y separó su ropa de la de Sohyun. La dobló pulcramente y se levantó para ir a dejarle las prendas después de un buen rato ahí. 

Aunque fastidiado, se negaba a desperdiciar su esfuerzo, a sólo unos pasos de su propia habitación se encontraba la de la muchacha, las paredes no eran tan delgadas por lo que aquello que no escuchó  desde su cuarto se hizo obvio una vez estuvo frente la puerta. Poas cosas eran tan insoportables para Sunghoon como el sufrimiento de su hermana mayor, que era con toda certeza la persona que más adoraba así que una pesadez insoportable se instaló en su pecho al escuchar los lloriqueos adoloridos de la muchacha siendo ahogados por la madrea.

La conexión entre gemelos era, por mucho, un misterio. Durante años Sunghoon vivió cosas que como hombre beta, no debía experimentar y a raíz de eso, cuando su madre les explicó a Sohyun y a él que la conexión entre hermanos gemelos era igual de fuerte que un lazo de predestinados; no dudó de la veracidad de sus palabras. Algunas veces era como si Sunghoon viviera de forma muy diluida lo que su hermana sentía. Prefería no hablar al respecto porque no sabía que tan profunda era su unión con Sohyun, sin embargo un pinchazo de dolor en el cuello lo recorrió.

Muy contrariado, pero cediendo a su preocupación; respiró profundamente y golpeó la puerta con los nudillos.

—¿Estás bien? —preguntó Sunghoon en voz alta.

Un sonido sordo de algo pesado cayendo al suelo se hizo presente, tomó la perilla de la puerta con duda. El metal estaba helado, un sudor frío recorría el cuerpo de Sunghoon. No quería abrir la puerta porque no sabía qué es lo que encontraría del otro lado, anteriormente eso no hubiera sido una preocupación pero desde que Xinyu había sido lo suficientemente estúpida para traicionar la confianza de Sohyun, todo había ido en picada.

No dudaba que estuviera deprimida, había perdido a la omega que amaba y estaba metida en un lío hormonal que no había pedido. La tristeza nunca hubiera sido un impedimento para ir a ayudar a su hermana, ella había sido su único apoyo real cuando su madre falleció y la había visto en mil situaciones vergonzosas. Evidentemente, al vivir juntos siempre había una nueva oportunidad de verla haciendo algo tonto... sin embargo, su relación se había quebrado y él era un hombre beta, ¿Cómo podía ayudar a su hermana cuando la omega que Sohyun amaba no estaba ahí para darle consuelo?

Tenía momentos de paz en los que podía actuar como si nada, sin embargo a veces el alfa de su hermana se salía de control y exigía a su omega; omega que no podía ayudarla a aliviar el calor de un celo que no era normal. 

—Necesito a mi omega, Hoonie —Algo pesado se apoyó contra la puerta, se deslizó y cayó al pie de la misma. Asumió que era Sohyun. La voz de la mujer sonaba ida, jadeante.

—No puedo traerte a tu omega, Sohyun, lo siento. 

Había pasado una semana, tras su interacción durante la hora de la comida Sunghoon pensó que los efectos habían pasado, pero ahora no tenía duda de que eso no era cierto.

—Por favor...

—No hay una omega aquí, Sohyun. ¿Necesitas un supresor?¿Llamo al doctor otra vez?

—Sólo te necesito a ti. 

La puerta se abrió levemente, Sunghoon soltó un respingo. Desde la parte inferior de la puerta una mano pálida se estiró. Sunghoon se sentía muy mal por su hermana así que también se dejó caer al suelo, puso la ropa a su lado y tomó la mano de Sohyun con fuerza.

Se sentía mal. Todo era culpa de Xinyu.



Aunque la espalda le dolía por la posición incómoda y tenía la mano entumida se quedó durante un par de horas a su lado con los ojos cerrados e ignorando por completo lo que sucedía. Las clases, sus tareas, los chocolates en la nevera, el sueño tan grande que sentía eran todas mejores cosas en las cuales concentrarse. 

Cuando  Sunghoon por fin pudo levantarse tuvo que enfrentar el interior desastroso del cuarto de Park Sohyun y cargar su debilitado cuerpo hasta la cama para ayudarla torpemente a ponerse ropa. Tener que ayudarla a beber agua y comer era algo que sólo había hecho cuando la muchacha se había roto el brazo dominante cuando eran niños. En ese entonces parecía sólo justo el burlarse de ella y alejar la cuchara a propósito para forzarla a estirar el cuello, pero ahora ella de verdad necesitaba ayuda. Si viviera solo, Sohyun posiblemente habría mordido a Xinyu así que estarían juntas pasando el violento celo de su hermana, unidas e infelices. 

—Lo siento, Hoon —dijo Sohyun con voz débil y cansada— Si como algo más voy a vomitar. 

—Está bien, es mejor que duermas un rato. ¿Debería faltar mañana?

—No soportaría que te quedes aquí, necesito el tiempo a solas para aliviarme y contigo aquí no puedo hacerlo. 

—Ya lo sé, pero me preocupa que sigas así de débil en la mañana. Deberíamos llamar al doctor otra vez o si quiera preguntarle a... papá si puede ayudarnos. 

Sohyun frunció el ceño. Si las miradas mataran, seguramente Sunghoon ya podría ir diciendo sus últimas palabras. 

—No. No lo llames. ¿Cómo se te ocurre?

—Lo siento, ¿de acuerdo? Estoy preocupado. 

—Te dejaré faltar si sigo igual de enferma por la mañana, me siento mejor ahora, así que por ahora no te preocupes... —empezó a decir ella. Estaba algo pálida pero se veía mucho mejor que cuando la levantó del piso— Aunque sería genial que no volvieras apestando a ese alfa. Lo odio.

—Ese alfa se llama Jake.

Sunghoon suspiró y se levantó de la cama de Sohyun. No quería empezar a hablar de Jake en ese momento con ella, aunque el recuerdo del alfa despertó un chispazo de culpa y algo agridulce en su pecho. 

Le dejó el vaso de agua en la mesita de noche y salió por la puerta tras apagar la luz. 

Aunque anteriormente estaba muy cansado, ahora el sueño había desaparecido. Estuvo hasta altas horas de la noche haciendo sus tareas, pero el sueño seguía sin venir a él incluso cuando terminó. En cambio, se puso a limpiar, preparar el desayuno y periódicamente revisaba la temperatura de Sohyun; para cuando el sueño finalmente lo golpeó ya no había suficiente tiempo para descansar. 

Durmió no más de dos horas antes de que tuviera que levantarse a tomar una ducha. Con alivio comprobó que Sohyun ya no tenía fiebre y podía levantarse casi con normalidad así que pudo permitirse ir a clases. Salió del apartamento que compartía con su hermana y cuando estaba a punto de tomar el elevador el recuerdo fugaz de los chocolates lo azotó. 

Volvió sobre sus pasos corriendo por el pasillo y los tomó, guardándolos en los bolsillos de su abrigo. 

No entendía del todo, aunque estaban helados hubo una calidez agradable al pensar en darle los chocolates a Sim Jake y se sorprendió a sí mismo intentando adivinar en cómo reaccionaría el muchacho cuando se diera cuenta que le había comprado chocolate. Bostezó y volvió a su anterior tren de pensamiento, anteriormente no se acercaba a Jake por recomendación de Xinyu pero tras la interacción del día anterior comprendió que alguien que pudiera sonrojarse tan violentamente como Jake lo había hecho ante un accidente no podía ser tan malo como la omega le había hecho pensar. 

Se sentía un poco estúpido. En primer lugar no tenía un motivo para creer que Jake era peligroso y de no ser por la influencia de Xinyu quizá él hubiera caminado junto a Jake ese primer día, se habría sentado junto a él en clase y aunque hubiera notado que los demás lo evitaban quizá no tendría que utilizar a Jake sin que este lo supiera, no tendría que mentirle a su hermana y podría hablar abiertamente del tema con él. 

Por su seguridad tenía que mantenerse cerca de Jake. En el fondo Sunghoon sabía que esos chocolates eran la mejor forma de romper el hielo, era muy incómodo pretender que  no lo estaba siguiendo a propósito, no tenía porqué ser así. 

Él estaba solo desde que Xinyu y él habían dejado de hablarse y si iba a ser miserable viendo como las amistades que había hecho dejaban de acercarse a él... para variar podría intentar hacer amigos por su cuenta. 

Con eso en mente Sunghoon marchó alegremente hasta el ala de veterinaria de la universidad. Era como si Sohyun finalmente hubiera abandonado su mente, podía respirar.  Estaba tan entusiasmado que al entrar por la puerta del salón se olvidó por completo de revisar si Sim ya se encontraba en el salón. Para suerte de Park ahí estaba él, sentado junto a la ventana ligeramente abierta.

Afuera el día estaba nublado y gris, las luces blancas y altas del salón no ayudaban demasiado a que el salón se viera menos lúgubre pero el pelo oscuro de Sim se movía ligeramente ante la brisa fresca de la mañana y lo despeinaba, algo en esa imagen causó un cosquilleo en los dedos de Sunghoon, quién lo atribuyó al frío. 

Se frotó las manos y exhaló sobre las palmas de sus manos en un intento por calentarlas. Finalmente se sentó junto a Sim y... no tenía una excusa para darle los chocolates. ¿Qué podría decir?

"Necesito tu aroma en mí así que acepta mi ofrenda de paz y seamos amigos" Horrible forma de decirlo, se dijo. "Me siento culpable porque le dije a mi hermana que eres mi novio y te mentí diciendo que no me siento a tu lado a propósito"... eso haría que Jake se alejara de él.

Sunghoon suspiró, recordó entonces que no era bueno haciendo amigos y su moral bajó de inmediato. Apoyó el rostro en la mano, demasiado inmerso en sus pensamientos como para notar que estaba perforando un agujero en el rostro de Jake con sus ojos. 

"Creo que ayer hice algo mal porque te veías triste después de hablar conmigo así que te traje chocolates, lo siento" Jake se giró a verlo y Sunghoon pensó que era el momento perfecto para decirle justo eso, pero en cambio, abrió la boca y lo que salió fue:

—Mentí, traje chocolates, lo siento. 

—¿Qué?

Hubo un instante de silencio. A veces su boca era más rápida que su cerebro por lo que cuando entendió que Jake no le leía la mente y por lo tanto lo que acababa de decir no tenía sentido decidió pretender que su desliz fue absolutamente intencional y con rapidez se metió la mano en el bolsillo. Como pudo se llenó la mano con cuantos chocolates pudo y los dejó frente a Jake, entonces sacó los restantes y acomodó todos en una fila ante la atenta mirada de Jake. 

—What's... happening? 

Sunghoon abrió los ojos con sorpresa, si bien el nombre "Jake" no era muy coreano, no fue hasta ese momento que al escucharlo hablar inglés entendió lo natural que el idioma se escuchaba en el muchacho. El tono de su voz cambiaba, aunque lleno de desconcierto su voz era ligera, suave pero masculina, era una voz bonita. 

—Te mentí, sí me estoy sentando a tu lado a propósito pero ayer te veías triste después de hablar conmigo así que este es mi modo de pedir disculpas. —dijo con voz queda una vez pudo volver a hilar sus pensamientos.

—For real?

—Coreano, por favor —pidió Sunghoon, avergonzado. Aunque entendía una cantidad medianamente decente de inglés, no podría hablar en inglés ni aunque su vida dependiera de ello. 

—Perdón, es que estoy muy sorprendido —Jake se llevó las manos a la cara, acunando su propio rostro y negando un segundo con la cabeza como si aún no entendiera lo que Sunghoon le estaba diciendo—. Creí que no te caía bien.

—Lo siento, no soy bueno socializando pero no me caes mal.

La suave sonrisa de Jake alivió el nudo en su estómago. El muchacho entonces rompió el contacto visual y sus ojos se fijaron en la hilera de chocolates frente a él. Había chocolate blanco, amargo, con leche y con nueces. Jake pareció examinar cada envoltorio con detenimiento.

—¿Compraste chocolate con nueces para hacerme burla?

—No, realmente tomé un poco de todo porque no sabía qué te gustaría. 

—Se supone que el chocolate era para darte las gracias y ahora tengo cuatro chocolates distintos frente a mí. 

—Es una muestra de mi buena fe. 

Jake abrió el chocolate con leche y se lo llevó a los labios. Lo sostuvo entre los dientes mientras guardaba el resto en su mochila y finalmente le dio una mordida. Sunghoon notó que Jake cerraba los ojos un segundo como si deseara analizar mejor el sabor, era tonto porque era sólo chocolate con leche pero le pareció extrañamente... lindo. 

—Está delicioso, gracias.

Los ojos de Jake se volvieron a él, un ojo azul y el otro marrón. Oh, Sunghoon tenía tantas ganas de preguntar por sus ojos pero antes de que su lengua imprudente pudiera echar a perder el pequeño progreso que había hecho; la clase comenzó. 

Sunghoon descubrió más pronto que tarde que, una vez había cumplido su cometido y los chocolates ya se encontraban en posesión de Sim, sus niveles de serotonina habían disminuido tanto que el sueño le volvió de inmediato. Fue extremadamente difícil mantenerse atento aún estando al frente de la clase porque los ojos le ardían. 

Era su primer trimestre, las clases eran teóricas, largas y aburridas. Intentaba no ser irrespetuoso y se guardaba los bostezos tanto como podía pero para el cuarto período estaba tan calientito en el abrigo, tan cómodo en la silla que cuando sus compañeros empezaron a guardar sus cosas para dar inicio al descanso se sintió torpemente aturdido. 

Realmente no es que tuvieran un descanso, simplemente había una hora muerta entre esa y su próxima clase. Desde hace una semana lo único que hacía durante ese tiempo era meterse a la biblioteca a hacer el tonto (porque no había forma de que Sunghoon se torturara metiendo más información relacionada a la escuela en su cabeza si no era absolutamente necesario), sin embargo ese día había algo distinto. 

Jake, Jake era lo que difería al resto de su deprimente y solitaria semana. 

Aunque no lo miraba, sí estaba de pie a su lado. Sunghoon se tomó el tiempo de mandarle un mensaje a Sohyun para comprobar que estuviera bien, lentamente guardó sus cosas sólo para asegurarse de que era a propósito y se sintió muy satisfecho de que una vez se colocó la mochila al hombro Jake de inmediato se puso firme y lo miró atentamente como si de un cachorro esperando órdenes se tratase. 

Alzó una ceja con curiosidad y sus ojos analizaron a Jake. Era un poco más bajo que él pero no por eso menos intimidante, lo cual era absolutamente gracioso porque a diferencia de él, que vestía casi todo el tiempo de negro y colores opacos u oscuros; Jake siempre vestía de colores claros o neutros. 

—Uh, ¿vas a hacer algo justo ahora? —preguntó Jake.

—Iré por un café a la cafetería... —Sunghoon frotó la punta de su zapato en el suelo, inclinó la cabeza a un costado y dando un paso al frente señaló en dirección a la puerta— ¿Quieres venir?

Sunghoon pudo ver con claridad cómo el rostro de Jake se contraía ligeramente pero de inmediato arregló su expresión y asintió en silencio. Sin entender por completo lo que aquella reacción significaba, Sunghoon dio media vuelta y se encaminó hasta las escaleras, ya había adquirido resistencia pero aún se cansaba subiendo y bajando las escaleras. 

No hubo charlas o comentarios además de lo que habían discutido previamente, Sunghoon no había mentido cuando le dijo que no era bueno socializando así que tras su acto de valentía ya no tenía idea de cómo iniciar otra conversación con él, motivo por el cual el camino hasta la cafetería fue incómodo y el silencio era casi sofocante. Fue un alivio cuando el edificio finalmente apareció frente a ellos. 

—Hey... ¿te molesta que te espere aquí? —Jake se detuvo en seco, se veía bastante más serio que antes.

—¿No vas a comprar nada?

—No, está bien. Realmente no me gusta mucho estar en lugares con tanta gente.

Sunghoon hizo un gesto afirmativo con la cabeza, corto y seco. Normalmente las filas solían ser pesadas, no apreciaba perder tiempo en ellas pero aquel día se sorprendió de la rapidez con la que tomaron su pedido y le daban su bebida, casi en tiempo récord. La usual espera de por lo menos quince minutos se volvió de cinco y cuando Sunghoon salió de ahí Jake no parecía sorprendido. 

—Wow, hoy sí que fueron eficaces.

Tomando en cuenta que Jake había comentado que no le gustaban los lugares llenos de gente, terminaron por sentarse en una de las bancas cerca del edificio de aulas y disfrutó el sol calentando su cuerpo pese al aire frío que aún le golpeaba el rostro. Le gustaba el otoño y el invierno pero a veces extrañaba la primavera y el clima agradable.

Se llevó la bebida a los labios y largó un sorbo caliente que le reconfortó de inmediato. Un cálido abrazo que le recordaba la calidez y comodidad de estar entre las cuatro paredes de su habitación, bien cubierto por las gruesas cobijas de importación que su padre les había enviado a Sohyun a él. 

Queriendo volver a olvidar el tema, decidió mirar de reojo a Jake, el alfa estaba sentado al otro extremo de la banca, ambas mochilas colocadas al centro de la misma los separaban y Sunghoon no estaba seguro de cómo se sentía al respecto, los ojos bicolores le regresaron la mirada porque lo que inició como una discreción terminó siendo su rostro mirando de frente el suyo.

Sunghoon pensó que Jake lucía constantemente contrariado, era como si las palabras estuvieran en la punta de su lengua. Los labios entreabiertos, ligeramente inclinado hacia él, manos nerviosas en sus muslos y ojos que no decidían a dónde mirar; era como si no pudiera mantenerse quieto y callar le pesara.

—¿Pasa algo? —Y qué descaro preguntar eso, porque era Sunghoon quien no podía dejar de mirarlo. 

Su rostro era además bastante expresivo, Jake se veía ciertamente sorprendido pero no menos indeciso, era casi doloroso de observar. Sunghoon no estaba seguro de querer insistir, adoraba su privacidad y era el tipo de persona que iría por el camino de la prudencia antes que el de la indiscreción si es que tenía la oportunidad de escoger, ya que, demasiada confianza daba a entender que él igualaría la energía y siendo franco consigo mismo... él haría todo lo posible por no tocar sus propios problemas. 

De pronto Jake chasquea la lengua y entierra la mano en su mochila. Sunghoon no tiene idea de cuando la abrió, pero rebusca y rebusca hasta que un suave "Ajá" escapa de entre los labios de Jake, Sunghoon no puede evitar sonreír incluso cuando todo lo que ve es un spray en la mano de Sim. 

—La cafetería no es eficiente —dijo Jake. 

Aunque el ceño de Sunghoon se frunce levemente y de forma inconsciente abulta los labios sigue observando a Jake para invitarlo a continuar hablando ya que no entiende nada.

—Olías a alfa peligroso —continúa a Jake—. Olías a mí, a veces es conveniente porque harán lo posible por sacarme de ahí lo más pronto posible pero no deja de ser incómodo. Por favor, ponte esto, eliminará el olor.

Jake le entrega cuidadosamente el spray, era un supresor de olor. Sunghoon observa el producto, lo gira y piensa cuidadosamente al respecto. Le habían pedido llegar ese día sin olor a alfa y podía cumplir esa petición ahí y ahora, sin embargo no quería cumplirle ese capricho.

Sunghoon volvió a colocar el spray en las manos de Jake, negando lentamente con la cabeza.

—¿Me estás diciendo que quieres quitarme el acceso a la velocidad prioritaria de servicio en la cafetería? Está bien, lo que no huelo no me afecta. Olor a peligro, que tonto, eres adorable. 

Nada pudo haberlo preparado para la reacción de Jake ante sus palabras. 

El muchacho estaba ahí, mirándolo y al siguiente los bonitos ojos se le enrojecen y brillan humedecidos, es tan obvio que está al borde de llorar que Sunghoon sólo puede mirarlo con incredulidad y la boca bien abierta. Jake se pone de pie en ese mismo instante, apunta con el spray y Sunghoon sólo tiene un instante para cerrar la boca y apretar los ojos porque pasado ese tiempo Jake lo baña en el spray de pies a cabeza. 

Cuando vuelve a abrir los ojos Jake está rojo hasta el cuello, su cuerpo le cubre de la luz solar así que parece que un aura dorada y cálida rodea a Jake. El corazón de Sunghoon da un vuelco y no puede evitar apretarse el pecho con la mano a través de la tela por puro instinto, Sim no le da tiempo a pensar, procesar o hacer nada; simplemente mete el spray a la mochila y se marcha dando grandes zancadas sin siquiera cerrar la mochila. 

Cuando el shock se le pasa, Sunghoon le da otro sorbo a su café. Falta muchísimo tiempo para que la hora de descanso se acabe pero no sabe qué más hacer además de volver al salón de clases que, por supuesto, está completamente vacío. 

Se deja caer en la misma butaca que estaba usando antes de salir, Sohyun ya ha respondido a su mensaje y parece estar bien. El corazón le late demasiado deprisa así que se fuerza a volver a un estado de prudencia, calma e inconformidad con su vida. Se lleva el teléfono al oído tras marcar el número del doctor que su padre tenía atendiendo a Sohyun y, por suerte, este responde. 

—Buenos días, muchas gracias por responder mi llamada sin anticipación. Soy Sunghoon, hijo de Park Seojun. Estaba buscando compartir algunas actualizaciones respecto al caso de mi hermana melliza Park Sohyun.

Una voz masculina, áspera y profesional le responde en cuestión de segundos.

—Te recuerdo, hijo. Tu hermana es la alfa con el lazo parcialmente roto, ¿verdad?

—Sí, así es. El día de ayer parecía estar bien por la tarde y por la noche su celo volvió a enloquecer. 

—Por desgracia es lo normal con el SRL, los síntomas persistirán hasta que el lazo se recupere. No tiene acceso al omega que su alfa está exigiendo, por lo que lanza feromonas con la esperanza de que su contraparte omega reconozca el aroma y se acerque a reproducirse para fortalecer el lazo que, de por sí, ya se encuentra dañado. 

Sunghoon se sintió desesperanzado, no quería seguir viendo a Sohyun sufrir. 

—¿Hay alguna forma de ayudarla?

—En su caso particular no, sería inescrupuloso por lo que ni siquiera lo voy a sugerir. Lo único que puede hacer es esperar a que el lazo temporal que está interponiéndose se rompa por si mismo. No debería tardar más de un mes.

—¿Un mes? —La voz de Sunghoon se volvió casi un susurro.

—Podría ocurrir antes, pero no puedo asegurar nada. Mientras tanto, habrá días en los que la sintomatología será mínima y otros en los que su alfa se vuelva impredecible; en esas circunstancias deberá mantenerse bien alimentada e hidratada. Necesita acceso a supresores y somnipresores pero estos son medicamento controlado que sólo se puede pre-escribir bajo riesgo de Síndrome de Rotura de Lazo crónico, no es el caso de su hermana. Ella deberá esperar. 

—No sé que decir...

—No hay mucho que hacer, los tratamientos para el SRL son muy nuevos, los alfas son tercos e impredecibles por lo que el medicamento varía en eficacia. Sólo llévela a un hospital si la fiebre empeora o empieza a negarse a beber o comer. ¿Algo más en lo que pueda ayudarle?

—No, eso es todo, muchas gracias por tomar mi llamada...

—Es un placer. Finalmente, joven Park, ¿pudo conseguir el favor de algún alfa? estaría feliz de proveerle protección mediante algún conocido. 

—No, está bien... hay un alfa que me está ayudando con su olor. 

—Perfecto en ese caso, procure que no lo descubra, ella se dará cuenta; tenga un excelente día.

—Igualmente, doctor Lee, excelente día. 

La llamada terminó y Sunghoon se sentía derrotado, perdido. Eran terribles noticias, no sabía que haría si el estado de Sohyun empeoraba. Por mucho que ella le pidiera estar fuera de casa, por mucho que Sunghoon no deseaba escuchar a su hermana haciendo esas cosas, no podía dejarla sola, no podía... no podía.

Sabía que debía oler a alfa para protegerse, y no había ningún problema hasta que Jake había decidido bañarlo en supresor de olor. No tenía idea de qué iba a hacer.

—Estoy tan jodido, ¿Qué diablos voy a hacer?

El salón se llenaba poco a poco. Jake entra por la puerta, sus ojos chocan y lo ve sonrojarse otra vez. Sunghoon no puede prestarle atención al propio calor en sus mejillas porque sólo puede pensar en qué diablos hacer. Ya había mentido a Sohyun una vez, no podía permitirse oler a otro alfa. 

Que tonto era, ¿porqué no le había preguntado al doctor cuánto duraba el estúpido supresor?

Sus ojos siguen a Jake, lo ve dudar y buscar otro asiento pero Sunghoon lo mira, lo señala con el dedo y entonces su mano se mueve hasta la butaca a su lado. Era casi una orden, Jake obedeció.

¿Qué iba a hacer?

Sunghoon lo miró con el ceño fruncido.

—Yo no te dije que quería dejar de oler a ti —refunfuña. 

Tenía que buscar una solución antes de que se acabara el día. 



N/A: Hola, gracias por leer. Debido a la tardanza les traje un capítulo largo de casi 5K palabras. 

Son las 4:30 AM, perdón si hay alguna falta de ortografía.

Espero haya sido de su agrado el capítulo, sin más que decir:

—Robin fuera. 



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