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(8) Eres fuego

"Y cuando finalmente decides avanzar, sabes que la llama de la esperanza siempre ha estado esperándote."

Sonrió por tercera vez en el día.

Ese gesto ya se estaba convirtiendo en algo prácticamente inusual en él, por lo que sonreír verdaderamente significaba mucho. Tal vez no para alguien más, sin embargo, para Izuku esbozar una sonrisa genuina en los días recientes ya era un gran paso.

Estaba dispuesto a superar su amor por Uraraka.

Hablar del tema con All Might le había ayudado en demasía. En el instante en que comenzó a relatarle los sucesos y sus más grandes preocupaciones, supo de inmediato lo mucho que anhelaba recibir unas cuantas palabras de apoyo. El mayor le dijo cosas de su enamoramiento que ni él mismo sabía que sentía; de hecho, nunca se dio cuenta de cuánto se estaba alejando de sus amigos a causa de sus inquietudes. Shouto era una de esas personas.

No mentiría si dijera que le daba un poco de coraje escuchar que el de cabello bicolor estaba probablemente envuelto en una situación un tanto extraña con su ahora exnovia; después de todo, el sentimiento por ella aún seguía vivo y no sería difícil de superar. No obstante, su amigo no tenía la culpa de nada de lo que hubiera pasado entre Ochako y él. Eso era un asunto de dos, no tenía porqué haberlo involucrado, en primer lugar.

Ya hablaría con él después. Por ahora necesitaba enfocarse en sí mismo y pensar en lo que haría cuando se topara con Ochako. Si bien, unos días atrás habló con ella y le expresó aquello que mantenía su garganta hecha un nudo, no había sido suficiente. Él realmente intentó cerrar ese ciclo con ella, perdonarla y perdonarse a sí mismo por las malas decisiones... Intentó, pero al final no pudo hacerlo.

Parecía como si en vez de cerrar su ciclo, hubiera retrocedido hasta encontrarse en un punto muerto, donde no podía siquiera mirarla a los ojos. Y las cosas se complicaban más al encontrársela todos los días en una u otra parte. Seguían siendo compañeros de clases, después de todo.

Empero, eso no lo detendría. Como le dijo All Might: «Madurar emocionalmente también es parte de convertirse en héroe, porque así serás capaz de tomar decisiones acertadas, sin perjudicar a terceras personas.»

El día que finalmente lograra ver su enamoramiento como una bonita etapa pasada, se le acercaría, le diría unas cuantas palabras que en ese mismo instante deseaba decirle y la abrazaría como en ningún otro momento, susurrándole suavemente: gracias.

Porque nunca se arrepentiría de lo que su —muy— corto romance le dejó.

Así como tampoco se arrepentiría jamás de haber prestado atención a la melodiosa voz que cambiaría su perspectiva.

Y es que, ¿cómo no hacerlo?

Esa voz era-

—¡Oh, Midoriya, estás aquí!

Pegó un respingo cuando se vio descubierto observándola detenidamente tararear una canción mientras cocinaba.

—¡Yo... Yo... No es lo que parece, Yaoyorozu! Yo sólo...

Momo, con las mejillas sonrojadas, sonrió ante el rápido movimiento de brazos que Izuku parecía no controlar. El chico se había sonrojado igualmente, con la diferencia de que él tenía todo el rostro colorado y, ella casi podía jurar haber notado su cuello de la misma forma.

—Me alegra que estés aquí —logrando mantener la calma, Momo se acercó al chico—. Ven, ya casi estoy terminando.

Sin previo aviso lo tomó del brazo y lo acercó a la mesa, en la que se encontraba una tarta recién sacada del horno y de la cual, Yaoyorozu parecía sentirse bastante orgullosa. El de pecas sonrió levemente. El brillo en los ojos de la vicepresidenta le resultaba tan tierno.

—Sé que no es tan buena como las que hace Satou, pero quería hacerla para nuestros compañeros —se mordió el labio inferior—. Como obsequio por haber aprobado el examen.

—Estoy seguro de que les encantará.

Volvió a sonreír, esta vez para ella.

Por tres segundos —eternos segundos—, Momo miró el brillo en los ojos esmeralda de su compañero, notando que así se veían incluso más bonitos de lo que eran; también pudo apreciar cómo sus pecas se volvían más llamativas cuando sus mejillas se encontraban rosadas y, sobre todo su sonrisa-

Apartó la mirada, avergonzada de su descaro.

No podía pasarse el tiempo observando a las personas. Ya una vez lo había hecho con Todoroki; había algo diferente en el de cabello bicolor que, por un momento sintió curiosidad por saber de qué se trataba, pero en vista de ser descubierta por Kyouka y generar malos entendidos, decidió no hacerlo más. Si bien, hasta ahora su mejor amiga no había mencionado el tema, ella sabía que en cualquier momento lo haría. Aunque por otro lado, estaba preocupada por Shouto... Él también era un amigo importante.

—Bu-bueno —Midoriya la sacó de sus repentinos pensamientos—. Dijiste que estaba casi terminado, ¿necesitas ayuda en algo?

—¡Sí! —No pudo evitar esconder su emoción—. Mira, puedes hacer...

Le explicó varias cosas y le mostró cómo hacerlas; aunque él fuera algo torpe y se hubiese equivocado un par de veces, Momo se sintió agradecida por no dejarla sola cocinando, como lo habían hecho Hagakure y Kaminari, quienes estuvieron ahí anteriormente y se excusaron de no colaborar con alguna respuesta vaga y poco creíble.

Pasaron unas cuantas horas antes de que todos sus compañeros se reunieran en la sala común, para degustar el postre que con mucho cariño les había preparado; no obstante, había valido la pena esperar todo el tiempo que fuera necesario para ver las caras llenas de felicidad en los chicos. Incluso recibió la aprobación de Satou. En ese momento se sintió tan feliz, que juraba en cualquier momento sacaría a relucir dicha felicidad.

Entonces Izuku la miró.

Lucía tan radiante, que algo en su pecho dolió. No era un dolor desagradable, por extraño que sonara, sino todo lo contrario; el aura alrededor de Momo siempre le había parecido reconfortante y tranquilizadora, sin embargo, hoy parecía un poco diferente; era como si ya estuviera acostumbrado a la sensación familiar de querer observarla por más tiempo, como si su burbujeante sonrisa fuese un imán para sus ojos.

Le resultó insólito llegar a pensar que Momo fuera más brillante a sus ojos que la misma Uraraka.

Y justo cuando no deseaba traer a la castaña a su mente, lo hacía.

Estúpido.

No pudo evitar desviar su mirada a donde Ochako yacía sentada tranquilamente, como si nada hubiera pasado. Engullendo su rebanada de tarta como si todo estuviera perfectamente bien, pero con el brillo en sus ojos aún ausente. Con la mirada puesta en Todoroki y con la mente vagando en cualquier otro lugar que no fuera ese. Izuku la conocía bien, antes que todo eso sucediera, ella había sido su mejor amiga.

E instintivamente, pasó a mirar de reojo a Bakugou, quien les ordenaba a sus compañeros poner su basura en el contenedor que él llevaba. Antes de pelear con él y ser suspendidos por su profesor, el rubio le había dicho algo con respecto a esa situación... Algo que logró descolocarlo por completo:

«Eres demasiado imbécil como para no ver quién realmente empezó a cambiar después de ese día...»

Después de aquello, se vino una charla que lo había hecho dudar, tanto de la postura de Uraraka, como del sin fin de sucesos a partir de su rompimiento; y más adelante, Katsuki se derrumbó alegando que él había sido responsable de la caída de All Might; que era débil y quería pelear con él. Empero, detrás de la fachada —aún— orgullosa de su compañero, Deku notó que no sólo estaba refiriéndose a la culpa que sentía por ser el causante de que el héroe número uno se retirara.

Había algo más. Algo-

—Estoy tan contenta...

Y de nuevo, la voz de Momo regresaba su completa atención en ella, olvidando todo a su alrededor.

Nuevamente había comenzado a tararear una canción que nunca había escuchado. Fue casi un susurro al viento, pero Deku volvió a sentir que el corazón le dolía. Algo en ese tono le molestaba de una manera extraña, porque en el fondo deseaba escucharla más.

Porque esa voz era hermosa. Comenzaba a volverse opio.

Esa voz era fuego.

—Oh, Uraraka...

Entró a la cocina, encontrándolo en un estado lamentable. No había hablado con él desde aquel día en que su examen se realizó y, las veces que lo vio en clases, el chico simplemente ignoraba sus saludos o los respondía de manera vaga y cortante, como si no quisiera hablar con ella.

Y de hecho, no quería hablar con nadie.

No tenía ningún ánimo de escuchar falsas palabras de aliento por parte de ninguna persona, porque él lo sabía, a nadie le importaba darle consuelo y si lo hacían, era meramente por lástima o algún interés oculto. Todoroki estaba harto de todo eso. Harto de que lo miraran condescendientes.

—¿Pasa algo?

Volteó a mirarla con el ceño fruncido, esperando que le dijera cualquier cosa menos esa pregunta tan estúpida. ¿Es que acaso era ciega, o tenía mala memoria? Por supuesto que pasaba algo. Algo que estaba seguro, a ella no le importaría. Por un momento le dieron ganas de levantarse de su asiento y dejarla con la palabra en la boca; sin embargo, no podía hacerle eso. No cuando lo único que hacía, era preocuparse por él.

—No.

Pese a que intentó sonar lo más cortante posible para que lo dejara solo de una vez, Uraraka ignoró la acidez de su respuesta y en cambio, tomó asiento frente a él, mirándolo con las cejas fruncidas. Tal vez se encontraba molesta.

—Entonces supongo que puedo hacerte compañía, ¿no te importa?

—Bueno, en realidad-

—¡Genial! —Aún manteniendo la expresión seria en su rostro, la castaña se levantó nuevamente—. Porque se me antoja quedarme aquí.

Parpadeando un par de veces con absoluta confusión, Todoroki miró cuidadosamente cómo Uraraka se dirigía a la cafetera y la encendía, para después sacar un par de tazas de cerámica; dejó escapar un bufido que no pasó desapercibido por la chica, quien no tardó en bufar de la misma manera.

—A mí tampoco me gusta mucho el café. Prefiero el té —gruñó, mientras servía el líquido amargo en las tazas—. Pero es lo que hay. Toma.

Le extendió el café ahora caliente, esperando que le agregara azúcar y se lo bebiera. Shouto no pudo evitar hacer una mueca al percibir el fuerte olor. Como lo había dicho ella, no era un amante del café. Y cómo deseaba que se tratara solamente de ese estúpido café.

—No es eso.

—¿Perdón? —Tras un minuto en el que se sentó y bebió un sorbo, Uraraka cuestionó sin comprender.

—No es el café.

La fémina arqueó una ceja aún con la misma postura, esperando que Todoroki continuara. Al ver que parecía no querer continuar hablando, suspiró largamente.

—Yo no-

—Uraraka —la aludida se sorprendió de que ahora él la mirara serio. Tragó saliva—. Tú crees... ¿Tú crees que yo deba estar aquí?

—Bu-bueno, aunque a esta hora todos están durmiendo, estás en tu derecho de venir si-

—No me refiero a eso —la interrumpió—. Quiero decir... ¿Tú crees que yo pueda convertirme realmente en un héroe?

Abrió los ojos más de la cuenta en el momento en que se dio cuenta de que Todoroki la miraba suplicante. Algo dentro de ella dolió, porque no estaba acostumbrada a ver esa faceta en el intimidante hijo del ahora héroe número uno. De hecho, era la primera vez que lo veía así:

Tan vulnerable y afligido.

—Entré a esta escuela por causa de mi padre —continuó, esta vez apartando la vista hacia la mesa—. Desde que yo era niño, él ha estado detrás de mi para que eso se cumpla. Quiere que-

—¿Y qué hay de ti?

Uraraka apoyó los codos en la mesa y su mentón en las manos; suspiró, tal parecía que el de ojos heterocromáticos no había entendido, por lo que se tomó su tiempo antes de volver a tomar la palabra:

—¿Qué es lo que tú quieres?

Se quedó pasmado ante la pregunta de la castaña. Una vez Deku ya le había preguntado lo mismo, pero eso sucedió antes de que ellos se hicieran amigos; en ese entonces, su interior guardaba un intenso odio contra su padre. Ahora, aunque lo seguía odiando, su mentalidad había cambiado. Entonces, ¿qué era lo que realmente quería?

—Yo... Quiero dejar de ser su sombra —sinceró, y Ochako sonrió agradecida de que por fin le tuviera la confianza para hablar—. Quiero ser un héroe bajo mis propios logros y no por ser el hijo de Endeavor... Quiero...

Calló. Había comenzado a elevar la voz.

—Quieres elegir libremente, ¿no es así?

La miró atónito. Tal vez él era un libro abierto que ella podía leer con facilidad, o simplemente era demasiado obvio cuando se trataba de ese tema en específico; no obstante, aquello no le impidió asombrarse de que Uraraka pudiera deducir tan fácilmente sus sentimientos. Una parte de él se alegró de tener una amiga como ella.

—Todoroki —llamó, logrando un asentimiento de su parte—. Estoy segura de que serás un gran héroe.

Lo que vino a continuación lo hizo trastabillar internamente: Ochako arrastró ambas manos por la mesa, hasta tomar la suya en un suave apretón, dándole toda la confianza que necesitaba para dejar de dudar en sí mismo.

Fue un resplandor efímero, pero sintió un cosquilleo en el estómago que se iba acrecentando a medida que ella estorba las comisuras de sus labios hasta formar una sonrisa... Una hermosa sonrisa.

Una sonrisa que era fuego.

Y por consecuente, su temperatura se vio inestable.

—Confío en ti.

Sus ojos brillaron con una intensidad que él jamás había visto. Era como si de repente lo hubiera llevado a un viaje astral en el que ese «confío en ti» que le había profesado, le diera la motivación necesaria para seguir adelante, más fuerte que nunca. Y es que, aunque hubiese recibido dichas palabras anteriormente en varias ocasiones, en ninguna de ellas se habían escuchado tan sinceras como ahora.

Un tenue sonrojo apareció en sus mejillas.

—Gracias.

Con la mano que le quedaba libre, afianzó el agarre de la chica, dando inconsciente caricias a su muñeca con el dedo pulgar, sintiéndose mucho mejor de tener a su lado a alguien que, sabía, no lo dejaría solo.

—Gracias a ti —acotó ella—. No había podido agradecerte por salvarme de Bakugou ese día. Si no hubiera sido por ti, yo-

—No agradezcas. Lo volvería a hacer.

Se quedó rígida un momento, no esperando esa respuesta de su parte. Sin embargo, pronto volvió a sonreír, aludiendo sus palabras a la amistad que con el tiempo se iba reforzando, dando así por finalizada la conversación. Pasaron varios minutos antes de que la chica de ojos chocolate se despidiera de él para irse a dormir y ambos abandonaran la cocina.

Empero, nunca repararon en la presencia de alguien más.

—No puede ser, no puede ser, no puede ser....

Kirishima se mordía las uñas con nerviosismo.

Por accidente, había escuchado la mayoría de la conversación que sus compañeros habían sostenido minutos antes, pensando que tal vez se trataría de cosas triviales, nada importante; grande fue su sorpresa al darse cuenta de lo cercanos que eran Uraraka y Todoroki. Peor aún, ¡se habían tomado de las manos!

Aquello era más grave de lo que pensaba.

Necesitaba hacer algo pronto si no quería que Bakugou se diera cuenta de la estrecha relación entre la chica que le gustaba y uno de sus rivales.

Aunque...

De un momento a otro dejó de moverse. Una idea se le vino a la mente.

Tal vez —sólo tal vez— no sería tan malo que su amigo rubio se enterara de que Todoroki quería robarle el amor de su amada. Quizás así no tendría que esforzarse demasiado para que, de una vez, Katsuki dejara de ser tan necio y permitiera que por primera vez, el amor llegara a él. Lo malo era tener que convencerlo de sentir algo por Uraraka, conociendo lo orgulloso que era.

No importaba. Lo importante ahora era cumplir su misión.

Bakugou daría el primer paso.

Boku no Hero Academia ©Kōhei Horikoshi All Rights Reserved

Fuego y Tú 2017 ©AruBell

[Noviembre 28, 2019]

Notas:

1.- Esta vez no tardé tanto como la anterior, aún así, he tardado un poco. Tuve que recortar el capítulo porque de lo contrario, hubiera quedado demasiado largo. Aunque la escena que eliminé, se vendrá en el siguiente capítulo.

2.- Perdón por no traerles su dosis Kacchako en este capítulo. Era necesario escribir sobre mi DekuMomo, sobre todo porque este capítulo da pie al clímax de la historia (apenas xd).

3.- Gracias, como siempre, a sus lecturas, votos y comentarios. Gracias a ustedes, esta historia se ha mantenido en el top 10 de historias Todochako por muchos meses. Y pronto vamos por el Kacchako, sí señor.

4.- Les tengo un reto a todos mis lectores: Si adivinan quién le dirá primero lo que siente al otro, les escribiré un One-Shot con la pareja y temática que elijan. Tienen todo el tiempo del mundo, eso sí, hasta que cualquiera de los tres (Katsuki, Ochako o Shouto) lo haga. Sé que no soy la mejor escritora y que puedo tardar, pero me esforzaré mucho por ustedes.

5.- Nos estaremos leyendo en el siguiente capítulo: Primer paso.

¡Gracias por leer!

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