(7) Tu perfecta imperfección
"Entre más virtudes encuentres en alguien, más afecto le tendrás."
No más lágrimas.
Esa era la frase que él se repetía constantemente en la actualidad. Y no era para menos, pues era verdad que Izuku se la había pasado llorando últimamente a causa de su rompimiento con Uraraka, quien se había encargado de destruir su corazón al haber aceptado una relación sentimental junto a él.
Ahora sabía que ella nunca lo había amado.
No la culpaba ni mucho menos le guardaba rencor. Aquello no podía entrar en su razonamiento. Sin embargo, tampoco podía hacer como si nada hubiese pasado, cuando él había dado todo de sí mismo para que su relación con la castaña se mantuviera sólida y duradera, mientras ella admitía sin arrepentimiento que le había gustado que otro chico la besara.
Lo reconocía. Él se había enamorado de ella y ahora necesitaba sacarla de sus pensamientos, de lo contrario, su meta principal —convertirse en el héroe número uno— se vería inestable y él mismo comenzaría a tambalearse también; así como también necesitaba enfocarse en el examen próximo a realizarse, donde podría poner a prueba todo lo que su quirk había evolucionado. No tenía tiempo para más lamentos.
Tal vez hablaría de ello con All Might cuando la prueba terminara. Necesitaba un consejo urgente por parte del mayor y, esa sería una buena oportunidad para preguntarle algunas cosas, no solo en cuestión de sus habilidades, sino también acerca de lo que debería hacer de ahora en adelante.
—Midoriya, ¿todo bien?
Escuchó una voz a su lado, perteneciente a un preocupado Iida. Entonces se dio cuenta de que no solo se encontraba en el autobús, sentado junto a él; sino que lo había ignorado todo ese tiempo y peor aún, había retenido el aliento, por lo que lo dejó escapar con un pesado suspiro que inquietó más al chico de las gafas. No mentiría, él se encontraba bien físicamente, mas sin embargo, interiormente se cuestionaba una y otra vez acerca de los errores cometidos en las últimas semanas transcurridas.
—Estoy preparado para pasar ese examen —trató de convencer a su amigo, esbozando una leve sonrisa—. Es lo que cuenta, ¿no?
El más alto estuvo a punto de darle una reprimenda junto a un gran sermón acerca de descuidarse de sus deberes primordiales, no obstante, antes de pronunciar palabra alguna, ambos compañeros de asiento enfocaron su atención al escándalo a unos metros de ellos, que comenzaba a hacerse mayor por alguna razón.
—Creo que deberías sentarte conmigo, Tsuyu.
Deku frunció el ceño al darse cuenta de que Hagakure sonaba muy extraña —demasiado, a su parecer— y que Ashido le daba la razón a su amiga, mientras ambas acorralaban a Tsuyu y Uraraka.
—Así es —la de cabello rosa señaló—. Aoyama y yo quedamos de sentarnos juntos, por lo que sería algo horrible que dejáramos sola a Tooru.
—Pero, ¿no sería hacerle lo mismo a Ochako? —La chica rana colocó su dedo índice sobre su mentón—. ¿No estaría igual abandonándola?
Por su parte, Ochako tan solo se limitó a observar a sus amigas con cautela, sin emitir alguna palabra. Estaba segura de que algo no andaba bien con el par que se encontraba de pie delante suyo, lo intuía. Tramaban algo que, sospechaba, no le agradaría nada; no le quedaría de otra. Así que miró a Tsuyu con súplica, esperando por todos los medios que se negara a la petición de ambas chicas.
—Por eso no hay problema —exclamó Ashido con un brillo en la mirada que a la castaña le hizo tragar saliva—, ¿quién era el compañero de Aoyama? ¿Kouda? ¿Satou?
Ochako entreabrió los labios, cada vez más nerviosa... ¿A dónde querían llegar?
—Todoroki —concluyó Tooru, moviendo grácilmente su uniforme—. Todoroki podría hacernos el gran favor de acompañar a nuestra querida Uraraka durante el trayecto. Así ninguno iría solo.
Ella no pudo evitar soltar un sonido lastimero de sus labios, a su vez, su rostro enrojecía con violencia al imaginarse sentada a un lado del aludido. No era que le gustara, o algo parecido. No. Era simplemente la casualidad —maldita casualidad— de tener que encontrarlo con la mirada mientras él abordaba el autobús justamente en ese momento.
—¡Oh, miren! Hablando de Todoroki...
Pegó un respingo cuando Mina se dirigió a él con una enigmática sonrisa y Tooru jaló del brazo a Tsuyu, llevándosela directamente a su asiento. Ahora ya podía imaginarse qué era lo que tramaban ambas féminas, pues en ese instante recordó con claridad lo que le dijeron en días anteriores.
«Nosotras apoyamos esa relación...»
No pudo siquiera levantarse de su asiento, cuando Mina ya había empujado al bicolor junto a ella, alegando que no habían más asientos disponibles; miró casi con miedo la expresión ilegible en el rostro del chico, esperando su descontento, o por lo menos una severa mirada que se dirigiera a ella, o al resto de sus amigas. En cambio solo recibió un suspiro resignado.
—Supongo que no hay problema.
Dichas aquellas palabras, él se cruzó de brazos frente a la atónita expresión de la castaña, quien no cabía en asombro por tanto desinterés de su parte. Por un momento se sintió molesta, tal vez con él, porque en todo el rato que pasó aquello, ni siquiera le dirigió la mirada. No podía sentirse más humillada y rechazada que ahora.
Aunque por otro lado, también se sintió mal consigo misma. ¿Por qué tenía que preocuparse que Todoroki no le dirigiera la palabra hasta entonces? Era un poco obvio, por más que intentara evadirlo; ella en algún momento del día creyó que el heterocromático podía a llegar a ser su amigo. Mas sin embargo, todo pensamiento en relación a ello se vino abajo con su indiferencia. Lo peor de todo era que no debía afectarle y al parecer, era todo lo contrario.
Con un resoplido molesto, se acomodó en su asiento y cerró los ojos, sin muchas ganas de reprochar algo. Lo único que deseaba, era llegar pronto a su destino y no tener que pensar incoherencias; tener un poco de paz mental y estar en silencio.
Un silencio que jamás se efectuaría.
—¡No puedes decidir tú, Ashido! Yo quiero ir con Todoroki.
Abrió un ojo casi instintivamente al escuchar la nueva discusión. Para su sorpresa, los ojos desiguales de Todoroki se mantenían de igual forma en el par que ahora mantenía una disputa, con el entrecejo arrugado levemente. Tal parecía que tampoco tenía idea de las intenciones de Kirishima, al querer sentarse junto a él.
—¡No lo he decidido yo! —Ashido elevó el tono de voz y señaló sin pudor a la castaña—. ¡Fue Uraraka! Ella quería sentarse junto a Todoroki.
Pasó un segundo, dos, tres...
El silencio reinó en el autobús casi lleno —porque faltaban un par de sus compañeros y por supuesto, su profesor—, y, todas las miradas automáticamente apuntaron hacia una mareada Ochako Uraraka, prácticamente absorta y ajena a las acusaciones de su amiga.
—Y-yo no-
—¡Pero yo había dicho que lo haría! —Kirishima la interrumpió sin prestar atención—. ¿Verdad, Todoroki?
Volteó a ver al aludido, quien negó con la cabeza lentamente, sin seguir entendiendo absolutamente nada.
—En realidad no-
—¡Ven aquí, hermano! —El pelirrojo volvió a interrumpir antes de tomar el brazo del bicolor y obligarlo a sentarse en su asiento.
Ochako, expectante, notó cómo el ceño de Mina se fruncía con incredulidad y el rostro de Todoroki de nuevo lucía neutral, como si no le importara con quién compartiera asiento. Lo que seguía sin comprender, era porqué Kirishima quería estar con él.
—¡Pero esto es malo! —Kaminari dramatizó con las manos sobre su rostro—. Bakugou se quedaría sin lugar.
—Descuida, hermano —Sero se unió a ellos y señaló a Ochako—. Justo ahí se encuentra un lugar que aguarda por él.
Oh, no. Ahora sí que no podía mantenerse tranquila. Sus compañeros ahora pretendían que Bakugou se sentara junto a ella; lo que desconocía nuevamente, era la razón por la cual querían lograr aquello. ¿Y por qué ella, de todas las personas? Esperaba que no fuera por aquel beso hecho público gracias a su enorme boca y la manía por hablar sin pensar.
—¡No! —Exclamó alarmada la de piel rosa—. P-porque... ¡Kouda quiere ir contigo! Bakugou podría ir con Satou, entonces. ¿No es así?
Miró con súplica al par de aludidos sentados al fondo del autobús y, antes de que alguno pudiera responder, se abalanzó sobre Kouda, arrastrándolo hacia donde se encontraba un sorprendido Kirishima, para posteriormente, empujarlo hacia él.
—Listo, problema resuelto.
—¡Entonces Todoroki puede sentarse con Satou! —Kaminari protestó, uniéndose a la discusión.
—¡Todoroki ya se sentará con Uraraka! —Tooru exclamó moviendo pomposamente su falda.
La discusión se prolongó, pero Uraraka dejó de prestarle atención al escándalo y miró a través de la ventana. Ahí estaba la razón de sus pesadillas más recientes: Bakugou. Hablando —siendo reñido— con Aizawa de algún tema que desconocía y no tenía el interés de saber; con su cabello rubio platinado moviéndose al compás del viento y sus ojos escarlata haciéndose grandes, probablemente por su notorio coraje. Desde esa perspectiva y sin añadir su carácter explosivo, el chico era... Lindo.
¿En qué rayos pensaba?
No tendría tiempo para procesar sus pensamientos, ya que por una u otra razón, Todoroki nuevamente era empujado a su lado, haciéndola respingar. Por supuesto, esta vez no se quedaría como una simple espectadora, por lo que se levantó de su lugar con la intención de poner fin al escándalo que lideraban Ashido y Kirishima.
—¡Basta! Chicos, yo-
Tanto el pelirrojo como la de piel rosácea sisearon y colocaron sus manos frente a ella, advirtiéndole que no interfiriera en su discusión. Aquello no hizo más que molestarla. En ese momento quería gritarles un par de cosas; y tal vez lo hubiera hecho, de no ser por el repentino silencio que invadió el lugar.
Aizawa había llegado y no se veía contento.
A su lado estaba Bakugou, sin saber qué había causado el alboroto... Mirándola a ella.
—Si no se sientan y se callan en este momento, haré que cancelen el viaje y todos estarán reprobados.
Aquella sentencia fue más que suficiente para que todos los que se encontraban de pie, inmediatamente tomaran el asiento más cercano a ellos. No obstante, como Aoyama ahora ocupaba un asiento extra con sus piernas y Kouda iba nuevamente con Satou, Mina no tuvo otra opción que sentarse junto a Kirishima y, Uraraka junto a Todoroki.
Todo habría salido de acuerdo al plan de las chicas —quienes ya se miraban entre sí con victoria—, de no ser porque Bakugou, sin importarle un pepino que la castaña ya se encontrara compartiendo asiento con aquel bastardo, se dirigió a ella y la empujó suavemente contra el de cabello bicolor, con el objeto de hacer espacio y sentarse ahí mismo.
La mitad de la clase abrió la boca con estupefacción.
Uraraka se quedó en blanco.
¡¿Cómo era posible que Bakugou, siendo como era, se le ocurriera hacer aquello?!
Bien podía quitar las piernas de Aoyama, o sentarse en uno de los asientos que quedaban vacíos. Y sin embargo, había elegido sentarse con las dos personas que más le habían jodido la existencia —palabras del mismo Bakugou—. La castaña, por su parte, no se quedaría callada.
—¡Oye, ¿qué crees que-?!
—Creí que había dicho que guardaran silencio.
Aizawa no necesitó voltear para hacerla callar inmediatamente. El aura oscura a su alrededor denotaba que hablaba enserio. Él cancelaría el viaje si escuchaba el más mínimo ruido.
Fue entonces que no le quedó de otra que suspirar resignada y apretar los párpados, guardándose toda la desesperación que en ese momento sentía. Ahora no sólo iba en medio de dos chicos guapos, pero demasiado problemáticos, sin poder moverse o respirar con normalidad; sino que también ahora tenía que soportar durante todo el viaje las miradas burlonas de Bakugou y los golpes accidentales que Todoroki le daba con el codo.
El rubio simplemente sonrió... Como si se hubiera salido con la suya.
Suspiró por décima vez —quizás muchas más— en el día. Era la hora, era el momento, era el instante en el que debía dar lo mejor de sí, sin desviar sus pensamientos. El examen había comenzado, y, aunque Ochako no deseara trabajar en equipo con Deku, Bakugou ni Todoroki, en ese momento se tragaría todas esas molestas sensaciones que le causaban ellos tres. No dudaría, no flaquearía.
Afortunadamente, tanto el rubio explosivo como el hijo de Endeavor declinaron la sugerencia de mantenerse en el grupo, ya que ellos se movían mejor en solitario; no obstante, Deku se quedaría con ellos, por ser el de la magnífica idea. Uraraka tendría un peso menos de encima si se mantenía lo más alejada posible del pecoso. Y eso haría.
«Concéntrate», todo el tiempo se mantuvo ese pensamiento en su mente. Hasta que finalmente pasó la primera fase, donde pudo liberar todo su estrés celebrando junto a algunos de sus amigos. Aunque de igual forma no pudo evitar sentirse aliviada de que todos sus compañeros hubiesen pasado de igual forma. Fue entonces que enfocó su vista en Todoroki, quien se encontraba junto a Yaoyorozu; para más después desviarla hasta el fondo de la sala, donde Bakugou descansaba.
Aún se preguntaba por qué se estaba comportando tan extraño con ella desde que la besó ese día.
No. Ahora lo único que necesitaba preguntarse era la manera en la que aprobaría. La segunda prueba había dado inicio ya y más que nunca debía esforzarse. No pensar en tonterías.
Al parecer la prueba era más sencilla de lo que esperaba, o al menos eso creía. Con Deku dando todo de sí mismo —a pesar de que su inseguridad se notara a kilómetros—, se le vinieron a la mente una vez más los sucesos ocurridos anteriormente.
«Lo siento... No puedo perdonarte.»
Después del beso que se dieron, Izuku dijo aquello antes de irse sin mirar atrás. Dejándola con lágrimas brotando de sus ojos y la culpa aún más viva de lo que ya estaba. No lo entendía, no debía sentir toda la culpa, cuando era Katsuki el que debía sentirla; y sin embargo, ahí se encontraba él, tan inmerso en rescatar a las personas —a su manera— para aprobar su prueba. Sin demostrar nada más que convicción.
Él y Deku eran tan diferentes, tan imperfectos... Pero a la vez tan únicos que llegaba a creer que poseían un campo gravitatorio.
Irónico, ya que ella era la que manipulaba la gravedad.
No sabía lo que le pasaba, pero...
—Estos sentimientos... Tengo que deshacerme de ellos.
Se dijo a sí misma, cortando todo pensamiento en relación a ello. Por lo menos en ese instante lo haría. Y se repetiría lo mismo hasta que terminara sus estudios y no tuviera que ver a ninguno nunca más.
No pensó, se concentró en lo que tenía que hacer y cuando se dio cuenta, ya mostraban la lista de los estudiantes que habían pasado el examen. Inmediatamente la invadió una mezcla de felicidad y orgullo. Su nombre estaba ahí, tan claro como las ganas que tenía de gritar y decirle a todo el mundo que al final sus esfuerzos habían rendido frutos.
Se acercó a Tsuyu, encontrándose con la grata sorpresa de que no sólo ella había aprobado, sino que todas sus amigas lo habían hecho. Ambas se abrazaron y sonrieron.
La felicidad se incrementaría al ver a lo lejos la expresión en los ojos de Izuku. En ese momento le dieron tantas ganas de ir a abrazarlo y felicitarlo, que tuvo que golpearse en la cara para detenerse de hacer tal estupidez.
—¡¿Dónde está?!
Una voz llamó su atención. Bakugou aún se mantenía observando meticulosamente la lista, enfureciéndose cada vez más al no hallar su nombre en ella. Uraraka temía que él hubiera reprobado y, su temor se intensificó al divisar un poco más adelante al de cabello bicolor, buscándose de igual manera, aunque sin hacer tanto escándalo como el rubio.
Entonces ambos habían reprobado.
Momentos después se enteró de que Todoroki había reprobado gracias a su participación en una pelea con un estudiante de otra escuela; mientras lo de Katsuki se debía a su mal carácter.
Quiso ir a regalarles unas cuantas palabras de aliento, quizás consolarlos. Empero, sabía que eso no sería correcto. Ellos necesitaban asimilar sus errores y meditar en silencio... Solos.
Sin duda el viaje de regreso sería mucho peor.
Después de regresar a los dormitorios, la mayoría del grupo se dispuso a celebrar su nuevo logro. Todos se encontraban tan contentos, que ni siquiera prestaron atención a Shouto, que se marchaba a su dormitorio sin decir palabra alguna; o a Katsuki, que le pedía —o exigía— a Deku acompañarlo afuera. A excepción de Ochako, que tragó grueso al fijarse en la rabia contenida que sus ojos destilaban. Era como una bomba de tiempo.
Quiso ir y saber lo que estaba sucediendo. Presentía que las cosas no iban bien. Sin embargo, tampoco quería ni necesitaba que sus compañeras se hicieran más ideas de las que ya tenían, por lo que finalmente se decidió a marcharse a su habitación, pese la inmensa duda que le carcomía los sentidos.
Se encerró y acostó en la cama con la intención de dormir, se encontraba demasiado cansada después del día tan pesado que había tenido; intentó dormir, pero lastimosamente los recuerdos se le vinieron a la mente como una serie de tormentosas películas que se repetían una y otra vez.
Desde Katsuki besándola, hasta ella besando a Deku.
—¿Por qué me siento así?
Susurró como si alguien pudiera escucharla en la soledad de su habitación. No comprendía por qué pensaba tanto en los labios del rubio e inmediatamente llegaba a ella la imagen de la sonrisa que Todoroki le dedicó esa mañana; los ojos de Izuku mirándola con decepción; las acciones de los tres recientemente... Ellos poseían algo que inminentemente captaba su atención.
¿Acaso se estaba volviendo loca?
Necesitaba alejarse de ellos urgentemente, o de lo contrario...
Alguien llamó a su puerta.
No supo cuánto tiempo había pasado, ni cómo pasó tan rápido, pero se sorprendió al ver su reloj y darse cuenta de que habían pasado dos horas después de la media noche, por lo que el hecho de que alguien tocara su puerta le causó desconcierto.
Se levantó de la cama con pesadez y abrió la puerta. Lo que pasó a continuación la dejó estupefacta. Toda intención de alejarse de alguno se vino abajo en ese instante.
—¡¿Pe-pero qué-?!
Katsuki Bakugou estaba frente a ella, con golpes en dodo el cuerpo y rastros de lágrimas sobre sus rojas mejillas.
Ella quiso preguntar el porqué de su visita, empero ni siquiera le dio tiempo de abrir la boca. Se abalanzó sobre ella y rodeó su cintura con ambos brazos, mientras se encorvaba y escondía el rostro en su hombro. Parpadeó una, dos, tres veces ante la inesperada acción. Katsuki la estaba abrazando.
No. Se aferraba a ella.
—B-Bakugou —después de un buen rato de asimilar que no estaba soñando, susurró nerviosa—. ¿Qué-?
—Cállate... O te mato.
El chico sentenció y fue suficiente para que el silencio invadiera la oscuridad del lugar, siendo ellos dos los únicos ocupantes del mismo.
Ochako no tenía idea de lo que estaba pasando, pero al menos sabía que Bakugou necesitaba a alguien que lo acompañara y ella no le negaría aquello. Así que ya habiéndose recuperado del shock, acercó sus temblorosas manos a la cabeza de su acompañante y acarició sus rubios cabellos, en un intento por corresponder al contacto. En respuesta, él la aferró más a su cuerpo, ambos dejándose llevar por la paz del momento.
Y tal vez ni siquiera necesitaba palabras para decirle que ella estaría ahí para él; para apoyarlo como él lo había hecho con ella durante su suspensión. Como los compañeros que eran.
La idea de que era un chico lindo ya no se veía tan descabellada.
Sonrió inconscientemente.
Ya le reclamaría después sobre el beso.
Boku no Hero Academia © Kōhei Horikoshi All Rights Reserved
Fuego y Tú 2018 © AruBell
[Septiembre 7, 2019]
Notas:
1.- Antes que nada, me gustaría pedir una disculpa por la ausencia. Han pasado muchas cosas que me han quitado el tiempo y la inspiración. Una de ellas fue la pérdida de amor hacia el Kacchako. No sé, sus fans me hicieron perder el interés hacia la pareja. ¡Pero no se preocupen! Esta historia seguirá con el Kacchako... Y también espero recuperar aunque sea un poco del amor que les tenía.
2.- Como esto no se actualiza desde el año pasado, notarán que ya estoy bien oxidada en cuanto narración. Espero ya no tardar tanto y mejorar mis habilidades. Tengan paciencia.
3.- Si eres de los o las lectoras que aún siguen esta historia, te felicito. Te mereces todo el amor del mundo por tenerme paciencia.
4.- Seguiré un poco ocupada, ya que ahora me entró la loca idea de escribir un fanfic bien dramático sobre algún fandom del k-pop, ya que las historias que leí no me convencieron del todo. *Inserte meme de ¿por qué eres así?*
5.- Nos estaremos leyendo en el siguiente capítulo: Eres fuego. Recuerden que aunque no pueda responder a todos sus comentarios, sí los leo todos. ❤
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