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(5) Katsuki o Shouto: El plan de Kirishima

"Es demasiado fácil escuchar, pero muy difícil entender."

Como vicepresidenta de la clase, Momo Yaoyorozu tenía la responsabilidad —junto a Iida— de encargarse del bienestar de sus compañeros; ser la imagen representante de la clase A; y ser uno de los ejemplos y modelos a seguir de sus demás compañeros. No era tarea sencilla mantener la calma y orden delante de más de una docena de chicos que se metían en problemas cada vez que se les daba la oportunidad... Especialmente tres de ellos.

caminaba con desgano hacia su salón de clases, observando de lejos a su compañero pecoso, que iba tan distraído como de costumbre. Desde su rompimiento con Uraraka, lo había notado más distante de sus compañeros y amigos y, aquello no le gustaba para nada. Necesitaba hacer algo para animarlo. Tal vez lo invitaría a almorzar con ella durante el descanso y así poder charlar un poco.

Al llegar, notó cómo Izuku se detenía abruptamente en el umbral de la puerta, por lo que no tuvo otra opción que detenerse tras él; observó la espalda tensa del chico y la rigidez de todo su cuerpo, empero, cuando vio su rostro deformado y hacia dónde se dirigía su mirada esmeralda, le entró la curiosidad de saber la razón de su repentino cambio y, discretamente giró su rostro hacia el foco de atención:

—Te digo que sí... Ellos dos tienen algo que ver.

Izuku tragó grueso. Momo no lo comprendía.

—Sigo pensando que es increíble.

Una conversación entre Mina, Tooru, Tsuyu y Jirou parecía lo más tortuoso para él.

—Anoche estuvieron muy juntos el uno del otro —completó Hagakure, moviendo su uniforme con euforia—. Y nosotras pudimos notar que Todoroki le susurraba algo... ¿Y si van a tener una cita?

Izuku se colocó una mano en el pecho y Momo tuvo que tomarlo del brazo para arrastrarlo hacia el fondo del salón, donde no se escuchara aquella charla. Ya hablaría más tarde con Kyouka y se pondría al tanto de la situación.

—Primero Kacchan... ¿Y ahora Todoroki? —Deku preguntó mirando a la nada—. ¿Qué hice para merecer esto?

Momo se mordió el labio inferior. Era lamentable e incluso patético para ella que Midoriya creyera en las palabras de Ashido y Hagakure. Bien era sabido que ambas chicas querían encontrarle pareja sentimental a cualquiera que caminara frente a ellas.

—Seguramente es un malentendido —intentó tranquilizarlo, mientras soltaba suavemente su brazo—. Todoroki no es ese tipo de persona.

—P-pero-

—Tampoco creo que Uraraka lo sea —interrumpió—. No sé exactamente qué fue lo que pasó, así que sólo puedo apoyarte en lo que necesites. Te lo dije la otra vez.

Por un instante, Izuku la miró a la cara y pudo sonreír sinceramente. Yaoyorozu era una chica muy amable y linda. Por primera vez pudo apreciar el brillo natural y resplandeciente en sus órbes grisáceos; la dulzura en aquella sonrisa sobre sus acolchonados labios; y el aura de paz que emanaba su ser... Por primera vez desde que la conoció, pudo darse cuenta de lo que la vicepresidenta de la clase podía llegar a brindar.

El timbre sonó, y los alumnos se dirigieron a sus respectivos lugares cuando Aizawa llegó. Antes de que Momo pudiera hacer lo mismo, Izuku le tocó el hombro.

—Yaoyorozu, ¿me harías compañía durante el almuerzo? —Sonrió tímidamente—. Hoy no quiero estar junto a Todoroki.

Ella le devolvió la sonrisa y asintió levemente.

La clase comenzó.

[...]

—Es todo por hoy, todos pueden irse, excepto Bakugou y Todoroki. Recuerden que mañana hay entrenamiento.

Aizawa dio por finalizada la clase y los alumnos se dispusieron a partir hacia su edificio. Todoroki, ajeno a sus compañeros y las —para nada discretas— miradas de Mina y Tooru, siguió al profesor que caminaba perezoso en el pasillo.

—¿Se te ofrece algo? —Inquirió el mayor, deteniéndose.

—He pensado la situación entre Uraraka, Bakugou y yo —habló serio, parándose frente a él—. Creo que no es justo para ella perderse la semana en la que entrenaremos para los exámenes de licencia provisional, mientras nosotros, que somos los causantes de nuestro castigo, tengamos derecho a asistir.

El profesor tuvo que reprimir el impulso de frotarse la sien. Ciertamente tenía razón, empero, tampoco iba a pasar por alto los actos cometidos por sus alumnos, ni tampoco el accidente de Uraraka.

—¿Qué propones?

Todoroki frunció el ceño sin comprender la pregunta del mayor.

—Bueno, yo-

—Mantenla al tanto esta semana —Shouta comenzó a caminar nuevamente—. Así no se perderá de lo que en clases veamos. Y ahora, continúa con tu labor.

El de cabello bicolor se quedó quieto en su lugar, observando tan sólo el andar de su maestro. Aquello no era lo que tenía en mente, sin embargo, no se opondría a una orden del tutor de la clase, sobre todo porque de alguna manera, era una forma de ayudar a su compañera después de causarle tantos problemas, así que lo haría.

Después de unos minutos, decidió regresar al salón de clases, donde seguramente lo esperaba un colérico Bakugou —que probablemente le gritaría por haberse escapado un momento de su castigo—; sin saber que no sólo el rubio cenizo lo esperaba para descargar su ira en él, sino también, el rubio engreído de la clase B que se reía a carcajadas de ellos.

Eso y también sin darse cuenta de que uno de sus compañeros había espiado la conversación entre él y Aizawa.

—Oh, no... Esto es malo.

Denki corrió todo lo que pudo —cuidando de no ser visto por algún profesor— hasta la salida de la academia y, posteriormente, con dirección a los dormitorios, donde se encontró con sus amigos Sero y Kirishima, quienes de igual forma iban llegando al lugar.

—¡Hey, esperen! —Frenó abruptamente al llegar—. Tengo... Malas... Muy malas...

—Oye, tranquilo —Sero colocó una mano en el hombro del rubio—. Respira un poco.

Kaminari se encorvó un poco, apoyando las manos sobre sus rodillas, jadeando aceleradamente y recomponiéndose de su larga carrera. Los otros dos chicos lo miraron extrañados, temiendo por una noticia no muy alentadora.

—Todoroki quiere interferir en nuestros planes de unir el amor entre Uraraka y Kacchan—alertó cuando se hubo recuperado.

Pasó un segundo de silencio, dos, tres...

—¡¿Qué?!

Sero y Kirishima exclamaron alterados, ensanchando sus ojos con rotunda preocupación, mientras Kaminari solamente asentía de la misma forma. Eijiro arrastró a sus dos amigos hacia la sala común y cuestionó al rubio todo lo que sabía acerca del tema, mientras éste relataba lo que había escuchado anteriormente, al punto de dramatizar las palabras dichas por Todoroki.

—Hermanos, esto es grave—habló el pelirrojo de manera seria—. Nuestro buen amigo puede estar en peligro de perder el amor de la dulce Uraraka y quedarse soltero de por vida.

—¿Qué haremos? —Sero fue el siguiente en hablar—. Uraraka sería la única chica que podría calmar su bestia interior.

—¡No! —Kaminari exclamó con pánico, jalando sus cabellos—. Bakugo no puede quedarse soltero... ¡No quiero ser el amigo de un soltero amargado!

Los tres comenzaron a hablar desesperados al mismo tiempo, sin decir alguna frase inteligible o escuchar al otro; únicamente eran conscientes de la —exagerada— situación en la que se encontraba Katsuki, y de la reputación que el cenizo les daría a ellos al quedarse sin la única candidata a su novia.

—Escuchen —vociferó el pelirrojo, haciendo que los otros dos prestaran atención a sus palabras—. Es por eso que estamos en esta reunión de emergencia. Tengo una idea para que la masculinidad de Bakugou salga a flote.

El par solamente se miró entre sí, sin comprender a lo que se refería Kirishima. Él, por su parte, sonrió con orgullo y su mirada carmesí brilló con determinación. Mientras Bakugou siguiera siendo tan predecible como hasta ahora lo había sido, no dudaba que podría saber cómo manejaría su plan de emparejarlo con Uraraka. No por nada eran amigos cercanos.

—¿Y cuál es esa idea? —Denki cuestionó sin estar del todo convencido.

Kirishima entrecerró la mirada con diversión y ensanchó su sonrisa, al punto de verse maquiavélica.

—Oh, ya verán —juntó sus manos como si se tratara de un villano—. Hoy mismo nos encargaremos de que vaya a su habitación a ponerla al tanto de las clases.

Hanta y Denki se volvieron a mirar entre sí, esta vez con una mueca de incomodidad en sus rostros gracias a la risotada que soltó Eijirou de repente.

—¡El escuadrón de la masculinidad pone en marcha la fase uno: acercamiento! —terminó elevando su puño endurecido al aire.

—¡Oye, no! —Objetó el rubio, poniéndose frente a él—. Deberíamos llamarnos «Escuadrón rompecorazones».

—¿No deberíamos llamarnos mejor «Escuadrón cupido»? —Finalizó Sero, dando inicio a una nueva discusión.

Era tanto el ruido producido por sus voces, que nunca se dieron cuenta de otra presencia en la sala, la cual se escondía detrás de uno de los sillones... Había escuchado toda la conversación.

—Oh, no... Debo avisarles a las chicas.

Mina se arrastró por el suelo hasta la salida con cautela; cuando salió exitosamente de ahí sin ser vista por alguno de los tres chicos, se levantó y corrió hacia la habitación de Tooru.

No dejarían que ellos les ganaran.

[...]

Había sido un día aburrido para su gusto. Estar castigada sin poder asistir a clases y quedarse en el edificio a limpiar la sala y la cocina todo el día, le resultaba fastidioso y frustrante. Mucho más porque esa misma semana entrenarían con sus quirks al máximo y se prepararían para asistir a los exámenes de licencia provisional; mientras ella se quedaba ahí sin poder hacer nada más que ordenar y limpiar.

En ese momento —casi— odiaba a su profesor. No era justo que ella pagara por las acciones de Bakugou y Todoroki.

Se encontraba mirando hacia afuera a través del cristal de su ventana, con sumo aburrimiento y pensando en todo lo que le había sucedido en tan pocos días. Aún no terminaba de comprender porqué Bakugou la utilizó a ella para burlarse de Izuku; ni tampoco porqué desde que la besó, él se comportaba de manera diferente, comenzando porque extrañamente no le había dirigido la palabra a Izuku e inclusive, lo evitaba.

Por otro lado estaba Todoroki. Ella no lo consideraba un amigo, no al menos en un nivel como el que Iida o Tsuyu tenían; por lo que él no tenía la necesidad de meterse en problemas por su culpa ni mucho menos, defenderla de Bakugou la primera vez. Y para su desgracia, sus amigas ahora creían en un supuesto romance secreto entre los dos, y, ella ni siquiera sabía de dónde habían sacado esa idea tan absurda.

No tuvo más tiempo de darle vueltas al asunto, ya que sus pensamientos se vieron interrumpidos por el suave golpe a la puerta, anunciando que tenía una visita. Pensando que se podía tratar de Iida o Deku —quienes habían acordado hablar con ella—, caminó lentamente y abrió la puerta mientras fingía una sonrisa; sin embargo su falsa sonrisa no duró mucho y prontamente se convirtió en una mueca, acompañada del ceño fruncido a causa de incredulidad.

—¿Puedo pasar?

A Uraraka le dio un tic en el ojo.

¿Por qué Todoroki le pedía permiso para entrar como si nada?

No, la verdadera pregunta era: ¡¿Qué hacía Todoroki ahí?!

—Aizawa-sensei me ordenó mantenerte al día con las clases —se encogió de hombros ante la reacción de la chica—. Para que no te atrases ni repruebes en el examen.

La rigidez de su cuerpo se suavizó al escuchar las palabras del heterocromático, y dándole las gracias, le permitió el acceso a su habitación, dándose cuenta de que cargaba con él algunos libros y cuadernos de notas; cerró la puerta y posteriormente le indicó que tomara asiento en su cama, sentándose de igual manera.

—¿Y bien? ¿Por dónde comenzamos?

—Bueno, yo diría-

Todoroki no pudo terminar su frase. El sonido de los fuertes golpeteos a la puerta —nuevamente— les hizo pegar un respingo a ambos compañeros. Parecía que la persona al otro lado estaba molesta y, esta vez Uraraka estuvo completamente segura de que no se trataba de ninguno de sus amigos ni mucho menos Deku; así que se levantó de su lugar con intriga de saber quién era y, después abrió la puerta.

—Quítate.

Se quedó en shock al ser empujada por la persona que entró sin pudor a su habitación. Esto cada vez se volvía más y más extraño, pues nunca se hubiera imaginado que él la fuera a visitar, ni mucho menos que lo hiciera después de que le hubiera dado a entender que no quería verla.

—¡Maldita sea, cara redonda! ¿Qué carajos hace ese bastardo aquí?

Y por si fuera poco, le gritaba a ella mientras señalaba al de cabello bicolor.

—De hecho, acabo de llegar —murmuró Todoroki para sí mismo. Aunque terminó siendo escuchado.

—Espera un momento... —Ochako lo miró con el entrecejo arrugado—. Aquí la verdadera pregunta es, ¿qué haces aquí, Bakugou?

El rubio gruñó en respuesta, mostrando su dentadura. Si bien, él tampoco estaba muy seguro de la razón por la cual debía estar en la habitación de Uraraka, también podía culpar de todo a Kirishima, quien le había insistido demasiado para que fuera.

—Vine porque necesitas recuperar los días perdidos por tu maldito castigo —bufó, mirando hacia un lado—. Y sólo conmigo, que soy el mejor de la clase, podrás aprender algo.

De pronto, el silencio inundó el lugar.

Uraraka se quedó sorprendida porque, nunca se hubiera imaginado que el chico explosivo se interesara por su rendimiento académico. Tal vez también se lo había ordenado Aizawa, pero de ser así, sabría que Todoroki estaba ahí. Aunque claro, no pasaba por alto el gesto del rubio al aceptar enseñarle algo de lo que sabía.

Todoroki, por otro lado, no quería meterse en la decisión de Uraraka. Si ella aceptaba la ayuda de Bakugou, él lo entendería y se marcharía sin más; empero, si lo rechazaba, no le quedaba de otra que quedarse con ella toda la semana, retroalimentando su mente lo mejor que pudiera. Sin embargo, no terminaba de comprender las intenciones del rubio, si Aizawa ni siquiera le hubo encomendado aquello.

—B-bueno... —La chica se rascó la mejilla sin saber qué decir—. Muchas gracias por tu preocupación, Bakugou. Lo aprecio mucho, pero-

—Te advierto que no aceptaré un «no» como respuesta —bramó él de forma amenazante.

Ante aquello, tragó grueso. Había planeado rechazar con sutileza a Katsuki, para que éste no tuviera la necesidad de perder su tiempo con ella y tampoco se la pasara gritando el resto de la semana. Ahora, estaba nerviosa y sin saber qué hacer; era evidente que no podía recibir la ayuda de los dos. No después de las dos peleas que habían tenido en los últimos días, donde lamentablemente ella había sido involucrada.

Comenzó a sudar frío al notar que ambos chicos la miraban interrogantes, esperando por una respuesta suya. Se sentía intimidada por los ojos fieros y desbordantes de fuego, cortesía de Katsuki; y de la fría e indiferente mirada heterocromática de Todoroki. ¿Por qué le pasaba eso a ella, precisamente?

—Uraraka —Shouto se levantó de la cama, rompiendo el silencio—. Yo no tengo ningún problema si Bakugou es quien te pone al corriente. Si tú quieres-

—¡Pues yo sí tengo problema si eres tú, maldito mitad y mitad! —Interrumpió el cenizo, volteando a verlo—. Así que lárgate de una vez y-

—¡Silencio! —Uraraka vociferó hastiada de la situación, dejando mudos a los dos—. Agradezco demasiado a los dos por tomarse la molestia de venir y por sus buenas intenciones, pero soy yo quien decide.

Los miró con determinación, pasando su vista desde Todoroki, hasta Bakugou y viceversa. Finalmente suspiró, dirigiéndose a su cama y desplomándose sobre ella, ignorando la presencia de ambos chicos por unos minutos.

—¡Necesito fuerzas para soportar lo que me espera! —chilló desesperada, ante la atenta mirada de sus compañeros.

Su tortura apenas comenzaba.

[...]

—¡Te digo que así no es, maldita sea!

Gritó por cuarta ocasión en la noche. Afortunadamente ya era el tercer día en que Uraraka recibía la «gentil» ayuda de su compañero, para no perderse de nada de lo que en clases se veía. Ella agradecía internamente a Bakugou por ser tan paciente con ella y sus equivocaciones —aunque no lo pareciera—, y también, agradecía que Todoroki hubiera entendido su decisión. Después de todo, no era capaz de rechazarlos...

—Uraraka, deberías hacer-

—¡Debería hacerlo por su cuenta! —Detuvo Katsuki al borde del estallido.

A ninguno de los dos.

Tomó un largo respiro antes de salir corriendo y dejar a ambos chicos ahí mismo. Se regañó mentalmente para no perder los estribos y cometer una tontería. Después de todo, ninguno de ellos tenía culpa alguna de nada.

Pretendía regresar su atención al ejercicio de inglés que no podía responder, sin embargo Todoroki le jaló la manga de su suéter con delicadeza.

—Uraraka, ¿sigues creyendo que es buena idea que los dos estemos aquí? —susurró cuando el rubio se encontraba distraído en una de las respuestas de la chica.

No. Realmente no era una buena idea convivir con ambos a la vez. La estaban volviendo loca. Pero, ¿qué más podía hacer? Tampoco se retractaría ni correría a ninguno de los dos chicos; eso sería grosero de su parte.

¿Qué más daba? Si había podido sobrevivir junto a ellos dos días y contando, podría hacerlo el resto...

O eso quería creer.

¿Sabías que...? Las mujeres tienden a percibir más riesgo en muchas situaciones y a tener más ansiedad que los hombres. —Ochako sabía desde el principio que no era buena idea convivir con Bakugou y Todoroki a la vez, ya que ellos dos le habían causado problemas recientemente. Por lo tanto, era un inminente riesgo de que volvieran a pelear. Ellos, por otro lado, fueron indiferentes a la situación.

Boku no Hero Academia ©Kōhei Horikoshi All Rights Reserved

Fuego y Tú 2018 ©AruBell

[Septiembre 20, 2018]

Notas:

1.- Lamento de nuevo la tardanza :( he estado muy ocupada por cuestiones de la life. Espero que el capítulo haya sido de su agrado y me sigan llegando sus hermosos comentarios. No sé porqué no puedo responderlos todos, pero les aseguro que a todos los amo.

2.- Estoy muy emocionada. Esta historia participó en los #UAAWARDS2018 y fue ganadora del 4° lugar en su categoría. Ahora, participa en dos concursos más: los #BNHAwards19 y los #PLUSULTRA19. Deséenme mucha suerte. ❤

3.- Sigan leyendo mis otras historias. Y nos estaremos leyendo en el próximo capítulo: ¿Amigos? Tal vez.

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