Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 35

Gian y Neisan han organizado un banquete y una pequeña fiesta para celebrar la muerte de Azariel. Hemos cumplido con una parte de la venganza y falta poco para que esta sea cumplida en su totalidad. Es un motivo de festejo.

La música suena en el lugar mientras Neisan canta exagerando sus gestos y haciendo un baile ridículo, Gian lo acompaña moviéndose con tranquilidad. Los observo con una sonrisa en el rostro, divertida con la situación. Entonces, el castaño se acerca a mí para invitarme a bailar.

Caminamos hacia el centro de la habitación, junto a Neisan, y nos colocamos allí para bailar. Gian me toma por la cintura y acerca mi cuerpo al suyo, quedamos terriblemente cerca, pegados el uno al otro, separados por apenas unos centímetros. Sus manos se posan en mi cintura y mis manos descansan en sus hombros.

Nos balanceamos de un lado a otro durante unos pocos minutos, bailando juntos, él me hace girar varias veces seguidas y consigue sacarme una risa. En cierto momento, al terminar de girar, pierdo el equilibrio y Gian me presiona contra él, agarrándome con fuerzas para estabilizarme. Un escalofrío recorre mi espina dorsal y la sonrisa en mi rostro desaparece cuando me percato que estoy malditamente cerca suyo, puedo sentir su respiración sobre mi boca y nuestras narices rozándose. Lo miro a los ojos y veo el momento exacto en que su mirada baja a mis labios.

Trago saliva con fuerza en cuanto se acerca un poco más, comenzando a acortar la poca distancia que hay entre nosotros. Sus labios rozan los míos y se oye un gran estruendo.

Me separo rápidamente de él y todos volteamos hacia la puerta, encontrándonos con que esta ha sido derribada por varios soldados de Quaxon. Han descubierto nuestro escondite.


— Neisan. Los caballos. —murmura Gian.


Mientras Neisan escapa por la puerta trasera para buscar nuestros caballos, nosotros nos preparamos para luchar. El fuego brota de mis manos y Gian toma dos espadas. Entonces se desata una batalla en medio de mi sala del trono.

Claramente, estamos en desventaja, los soldados de Quaxon nos superan en gran cantidad y no creo que podamos vencerlos solos. Logramos vencer a algunos de ellos, pero el cansancio comienza a pasar factura y cada vez resulta más complicado luchar contra ellos.

Poco después escuchamos un silbido, la señal de Neisan  para avisarnos que los caballos están listos. Continuamos peleando durante algunos minutos más en los que conseguimos causarle varias bajas a nuestros enemigos. En un momento de distracción, aprovechamos para escapar. Gian tira la mesa en medio del camino para impedir el paso de los soldados, luego la prendo fuego y nos apresuramos a salir por la puerta trasera. Mientras nos acercamos a la salida, continuo lanzando fuego e incendiado cosas para evitar que puedan perseguirnos.

Al salir nos encontramos con Neisan, que nos hace saber que los caballos no están y por lo tanto no hay manera de escapar. No nos queda otra opción más que correr. Nos adentramos en el bosque y corremos sin parar durante un largo lapso de tiempo, no tenemos un lugar al que ir, simplemente corremos por nuestras vidas, para no ser alcanzados por los soldados de Quaxon.

Con nuestros enemigos pisándonos los talones, corremos lo más rápido posible. De repente, una carroza se atraviesa en medio de nuestro camino, cortándonos el paso. La puerta se abre dejándonos ver a Ashia es su interior.


— Suban.


●●●


23 de octubre de 1806

Es de madrugada y acabamos de llegar al palacio de Ignis. Dentro de la carroza, acompañando a Ashia, se encontraba Lord Ashbel. Es por eso que ahora, después de un largo viaje, nos encontramos refugiados en su palacio.

Según lo dicho por mi antigua dama, un soldado descubrió nuestro escondite y se lo comunicó a Dafne. Además, Finn fue acusado de traición ya que no reveló la información a mi hermana, mostrando así a quién pertenece su lealtad.

Me sobresalto al oír algunos golpes en la puerta, que me traen de vuelta a la realidad. Y, una vez que concedo el permiso, me sorprendo al ver a Lord Ashbel cruzando el umbral de la habitación.


— Disculpa la molestia. Necesitaba hablar contigo.

— Claro, Lord Ashbel…

— Nunca creí que mi hija se referiría a mí como Lord Ashbel. —dice interrumpiéndome, con una pequeña sonrisa en el rostro.


Soy consciente de que él es mi padre pero no me atrevo a llamarlo de ese modo. Y creo que nunca lo haré.
Para muchas personas, un padre representa amor, comprensión y apoyo. Lo cual no es mi caso. Si hace algunos años me hubiesen pedido que definiera la palabra “padre", habría dicho que es una persona llena de amor, comprensiva y dispuesta a brindar su ayuda. Hoy en día, la definición de padre que tengo es completamente diferente. Para mí, un padre es una persona que se oculta tras una máscara de bondad para tapar la dolorosa y monstruosa verdad.


— Llamarte padre sería como llamarte monstruo. Teniendo en cuenta mi definición de esa palabra.

— Yo… —murmura — Solo quería que supieses que me alegra tenerte aquí y que puedes quedarte todo el tiempo que quieras. Si me lo permites, me gustaría cuidar de ti y poder disfrutar de momentos que me perdí al verme privado de la verdad.


Avanza hacia mí, deteniéndose a unos pasos de distancia, y me dedica una mirada que parece pedir permiso. Suplicar permiso. Veo el debate que experimenta, cómo intenta decidirse entre acercarse o quedarse donde está. Y, cuando al fin se decide, da un paso al frente y yo retrocedo.

En su rostro se forma una mueca de dolor al ver cómo me alejo de él y, aunque me cause cierta lastima, no hago nada al respecto. Porque he aprendido a no confiar en los hombres. Una lección que debo agradecer a aquel que se aprovechó de la inocencia y vulnerabilidad de una niña, aquel que no le importó que fuese su familia, aquel que no pensó en el daño irreparable que causaría.


— Te quiero, hija.


Me quedo helada al oír esas tres palabras, que se clavan como dagas en mi corazón. Inevitablemente, las lágrimas nublan mi vista y me veo en la necesidad de parpadear repetidas veces para apartarlas.

Esas palabras se sienten tan bien. Se sienten sinceras, verdaderas. Pero no puedo permitirme volver a cometer el mismo error, no puedo confiar en nadie.


●●●


Siento la mirada de Gian en mí mientras desayunamos. No ha apartado los ojos de mí, parece querer llamar mi atención pero me limito a ignorarlo. No soy idiota, sé perfectamente cuáles fueron sus intenciones cuando estábamos bailando en la sala del trono. Él intentó besarme. Estuvo a punto de hacerlo.

Creo que estaba tan concentrada en mi venganza que no pude darme cuenta de los sentimientos de Gian hacia mí. No tengo idea de si está perdidamente enamorado de mí, pero sí sé que siente cosas por mí. Y eso no es bueno. No es para nada bueno.

Más tarde, cuando terminamos de desayunar, abandono la mesa para dirigirme a los aposentos. Sin embargo, me detengo en medio del pasillo al oír la voz de Gian llamándome.


— ¿Podemos hablar?


Cierro los ojos con fuerza durante unos pocos segundos. Ya puedo imaginar de qué va esta conversación. Aún así, asiento con la cabeza.


— Claro.

— Yo… quiero hablar contigo sobre lo que ocurrió en el palacio. —dice con nerviosismo.

— Gian, no…

— Estoy enamorado de ti, Ivy —suelta de pronto —.Cuando menos lo esperaba te conocí y me enamoré de ti sin poder evitarlo. Lo quiera o no, no puedo dejar de pensarte.

Permanezco en silencio. Gian no obtiene reacción alguna de mi parte, simplemente me limito a mirarlo y no decir ni una sola palabra. Porque ¿qué podría decirle? ¿Cuáles son las palabras correctas a utilizar cuando quieres rechazar a alguien pero no pretendes romper su corazón?

El amor no siempre es correspondido. Hay veces en la vida en las que tenemos sentimientos por una persona pero a ella no le ocurre lo mismo, y duele, pero es la realidad y no puede cambiarse. No voy a mentirle a Gian ni tampoco voy a crearle falsas ilusiones. Siempre es mejor decir la verdad, aunque sea dolorosa, aunque te haga pedazos, siempre elige la verdad.


— ¿No dirás nada? —inquiere y luego esboza una sonrisa triste — Mis sentimientos no son correspondidos ¿Cierto?


Asiento con la cabeza y la desilusión se refleja en su rostro. Es tan fácil romper un corazón, y tan difícil repararlo.


— ¿No tengo ninguna oportunidad? ¿No puedo intentar enamorarte?

— No sería justo para ti que te mintiese o te generase falsas ilusiones —respondo —. Brais es todo para mí. Siempre será el amor de mi vida y dudo mucho que pueda olvidarlo, no dejaré que intentes ayudarme a hacerlo, porque es algo imposible. No quiero romper tu corazón con mentiras, Gian.


Pasa las manos por su cabello con frustración y retrocede algunos pasos. Una mala sensación me invade, no quiero causarle daño. No quiero hacerlo. Pero no puedo fingir que lo amo o siento cosas por él cuando en realidad no es así. Todos siempre hablan de lo doloroso que es que te rompan el corazón, pero poco se habla del dolor que siente quién debe romper ese corazón. No es nada divertido ver la desilusión y tristeza en el rostro de esa persona al oír tus palabras de rechazo. Es triste que te rompan el corazón, y también es triste romper un corazón.


— Haz lo que quieras. Rompe mi corazón mil veces, puedes hacer lo que quieras con él. De todos modos, te pertenece a ti.


Y entonces se marcha, dejándome sola en medio del pasillo. El corazón es tan frágil que bastan algunas palabras - tales como "no siento lo mismo que tú" - para romperlo. Y su fragilidad vuelve a mostrarse cuando, intentando arreglarlo, solo logras romperlo en más pedazos.

Auch, pobre Gian :'(

¿Alguna vez tuvieron un amor no correspondido? Cuénteme el chismesito

Acá las afortunadas que tuvieron un amor correspondido (A ver cuantas hay con buena suerte)


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro