Revelaciones
El pilar del agua y Kamado Tanjiro habían recorrido el trecho que separa Sawara del lugar del incidente en menos de medio día, cuando llegaron a la pequeña villa ambos estaban exhaustos. Tanjiro aconsejó que comieran, con una mirada llena de determinación y Giyuu quiso sonreír, Kyojuro siempre hacia lo mismo, pero naturalmente, siendo su tsuguko, al chico se le iban a pegar sus manierismos. Almorzaron rápidamente y fueron a la "escena del crimen", no quedaba mucho, los kakushi se habían encargado de limpiar todo perfectamente. Así que solo les quedaba hablar con la gente del lugar.
Para bien o para mal, los lugareños implicados recordaban a Tanjiro, y no solo por haberlos ayudado, sino porque era el que traía un demonio a sus espaldas, después de conversar un rato una mujer les indicó donde podría encontrarse el hombre al que Nezuko había atacado.
Luego de dar varias vueltas y de tocar a la puerta equivocada un par de ocasiones, dieron con la casa del sujeto. Era una pequeña construcción en la periferia del pueblo. Al llamar a la puerta salió a recibirlos un hombre enjuto y desgarbado, con una mirada un poco demasiado brillante.
- Oh, bienvenidos, - dijo el hombre mirando a los dos cazadores apreciativamente, se fijó bien en Tanjiro y entonces exclamó:
- ¡A ti te reconozco! ¡Nos salvaste a todos! ¡Incluso cuando el otro demonio salió a devorarme lo detuviste!
Tanjiro bajó los ojos, apenado.
-Sobre eso... ¡Lo siento mucho! ¡No sabía que pasaría! ¡Discúlpeme por favor! - dijo haciendo una reverencia.
El hombre se echó a reir tranquilamente.
-Tranquilo jovencito, ¡no tengo ninguna herida! ¡Me salvaste dos veces! ¡Si era eso lo que te preocupaba, no tenías que venir para disculparte!
Dijeron sus respectivos nombres y el sujeto les invitó a pasar.
Tanjiro sonrió rascándose la cabeza. Esa persona, Takamoto, olía muy fuertemente a hierbas aromáticas y a medicina, pero debajo de aquello había algo que le ponía los vellos de la nuca en punta. Algo en aquel aparentemente tranquilo lugar. Igual no parecía haber nada sospechoso, la morada era bastante humilde y se veía muy limpia.
Tomioka no había abierto la boca en todo el rato y observaba todo con su penetrante mirada azul.
El hombre les agradeció nuevamente por haberlo salvado y les presentó a su hija, Hina, la jovencita apareció cargando una cesta, hizo una pequeña reverencia, y se retiró a donde Tanjiro supuso gracias a su olfato que quedaba la cocina, un rato después apareció con una bandeja y les sirvió té a los tres. Ambos cazadores le agradecieron.
Tanjiro y Tomioka bebieron su té. Estaba un poco soso, pero Tanjiro no olía nada fuera de las hierbas de las que estaba hecho.
Siguieron hablando un rato más, bueno, Tanjiro y el hombre, porque el pilar del agua solo miraba aun punto indefinido en la pared, tras un rato ambos cazadores empezaron a cabecear, el sueño los invadía poco a poco, su anfitrión no parecía para nada afectado y continuaba charlando como si nada, el pilar del agua quería decir algo, pero en aquellos momentos solo le venía a la mente un nombre, alguien a quien quería ver, ¿por qué querría verlo ahora? Este hombre frente a ellos le recordaba vagamente a alguien, pero no lograba discernir a quien, seguramente Kyojuro lo sabría, Kyojuro... ¿cómo estaría ahora el pilar de las llamas? Probablemente bien, en la sede nunca podrían ser estrictos con su mejor pilar. Probablemente su castigo sería unos días en "arresto domiciliario". Igual quería hablar con él, él de seguro recordaría a este hombre que los había dejado entrar a su hogar... después de todo Rengoku Kyojuro era perfecto, mientras que él ni siquiera podía asegurar haber visto a este sujeto... ¿por qué diablos tenía tanto sueño? Su mente parecía concentrarse en cosas triviales ahora, como el dorado y rojo de las hojas de arce que podía vislumbrar a través de la ventana de la pequeña vivienda, le recordaban a su primer encuentro con Rengoku.
La primera vez que vio a Kyojuro, fue en una de las reuniones de los pilares, el joven había venido en representación de su padre, el Pilar de la Llama hasta ese momento. En aquel entonces le pareció un tipo bastante raro, con demasiado entusiasmo y demasiadas ganas de ser un pilar. Fue gracioso verlo parar todos los ataques de Shinazugawa, para decirle al final que jamás lo golpearía, porque "iba contra las reglas", la cara del pilar del viento fue todo un poema. Casi, casi le saca una sonrisa a Giyuu, pero no, ese no era sitio para esas cosas. Era una reunión seria, una reunión a la que él no debería haber sido invitado en primer lugar, si alguien merecía ser un Pilar era el joven Rengoku, allí frente a ellos.
De ahí en adelante la vida siguió su curso, naturalmente Rengoku fue nombrado pilar luego de su misión, y para sorpresa de nadie se ganó la amistad de todos los demás que componían su pequeño grupo. Kyojuro incluso no dejaba de intentar hacerse amigo de Tomioka, siempre le hablaba, lo invitaba a comer y a las pequeñas reuniones con los otros pilares que hacían de vez en cuando, Tomioka sabía muy bien que un fraude como él no merecía la atención de una persona como Rengoku, que el pilar de la llama lo considerara alguien de confianza le bastaba. Igual le molestaban sus costumbres de saltar frente al peligro con poco resguardo de su propia vida, incluso si el peligro era dirigido a alguien como Tomioka.
El pilar del agua quería concentrarse en la misión que tenían delante, por supuesto su rostro no demostraba ninguna emoción, su resolución no flaquearía, pero no era lo mismo para su corazón... Kyojuro ... Kyojuro no dejaba de atormentarlo, no había dejado de atormentarlo desde que casi lo declaran muerto. Desde que imaginó un mundo sin la tibia sonrisa y la alegría del pilar de las llamas.
Rengoku Kyojuro había vuelto, envuelto en vendas y con más de la mitad de su sangre drenada de su cuerpo. Por un momento lo declararon muerto. Y Giyuu solo había podido mirar adelante, el hielo que poco a poco había derretido Rengoku con su amabilidad volvía como una gélida avalancha entumeciendo sus huesos. Congelándolo todo, y Giyuu recordó a Sabito que había sido como su hermano, y a su propia hermana, Tsutako, siempre eran ellos, los más amables y brillantes los que morían primero, debió suponer que Kyojuro tampoco viviría mucho...
Por suerte Kyojuro era bastante terco, tanto así que logró sobrevivir y volver a empuñar su espada, a Giyuu le había dolido mucho verlo los primeros meses luego de que abriera los ojos, el pilar de la llama apenas podía caminar por su habitación sin romper en ataques de tos, y a veces tropezarse con objetos pues con la mitad de su campo de visión eliminado no podía hacer mucho más.
Aun así, cuando salieron a dar un paseo y el poblado donde estaban fue atacado por un demonio, aquel hombre había saltado en frente del golpe que iba dirigido a Tomioka, si el pilar del agua hubiera sido un segundo más lento al reaccionar, Kyojuro hubiera terminado destrozado.
- Lo siento Tomioka - dijo Rengoku sosteniendo su brazo herido - actué sin pensar.
- Tienes razón, actuaste sin pensar ¡Pudiste haber muerto!
Kyojuro bajó la cabeza,
- Lo lamento.
- Ni siquiera puedes sostener una espada, y menos mantener la respiración de concentración total, en estos momentos eres completamente inútil, así que...- Tomioka dejo de hablar al ver el rostro de su amigo, el pilar herido tenía los ojos como platos y su boca se había abierto quizás para intentar decir algo más antes de que el pilar del agua perdiera los estribos.
Kyojuro enseguida cambio de expresión, le sonrió y ocultó el brazo lastimado detrás de su espalda, como intentando que Tomioka no lo viera.
- ¡Tienes razón Tomioka! ¡En estos momentos soy completamente inútil! ¡Te pido disculpas! - le dijo haciendo una profunda reverencia.
El pilar del agua se quedó sin palabras, estaba molesto sí, pero igualmente no debió decir cosas tan hirientes como aquellas, además ¿que era ese comportamiento de ahora? Giyuu nunca perdía los estribos, nunca, él era como la tranquila superficie de un lago ultramontano, nada perturbaba su calma, pero lo que acababa de suceder, por primera vez en su vida Giyuu Tomioka quiso golpear a uno de sus compañeros.
- ¡Me iré a casa ahora! - continuó Kyojuro - ¡muchas gracias por acompañarme a pesar de estar ocupado! ¡Te prometo que la próxima vez que nos veamos no seré una carga para ti!
Realmente no estaban muy lejos de donde el pilar de la llama tenía su residencia, y Tomioka solo había pasado por allí de vuelta de una misión. Kyojuro lo había arrastrado prácticamente al festival que estaba celebrándose en esos momentos, con el pretexto de comer algo. Giyuu había sido un idiota al dejarse llevar. Pero no más idiota que el hombre frente a él. El tonto que ahora se había perdido al doblar la esquina, entre la multitud que asistía al festival. Ahí se iba una de las pocas personas que intentaban entablar una conversación con él, daba por hecho que luego de decirle algo así Rengoku nunca más le dirigiría la palabra. Cabizbajo se encaminó a su mansión, que luego de haber pasado un rato en la cálida compañía de un amable pilar de las llamas se sentía extremadamente fría y vacía ahora.
La próxima vez que se vieron, fue medio año después, y ya Kyojuro estaba curado, al menos todo lo curado que podría estar. Al final de la reunión convocada por Ubuyashiki, Rengoku, para su sorpresa lo llamó, y le pidió permiso para visitarlo y llevar a sus discípulos también, Tomioka debió haberse negado, pero el pilar de las llamas se veía tan nervioso cuando le preguntó, y su cara se iluminó como el sol de verano cuando el pilar del agua le dio su consentimiento, que realmente había que ser muy cruel para negarle algo.
De repente Tomioka, que siempre había creído que pasaría toda su vida en soledad se vio rodeado de cálidas sonrisas y agradables veladas, comida caliente, y gente que trataba de meterse en el vacío total que era su vida. Hasta Kocho le había dicho divertida que ya no parecía estar tan "constipado como antes". Él que no pudo aguantarse le había comentado que ella "seguía siendo igual de irritante como siempre, como un pequeño abejorro zumbando en los oídos de la gente todo el día". Shinobu casi lo pincha con su katana.
La nueva "cosa" en su vida, se llamaba Rengoku Kyojuro, y venía en la forma de un perfecto pilar de las llamas que no paraba de insistirle para ir a comer juntos o tener otro tipo de "citas entre compañeros pilares", ¿a cuantos compañeros invitaba Kyojuro? ah, pues al parecer a todos, según lo que les había sacado a los tsugukos, que ahora se quedaban también a pasar la noche a su casa. Aún le molestaba que Rengoku le hubiera robado al sucesor, pero bueno, se le perdonaba porque él nunca le dijo a Tanjiro que lo tomaría como aprendiz. Culpa suya, como siempre, por ser tan "hablador".
Ah, tenía sueño, de hecho, sentía que había caído al suelo, pero todo le resultaba tan distante, seguramente Rengoku se estaría riendo de él, no notó nada extraño en el hombre, ni en su casa, ni en su hija, pero algo le decía que debía tener cuidado, aun ante el sueño que claramente lo estaba venciendo, él reguló su respiración, y oyó al hombre hablar con su hija.
- Hina chan, debes irte ahora, papá tiene que resolver este asunto...
No oyó la respuesta de la niña, pero supuso que debió haberse ido porque sus pasos se escucharon cada vez mas lejanos hasta que dejó de oírlos.
Sintió al sujeto rebuscar entre sus cosas, se oía muy nervioso, asustado incluso.
- Eres el pilar del agua, lo siento, no debiste venir aquí... ese niño tampoco, es una lástima que muera tan joven... lo siento mucho, en verdad lo siento, pero no puedo dejarlos con vida.
Ajeno a todo lo que cruzaba por la mente del pilar en esos momentos el hombre levantó su daga, quería acabar con aquel cazador lo más rápido posible. Era prácticamente un regalo del destino que una de las personas que buscaba su aliado se le presentara en bandeja de plata. Los planes de aquella persona por fin estaban dando frutos. Apuntó directo al corazón y descargó el golpe.
•••
Tanjiro se despertó de repente, solo para ver como el pilar junto a él desarmaba con facilidad a su anfitrión y lo inmovilizaba.
- Ahora vas a decir que es todo eso de que no puedes dejarnos con vida...- dijo monótonamente Tomioka, haciendo presión en el brazo del sujeto - hay algo muy extraño en todo esto y tu cara me parece familiar.
- ¡Tomioka san! ¿Estas bien?
El mayor de los dos asintió con la cabeza sin soltar al atacante.
Tanjiro estaba muy agradecido por todo su arduo entrenamiento, aquello que circulaba por su sangre no era veneno, ni un tranquilizante como los que inyectaba Kocho para dormir a un paciente durante las cirugías, esto era una droga demasiado suave, pero efectiva, tanto que en cualquier otra ocasión podría haber confundido su sueño con la respuesta natural de su cuerpo a estar varios días sin dormir más que un par de horas.
Miró al hombre que su compañero sujetaba, claramente había querido matarlos a ambos.
- Takamoto san, ¿tiene algún rencor contra el cuerpo de cazadores?
- ¿Rencor dices? ¡Han pasado varios años ya y aún no puedo borrar sus caras de mi cabeza!
- Creo que recuerdo,- lo miró pensativo Tomioka - no fue en este pueblo, sino en el sur de Tokio, una serie de desapariciones, tú eras uno de los testigos.
Tanjiro pareció comprender, aquel hombre probablemente había tenido que ver a alguien querido ser convertido en demonio.
- Lo siento mucho - dijo .
Takamoto se giró hacia él como si lo hubieran quemado.
- ¡No me mires con esa cara niño! ¿Qué sabrás tu? Tu esposa no se convirtió en demonio para luego ser asesinada por los cazadores - espetó con rabia - ambos son aberraciones de la naturaleza. ¡No puedo perdonarlos!
- ¿Entonces porque no vas y cazas demonios por tu cuenta? - dijo Tomioka fríamente - no, vas e intentas matar a dos humanos, incluso a este niño que arriesgó su vida por la tuya.
El hombre en el suelo sollozaba ahora y los miraba con rabia.
- Alguien débil como yo jamás podría acabar con los demonios, es por eso que Tadashi san lo hará por mi, por nosotros, que lo hemos perdido todo.
Los ojos del pilar del agua se entrecerraron peligrosamente, Tanjiro pudo adivinar en el profundo azul, que se avecinaba una tormenta.
- ¡Que lo has perdido todo dices! - Tomioka casi le parte el brazo - ¡al menos tu hija está viva!
El hombre abrió mucho los ojos, y Tanjiro suspiró.
- ¡Por favor no hagan daño a mi padre! - una voz los sorprendió a los tres. La hija de Shizuka los observaba desde el umbral - todo fue idea de Tadashi san, padre tiene las cartas que le envió.
- ¡Hina!
- ¡Padre! ¡Piensas que estás haciendo lo correcto, pero no es así! ¡Madre no hubiera querido nada de esto! - gritó.
•••
Cuando se calmaron un poco los ánimos se sentaron los cuatro, alrededor de una mesa baja en el medio de la habitación, Takamoto parecía haber perdido todo su espíritu de lucha y miraba sus manos, cabizbajo.
- Tadashi san fue convertido en un demonio, alguien lo ayudó a recuperar su consciencia, pero no me dijo quien, solo que también se ocuparía de esa persona luego. Su técnica de sangre le permite parasitar a un hospedero sin matarlo, el infectado no lo sabrá hasta que él quiera tomar el control del cuerpo, - dijo monótonamente como respuesta a la pregunta del pilar del agua sobre su aliado - él quería destrozar al cuerpo de cazadores de demonios, así que dijo que tendría que conseguir el cuerpo de una figura de autoridad.
- Un pilar probablemente - dijo Tanjiro. Tomioka asintió. Les preocupaba esa situación, ¿qué pilar podría ser su objetivo?
- ¿Dijiste que yo era uno de los objetivos del demonio? ¿Sabes por qué?
El hombre negó con la cabeza
- Solo dijo que te odiaba, y que eras culpable de todo.
Tomioka asintió. Era algo que debía haber esperado.
- Aun no entiendo por qué Nezuko lo atacaría, - dijo Tanjiro, su hermana estaba ahora frente al hombre y no había salido de la caja - ella solo ataca a demonios.
Takamoto suspiró con pesadez.
- Tadashi san debía poseer un cuerpo con el que infiltrarse en la organización, realmente todo sucedió por casualidad, el ataque a esta villa, quiero decir, pero Tadashi y yo fuimos al lugar...
-Pero entonces Nezuko habría atacado al demonio y no...- Tanjiro abrió los ojos - estaba dentro de usted.
Takamoto asintió. Su hija lo miraba con desaprobación, pero no dijo nada.
- ¿A quién infectó luego Tadashi? - preguntó el pilar del agua sin rodeos.
-No lo sé, era una de las personas enmascaradas que nos atendió.
Los dos cazadores se miraron en claro entendimiento. Sería como buscar una aguja en un pajar. Ni siquiera los pilares tenían conocimiento de la identidad de los kakushi, a esta hora lo más probable es que el demonio de nombre Tadashi estuviera ya en una posición elevada dentro del Cuerpo de Cazadores.
- Takamoto san, no puedo perdonar sus acciones, aunque en parte entiendo por qué se comportó de esa manera, la pena y el dolor nos hace muchas veces tomar caminos que nos parecerían imposibles en otro tiempo, sin embargo, hasta ahora parece que nadie ha resultado herido y no es demasiado tarde para usted. Realmente espero poder contar con su ayuda como testigo cuando llegue el momento - habló firmemente el cazador pelirrojo, se puso de pie seguido por el pilar del agua.
Hina hizo una inclinación y les entregó el resto de la correspondencia que su padre había mantenido con el tal Tadashi.
- Quizás encuentren información útil. Mi padre y yo testificaremos sobre lo ocurrido, no se preocupen.
- ¡Muchas gracias! - respondió Tanjiro.
Tomioka asintió con la cabeza.
Fuera de la residencia Giyuu no pudo evitar mirar a Tanjiro fijamente.
-Te estas pareciendo mas a tu maestro cada día - no pudo evitar comentar.
- ¿Eso crees Tomioka san? - dijo el más joven, sus mejillas se habían puesto de un gracioso color rojo y miraba al pilar como si le hubieran dicho que ya había derrotado a Muzan y ahora ocuparía el puesto del emperador.
Tomioka casi sonríe.
- Tanjiro, el único pilar al que el demonio no se acercaría sería a Kocho - Tanjiro asintió, el lugar estaba repleto de Glicinias por doquier, la misma Shinobu desprendía siempre un fuerte aroma a esas flores, por muy humanizado que estuviera el demonio, estar en constante cercanía al veneno de glicinias sería como mínimo muy molesto.
- Entonces ¿deberíamos reunirnos con Kocho san?
- Si, también deberíamos reunirnos con Urokodaki y los otros y compartir lo que hemos descubierto. Envía a Matsuemon con un mensaje. Nos reuniremos cuanto antes en Hakone. Está cerca de la mansión de Kocho pero aun no está dentro de su territorio.
- ¡Entendido Tomioka san!
Debian apresurarse, por suerte el día había sido fructífero y no habían vuelto con las manos vacías, aun así, descubrir a la persona infectada sería realmente difícil. Y si era uno de los pilares...
Se pusieron en nuevamente en marcha, tenían límite de tiempo después de todo.
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