Determinación
Tanjiro estaba tirado en el suelo, no sabía que hacer ahora, cómo la situación había escalado a tanto no lo sabía. Inusuke y Zenitsu estaban buscando algo de comida, y Nezuko dormía en su caja.
Nezuko había atacado a una persona, por suerte no lo había matado ni bebido su sangre, ¿por qué lo había hecho?
El joven cazador se jalaba los cabellos, qué harían ahora, otros cazadores habían visto cuando sucedió, la sede se enteraría. De hecho, estaba seguro de qué para esa hora, todo el mundo sabría que Nezuko había atacado a un humano. Vendrían a por ellos, estaba seguro. Urokodaki san, Tomioka san y él mismo serían llamados a responder con sus vidas. Nezuko también sería ejecutada sin lugar a dudas.
Se cubrió los ojos con ambas manos, lo sentía mucho, él en verdad lo sentía mucho, no había podido evitar que Nezuko lastimara a una persona, él debería ser el único responsable. Urokodaki que lo había aceptado y cuidado de ellos en los dos años que estuvieron bajo su tutela, Tomioka, que los había perdonado y encaminado en su misión de salvar a su hermana, a ambos... los había arrastrado. Todo por haber confiado en él.
Apretó los dientes con rabia, Rengoku san... ¿qué estaría pensando el Pilar de las Llamas? ¿Se sentiría traicionado? ¿Lo detestaría? Su maestro los había recibido a los cuatro con los brazos abiertos luego de lo sucedido en el tren infinito, les había abierto las puertas de su hogar y de su corazón, Tanjiro se sentía en casa junto a Rengoku y sus amigos, ahora no tendría nada de eso. Probablemente Inusuke y Zenitsu a quienes consideraba sus hermanos serían castigados también. No pudo evitar las lágrimas que se le escaparon.
- ¡Maldición! - dijo apretando los dientes.
•••
Cuando Zenitsu e Inusuke volvieron, él ya se había calmado bastante. El joven de haori amarillo lo miraba preocupado. Se acercó a él y puso una mano sobre su hombro.
-¿Que haremos ahora Tanjiro? - le preguntó, su amigo se veía bastante mal, no era para menos.
- No lo sé - le respondió el otro, cabizbajo.
Inusuke también estaba un poco perdido, que la subordinada número tres atacara a un humano lo había descolocado bastante. ¡La misión ni siquiera había sido tan difícil! Se habían encontrado con otros cazadores a los que habían rescatado al igual que a los civiles, habían mejorado tanto que no perdieron a nadie en la pelea y despacharon al demonio fácilmente, pero entonces Nezuko había salido de su caja y ¡atacado a uno de los civiles! ¿Qué diablos había pasado?
Se sentaron los tres, alrededor del fuego, comiendo con desgano. Todos sabían que la decisión estaba en manos de Tanjiro. Por supuesto el muchacho sabía que debía entregarse, era lo correcto, lo había prometido, pero antes quería saber el por qué su hermana había hecho eso. Si solo era porque había sucumbido a sus instintos de demonio, él mismo la expondría al sol por mucho que aquello le doliese, luego se quitaría la vida.
Un aleteo los sorprendió.
Ante ellos descendió el cuervo que reconocieron como Kaname, ¿qué hacía el cuervo de su maestro allí?
-¡Reúnanse con Tomioka Giyuu en Sawara al amanecer! Caw, ¡Sawara!
Los tres chicos miraron al cuervo, Kaname se posó dignamente en un tronco junto a ellos sacudiendo sus plumas.
Tanjiro sintió como si un enorme peso le hubiese sido levantado. Si Kaname estaba allí, eso quería decir que Kyojuro no había perdido la fe en ellos, además, que Tomioka también los estuviera esperando le aliviaba, eso significa que no los habían hecho cometer seppuku todavía. Ahora sabía que deberían llegar al fondo de aquel asunto, sus ojos brillaron con determinación.
-¡Iremos enseguida! - dijo el mayor de los hermanos Kamado.
Los otros dos asintieron más animados al ver a su amigo con la confianza de antes.
Los jóvenes cazadores descansaron un poco y luego se dirigieron al punto de encuentro. El Pilar del Agua los ayudaría a resolver ese enredo.
•••
Llegaron a Sawara antes del amanecer, Kaname los guio hacia una choza en las afueras del poblado, allí los esperaban los dos usuarios de la respiración del agua. Maestro y discípulo estaban sentados formalmente y ninguno pronunciaba palabra alguna. La atmosfera allí era tan cargada que Zenitsu se escondió detrás de los otros dos muchachos, hasta Inusuke sentía la tensión.
Tanjiro se adelantó, se arrodilló frente a ellos e hizo una profunda reverencia, su frente tocando el suelo.
-Tomioka san, Urokodaki san, lamento mucho lo sucedido. - dijo sin levantar la cabeza.
- ¿Trajiste a tu hermana? ¿Puedes hacer que salga? - el anciano ni siquiera se dignó a mirar en su dirección.
- Sí. No debería haber problema.
El mayor de los Kamado se levantó y se acercó a la caja que en esos momentos sostenía el usuario de la respiración del rayo. Tocó la puerta suavemente invitando a su hermana menor a salir. Tomó varios intentos y ya Tomioka Giyuu se estaba desesperando, pero al final la pequeña demonio salió de su escondite.
Sin esperar un segundo el antiguo pilar del agua se hizo un corte en su muñeca. La chica apenas reaccionó. De hecho, se movió por la habitación buscando algo, cuando encontró un paño limpio, corrió a donde estaba el mayor de todos los presentes y lo colocó sobre la herida, para luego darle unas palmaditas. Tomioka, que había estado preparado para actuar ante un posible ataque, retiró su mano de la empuñadura de su espada.
-¿Como es posible?
Los otros allí reunidos se miraron con la incertidumbre plantada firmemente en sus rostros.
Para comprobarlo por segunda vez, el pilar del agua también se hizo una pequeña herida y le ofreció su sangre a la jovencita, la reacción obtenida fue prácticamente la misma.
¿Qué?
-¿Quizás esa persona era un marechi? - preguntó Giyuu.
- No tenía ninguna herida - dijo Zenitsu negando con la cabeza.
- Además, la hermana de Kompanchiro solo atacó a ese tipo, solo a él. - añadió Inusuke - si quisiera comida, había más gente en aquel lugar, ¡algunos soltaban bastante sangre!
- ¡Es cierto! - concordó Tanjiro - por eso se me hace tan difícil creer que lo hizo, Nezuko ni siquiera había peleado. No estaba herida, ¡solo salió y atacó a esa persona!
Urokodaki cruzó los brazos sobre el pecho, pensativo, Tomioka parecía sumergido en sus propios pensamientos.
Nezuko bostezó y regresó a su caja, fuera de la choza el sol se levantaba y los habitantes del lugar salían a realizar sus respectivas actividades.
-Por qué no cuentan que sucedió desde el principio - dijo casi inaudiblemente el pilar de haori disparejo. - Luego podremos ver que curso de acción sería mejor tomar.
•••
Al final determinaron volver al lugar donde habían realizado la misión, y de ser posible contactar con la persona atacada. Algo había hecho que un demonio "inofensivo" como Nezuko atacara a un humano, y aunque ambos usuarios de la respiración del agua no tenían muchas esperanzas, al menos le darían el voto de confianza al chico que era su hermano.
Urokodaki Saokonji había protestado al principio, cuando su antiguo alumno se reunió con él luego de muchos años, no le parecía correcto, se sentía como huir de su responsabilidad, su honor no lo permitiría, Tomioka solo lo convenció diciéndole que solo estarían postergando el castigo por un par de días, todo por el bien de aquellos dos niños.
Decidieron dividir sus fuerzas, Tomioka y el joven Kamado irían a visitar a la persona que atacara Nezuko, verían de paso si estar en su presencia desataba alguna reacción en la demonio, Urokodaki y los otros dos cazadores hablarían con los otros miembros de la cofradía que habían estado allí ese día, quizás en todo el ajetreo se les había pasado algo por alto.
Salieron de la choza, Tanjiro estaba contento con el plan, al menos Tomioka lo acompañaría. Por el otro lado, Zenitsu e Inusuke charlaban con el cultivador del aliento del agua, discutiendo que dirección tomar.
-¡Mensaje! ¡Mensaje Caw! - un cuervo kasugai apareció portando un pequeño pergamino atado a una de sus patas, ¿cómo los había encontrado? - ¡Mensaje para el pilar del agua Tomioka Giyuu, Urokodaki Saokonji, Kamado Tanjiro! ¡mensaje Caw!
El ave se posó sobre la cabeza de Zenitsu, que miró a su alrededor exasperado, ¡ni siquiera Chuntaro era tan descarado! Tomioka se acercó y le desanudó el mensaje. Lo leyó inexpresivamente y se lo pasó a su maestro, este terminó con él, sus hombros alzándose, pero más que eso no dijo nada, y le extendió el papel al joven Kamado. El chico abrió mucho los ojos, ¿por qué? Apretó el trozo de papel entre sus manos, buscando con la mirada la del pilar del agua, este lo miró sin inmutarse.
-Mejor resolvemos este asunto cuanto antes - dijo el anciano - ahora tenemos límite de tiempo.
Tanjiro abrió la boca para decir algo, pero la cerró en seguida, apretando los puños.
Una fría mano se posó en su hombro.
Levantó la mirada para encontrarse el rostro inexpresivo y la mirada vacía de Tomioka Giyuu.
- Rengoku nunca ha desobedecido una orden, hasta ayer. Fue su decisión. Estamos aquí porque él me pidió que los buscara para solucionar este asunto. - dijo Tomioka. Ni su voz ni su expresión traicionaban lo que realmente sentía. Kyojuro de verdad era un descerebrado.
Tanjiro tenía el ceño fruncido y los labios apretados y susurró para sí algo, nadie excepto Zenitsu lo escuchó y este levantó la vista hacia él y asintió con la cabeza.
Tanjiro se decidió por completo en aquel momento, ya no podía dudar de su cometido, su maestro le estaba confiando esa misión, no podía defraudarlo, no cuando había puesto nuevamente su vida en la línea por ellos.
- ¡Bien, entonces vamos! ¡Gracias por su apoyo Tomioka san! - dijo haciendo una pequeña inclinación ante el pilar.
Los otros muchachos se mostraron de acuerdo, Zenitsu asintiendo con la cabeza e Inusuke levantando los puños, si Rengoku hubiera estado con ellos estarían gritando ¡Wasshoi! animadamente...
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