8.- Celos
Alice llega bien tarde en la noche, pero no tengo energía como para responder a sus preguntas.
Cuando despierto a las 5:00 am, ella ni se da por enterada. Mientras me siento a desayunar pienso en varias cosas: la primera; Vali no tiene dinero o un auto para recorrer las calles de Los Ángeles, aunque imagino que no debe saber conducir, y la segunda; no tiene llaves del apartamento.
Busco un papel, le dejo una nota y le apunto la dirección. Le dejo también una copia de las llaves del apartamento y dinero para que se pueda mover por la ciudad. También le apunto mi número de celular por si me necesita.
El hospital está bien tranquilo para la hora que llego. Al parecer ha sido una noche bastante relajada. Me estoy comenzando a cambiar de ropa cuando alguien toca a la puerta. Extraño, usualmente nadie toca. Es un vestidor mixto, todos estamos acostumbrados a cambiarnos juntos. Al abrir, me encuentro con John.
—Hola—me dice en tono dulce y brindándome una leve sonrisa mientras asoma su rostro por la puerta.
—Hola—le devuelvo el saludo mientras regreso a mi taquilla a terminar de vestirme.
Me deshago de la blusa y me coloco la parte superior del piyama. La puerta se ha cerrado nuevamente y sé que él ha entrado y no deja de mirarme, puedo sentir su mirada clavada en mi espalda. Pero tampoco ha hablado o dicho nada. Y yo no seré quien comience a entablar la conversación. Me cuelgo el estetoscopio sobre los hombros me giro hacia él. Y me llevo una sorpresa.
—Por favor, perdóname—murmura mientras me tiende una bolsa de regalo y una rosa roja.
Alice se morirá de la risa cuando le cuente. Es que todos los hombres son iguales, creen que, con rosas y chocolates, todo se soluciona. Le quito la bolsa y la rosa de sus manos y la guardo en la taquilla.
—Lo pensaré—murmuro mientras me acerco y le doy un beso en la mejilla—. Si te portas bien quizás podamos retomar la cena mañana en la noche—le digo guiñándole un ojo.
—Intentaré no volver a ser un imbécil celoso—responde con una sonrisa mientras salimos rumbo al comienzo del turno de guardia.
***
—Entonces, ¿pensaste si vas a perdonarme? —me pregunta mientras salimos caminando de la guardia al día siguiente.
Aún está oscuro y en lo único que puedo pensar es en una cama caliente.
—Prepara algo para cenar y ven a preguntarme de nuevo a las 7:00 pm—le grito mientras me subo a mi auto.
Sonrío mientras pienso en John cocinando para mi esta noche. En verdad no me lo puedo imaginar, pero espero que se esfuerce para que lo perdone. John me gusta y en verdad quisiera que lo nuestro funcionara.
Entro al apartamento y dejo las llaves en la mesita mientras cierro la puerta y camino de forma mecánica hacia la habitación. Mis ojos se cierran solos así que es una suerte que mi cuerpo conozca el camino que debe hacer hacia la cama. Me quedo en ropa interior y me meto a la cama. Mi cuerpo no necesita tantas horas de sueño para recuperarse, unas horas de descanso y estaré como nueva.
***
Huele delicioso, a cacao, madera y tierra mojada. Mis olores favoritos en el mundo entero. Abro los ojos y su rostro hermoso está pegado al mío. Tiene los ojos cerrados. Sonrío mientras niego con mi cabeza. Veo que no puedo deshacerme de él ni siquiera en mis sueños, pero ya estaba advertida. Mi cuerpo está enredado con el suyo y siento calor por todas partes. Subo una mano y acaricio su barba que envía una deliciosa corriente por todo mi cuerpo.
—Deberías salir de mis sueños—murmuro mientras pego mi nariz a la suya—. Pero al mismo tiempo, no quiero que lo hagas.
Hace mucho tiempo que no tengo este tipo de sueños tan vividos, así que pienso aprovecharlo hasta que me despierte. Él abre los ojos y me mira soñoliento, pero con una leve sonrisa.
—Brenda—sujeta mi mano y la aparta de su rostro—. No estás soñando.
Sus palabras son como un balde de agua helada que acaba de caer sobre mí. Sin embargo, no puedo moverme de donde estoy. Mi cerebro soñoliento se desconectó y no supo ubicar en que habitación debía ir a dormir. Y ahora me encuentro semidesnuda con mis manos y piernas enredadas en él.
—Vali, yo...lo siento mucho. Llegué del trabajo cansada y ni siquiera me percaté que no estoy durmiendo en mi habitación.
—No tienes que disculparte, es tu casa, puedes dormir donde gustes—esta respuesta no la esperaba.
—No puedo dormir aquí, no es correcto—intento zafarme del agarre de sus manos, pero no puedo.
—No te muevas—murmura.
Me quedo mirando sus ojos que me miran con intensidad, pero también miro hacia sus labios que me tientan a probarlos. Los tengo tan cerca y muero por descubrir a qué sabe la boca de un dios.
—Por favor—le imploro en una súplica.
El cierra los ojos como concentrándose en algo. Mueve su rostro deslizando su nariz contra la mía y su barba roza ligeramente mis labios.
—Hueles a flores silvestres y gotas de rocío—susurra antes de dejar escapar un suspiro y soltar mis manos.
A pesar de que mi cuerpo se quiere quedar junto a él me obligo a apartarme de su lado. Me levanto de la cama arrastrando la sábana conmigo para cubrirme y me meto en el baño cerrando la puerta detrás de mí. Me quedo recostada junto a la puerta mirando la 'sabana que sostengo contra mi cuerpo.
«Ni que fuera una adolescente virgen»—suelto la sábana.
No puedo creer que he dormido junto a él.
—Brenda, ¿todo va bien? —me pregunta desde el otro lado.
—¡Sí! —exclamo con la respiración acelerada.
Siento sus pasos del otro lado alejándose y solo entonces vuelvo a respirar con normalidad. No sé qué hora es, pero debe pasar del mediodía. Abro la puerta con cuidado, Vali no está en la habitación. Siento la puerta del frente cerrarse y salgo hacia allí cargando la sábana. Alcanzo a ver un vistazo de su cuerpo mientras se marcha. Me dejo caer en el sofá de la sala. Cierro los ojos y la puerta del frente vuelve a abrirse. Aferro la sábana y me relajo al ver que es Alice. Llega a mi lado y me mira frunciendo el ceño.
—¿Por qué estás semidesnuda aquí en la sala?
—Acabo de despertar—confieso mirándola fijamente.
—¿A qué hora llegaste? —inquiere ahora curiosa.
—A la misma hora de siempre—confieso apartando mi mirada de ella.
—Pero, ¿dónde estabas durmiendo? —no tengo tiempo a responderle pues ella misma abre mucho los ojos y se cubre la boca ante su descubrimiento—¡NO JODAS!
—¡Alice! —la reprendo por su vocabulario.
—Brenda, ¿qué sucedió?
—Nada, solo me acosté como usualmente lo hago y en donde usualmente lo hago—respondo avergonzada por lo sucedido con Vali.
—¡Y que más! ¿¡El que hizo!?
—Nada más. Pensé que estaba en un sueño y el me hizo saber que no era así.
—Espera, ¿desde cuándo sueñas con Vali?
—Desde que salimos al club, tuve una especie de fantasía erótica con él en una luz roja.
—¡Tú también! —ahora la asombrada soy yo—. Tuve un sueño super ardiente esa misma noche, creo que, si le preguntamos a Helen, seguro le sucedió lo mismo.
—Es demasiada coincidencia todo esto, ¿no crees?
Pero yo sé el verdadero motivo de todo lo que ha sucedido. Al parecer Vali es el protagonista de todas las fantasías sexuales de muchas mujeres.
—¿Qué hora es? —murmuro mientras un bostezo escapa de mis labios.
—Más de las 4:00pm
—¡Dios! Debo comenzar a alistarme—doy un salto y corro hacia mi habitación.
—¿A dónde vas? —me grita.
—John vendrá por mi para intentar que lo perdone con una cena en su casa—respondo buscando la ropa de esta noche en el armario.
—¿Entonces lo perdonarás? —me giro hacia ella y la veo parada junto al marco de la puerta.
—Depende de esta noche, ¿como va la exposición?
—Todo está montado y listo para la inauguración el domingo en la noche.
—Ahí estaré entonces, ese momento no me lo puedo perder—coloco un vestido sobre la cama y después busco en las gavetas un conjunto de ropa interior sexy y atrevido.
—Por la ropa, ya has decidido perdonarlo, así que supongo que no regresas esta noche.
Sonrío mientras coloco el conjunto sobre la cama. Pero me giro hacia ella.
—Aléjate de Vali mientras no estoy.
—¿A qué viene eso? —inquiere preocupada.
—No puedo contarte, se lo prometí, por favor. No hagas que me enoje contigo.
—Está bien, me alejaré de él. Pero no te prometo nada si él se acerca a mí—me grita mientras se marcha de la habitación.
Ella no tiene remedio.
Sé que lo ha dicho en broma, he visto la forma en que se miran ella y el dueño de la galería donde hace la exposición. Esos dos están muertos el uno con el otro, pero ninguno dice nada.
Recojo toda la ropa y me la llevo hacia el baño, tengo el tiempo justo para todo lo que quiero hacerme así que comienzo a prepararme para esta noche.
***
Me acomodo el vestido frente al espejo y sonrío con diversión por lo que llevo debajo. Alice se asoma a la puerta y deja escapar un silbido.
—Seguro que esta noche se arrodilla a suplicarte perdón.
—Esa es la intensión.
—He encargado unas pizzas, por si te apetece—tocan a la puerta.
—No gracias—Alice se marcha y yo comienzo a aplicarme el maquillaje. Vuelven a tocar a la puerta—Alice, puedes hacerlo pasar y que me espere, ya estoy terminando—le grito mientras hago unos risos en mi cabello.
Me aplico el delineador y me pongo el creyón en los labios. Listo, tomo mi bolso y salgo con una sonrisa hacia la sala. Pero mi sonrisa se borra de mi rostro cuando llegó allí y me encuentro a Vali de pie junto a la puerta y a John enojado mirándolo fijamente. Esto no va a salir muy bien, lo sé. John levanta su mirada hacia mí.
—Brenda, ¿qué hace el aquí? —puedo sentir la furia en el tono de su voz.
Después de nuestra discusión, sé que al ver a Vali aquí no le parecerá para nada agradable. Por eso no quería que lo supiera. No sé qué responder ante su pregunta. Pero tampoco me gusta el tono en que ha preguntado.
—John, no es...
—¿Acaso crees que soy idiota? ¿Lo trajiste aquí a vivir contigo? —en que me he metido.
—En realidad no vivo aquí, Alice me ha invitado—Vali interviene y lo miro sin entender.
—¿Alice? —pregunta John tan confuso como yo.
—Alice es mi novia.
Puedo ver el rostro de John cambiar por completo y relajar su postura tensa y celosa al comprobar que Vali no es una amenaza en la relación que intenta tener conmigo.
—Disculpa el malentendido, no lo sabía—responde él mientras le tiende la mano a Vali.
—No te preocupes, todo está bien—Vali se aparta de la puerta y se sienta en el sofá.
—Brenda no me ha dicho nada que ustedes salían.
—Ella no lo sabía cuándo nos conocimos, Alice quería mantenerlo en secreto durante un tiempo. Creo que se está enterando justo ahora—comenta sonriente.
La verdad que se está montando una historia increíble solo para evitar que John se vuelva loco de celos.
—Vali, ¿esperarás a Alice? —le pregunto curiosa mientras llego a la puerta intentando marcharnos del apartamento para que no se complique más todo.
—Sí, fue a la tienda por un vino, estoy esperando las pizzas que encargamos.
—De acuerdo, me marcho entonces—me despido de él—. Le dices a Alice que tenemos que hablar.
—De acuerdo, disfruten su velada—responde apartando la mirada de mí.
Me tomo del brazo de John y salimos del apartamento. Mientras bajamos en busca de su auto, no puedo dejar de pensar en lo que acaba de suceder. De no ser porque Vali dijo que era el novio de Alice, no quiero ni imaginar lo que pudo haber llegado a ocurrir si se entera de que vive con nosotras.
—¿Hace cuánto que es novio de Alice? —me pregunta mientras conduce rumbo a su apartamento.
Ahora me toca continuar con la historia que Vali comenzó.
—No he podido sentarme a conversar con Alice, ya sabes cómo son mis horarios.
—¿Y pasa mucho tiempo ahí en tu apartamento? —sé por dónde vienen sus preguntas y no pienso responderlas.
—Cuando entré a prepararme para la cena no estaba ahí, también me llevé una sorpresa al verlo, no fuiste el único. Justo acabo de enterarme que es el novio de Alice.
—No lucías muy sorprendida de verlo ahí.
—Por el contrario. Como ya lo conocía, no me sorprendió mucho—debo terminar esta conversación ya—. John, ¿te interesa seguir hablando sobre el novio de Alice?
—Es que me parece demasiada coincidencia que esté en tu apartamento.
—Ya Vali te explicó. ¿Qué es lo que pretendes con tantas preguntas?
—Lo siento, después de mi última relación, me volví algo desconfiado—algo, yo diría que demasiado desconfiado.
—Pues más te vale que controles tus celos si quieres que esto funcione, ya lo sabes. Acepte está invitación con un objetivo.
—Lo sé, y de verdad quiero que funcione lo nuestro.
—Pues entonces olvídate de él, no significa nada para mí.
Pero muy en el fondo, me estoy mintiendo a mí misma. A pesar de que estoy alejada de él, siento que debo estar a su lado y no aquí en este auto. ¿Cómo es posible que tenga está conexión con él cuando hace poco que lo conozco? Ya me ha explicado que es por quien es, pero, aun así, creo que hay algo más.
—Lo haré—hace una pausa y me sonríe—. He preparado tu comida preferida—sus palabras me regresan a la realidad.
—¿De verdad? —inquiero emocionada.
—Desde luego.
Al entrar en su apartamento, me esperaba algo diferente. No hay velas, no hay pétalos de flores, no hay música romántica de fondo. Creo que hubiese preferido que me llevara a un restaurante, seguro que el ambiente sería mucho más acogedor que un apartamento de soltero.
—Vamos a cenar, tengo una sorpresa para después.
—Claro—respondo ilusionada.
Me hace pasar al comedor y sirve la cena en dos platos.
—Espera, iré por el vino.
La cena luce estupenda, y huele exquisito, creo que, a pesar de su falta de romanticismo en la velada, debo darle el mérito por la comida. Doy unos pasos hacia la cocina admirando su apartamento y descubro en la basura dos contenedores desechables de comida. Ahí a terminado el mérito por la comida. Regreso al comedor en el momento justo que John regresa con una botella de vino en la mano. Busca dos copas, lo sirve y nos sentamos a cenar.
No hablamos mucho e intento disfrutar de mi enchilado de camarones, aunque no como debería hacerlo. Descubrir que no lo ha hecho él, que ni siquiera se ha esforzado en esta cena, ha arruinado mi apetito. Hubiese preferido cenar algo diferente, pero que lo hubiese preparado él.
—Todo ha estado estupendo—comento apartando el plato.
—Gracias—responde sin siquiera percatarse que no he cenado nada, solamente le he dado vueltas a la comida en el plato—. ¿Lista para tu sorpresa?
—Desde luego—murmuro fingiendo entusiasmo.
No creo que su sorpresa me llame mucho la atención.
—Vamos—me tiende la mano y me conduce hacia la habitación.
La habitación está completamente iluminada. Miro en todas direcciones y no veo rastro de nada que me sorprenda. No hay velas, no ha pétalos de rosas, no hay música de fondo. Cero romance.
—¿Cuál es la sorpresa? —me giro hacia él que me sonríe.
Lo observo mientras se saca la camisa y entonces si me sorprendo. Puedo ver un tatuaje que tiene justo sobre el corazón. Es un estetoscopio enrollado en forma de corazón con mi nombre en el centro. Debe habérselo hecho en las últimas horas, pues aún tiene la zona enrojecida. Levanto la mirada hacia él.
—Eres la doctora que se ha robado mi corazón.
—No debiste hacerlo—murmuro en voy baja.
Su sorpresa no me ha gustado para nada.
—¡Que! —exclama sorprendido por mi falta de entusiasmo con esto.
—John, un tatuaje es algo permanente que llevarás en tu cuerpo. Y marcarte mi nombre cuando no sabemos si lo nuestro funcionará, creo que ha sido demasiado.
—Pensé que te gustaría—comenta acercándose a mí.
—¿Por qué creíste que me gustaría que tuvieses un tatuaje con mi nombre?—y en cuanto digo las palabras lo entiendo. Entiendo porque se lo ha hecho—. ¡No puede ser cierto! ¿Te lo has hecho porque estabas celoso de Vali? —pregunto sin poderlo creer.
No puede estar hablando en serio. ¿Cómo puede creer que Vali me podría gustar por sus tatuajes? ¿Cómo puede creer que Vali me gusta en lo absoluto? Es atractivo, cierto, y siento algo cuando estamos juntos, pero ya él me ha explicado porque sucede esto. Así que no, no hay y no va a haber nada entre Vali y yo. Tendríamos que pasar mucho tiempo juntos para que la amistad creciente que estamos forjando se convierta en algo más. Y el regresará a Asgard en cuanto encuentre a quien busca. Así que, a pesar de todos los indicios, algo entre él y yo, nunca ocurrirá.
—Él tiene muchos—las palabras de John me apartan de mis pensamientos—, creí que me vendría bien tener uno que fuera importante para los dos—no puedo creer lo que estoy escuchando.
—Te equivocaste—respondo enojada—. Deberías haber pensado en ti al hacerlo no en mí. No debí haber pensado en perdonarte siquiera, no vas a cambiar tu actitud celosa y posesiva—salgo de su habitación y recojo mi bolso en la sala.
—¡Espera Brenda! Podemos solucionar esto—me toma por el brazo.
—No hay nada que solucionar—le respondo apartando mi brazo de su agarre—, bueno sí. Vas a tener que removerte ese tatuaje para tu próxima relación—si es que logra tener alguna con esos celos infernales.
Abro la puerta.
—No te marches por favor, dame otra oportunidad—implora suplicante.
—Lo hice y la desperdiciaste con tus celos tontos. Lo nuestro nunca va a funcionar, a pesar de que en verdad me gustabas. Por favor no me llames más—salgo cerrando la puerta con un tirón.
Detengo un taxi y en cuanto le doy mi dirección, las lágrimas salen de mis ojos. Fui una idiota al creer que funcionaria y que el cambiaría. Ni siquiera sé porque lloro, no es como si lo nuestro hubiese durado mucho. Creo que estoy llorando de decepción porque creí que podría tener algo con él. Saco una toallita y me seco las lágrimas. Entonces comienzo a reír ante el recuerdo de su tatuaje. Ridículo. El taxista me mira sin entender mi reacción y le sonrío.
—He terminado una relación—le digo a modo de explicación.
—Es triste cuando termina algo entre dos personas que se quieren.
—Sí, lo es. Pero ha sido lo mejor, lo nuestro no iba a funcionar—respondo sonriente.
—¿Él no la quiere?
—Es demasiado celoso—le respondo y el taxista niega con la cabeza.
—Los celos son los que matan al amor.
—Sabias palabras—murmuro mientras miro por la ventanilla el resto del trayecto.
John a matado todo lo que sentía por el en solo 48h. ninguna disculpa le funcionará en estos momentos. Solo espero que él logre entenderlo y no comience a acosarme. Un hombre celoso y enamorado, es una muy mala combinación.
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Este capítulo está dedicado a Osniel_Park EliGarden01 ValentinaGaleano758 BeatrizEstradaGomez AngiePersol
¿Que les ha parecido la conversación?
No olviden dejarme sus comentarios y su voto.
Xoxo🐦⭐
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