7.- Dios
El viaje de regreso al apartamento es más extraño de lo que debería ser. Ahora me siento incómoda a su lado. Aunque continúa siendo un desconocido al cual le ofrecí mi casa para vivir, ahora resulta serlo aún más.
Mi mirada se desvía, cada pocos segundos, hacia él que va en silencio en su asiento. Esta zona de la ciudad está desierta a esta hora. Me detengo en una luz roja y me giro por completo hacia él.
Deslizo mi mirada por su cuerpo haciendo un análisis mas detallado de su físico ahora que sé que no es de este mundo. Me muerdo el labio inferior mientras mi respiración se acelera al mirar hacia su entrepierna. Y tengo mucha curiosidad. El me sorprende mirándolo.
—No soy un alienígena, si es lo que te preguntas.
—En realidad, como doctora curiosa en anatomía del cuerpo humano, me pregunto otras cosas.
El levanta una ceja. Me quito el cinturón de seguridad y cruzo hacia su asiento sentándome a horcajadas sobre él.
—¿Qué haces?
—Hago lo que deseo hacer—respondo en un susurro mientras acerco mi boca a la suya y lo beso.
Sus manos se aferran a mi cintura y me devuelve el beso con intensidad. Me separo de su boca ardiente, bajo las manos por su torso y abro su camisa con un tirón. Su boca toma la mía, ahora con fiereza mientras me sostiene con una mano y cuela la otra debajo de mi vestido. Jadeo ante el contacto de su mano curiosa, lo guío entre mis piernas y lo hago que introduzca un dedo en mi interior.
Dejo escapar un jadeo mientras el claxon de un auto detrás de nosotros me hace reaccionar. Me concentro en donde me encuentro y salgo a toda velocidad del semáforo. Bajo las ventanillas, pues el calor dentro del auto se ha intensificado. ¿Como he podido tener esta fantasía con él? Aparto las imágenes morbosas de mi mente y acelero el auto conduciendo lo más rápido que puedo hacia mi apartamento.
Dejo las llaves en la mesita junto a la puerta y me giro hacia atrás cuando siento la puerta cerrarse.
—Iré a ponerme más cómodo—dice mientras se dirige hacia mi habitación.
Hago lo mismo y voy hacia la habitación de Alice, tomo mi ropa de dormir y me cambio muy rápido. Regreso a la sala de estar y voy por un poco de agua a la nevera. Mientras estoy de pie bebiendo el agua, puedo sentir su presencia cada vez más fuerte. Me giro y lo encuentro parado a unos metros de mí. Lleva una camiseta sin mangas holgada y un short deportivo.
Me acerco hasta la sala y me siento en el sofá. Vali se sienta en la butaca frente a mí. No puedo apartar mi mirada de la suya e intento concentrarme en las preguntas que quiero hacerle.
—¿Quién eres exactamente? —inquiero mientras cruzo mis piernas sobre el sofá y abrazo un mullido cojín contra mi pecho.
—Mi nombre es Vali, soy el Dios de la Luz Eterna.
—¡Un dios! —exclamo sorprendida, esto no me lo esperaba.
Esperaba una respuesta por completo diferente. Quizás que era un alienígena como Kal—El, o que era alguna criatura sobrenatural que venía de un universo paralelo. Pero un dios, jamás pasó por mi mente.
—Nórdico, para ser más preciso—puntualiza.
—Entonces conoces a Odín y a Thor—lo que sé de mitología nórdica es gracias a la magia del cine y las películas de Marvel y alguna investigación que hice para conocer algo de su historia.
—Odín era mi padre y Thor era mi hermano—responde muy serio.
—¿Eran?
—Fallecieron en el Ragnarök—responde nostálgico.
—Espera. Eso no pudo haber ocurrido, ¿que acaso ese no sería el fin de todos los mundos?
Vali levanta una ceja con incredulidad por lo que acabo de decir.
—Lo fue. Veo que tienes conocimientos de mitología nórdica, ¿dónde lo aprendiste? —pregunta ahora curioso por mis conocimientos.
—Por las películas y documentales que he visto.
—Oh—responde con decepción debería decir—. La mayoría de lo que conoces no es real.
—¿Thor no lucía como Chris Hemsworth? —inquiero pensativa mientras pasa por mi mente como luciría un dios del trueno que no sea como nos ha acostumbrado Hollywood.
—¿Quién? —pregunta sin entender.
—Olvídalo. Entonces, ¿todos los dioses murieron en el Ragnarök?
—La mayoría. Los que sobrevivimos, con ayuda de una valkiria que tenía con ella los elementos esenciales de los nueve mundos, volvimos a crearlos.
Y me quedo mirándolo por un momento mientras reflexiono en todo lo que me está contando.
—Entonces, ¿a quien estás buscando en realidad?
—Nuestros mundos están en peligro y solo hay una persona que puede ayudarnos, Eir.
—¿Esa quién es?
—La Diosa de la Sanación, ella conocía las propiedades de cada planta curativa en los nueve mundos y era capaz de resucitar a los muertos.
—Hablas como si hubiese muerto también.
—Cuando estalló el Ragnarök ella abandonó su refugio para acudir a la ayuda de los dioses. La guerra llegó al palacio y por ordenes de Thor se la llevé a Heimdal.
—Ese es el guardián del puente arcoíris—confirmo mientras me ubico en la historia que me está contando.
—Sí, era el guardián del Bifröst.
—¿También murió?
—Sí, ahora su hija es la que custodia el acceso a los nueve reinos.
—¿Qué sucedió con la sanadora?
—No lo sé. Mi misión era llevarla con Heimdal, él se encargaría de protegerla enviándola a través del tiempo hacia uno de los nuevos mundos creados.
—¿Por qué no la dejaron con ustedes y la protegieron?
—Porque ella no permitiría que la protegieran, no cuando la vida de los dioses y las personas a su alrededor estaban en peligro.
—Todos los dioses tienen un sucesor, ¿cierto?
—Desde luego, los hijos de Thor, Mordi y Magni heredaron su martillo.
—¿Acaso no quedó nadie que heredara el don de la sanación?
—Desde luego que quedan personas con poderes curativos, pero solo la sanadora o un descendiente de ella puede restaurar la vitalidad del Yggdrasil. Y lamentablemente, ella nunca tuvo hijos.
—Ya me he perdido, ¿ahora que tiene que ver el árbol de la vida en todo esto?
—Y yo que pensé que pasaría mas trabajo explicándotelo todo, veo que conoces mucho de mi mundo.
—Ya te dijo Helen, soy una nerd, me gusta saber de todo.
—El árbol de la vida es quien sostiene la estabilidad de los nueve reinos, sin él los mundos colapsarían poco a poco. Ya están comenzando a hacerlo.
—¿A qué te refieres?
—Enfermedades, pandemias mundiales, guerras todo eso es un efecto más de la inestabilidad de los reinos.
Parte de todo lo que dice es cierto. Pero la mayoría de esta historia suena más a fantasía que a realidad. No concibo que todo sea cierto, a pesar de que vi sus ojos con llamas de fuego.
—¿Cómo piensas encontrarla?
—Llevo buscándola dos mil años Brenda. He recorrido los nueve reinos varias veces siguiendo el flujo de energía de ella a través del tiempo. Esta es la segunda vez que estoy en Midgard.
—No entiendo algo, llevas buscando a esta sanadora desde que se crearon los reinos.
—Las nornas predijeron que el Yggdrasil enfermaría, y que solo ella podría sanarlo. Hasta el momento todas sus profecías se han cumplido.
Imagino que las nornas son unas adivinas que existen en su mundo.
—¿Cómo puedes seguir su energía?, no lo entiendo.
—Cuando conocí a la sanadora, ella me salvó la vida. Entregó toda su energía vital y la de su bastón mágico para salvarme. Tengo una conexión especial con ella, así que puedo sentir su presencia cuando está cerca.
—Oh, ¿entonces porque no la has podido encontrar?
—Porque desde que el árbol de la vida comenzó a perder su vitalidad, dejé de sentirla.
—Al menos sabes cómo luce físicamente.
—No, no lo sé—levanto una ceja sin entender—. Como te explico—piensa por un instante antes de continuar explicando—. Cuando se envía a alguien a través del tiempo, esa persona no viaja físicamente, lo que se envía es su energía y sus conocimientos por todo el universo. Cuando esa energía encuentra el huésped adecuado, la nueva sanadora emerge.
—No entiendo entonces como vas a encontrarla.
—La sanadora suprema se caracteriza por tener un largo cabello muy fino de color blanco intenso que irradia luz, además de los conocimientos que posee de curación desde luego
Miro mi cabello oscuro y Vali comienza a reír.
—Tu no eres ella, Brenda.
—Cumplo con uno de los requisitos, tengo amplios conocimientos de medicina.
—En la suposición que fueras ella, recordarías de donde provienes y buscarías la forma de regresar a Asgard. Además que tendrías un tatuaje del árbol de la vida en algún lugar de tu cuerpo, ¿tienes alguno?—él tiene razón en lo que dice.
—¿Hay otra forma de ir a Asgard que no sea por el Bifröst?
—Por el portal secreto que hay en Midgard—Vali cierra la boca en cuanto lo dice.
—¡Como dices! —inquiero estupefacta, esto es algo nuevo que seguro no conoce la humanidad.
—Eso, no necesitabas saberlo, olvida que lo mencioné.
—Olvidado—aunque ahora tengo curiosidad por saber dónde se encuentra, digo, solo en caso de que quiera hacer una visita—. Sabes que vas a tener difícil encontrar a tu sanadora—le comento—, hay muchas mujeres que se tiñen hoy en día el cabello de ese color.
—Sí, eso me pareció el otro día mientras hacíamos las compras.
—¿La hija de Heimdal no puede ayudarte? ¿Su visión no puede encontrar a la sanadora?
—Su poder solía ser como el de su padre. Pero tuvo que hacer un enorme esfuerzo para rescatarme de los gigantes y enviarme hacia el último lugar donde percibió su esencia. Todos estamos siendo afectados por la enfermedad del Ygdrassil.
Recuerdo entonces cuando lo encontré herido junto a mi cabaña. Sus heridas entonces son de combates y lo que me dijo que peleaba contra un gigante de hielo, es cierto.
—¿Entonces es probable que ella esté en los Ángeles? —pregunto esperanzada.
Todo esto de que los nueve reinos están en peligro, me está preocupando en verdad y quisiera poder ayudar de alguna forma.
—Comenzaré por Los Ángeles y no pararé hasta encontrarla.
—Vali, si eres inmortal, ¿no se supone que sea más difícil herirte o que te cures más deprisa?
—Con el desvanecimiento de los poderes del árbol de la vida, los nueve reinos se están afectando y con ello el poder de los dioses también. Normalmente soy capaz de controlar mi poder, pero hay momentos, como lo que ocurrió esta noche, en que me es imposible controlar lo que el efecto de un dios tiene sobre los habitantes de la tierra.
—No entiendo a qué te refieres—creo que se me está pasando algo aquí.
—Los humanos al tener una anatomía similar a la nuestra, se sienten atraídos hacia los dioses, algunos más que otros. Debemos tener precaución y controlar nuestro magnetismo, por decirlo de alguna forma. Cuanto más tiempo conviva cerca de ustedes, mas fuerte será el poder de atracción involuntario de ustedes hacia mí, hasta un punto en que no seré capaz de controlar lo que suceda y ustedes tampoco.
—Por eso te marchaste de mi cabaña—el asiente—. Y por eso no querías venir a quedarte a mi apartamento.
—Exacto. ¿Ahora entiendes porque las mujeres quieren estar tan cerca de mí? ¿Entiendes lo que te sucedió esta noche?
—Lo comprendo—también comprendo porque me dijo que era peligroso para mí—. ¿Algo más que debería saber de ti?
—Creo que eso sería todo.
—Gracias por tu sinceridad. Imagino que nada de esto puede salir de aquí.
—Me gustaría pasar desapercibido entre los mortales y que no sean conscientes de mi o quien soy en realidad.
—Mantendré tu secreto—comento mientras me pongo de pie—. Ahora si me disculpas iré a dormir, mañana debo levantarme temprano.
—Yo también, quiero comenzar mi búsqueda bien temprano—se levanta y camina hacia la puerta de mi habitación—. Una última cosa Brenda—comenta desde mi puerta—, intenta ignorar todo lo que forme tu mente con respecto a mí, sé que será difícil, pero es solo un efecto de mi cercanía. Verás que cuando no esté cerca de ti, ni siquiera tendrás pensamientos indecentes.
Y diciendo esto desaparece dentro de mi habitación cerrando la puerta. Me dejo caer en el sofá mientras medito en lo que acaba de decir. No es posible que sepa de la fantasía despierta que tuve en el auto, ¿o sí?
«Es un dios Brenda, lo más probable es que si lo sepa»—intento no pensar o recordar eso y me dirijo hacia la habitación de Alice.
Debo hacerle caso e ignorar todo sentimiento hacia él, ya sé que no es normal. Pero también debo intentar mantener distancia entre nosotros, porque sé que su cercanía me hará cometer otra idiotez como la de esta noche y esta vez, les aseguro, que ni siquiera el Dios más poderoso del universo, podrá impedir que me separe una vez más de él.
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Este capítulo está dedicado a Myayisinena Dajaquelina VictoriaMoralesJurad Rosmerynohemy27Brach Naza_corazon321
¿Creen que pueda ignorar lo que siente?
No olviden dejarme sus comentarios y su voto.
Xoxo🐦⭐
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