4.- Imprudente
Salimos afuera y recuerdo que no tengo aquí mi auto, así que detengo un taxi y nos marchamos hacia mi apartamento.
Vali a mi lado mira por la ventanilla como si fuese la primera vez que viene a la ciudad. Mira todo a su alrededor maravillado.
—¿No habías estado nunca en Los Ángeles? —le pregunto haciendo que aparte la mirada y la gire hacia mí.
—No.
Vuelve a apartar su mirada de mi y no le pregunto nada más. Mientras el taxi avanza hacia mi apartamento comienzo a pensar que esto ha sido una mala idea.
Cuando el taxi se detiene frente a mi edificio, le pago y nos bajamos. Miro hacia mi apartamento y dejo escapar el aire. Ya es muy tarde para cambiar de idea.
—Vamos. —le pido mientras comienzo a caminar rumbo a la puerta principal.
Allí se encuentra Ben que me mira preocupado.
—¡Brenda! Escuché lo del accidente, ¿estás bien? —esto es lo que sucede cuando eres famoso, los chismes corren rápido.
—Sí, estamos bien. Solo fue un susto, nada más.
—El que se lanzó frente a ustedes es un irresponsable. ¿Cómo va a hacer eso? ¿Qué acaso no vio el semáforo? —se interrumpe y mira a mi acompañante—. ¿Es tu hermano? —pregunta acomodándose las gafas en los ojos—. No recuerdo que estuviese tan fornido. — contengo la risa.
—Ben, déjame presentarte a Vali. —murmuro mientras este extiende su mano a modo de saludo.
—Un gusto, soy el irresponsable que se lanzó frente al auto de Brenda. —comenta mientras se estrechan las manos.
—Disculpe mis palabras, no quise decir lo que dije.
—No se disculpe, tiene toda la razón. Fui un imprudente, no me percaté de la situación.
—Ben, Vali se quedará conmigo unos días, así que lo verás muy frecuente.
—De acuerdo, les informaré a los otros guardias para que estén al tanto. Tengan un buen día.
—Igualmente para usted. —le responde Vali con amabilidad.
Camino hacia el interior de edificio seguida de cerca por Vali. Subimos las escaleras y saludo a la chica de recepción que se queda mirando embobada a mi acompañante mientras yo contengo la risa. Creo que esto va a traer muchos comentarios. Todos querrán saber quién es el hombre que ahora vive en mi piso. Nos dirigimos hacia mi apartamento y abro la puerta invitándolo a entrar.
Vali mira todo a su alrededor y yo lo miro a él. Aún tengo la ropa que compré para él en el auto. Pensaba donarla, pero no tuve tiempo de hacerlo.
—Ponte cómodo, iré por algo a mi auto y regreso enseguida. —murmuro mientras salgo del apartamento recogiendo las llaves de mi auto de la mesita junto a la puerta.
En cuanto salgo del apartamento echo a correr hacia mi auto, recojo las bolsas y regreso corriendo igual hacia el apartamento. Cuando me detengo frente a la puerta me percato que dejé las llaves dentro. Toco a la puerta y unos segundos después Vali me abre con una sonrisa.
—Tenías tanta prisa que dejaste las llaves. —comenta sonriente mientras me las muestra.
—Sí, lo olvidé por completo. —respondo aún con la respiración acelerada.
—¿Venías corriendo?
—Sí—confieso—. Tenía miedo de que te marcharas una vez más.
—Prometí no hacerlo, esta vez aceptaré tu oferta de ayuda.
—¿Qué te hizo cambiar? —inquiero mientras entro en el apartamento.
—Las coincidencias no existen. —comenta cerrando la puerta detrás de mí.
—¿A qué te refieres? —me giro hacia él.
—Según mi pueblo, si una persona se cruza en tu camino más de una vez, es porque esa persona es importante en tu vida. Negar la ayuda que te ofrecen puede traer consecuencias. Me has salvado la vida en dos ocasiones y me has ofrecido tu ayuda, no pienso volver a negarla.
—Sabia decisión—respondo mientras le alcanzo las bolsas, pero creo que necesitará una ropa más adecuada para la ciudad. Aparto las bolsas de su mano—. ¿Cómo te sientes? —le pregunto preocupada.
—Bien.
—De acuerdo. Espera aquí, iré a cambiarme de ropa. —dejo las bolsas en el sofá y salgo corriendo hacia mi habitación.
—No iré a ninguna parte así que no corras más. —grita desde la sala y yo río a carcajadas.
Me deshago del vestido y me visto con unos jeans y una camisa de cuadros. Me coloco unas zapatillas y me recojo el cabello en una coleta. Cuando salgo a la sala él se encuentra en donde mismo lo dejé. Recojo las bolsas nuevamente.
—Vamos. Esta ropa que había comprado para ti no es la adecuada para la ciudad. Necesitas algo mejor. No olvides las llaves del apartamento—le pido mientras caminamos rumbo a la puerta. Cuando pasamos por recepción dejo las bolsas allí—. Stacy estas bolsas son para el refugio que está cerca, saldré de compras, ¿has visto a Alice?
—Alice salió esta mañana bien temprano, dejó este mensaje para ti. —comenta mientras me tiende un papel doblado.
Sonrío y niego con la cabeza mientras guardo la nota en el bolsillo de los jeans sin leerla. Alice siempre anda con su despiste que no tiene tiempo ni de atender el celular. Caminamos rumbo al parqueo subterráneo del edificio y mientras lo hago le llamo al celular, pero me sale el buzón de voz. Debe estar ocupada con la exposición.
—Alice, cuando puedas llámame. —le dejo un mensaje y guardo nuevamente el teléfono en mis jeans. Saco la llave, desactivo la alarma y abro las puertas del auto.
—¿Quién es Alice? —pregunta con curiosidad.
—Mi compañera de piso. —Vali se detiene frente al auto y desliza la mano por el caballo de la parrilla.
—¿Porque tu auto tiene un caballo en el frente? —definitivamente este hombre es un extraterrestre.
—Es el logo de la compañía que lo produce. ¿Nunca habías visto este modelo?
—De donde vengo no hay autos, pero si hay caballos.
Estoy por pensar que quizás Vali es amish. Tiene sentido. Pero no le gusta hablar de su pueblo, así que no insistiré por el momento con este tema. Cuando se sube al auto me le quedo mirando. Creo que el asiento le queda pequeño para su tamaño. No digo nada y me coloco el cinturón de seguridad. El observa lo que hago y contengo la risa. Me saco el cinturón y le coloco el de él.
—Listo. —me coloco el cinturón una vez más y enciendo el auto.
Mientras recorremos la tienda varias estilistas lo ayuda a escoger la ropa. Y yo me siento en una butaca. No he pensado en donde va a dormir. Busco en mis jeans la nota que me ha dejado Alice y la leo:
"Estoy para para la galería. Mi celular murió, necesito uno nuevo, ya te contaré para el almuerzo" xoxo
Eso explica porque me sale el buzón.
—¡Brenda!—levanto la mirada ante la mención de mi nombre—. ¿De dónde has sacado a este monumento? —me pregunta Helen sentándose a mi lado.
—Lo encontré herido en el bosque. —respondo en voz baja.
—Amiga, tu si tienes suerte para encontrar tipos buenos—murmura mirando en dirección a Vali—. Me tienes que mostrar donde lo encontraste a ver si encuentro uno para mí.
Contengo la risa. Ni que se dieran de forma silvestre.
—Te puedes quedar con él si lo deseas.
—¿Estás rechazando a un tipo así de bueno? ¡No puedo creerlo! —exclama asombrada—. ¿Qué no me estás contando? —Helen no está al día con lo sucedido la semana pasada.
—Me enrollé con John el viernes pasado y como que estamos saliendo ahora. —aunque justo ahora estoy molesta con él.
—¡Tu! ¡Saliendo con alguien! ¡No lo puedo creer! —hace una pausa—. ¡Espera! ¡John! ¿Estamos hablando del jefe de urgencia más atractivo de Los Ángeles? — sí, creo que se pudiera describir así.
—El mismo.
—¡Dios mío! Por eso no podemos saltarnos nuestra salida de los sábados, es cuando único nos ponemos al día. ¿Sabes algo de Alice? No responde mis mensajes.
—Me dejó una nota esta mañana—se la tiendo y ella la lee.
—Ahora todo tiene sentido—comienza a reír—. Pero esa mujer es una asesina de teléfonos, ¿cuántos van ya?
—Creo que es el quinto en lo que va de año.
—Pero volviendo al tema, necesitamos salir con urgencia, tienes que contarme todo lo sucedido—se interrumpe—... ¿no trabajas hoy?
—Esa es otra historia.
—Bueno, como al parecer no trabajas hoy, que tal si salimos esta noche, sin excusas. —me advierte.
—Tengo una excusa muy buena.
—A ver, ¿cuál es? —tomo su rostro y lo giro hacia Vali que se encuentra a unos metros de nosotros eligiendo otra ropa.
—No puedo dejarlo solo en el apartamento, sería muy descortés.
—¡Espera! Déjame procesarlo. ¿Te has encontrado a un tipo super ardiente herido en el bosque al que has rescatado y curado y se queda contigo en tu apartamento?
—Sí.
—¿Y John no se ha puesto celoso? —esa es otra historia.
—John no tiene que opinar nada en mi vida privada, apenas y comenzamos a salir. Ya sabes que tengo debilidad por las personas desamparadas.
—Veo que lo tienes todo claro, mucho mejor. Pues te lo traes con nosotras esta noche.
—¡Estás loca!
—Que va. De las tres y por lo que me cuentan, hasta el momento yo soy la más cuerda. —me río a carcajadas por su ocurrencia.
—Pero entonces no sería entonces una salida solo de chicas.
—Vamos, que seguro que el necesita despejar y salir también. —miro hacia Vali.
—No creo que a Vali le guste mucho salir.
—Tú lo convences que yo le elijo una ropa para esta noche. —me dice levantándose y giñándome un ojo.
No puedo creer nada de lo que está sucediendo. Helen escoge una ropa para él y sin siquiera probársela la mete en una bolsa. Creo que ya le ha calado la medida. Vali se acerca a mi sosteniendo varias bolsas en sus manos.
—Creo que esto es demasiado, no tengo con que pagarte.
—No te preocupes por eso, mi dinero es destinado a ayudar a los más necesitados—respondo con una sonrisa—. Y en este momento tú necesitas ayuda.
—Creo que esto sería todo entonces.
—Espera—Helen llega junto a nosotros y me tiende otra bolsa—. He puesto también un perfume para él.
—Gracias.
—Nos vemos esta noche en el lugar de siempre. —se despide de mi con un grito mientras nosotros salimos de la tienda.
—¿Qué hay esta noche? —me pregunta mientras saca las bolsas del asiento trasero del auto.
—Una vez a la semana salgo con mis amigas para cenar, charlar y divertirnos. El fin de semana no lo hicimos así que Helen ha insistido en que lo hagamos esta noche—le quito unas bolsas de las manos y caminamos rumbo al apartamento—. Ya le dije que no puedo dejarte solo, sería muy descortés.
Llegamos al apartamento, dejo las bolsas en el suelo y abro la puerta. Recojo las bolsas nuevamente y entro rumbo a mi habitación. Vali me sigue de cerca. Dejo las bolsas sobre la cama y el hace lo mismo.
—Por mí no te preocupes, puedo quedarme solo unas horas. —me giro hacia él.
—Puedes venir con nosotras, así no me sentiría mal por dejarte abandonado en el apartamento.
—No quisiera importunar durante su salida, ya me has dicho que es con tus amigas.
—Te aseguro que a ellas no les molestará en lo absoluto, Helen ha insistido bastante en que te lleve con nosotras—Vali me sonríe con diversión—. ¿Siempre causas ese efecto en las mujeres? —le pregunto curiosa conteniendo una sonrisa.
—¿Qué efecto? —no puede ser que no se haya percatado.
—Que se queden atontadas mirándote.
—Nunca me había percatado de eso.
—Es imposible que no lo hayas notado, las mujeres se te insinúan como moscas sobre un pastel.
—Soy como soy, eso no puedo cambiarlo. Creo que deberían aprender a valorar a las personas por lo que hay en su interior y no por su apariencia física.
—Sí, bienvenido al mundo moderno, donde se valora por la apariencia externa y el resto no importa.
—Eso es una lástima.
Por su forma de hablar me deja algo muy claro; su físico y su apariencia, no son para impresionar a las mujeres.
—Bueno, dejaré que te acomodes—camino hacia el armario y abro la puerta—. Puedes colocar tus cosas en donde prefieras, hay bastante espacio libre, el baño está allí, puedes encontrar toallas limpias en el estante de abajo.
—¿Esta es tu habitación?
—Sí.
—No me digas que dormirás en el sofá, porque no voy a permitirlo.
—No te preocupes, dormiré en la otra habitación. Solo necesito tomar unas cosas—saco varios conjuntos de andar del armario, ropa interior, mi ropa de dormir y me los llevo—. Iré a ordenar algo para almorzar.
Salgo de prisa de allí. Me adentro en la habitación de Alice y dejo mis cosas en la cama antes de salir rumbo a la cocina en busca de mi teléfono. Ordeno unas pizzas y me dejo caer en el sofá pensativa.
El timbre de la puerta suena insistente. El tiempo ha transcurrido y no me he percatado. Me levanto y abro para recoger el pedido.
—Déjame ayudarte. —Vali llega a mi lado, cierra la puerta y me quitas las cuatro cajas de pizza de las manos.
Cuando llegamos a la cocina comienzo a quitárselas y abrirlas sobre la encimera.
—¿Por donde comenzamos? —le pregunto mientras el aparta la mirada de las pizzas y me mira a mí—. No me digas que nunca has comido pizza. —eso sí sería demasiado raro.
—Hace mucho que no las como. ¿No es demasiado para nosotros dos?—inquiere preocupado.
—Eso mismo pensaba yo cuando las probé por primera vez. Deja que comiences a ver si puedes parar son adictivas y son las mejores pizzas del mundo, créeme—doy la vuelta y abro la nevera—. ¿Cerveza o soda?
—Soda—responde mientras yo saco dos y las coloco en la encimera—. ¿Cómo sabes que son las mejores pizzas del mundo?
—Es mi comida preferida, he comido pizza en todas partes del mundo, incluyendo Italia, desde luego. Y ninguna se compara con estas. Creo que me instalé aquí en Los Ángeles por estas pizzas. —Vali ríe a carcajadas mientras se sienta en la banqueta.
—Bien veamos qué tan buenas están.
Coloco dos platos en la encimera, me siento a su lado y le señalo las cajas.
—Tenemos pepperoni, hawaiana, cuatro quesos y cuatro estaciones.
—Comenzaré probando una de cada una, no he probado ninguna desde hace mucho tiempo—coloca una porción de cada tipo en su plato—. Mi favorita es la de pepperoni, pero ya te daré mi veredicto final.
—Es mi preferida igual. —respondo incrédula.
Coloco una porción de cada una en mi plato y comienzo a comer dejando la de pepperoni para el final al igual que él. Vali devora las pizzas rápidamente al igual que yo y ambos nos enfrentamos a la de pepperoni al mismo tiempo. Lo observo comer muy lento esta porción y saborear cada mordida mientras sonríe.
—El sabor acaba de despertar algunos recuerdos del pasado. Creo que tenemos una ganadora. —murmura sonriente mientras acerca la mano hacia la caja de pepperoni.
Me levanto rápidamente de la banqueta y aparto la caja de su alcance. El me mira frunciendo el ceño.
—Creo que tenemos un gran problema con la pizza. —comento mientras camino lejos de él.
—Seguro que lo tenemos si no me dejas comer más pizza de pepperoni. —comenta levantándose y siguiéndome de cerca.
Lo miro a los ojos muy seriamente mientras aferro la pizza contra mí.
—Verás, tengo un problema con el pepperoni, solo comparto una porción de la pizza. De haber sabido que era tu preferida habría pedido solo pepperoni. —me alejo de él hasta chocar contra el sofá.
Vali se detiene frente a mí. Acerca su rostro al mío y coloca ambas manos en el espaldar del sofá, acorralándome. Su cercanía hace que comience a respirar mas deprisa.
—Déjame ayudarte con tu problema, creo que tengo la solución. — no sé si sigue hablando de la pizza o de algo más.
Sube sus manos hacia las mías que aferran la pizza y mi corazón se acelera aún más. Su contacto es como fuego que quema mi piel. La sensualidad y el magnetismo con el que ha hablado me ha hecho olvidarme de la pizza por completo. ¿Como un hombre puede desprender tanta lujuria sin siquiera percatarse? ¿Cómo es posible que su toque me haga sentir como si me quemara de adentro hacia afuera?
—Vali, yo...—me quedo sin palabras cuando me saca la caja de pizza de las manos sin yo oponer resistencia.
Se aparta de mí dejándome temblorosa como una hoja al viento. El fuego que sentí con su toque desaparece igual que la caja de la pizza. Lo observo dar la vuelta al sofá y coloca la caja en la mesita del centro. Vuelve hacia la cocina y regresa con dos cajas y un plato.
—Te dije que podía encontrar una solución—abre las dos cajas—. ¿Puedes traerme un tenedor? —me pide y rápidamente voy por él.
Se lo tiendo y lo observo desde atrás del sofá lo que hace. Con el tenedor le saca el jamón a la hawaiana y después toma los pepperoni de la pizza cuatro estaciones y los coloca sobre la nueva pizza.
—¡Acabas de arruinar una hawaiana perfecta!
—No, acabo de solucionar el problema—murmura mientras se levanta y se lleva la pizza cuatro estaciones, el plato y el tenedor. Regresa y se sienta frente al sofá y abre entonces la caja de la pizza de pepperoni. Miro las dos pizzas sin poderlo creer—. Vamos, ven. —me tiende la mano.
Y me le quedo mirando a su mano fijamente sin saber que hacer.
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Este capítulo está dedicado a ValeriaAmegeoly7 escritosporhbm alejandrapedra rutponce31 JuanaRivas268
¿Creen que ella tome su mano?
No olviden dejarme sus comentarios y su voto.
Xoxo🐦⭐
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