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Único Capítulo

Jungkook se encontraba nuevamente en su habitación, escuchando aquella canción triste que siempre lo ponía nostálgico, sus ojos no tardaron mucho en llenarse de lágrimas, mientras tarareaba la canción con un nudo en la garganta. Habían pasado algunos años desde aquel accidente donde la vida de Jungkook había cambiado para siempre, a pesar del tiempo, de los psicólogos y de sus amigos, Jungkook seguía sintiéndose culpable por la muerte de su pareja, que en aquel entonces, era todo su mundo y felicidad, ahora sentía que la vida no tenía sentido y pasaba las horas encerrado en su habitación escuchando siempre la misma canción una y otra vez.

Debido a la sensación de culpa, la depresión y la ansiedad, Jungkook había obtenido un trastorno psicológico llamado esquizofrenia, un extraño trastorno mentalmente el cual causa alucinaciones y comportamientos violentos. Jungkook seguía creyendo que lo que veía era real y que su pareja lo visitaba cada noche para quedarse con él y hacerlo suyo unas cuantas veces. Sus amigos y hermano trataban de ayudarlo, pero sencillamente no lo conseguían, pues según los médicos, Jungkook tenía muy buena salud y desconocía la razón de sus alucinaciones.

—Jungkook ¿Estás listo? —preguntó J-hope tocando la puerta de su habitación.

—Sí. —respondió sin ganas— realmente no sé para qué hacemos esto.

—Sabes que no descansaré hasta saber qué te ocurre —dijo J-hope entrando a la habitación—, eres mi hermano y me preocupo por ti, ya ha pasado mucho tiempo desde la muerte de Taehyung y es hora de que lo superes.

—Te he dicho de mil maneras que no me ocurre nada. —susurró frustrado.

—Mejor vámonos, llegaremos tarde a tu cita. —ordenó.

J-hope y Jungkook se subieron en el auto y salieron rumbo a la clínica donde trataban a Jungkook, en el viaje el silencio de adueñó del lugar; J-hope conducía concentrado en el camino, mientras que Jungkook tenía sus audífonos puestos escuchando nuevamente aquella canción, sus ojos cristalizados miraban por la ventana el paisaje que ante la sensación de tristeza, se veía gris y sin sentido, aunque hiciera un día hermoso y soleado.

No tardaron mucho y al fin se encontraban en la puerta de la clínica, donde Jin los estaba esperando con una gran sonrisa, pues aparte de ser uno de los amigos más íntimos de Jungkook, también era su doctor, el cual llevaba al día el comportamiento de Jungkook, tratando de averiguar lo que realmente le pasaba a su amigo.

—Tanto tiempo sin verte Jungkook, ya te extrañaba. —bromeó Jin dándole un fuerte abrazo.

—Solo han pasado dos días Jin. —recordó Jungkook tratando de sonreír.

—Pues para mí fueron años. —dijo para luego mirar a J-hope— ¡J-hope! ¿Cómo has estado amigo?

—Muy bien Jin. —respondió con una sonrisa leve.

Los tres entraron a la clínica guiados por Jin, pues el lugar era bastante grande y todas las habitaciones parecían ser las mismas. En aquel lugar había toda clase de personas, desde personas con problemas de depresión y suicidas, hasta personas peligrosas con instintos de psicópatas, la mayoría permanecía cesados en sus habitaciones, solo los que no causaban ningún problema, se les tenía permitido salir al patio y convivir con las demás personas.

Jungkook miraba todo sin emoción o curiosidad alguna, deseando que todo acabara para llegar a casa y encerrarse nuevamente en su habitación, donde escucharía nuevamente su canción favorita hasta quedarse dormido, pero lo que Jungkook no sabía era que realmente su hermano lo había llevado allí para ya no salir hasta dentro de algunas semanas, pues Jin había decidido vigilarlo incluso en la noche, donde supuestamente, Jungkook decía que Taehyung venía a visitarlo.

—¿Has experimentado nuevamente aquellas sensación? —preguntó Jin mientras anotaba en una libreta.

—Te he dicho que sí, todas las noches. —respondió Jungkook— ¿Cuándo podré volver a casa?

—Me temo que esa no es una opción -comentó Jin—. Te quedarás aquí por un tiempo.

—¡No! —exclamó Jungkook—. No puedes tenerme aquí como un prisionero.

—¡Jungkook! Tienes que entender que no estás bien de la cabeza. —gritó Jin mientras presionaba el botón bajo su escritorio, el cual llamaba a los guardias.

—¡Te equivocas! Estoy bastante bien, incluso más que tú. —agredió para luego tratar de salir.

Jungkook se dirigió a la puerta para irse, pero allí lo estaban esperando unos guardias vestidos de blancos, los cuales traían una jeringas y un saco de fuerza. J-hope lo miraba desde una esquina mientras lloraba preocupado, le dolía mucho hacerle eso a su hermano, pero era lo mejor. Jungkook trató de salir corriendo, pero rápidamente fue atrapado por los guardias, los cuáles inmediatamente le pudieron el saco de fuerza y le aplicaron el calmante.

—¡No estoy loco! ¡Sueltenme! —gritó Jungkook mientras forcejeaba—. J-hope, eres mi hermano ¡Tienes que creerme!

—Lo siento Jungkook, es por tu bien. —murmuró mientras rompía en llanto.

—¡No! J-hope, por favor, no estoy loco. —gritó nuevamente— ¡Taehyung no ha muerto! ¡Él es real! ¡Es real!

Después de unos minutos, el calmante al fin había hecho efecto y Jungkook cayó profundamente dormido en los brazos de los guardias, los cuales inmediatamente lo llevaron a una de las habitaciones de la clínica, donde pasaría un largo tiempo.

Jin miraba fijamente la cámara, tratando de captar algo que demostrara que Jungkook realmente no estaba mintiendo, así podría saber si estaban lidiando con un problema mental o algo más allá de la ciencia. A pesar de que Jin era un psiquiatra completamente dedicado a su trabajo y fiel creyente de la ciencia, quería darle el don de la duda a Jungkook, pues era su amigo y le dolía verlo en encerrado en aquel lugar, lugar del que probablemente nunca saldría si no lograba descubrir algo.

Jin sentia sus ojos pesados y somnolientos, pero aún así, seguía con su vista en el monitor, hasta que un ruido en el primer piso lo sacó de su concentración, al principio creyó que se trataba de su imaginación debido al cansancio, pero el ruido persistía, así que no le quedó de otra que dejar su vigilancia e ir a averiguar lo que estaba sucediendo. Mientras Jin se alejaba de la computadora, algo extraño aparecía en esta, pues la cámara empezaba a fallar, como si algo estuviera haciendo interferencia y de la nada, una sobra completamente negra, empezó a acercarse al cuerpo de Jungkook.

Todo esto había estado pasando mientras la cámara hacia interferencia, logrando así que nada de lo que estuviera pasando fuera sido grabado. Mientras tanto, Jin seguía aproximándose al primer piso, en una mano tenía una linterna y en la otra sostenía una pistola pequeña, pues en el primer piso habían algunos internos a los que no les gustaba la luz, los volvía salvajes y peligrosos, así que ese lugar siempre permanecía en la oscuridad. Jin seguía caminando lentamente, acercándose más y más al ruido y cuando estuvo cerca de él, abrió la puerta y apuntó con su arma.

—He visto muchas cosas, Jin, un arma no me asusta. —Dijo una voz serena.

—¿Jimin? —preguntó Jin con asombro —. Hace mucho no te veía ¿Qué haces por aquí?

—Vine a saludarte. —respondió con una sonrisa para luego darle un leve abrazo a Jin.

—Me alegra verte Jimin, aunque entres como un ladrón. —bromeó.

—Realmente no, te llamé pero no contestaste y tus guardias no están. —informó.

Jin rápidamente sacó su celular y observó la cantidad de llamadas perdidas que tenía en este, luego recordó que lo había puesto en silencio para poder concentrarse en la revisión de la cámara de Jungkook, rápidamente recordó la vigilancia y junto a Jimin se dirigieron al cuarto de vigilancia, donde por alguna extraña razón, la cámara había vuelto a la normalidad, haciendo que Jin creyera que nada raro había pasado.

—¿Ese es Jungkook? —cuestionó Jimin con asombro.

—Sí, su hermano lo trajo aquí, al parecer tiene un grave problema de esquizofrenia. —contó Jin.

—¿Esquizofrenia? —dudó—. Tal vez haya sido por la muerte de Tae.

—Ese es el problema, Jungkook asegura que Taehyung no ha muerto y viene a visitarlo todas las noches. —comentó.

—Eso si da miedo. -susurró Jimin tras un suspiro— bien, déjamelo a mí, entraré como un paciente nuevamente y llegaré al fondo de todo esto.

—¿Estás seguro? —preguntó—. No creo que haya mucho que hacer por Jungkook.

—Tranquilo Jin. —susurró tras un suspiro— he visto muchas cosas. El beneficio de la duda, cualquiera merece.

La mañana al fin había llegado y con ella, el despertar de Jungkook, después de haber pasado una noche completa sedado. Jungkook suspiro triste y decepcionado, pues por culpa del sedante, Jungkook no había podido ver a Taehyung, pero aún así, estaba completamente seguro que Taehyung había venido, pues tenía algunas marcas en sus brazos, los cuales demostraba que él había trato de despertarlo con todas sus fuerzas, pero aún así, no había podido lograrlo.

Jungkook se levantó de la cama y observó por la pequeña ventana que tenía su habitación, la mañana estaba soleada y no habia ni una sola nube, demostrando que no iba a llover pronto. Esa mañana hermosa le hizo recordar a Jungkook el trágico día, aquel día en el que Taehyung había desaparecido y había vuelto como algo que realmente lo ponía a dudar si realmente era él. Un golpe en la puerta hizo salir a Jungkook de sus pensamientos, rápidamente dio media vuelto y vio a uno de sus amigos que hace mucho tiempo no veía.

—¡Jimin-shi! —exclamó para luego ir a abrazarlo— ¿Qué estás haciendo aquí?

—¿Acaso crees que eres el único con el derecho de estar loco? —bromeó.

—Siempre creí que estabas loco, pero no tanto. —dijo para luego reír junto a Jimin.

—En realidad estoy aquí por un problema de depresión, ya sabes, muchos prejuicios en corea del sur. —mintió tratando de que Jungkook creyera que realmente era un paciente.

—Entiendo, espero que salgas pronto de aquí. —murmuró con ánimo.

Jimin invitó a Jungkook a dar una vuelta por la instalación, mientras le contaba la razón por la que su hermano J-hope lo había encerrado en aquel lugar, pues Jimin no había estado en comunicación con sus amigos desde hace mucho tiempo y realmente quería ponerse al tanto de todo. Ambos empezaron a caminar por los diferentes pasillos del hospital, mientras Jungkook le empezaba a contar sobre sus candentes encuentros con Taehyung en la noche, incluso le había mostrado sus moretones, pero por alguna extraña razón ya no estaban ahí, lo cual hizo que Jimin pensara que tal vez Jungkook si tenía esquizofrenia.

Jimin dejó a Jungkook en el comedor, mientras el iba un momento al baño, pero realmente se dirigía a la oficina del director, donde se encontraba Jin haciendo unos papeleos. Jimin le contó todo lo que Jungkook le había comunicado, incluso sobre sus moretones, los cuales el no había podido ver, pero aún así, seguía con la duda sobre la enfermedad de Jungkook.

—¿Qué te hace dudar? —cuestionó—. El hecho de que te haya mostrado algo que no existe, solo confirma mi hipótesis.

—No lo sé Jin. —habló mientras se sonrojaba- Jungkook contó las cosas con tanta pasión, incluso llegué a sentir aquellas sensaciones que él juraba sentir.

—Muy bien ¿Y que propones? —consultó.

—No le suministres medicamentos a Jungkook ésta noche, tampoco lo vigiles, yo me encargaré de esto. —aseguró.

La noche había llegado nuevamente, al parecer, los días no duraban mucho y las noches menos, cada día era igual al otro, lo que hacía que los paciente perdieran la noción del tiempo o al menos los que tenían un poco de cordura como Jungkook, los demás, solo se la pasan en su mundo, lejos de la cruel realidad que había a su alrededor, pero al menos eso los mantenía felices. A Jungkook no le importaba mucho el lugar, pero el horario sí, pues esperaba con ansias a la noche, pues era la única hora en la que podía ver a Taehyung.

Esta noche no era diferente a las otras, pues nuevamente Jungkook se encontraba acostado en su habitación, esperando a que Taehyung llegara visitarlo, sin llegar a sospechar que Jimin se encontraba al otro lado de la puerta, esperando escuchar cualquier cosa que le diera la razón sobre sus sospechas. Pasaron algunas horas y Jimin estaba a punto de dormirse, pues no había pasado nada desde que se encontraba allí y ya casi llegaba el amanecer, pero cuando estaba a punto de irse, escuchó algo.

—¡Tae! Viniste. —dijo Jungkook con emoción.

—¿Con quién está hablando? —susurró Jimin acercando su oído a la puerta.

—Me hiciste mucha falta, realmente no esperaba la hora de volverte a tener a mi lado, Tae. —musitó.

Jimin quiso abrir la puerta de inmediato, pero el sonido de dos personas besándose, hizo que este se quedara inmóvil en su lugar ¿Acaso sí había alguien más ahí? Se preguntaba Jimin una y otra vez, escuchando cada vez más cosas dentro de la habitación. Los minutos seguían pasando y con ellos, todo, Jimin habia escuchado un típico audio porno sin pedirlo, pues al otro lado de la puerta, sólo podía escuchar la cama mecerse de arriba abajo, golpeando suavemente la pared acolchonada, mientras Jungkook gemía en voz muy alta, demostrando lo bien que la estaba pasando.

Jimin no pudo resistir más y rápidamente abrió la puerta suavemente, tratando de hacer el menor ruido posible, pues quería ver con sus propios ojos, si realmente estaba pasando algo allí y lo que vio, lo dejo sin palabras. Jungkook estaba encima del cuerpo de alguien, con sus piernas a cada lado del cuerpo, mientras daba pequeños saltos en el mismo lugar, moviendo su cabeza hacia atrás, largando suaves jadeos, mientras era nalgueado por una mano familiar.

—Esto no puede ser cierto, debo estar soñando. —susurró Jimin, mientras sus manos temblaban.

—¿Jimin? ¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó Jungkook mientras se tapaba con una manta.

—Yo... —Jimin se quedó en silencio, tratando de entender todo, pero cuando estaba a punto de hablar, el cuerpo se levantó, mostrando la cara de Taehyung— ¿Qué demonios?

—Hola, Jimin.

La luz solar que emanaba del comienzo del día, empezaba a molestar los ojos adormilados de Jimin, quien se había quedado dormido junto a la cama de Jungkook, el cual también estaba profundamente dormido y agotado, como si algo lo hubiera mantenido despierto hasta altas horas de la noche. Jimin empezaba a despertar poco a poco, sintiéndose cansado y desubicado, preguntándose una y otra vez si lo que había visto era realmente real, pero sus recuerdos le hacían entender que realmente todo había pasado y Jungkook decía la verdad desde un principio.

Al despertar completamente, Jimin se dirigió a la cama de Jungkook, despertándolo rápidamente, ya que quería que le contara lo que realmente había pasado anoche, pero por alguna extraña razón, Jungkook no recordaba mucho de lo que había pasado y para ser sincero, él no podía recordará muy bien lo que sucedía cada noche, sólo recordaba que Taehyung venía a visitarlo y lo hacía suyo sin problema, otorgándole felicidad y tranquilidad, pues después de aquel accidente, Jungkook temía el no poder volver a ver a Taehyung, pero gracias a esas noches, él había perdido aquel miedo y había vuelto a ser feliz completamente.

—¡Jungkook, Jimin! ¿Están bien? —preguntó Jin con preocupación.

—¿Ocurre algo? Te ves nervioso. —preguntó Jungkook con seriedad.

—Anoche explotó unos medicamentos en el laboratorio, causando que una nube alucinógena se apoderara de los pasillos. —explicó Jin.

—No te preocupes Jin, ambos estamos bien y acabo de descubrir la verdad —informó Jimin—. Taehyung es real, Jungkook decía la verdad, podríamos estar siendo testigos de algo sobrenatural ¡Es increíble!

Jin miró fijamente a Jimin, mientras largaba un suspiro pesado y cansado, haciendo que acariciara su frente con frustración, esto hizo que la emoción de Jimin desapareciera completamente, mirando con confusión a Jin, quién rápidamente le pidió que fueran a su oficina para hablar con más tranquilidad. Jimin y Jin salieron de la habitación de Jungkook para dirigirse hacia la oficina, a la cual llegaron sin ningún problema.

Jimin empezó a contar todo lo había visto y escuchado, incluso propuso algunas actividades para combatir la locura, pues él creía que quizás los pacientes que tenían esquizofrenia o algún otro trastorno, eran visitados por personas o espíritus, los cuales los elegían para que pudieran ayudarlos y debido a nuestra mente abierta solamente a la medicina, no nos permitía ver más allá de una simple enfermedad. Jimin seguía completamente emocionado, sin darse cuenta que Jin había apretado un botón bajo su escritorio, el cual servía para llamar a los guardias, los cuales no tardaron en llegar y rodear a Jimin.

—¿Qué está pasando? —preguntó Jimin desconcertado—. No estoy entendiendo ¿Qué estás haciendo Jin?

—¿Enserio no lo recuerdas? —cuestionó Jin.

—¡¿Recordar qué?! —exclamó Jimin con enojo, mientras era sostenido por los guardias— ¿Qué se supone que debo recordar? ¡Dímelo! 

—Taehyung no es real, solo es un personaje creado por la mente de ustedes dos. —informó Jin— el accidente ocurrió, pero no iba ningún Taehyung en el auto, solo eras tú y Jungkook.

—¡Mientes! Tae es real, yo lo vi, no estoy loco Jin. —gritó Jimin.

Jin rápidamente aplicó una sustancia en el cuerpo de Jimin, el cual hizo que este cayera inconsciente de inmediato. Aquella sustancia haría que Jimin volviera a recordar todo lo que había pasado antes del accidente, pues el mismo había suministro medicamentos en el cuerpo de Jimin y Jungkook, los cuales hacían que estos dos olvidaran por completo lo que había pasado y pudieran seguir con sus vidas normales, lastimosamente, los recuerdos eran más fuertes y estos dos habían creado un personaje, que los unía por completo. J-hope y Jin, habían mantenido esto en secreto y les habían hecho creer que Taehyung era real, pero todo se les había salido de las manos.

Una vez que los guardias se llevaron a Jimin a una de las habitaciones, Jin llamó a J-hope, explicándole que Jimin había vuelto a recaer y Jungkook estaba peor que nunca. J-hope no tardó mucho en llegar al lugar, para así esperar a que Jimin volviera otra vez en si y explicar realmente lo que había pasado aquella noche del accidente y el por qué habían decidido hacer que olvidaran todo lo ocurrido.


Jimin se encontraba completamente despierto, mirando un punto fijo en la pared blanca y acolchonada, mientras su mente empezaba a escavar en lo más profundo de sus recuerdos, tratando de recordar algo de lo que había dicho Jin, pero era una completa perdida de tiempo, pues la mente nublada de Jimin no podía recordar absolutamente nada y ahora que lo pensaba, nunca se había dado cuenta que no tenía recuerdos, sólo momentos en los que solía ir a hospitales psiquiátricos para ayudar a los enfermos ¿Acaso realmente él era uno de ellos? Todo era muy confuso.

Mientras el tiempo seguía pasando y la mente de Jimin seguía divagando, Jungkook entró a la habitación con su rostro enseriado. Ambos se quedaron en silencio, perdidos en sus propios pensamientos, mientras trataban de resolver el acertijo en su cabeza, pero antes de que pudieran llegar a una conclusión, J-hope y Jin entraron a la habitación, dispuestos a resolver todas aquellas dudas que ellos mismos habían creado por medio al pasado.

—¿Hermano? ¿Qué haces aquí? —cuestionó Jungkook sin quitar su rostro serio y cansado.

—De verdad lamentamos todo esto, nunca pensamos que el pasado volvería tan pronto. —dijo J-hope con preocupación y arrepentimiento.

—Quiero la verdad ¿Qué es eso de que Taehyung no existe? Yo lo vi y también está dentro de mis pocos recuerdos. —comentó Jimin— éramos siete chicos ¿Por qué solo estamos cuatro? Quiero la verdad ¡Ahora!

Namjoon, J-hope, Jin, Yoongi, Jungkook y Jimin, eran amigos desde hacía mucho tiempo, solían mantener juntos y hacer todo juntos, incluso algunas relaciones dentro del grupo se formaron. Namjoon empezó a salir con Jin y Jungkook empezó a salir con Jimin. Las relaciones permanecieron por mucho tiempo, pero Jungkook le fue infiel a Jimin con un chico desconocido para ellos, Jimin se dio cuenta y el día del accidente él fue a reclamarle todo, lastimosamente el destino tenía otros planes para ellos.

El chico estaba esperando a Jungkook en el auto, el mismo al que Jimin y Jungkook se subieron para discutir. En ese momento el chico salió de su escondite, Jimin enloquecido de celos, empezó a conducir hasta un río, donde el auto cayó tapándolo por completo.

—Yoongi y Namjoon estaban en ese mismo río, planeando una sorpresa para Jin, pero al ver el auto caer, ambo se sumergieron para salvarlos. —continuó J-hope— lastimosamente ambos quedaron atrapados por la presión del agua y murieron.

—Ustedes dos se salvaron, pero habían perdido la memoria. —informó Jin— así que decidimos no contales nada e impedir que se sintieran culpables.

—¿Qué pasó con el chico? —preguntó Jungkook.

—No lo sabemos, nunca encontraron su cuerpo, ni rastro de él, así que pensamos que todo era mentira y ustedes estaban peleando por otras razones. —respondió J-hope.

Ambos chicos se quedaron en silencio tratando de comprender lo que había sucedido ¿Realmente todo había pasado así? Todo era realmente sospechoso, incluso Jin y J-hope actuaban como si ocultaran algo, algo que los había marcado para siempre ¿Pero qué era? ¿Qué era tan grave como para hacerlos inventar una historia tan real? Nada tenía sentido. Después de aquella charla y después de que ambos juraron que Taehyung no existía, Jungkook se dirigió hacia su habitación, encontrando la manera de cerrar la puerta por dentro y encontrando la manera de romper la ventana que hacía en su habitación, alterando a los doctores, a los guardias y a los enfermos.

Al escuchar el estruendo, J-hope y Jin se dirigieron a la habitación de Jungkook, donde lucharon arduamente para romper la puerta, encontrando con un Jungkook subido al borde de la ventana, con sus manos y pies cortados con los vidrios de la ventana, mientras que sus ojos estaban cegados por las lagrimas que no tardaron en bajar por sus mejillas, haciendo que el corazón de todos se rompiera.

—¡¿Qué estás haciendo?! —exclamó Jin—. Esta no es la manera de resolver las cosas.

—Taehyung es real. —susurró Jungkook sintiendo como unas manos calidas lo abrazan por detras— él está aquí conmigo y ahora estaremos juntos para siempre.

—¡No! ¡No hagas esto Jungkook! No me puedes dejar solo. —gritó J-hope, mientras las lagrimas empezaban a bajar por sus mejillas.

—Lo siento.

Dicho esto, Jungkook salto de la ventana, haciendo que su cuerpo cayera boca abajo contra el pavimento, muriendo al instante, con una gran sonrisa y con sus ojos inundados de lágrimas. J-hope y Jin se dirigiendo rápidamente a la habitación de Jimin, pero este también estaba muerto, su cuerpo estaba colgado en la habitación, con su saco de fuerza al rededor de su cuello, había muerto ahorcado mientras Jungkook saltaba por la ventana. En la pared blanca había escrito con sangre "Taehyung es real" luego vieron que las uñas de Jimin estaban arracadas, debido a la fuerza que había hecho para escribir eso en la pared.

Este suceso había quedado marcado para siempre en la historia del hospital, el cual después de aquel accidente, había cerrado sus puertas, quedando completamente abandonado, pero muchos dicen que las almas de aquellos que murieron, siguen rondando y habitando el lugar, haciendo que historias terroríficas sean inventadas allí. Jin y J-hope le habían dado sagrada sepultura a Jimin y a Jungkook, los cuales habían muerto con una gran tristeza en su corazón y con su mente completamente confusa, haciendo que los únicos dos chicos vivos, dudaran de su existencia.

Los años siguieron pasando y las muertes en aquel hospital habían quedado en el olvido, pero en la mente de J-hope y Jin, seguía rondando, como si hubiera pasado hace muy poco tiempo. Mientras Jin miraba unos papeles en su nuevo trabajo, la llamada de J-hope lo sorprendió, pues después del accidente, habían cortado con cualquier medio de contacto, castigándose por lo que había ocurrido.

—¿Hola? —contestó Jin.

Jin... Algo malo está ocurriendo. —respondió J-hope en un susurró

—¿Ocurre algo malo? —dudó— ¿A qué te refieres? No entiendo.

Jin, Taehyung es real. —murmuró con una risita que hizo que Jin se erizara.

¿Qué?

Es real.

Después de eso la llamada se cortó y el televisor en su oficina se prendió de inmediato, mostrando la noticia donde habían descubierto un cadáver en el auto en que hace muchos años, Jimin y Jungkook se habían estrellado. Jin estaba estupefacto, incapaz de entender lo que estaba sucediendo ¿Acaso ese chico si había sido real? Todo era realmente extraño, por lo que decidió subir el volumen del televisor y entender mejor lo que habían encontrado.

—Éste auto fue el causante de dos muertes y dos heridos, hace muchos años atrás. —informó el forense— debido a que el auto se había hundido hasta el fondo, no se pudo examinar el interior y los dos chicos que murieron, solo se concentraron en los dos chicos de adelante, sin darse cuenta que en la parte de atrás había un tercero.

—¿En qué estado estaba el cadáver? ¿Murió ahogado al igual que los otros dos chicos? —preguntó la periodista.

—No, el agua no alcanzó a tapar el asiento de atrás, debido a la inclinación del auto y que todo estaba con seguro. —comentó— según los estudios en la morgue, el chico estuvo vivo por dos semanas, alimentándose de algunas cosas que llevaba de alimento en el auto, pero debido a que la mitad de su cuerpo estaba sumergido, le dio hipotermia y su cuerpo se empezó a pudrir, haciendo que los gusanos de la carne putrefacta se lo empezaran a comer vivo, realmente fue un muerte horrible y despaciosa.

—¿Descubrieron su identidad? —cuestionó nuevamente.

—Sí, su nombre era Kim Taegyung.

El nombre en la pantalla pareció resonar en toda la oficina, haciendo que las lagrimas empezarán a salir de los ojos de Jin, dándose cuenta de todos los errores que había cometido. Jin rápidamente salió de su oficina y se dirigió a la casa de J-hope, la cual estaba custodiada por policías y el personal de criminalista, pues un vecino había visto la puerta abierto y curioso por la situación entró, encontrandose con un cuerpo en el suelo, sosteniendo un cuchillo, con el cual había cortado su cuello.

Jin rápidamente entró a la casa, esquivando a los policías que no dejaban entrar a nadie y allí lo vio, el cuerpo de J-hope tirando en el suelo, con una manta blanca cubriéndolo por completo. Jin no tardo mucho en volver a llorar, mientras se dirigía a la habitación de su amigo, viendo las fotos en la que estaban todos juntos, deseando volver a ese momento donde eran felices, mientras miraba todo con atención, sintiendo un escalofrío recorrer su columna vertebral y antes de que pudiera mirar, una voz escalofriante le susurró en el oído.

Soy real...

Fin.

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