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-Por favor, ten cuidado... No debes estar ahí, vete.

La peli negra miró a su alrededor confundida ante aquella voz que se escuchó con eco.

-Vete de ahí, Vete!

De forma sorpresiva apareció frente a la peli negra una señora con el rostro cubierto por sus propios cabellos de tono naranja rojizo.

[° ° °]

Despertó sobresaltada, sudando frío y respirando un poco agitada por el susto que se llevó, cerró sus ojos suspirando largo para calmarse, intentó conciliar el sueño pero no lo logró a lo que se levantó con dirección a las duchas de las mujeres.

Al salir de su habitación notó que aún era de noche, no le importó así que fue caminando hasta encontrarse con la ducha de las mujeres, puso a un lado su ropa así entrar bajo la ducha.

Luego de unos minutos, salió secándose seguido de ponerse la ropa que le habían dado allí, lo bueno para ella es que podía usar sus botas, en lo que salía se acomodaba el cinturón sin prestar atención al frente, chocó contra alguien alzando la vista de manera rápido encontrándose con un soldado de la Liga de Vigilancia.

-Mis disculpas Señorita, pero que hace a estas horas despierta? -preguntó viendo aquellos ojos azules-.

-No logré dormir más, decidí salir y esperar a que indiquen la formación -con firmeza viendo al muchacho-.

-Entendido, pero debería volver, falta una hora para eso -dijo y se marchó volviendo a su puesto-.

Una hora, suspiró pesadamente dirigiéndose a la habitación de nuevo, pero se detuvo en seco al no sentir su anillo en su dedo, rápidamente se dirigió de nuevo a las duchas, estaba oscuro  no lograba ver absolutamente nada, miró a todos lados y agudizó sus oídos para averiguar si no había nadie cerca.

Nada, de su mano salió una pequeña llama de fuego iluminando un poco alrededor hasta que vió un ligero brillo. Mi anillo. Aliviada lo tomó, escuchó pasos acercarse al lugar a lo que rápidamente apagó el fuego de sus manos y se puso el anillo, hizo como si recién salió de allí viendo a otro guardia haciendo su trabajo.

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Todos se encontraban en formación para la primera Prueba, varios nerviosos, otros tranquilos.

-Hoy iniciamos la Primera Prueba! Entrenarán durante cinco años para poder lograr sobrepasar sus límites! Entendido?!  -gritó con firmeza-.

-Si Señor!

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Y así fue, cada día, cada semana, cada mes, entrenando duro para poder convertirse en lo que desean ser, en que Liga entrar.

La peli negra, decidida a entrar a la Liga de Cacería, quería salir al mundo exterior a pesar de saber lo peligroso que es allá afuera.

Pasaron 4 meses del entrenamiento, en este momento se encontraban todos afuera sentados comiendo su almuerzo, como siempre la oji-azul apartada de todo y todos, comiendo con tranquilidad mientras anotaba en su libreta todo lo que aprendió y debe mejorar, siempre lo hace para llevar en cuenta todo y no olvidarlo.

En esos 4 meses, la chica tenía varios "enemigos" solo por que no habían aceptado su amistad, ella no vino a hacer amigos y disfrutar. No, vino a tomar esto enserio, deseaba ingresar a las tropas de Cacería, su mayor sueño desde niña.

-Terminó el descanso! Formación en este instante! -ordenó el General-.

Todos fueron a sus correspondientes filas, muchos estaban cansados que les costaba estar firmes, pasó por cada fila para observar y analizar a cada recluta.

-Formense bien! Firmes, hombros atrás y cabeza en alto! -ordenó al estar de nuevo a la vista de todos-.

Varios lo hicieron a la fuerza, después de un largo sermón, ordenó ir al campo de batalla donde aprenderíamos sobre quien tenía mejor puntería, buen uso de armas de fuego y armas blancas, eso le encantó a la peli negra. 

-Siguiente Fila!.

Dieron tres pasos al frente con arco y flecha en mano, posicionaron la flecha en el arco y apuntaron al frente, a lo lejos tenían a varios muñecos, todos dispararon al mismo tiempo una vez dada la indicación.

Varios fallaron exceptuando a 5 personas y entre ellos la peli negra, así fue con las demás filas hasta que llegó el momento del descanso.

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Todos se encontraban sentados en la pequeña cafetería, comiendo para recuperar energías, en ese caso la peli negra no estaba allí si no en la arena de Arquería practicando.... En medio de su práctica se percató que la estaban mirando, giró la cabeza en dirección a donde estaba esa persona topándose con la mirada del Teniente.

-Soldado Gardner, que hace a estas horas en este lugar -mirando con seriedad a la mencionada-.

-Estoy practicando Señor. -respondí con firmeza-.

-No es momento de entrenar, es momento de descansar, vaya a la cafetería en este instante -ordenó-.

-No iré Señor -solté con valor-.

-Disculpa? -volvia a dirigir su mirada a aquellos ojos azules profundos- Soldado, debe de obedecer la órden de su superior, vaya ahora mismo a...

-No iré Señor -repetí interrumpiendo- En un futuro no lejano llegaremos a enfrentarnos a esos seres de noche, es por eso que practico a oscuras, mejorar la vista en esta negrura, adaptarse y ser la oscuridad para conseguir la Victoria -añadí con valor y firmeza-.

Aquel Teniente se quedó pensando en las palabras mencionadas de la peli negra, tenía un punto, ser atacados en la noche donde consiguen más fuerzas, así que tomó una decisión.

-Tiene buen punto, vaya a descansar Soldado Gardner, mañana será un día pesado -comentó con seriedad, más de lo usual-.

-Si Señor, con permiso -dejó el arco y fue directo a su habitación sin comer nada-.

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Llegó la mañana de media luz, todos despertaron y salieron con dirección a sus correspondientes filas, llegó el Teniente una vez todos estuvieran formados.

-¡Atención! A partir de hoy los entrenamientos serán extendidos! -comentó mirando a todos que se veían confusos- Entrenarán día y noche a partir de hoy! Nunca se sabe si en un futuro debamos luchar en la noche donde no hay media luz! Así que prepárense que esto se pondrá pesado! -añadió con firmeza-.

-Si Señor! -gritaron-.

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Calló la noche, todos estaban entrenando por grupos en diferentes arenas, varios ya estaban agitados y hambrientos, estuvieron así desde que rompieron filas, ni un minuto de descanso, todo el tiempo era entrenar y entrenar.

La peli negra estaba de igual forma cansada, pero seguía practicando su puntería en medio de la oscura negrura que apenas se veía algo.

Llegó las 2 a.m. del Domingo, el Teniente se puso en medio del lugar junto a un guardia quién era su mano derecha.

-¡Atención! -gritó el guardia a lo que todos se detuvieron-.

-Todos vayan a descansar! Mañana dejaré que descansen para volver a entrenar, pero recuerden! El entrenamiento será lo mismo que fue ayer y hoy! -comentó tratando de mirar a su alrededor- vayan a sus habitaciones ya!.

Se escucharon pasos en dirección a las habitaciones asignadas, una vez tocaron sus cabezas las almohadas cayeron en profundo sueño.

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Era de mañana, las 2 p.m. de la tarde, todos se encontraban comiendo apresurados como si no hubieran comido en semanas, la peli negra una vez terminó de comer con tranquilidad salió de allí caminando en dirección a la arena de puntería pero escuchó pasos apresurados que venían hacia ella.

Minuto justo de que Ruby salió del lugar.

La vi por aquí, se que esta aquí. Pensó una chica que corría en busca de alguien que al principio creyó muerta hace tiempo, empujaba a varios de los reclutas buscando con desespero hasta que chocó por alguien cayendo aquellas dos personas al suelo.

-Ouch... Lo lamento, n-no vi por donde i... -al levantar la vista la vió, sabía que no estaba muerta-.

-No importa.. Fue un accidente -dijo levantándose seguido de sacudir su ropa- pero a la próxima fíjate por donde vas. -añadió con frialdad-.

Aquella chica que seguía en el suelo estaba en shock hasta que reaccionó viendo como se alejaba una chica de cabello negro,se levantó con rapidez, una sonrisa de alivio y alegría se dibujó en su rostro.

Sabía que estabas viva... Por fin te encontré... Ruby Gardner.