*Capítulo 6*

Me giro en sus brazos y me encuentro con su bonita sonrisa, inmediatamente sonrío.

— Pensé que no vendrías— murmuro juntando mis manos tras su cuello.

— Estaba resolviendo unos asuntos— quita el cabello de mi rostro— Estás hermosa.

— Mierda— susurro y ruedo los ojos— Odio este vestido, todos los vestidos en general.

— ¿Por qué?— cuestiona rodeando mi cintura.

— No lo sé— me encogí de hombros— No me gusta y ya, parezco una niña.

— Eres una niña, Sol— eché mi cabeza hacia atrás.

— Jesucristo— negué— No me refiero a eso... ustedes no entienden...

Las palabras se atascaron en mi boca cuando Logan pasó su mano por mi nuca y me pegó a sus labios, me concentre en seguirle el beso y pegarme más a su cuerpo.

Sus manos bajaron a mi espalda tratando de acercarme más a él, pero parecía una tarea imposible, mi respiración comenzaba a fallar y con algo de molestia, me alejé de su boca.

Su frente se junto con la mía y mi respiración se mezclaba con la suya, abrí los ojos para encontrarme con su potente mirada. Tragué duro y desvíe mi vista de sus ojos, de reojo ví su sonrisa e inevitablemente me sonrojé.

Su mano subió a mi mejilla y dándole una sutil caricia, besa mis labios con ternura.

¿Dónde quedó el témpano de hielo que conocí hace cuatro meses?. Tú lo derretiste, Sol.

— Quiero quitarme esto— froto mi brazo y hago una mueca.

— ¿Para que te lo pusiste?— Logan cuestiona y lo observo con una ceja arqueada.

— Angélica me obligó— digo rodando los ojos, su mano se entrelaza con la mía y lleva esta a sus labios— Hace frío.

— Si, el clima a estado muy templado últimamente— suspiro y miro la carretera por la ventana del auto.

Apenas pude, me escapé de mi hermano y de los mocosos de sus amigos. Angélica me persiguió por toda la casa, evitando que me quitara el vestido. Por lo que estoy aquí, todavía con el molesto vestido rojo, me pica todo el cuerpo y eso me irrita en sobremanera.

Logan estaciona el auto frente a su casa, me quito el cinturón y abro la puerta para poder bajar. Una vez fuera del auto, el viento helado golpea contra mi cuerpo y me estremezco.

— ¡Dios!— exclamo, mientras camino hacia la puerta— ¡Hace demasiado frío!.

Escucho la risa de Logan y giro a obsérvalo.

— No te rías— hablo seriamente y él solo se apresura a abrir la puerta.

— Entra antes de que mueras congelada— su sonrisa me hace saber lo divertido que se le hace verme así.

— Si sigues burlándote de mi— lo señalo — Voy a golpearte.

Camino hacia la sala y me deshago de mis zapatillas, siento sus brazos rodearme desde atrás y besar mi mejilla. Acaricio sus manos y cierro los ojos suspirando.

Es increíble tenerlo así de nuevo. Lo sé, extrañaba esto.

— No es mi culpa que te veas graciosa temblando— murmura en mi oído y las cosquillas que me causa me hace sonreír.

— No te burles— me alejo de él y me giro a obsérvalo— No es mi culpa ser tan friolenta.

— ¿Por qué te mudaste Alaska entonces?— cuestiona y me encojo de hombros.

— No sé— ladeó el rostro— Tal vez para estar cerca de mi hermano, supongo.

— Es lo más importante para ti, ¿Cierto?— asiento y sonrío.

— Andy es mi vida entera— murmuro observando sus ojos azules.

Su mano se eleva y acaricia mi mejilla, inclino mi rostro hacia su mano y cierro los ojos.

Lo siento acercarse a mi y pegar mi pecho al suyo, subo mis manos a su cuello y uno sus labios con los míos, me besa de forma lenta y siento como el mundo se pone en pausa.

Mi interior se revoluciona cuando una de sus manos va al cierre de mi vestido, con una lentitud alarmante baja la cremallera y sus dedos acarician mi espalda en el proceso.

Llevo mis manos a su saco y quito este con lentitud, desabrocho cada uno de los botones de su camisa negra sin dejar de besarlo. Con una sonrisa hago que camine hacia atrás y se siente en el sofá, quedo de pie en medio de sus piernas y él con sus frías manos acaricia las mías.

Con mis ojos fijos en los suyos, bajo la parte superior del vestido y aunque mi rostro no demuestra nada, en estos momentos la satisfacción recorre mi sistema. Logan mantiene sus ojos azules en mi rostro, mis manos siguen bajando el vestido por mi cintura y cuando esté llega al inicio de mis piernas, lo dejo caer al suelo.

La gran palma de su mano se posa en mi espalda y hace que me siente a horcajadas en su regazo, mis ojos no se han despegado de los suyos en ningún momento y creo que esta es la mayor cantidad de tiempo en la que no he desviado la mirada.

Sus manos frías queman mi piel caliente y me estremezco cuando sus labios chocan con la piel de mi cuello, muerdo mi labio inferior para impedir que los jadeos salgan disparados de mi boca. Su mano acaricia mi espalda y baja hasta mi trasero para apretar este obligándome a gemir despacio.

Siento su sonrisa en mi mejilla y luego sus labios sobre los míos, pero ahora no hay ternura, ahora solo hay deseo.

Con la mano que tiene en mi trasero me presiona contra él y jadeo sobre sus labios, robándole una sonrisa que me hace sonreír a mi.

En un movimiento inesperado por mi parte, Logan hace que cambiemos de posición y ahora yo estoy tendida en el sofá y él está sobre mi, en medio de mis piernas.

Sus manos recorren mi cintura y yo cierro los ojos suspirando.

Esta magnífica sensación.

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¡Otro capítulo de esta maratón!

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