*Capítulo 5*

"Logan"

— Creo que esto es todo por ahora, señor— dice la voz de Tatiana llamando mi atención.

— Siendo así, tomate la tarde libre— le digo y la pelirroja sonríe abiertamente— Pero antes, pasa por la oficina de Sofía y dile que necesito hablar con ella.

— Cómo usted diga— asiente y sale para dejarme solo.

Observo el reloj en mi muñeca izquierda y en este marcan las cuatro treinta, aún tengo tiempo.

Mi teléfono suena sobre el cristal de mi escritorio y un sentimiento de felicidad me aborda inevitablemente.

«¡Estoy aburrida!».

«¿No deberías estar feliz porque tú hermano se graduó?».

«¡Estoy feliz por él!, Pero todos son tan... niños y no tengo nada que hacer».

Me la imagino haciendo un puchero e inconscientemente sonrío.

— ¿Querías verme?— la voz de Sofía hace que mi vista se dirija hacia ella.

— Si— asiento— Pasa y siéntate.

La observo sentarse y miro su rostro, el cual luce inocente pero sé perfectamente que está tan metida en esto como mi madre.

— Dime qué necesitas — sonríe abiertamente y eso me hace sonreír sin gracia.

— ¿Recuerdas cuando teníamos veinte años y tú querías tener algo conmigo?— cuestiono y la sonrisa que había en el rostro de Sofía se borra instantáneamente.

— ¿Qué?— su ceño se frunce.

— ¿Lo recuerdas, Sofía?— pregunto, me coloco de pie y comienzo a caminar por la oficina.

— Yo... si, lo recuerdo— responde y la veo tragar duro.

— Que bueno que lo haces— murmuro, me detengo junto a ella— ¿También recuerdas lo que te dije?.

— ¿A qué viene todo esto?— cuestiona girándose.

— Solo quiero saber si lo recuerdas— miro su rostro, su entrecejo fruncido.

— Si lo recuerdo, Logan— dice y sé que está molesta.

— Bien— doy un paso en su dirección y quedo centímetros de ella— Creo que mi opinión no ha cambiado, ese día te dije que no quería absolutamente nada contigo.

Sus ojos se abre a tope.

— Logan...

— Eso era lo que quería hace nueve años— digo— Y es exactamente lo que quiero hoy.

— ¿Por qué estás diciéndome todo esto?— cuestiona con voz ahogada.

— Porque quiero que te quede claro que no me importa lo que pienses y tampoco me importa lo que hagas— mi voz fría golpea contra su rostro— Nada hará que me aleje de Sol, ni tú ni nadie.

— ¿Todo esto es por ella?— su chillona voz me hace fruncir el ceño— ¿Por qué ella?, ¡No puedes estar con ella!.

— ¿Y quién lo dice?— una risa sin humor escapa de mi boca— No eres nadie para opinar sobre mi vida.

— Pero... ella no es nada, tu no sientes nada... no puedes...

— ¿Qué no puedo?— pregunto mirando su rostro— ¿Amarla?, puedes déjame decirte que ya lo hago y nadie va impedir que lo siga haciendo.— sentencio y su rostro es un poema— Así que te aconsejo que dejes de meterte en mi vida, porque no me conoces, Sofía. Y no te gustará hacerlo.

Sus mejillas rojas me hacen saber que está molesta, tomando una lenta respiración se pone de pie y camina hacia la puerta.

— Te metiste con la persona equivocada— murmura mirándome por sobre su hombro— Y no me refiero a ella.

Dándome una última mirada, sale de la oficina. Suelto un suspiro, ¿En qué momento me rodeé de tantas personas falsas?.

Bajo del auto y me encamino hacia la puerta de los Smith. Después de tocar el timbre, la puerta se abre, dejándome ver al gran Arnol.

— Logan— estrecha mi mano y me sonríe cuál padre.

— ¿Cómo va todo?— cuestiono entrando a la casa y caminando junto a él.

— Todo excelente, estresado con tanto colágeno— ríe y señala a su hijo, quién está rodeado de adolescentes como él— Lo que uno hace por los hijos.

— Debes estar orgulloso— digo.

— Demasiado — concuerda y asiente— Mis hijos han hecho cosas gratificantes para mí, es imposible no estarlo.

Recorro el lugar con la mirada y frunzo el ceño al no ver a Sol.

— Está después de la piscina— la voz de Arnol llama mi atención— No le gusta estar rodeada de muchas personas.

— Lo sé— asiento— No le gusta estar con personas como nosotros.

— Somos la excepción, Logan— afirma— Tú formas parte de ella.

Dejándome sorprendido, se aleja en dirección a su esposa, Angélica me sonríe y a modo de saludo le devuelvo el gesto.

Me encamino hacia la piscina, el gran patio parece interminable pero luego de unos segundos, la imagen del Sol más hermoso me hace sonreír.

Está de pie justo en medio del césped, su vestido rojo cae por lo que parece, cuatro dedos bajo su trasero. Sus manos están entrelazadas tras su espalda, su cabeza está inclinada un poco hacia atrás muestras observa el cielo. Inconscientemente balancea su peso sobre uno de sus pies, su cabello se sacude cada vez que el viento sopla.

Sonriendo me acerco a ella, con cuidado paso mi mano por su abdomen y pego su espalda a mi pecho. En cuestión de segundos deja su cabeza caer sobre mi hombro y entrelaza su mano con la mía.

Está sensación no la cambiaría por nada del mundo.

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¡Otro capítulo!

¿Que les parece el primer capitulo narrado por nuestros precioso Logan?

¡SORPRESA MARATÓN!

1/3

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