*Capítulo 27*

Tres meses después

Una incomodidad me hace moverme pero no logro mucho, abro los ojos lentamente y me encuentro con el rostro de mi novio completamente dormido y relajado.

Una de sus manos descansa sobre mi pierna, la cual está sobre la suya. Pero eso no es lo más llamativo, sino más bien, mi abultado vientre de ocho meses. Si, ocho meses.

Parezco pelota. Te ves hermosa. Ruedo los ojos y llevo mi mano a mi vientre, está se mueve rápidamente. Muerdo mi labio inferior tratando de no reír.

Logan se remueve y segundos después lo tengo mirándome con sus hermosos ojos azules.

-Alguien está despierto- su voz ronca me eriza la piel y sonriendo se gira lentamente. Ahora estamos cara a cara- Buenos días.

-Buenos días- sonrío y acaricio su mejilla, su mano toma la mía y besa mi palma. Luego lleva esta a mi vientre y este no duda en moverse.

-Falta poco para que salgas- murmura- ¿Qué haremos cuando eso pase?.

-Regalarlo- me burlo.

-Esa es una buena idea- sonríe y me arrimo hacia él para besarlo.

Me gustan estos buenos días. Te gusta él. Si, él también.

-Solo voy a buscar cosas en mi departamento- digo tratando de buscar las llaves en mi bolso y hablar por teléfono al mismo tiempo.

-Te hubiera acompañado- Logan habla con reproche.

-Estás trabajando, Meg va a ayudarme- digo y observo a esta mirándome inquieta- Estaré bien.

-Bueno, me llamas cualquier cosa- dice en tono mandón.

-Okey, te amo. Adiós.

-Yo también te amo. Nos vemos- cuelga y cuando voy a hablarle a Meg, esta toma su teléfono.

-Tengo que contestar- ruedo los ojos.

-Dejaré la puerta abierta- asiente y yo solo giro y entro al edificio.

Hace más de un mes que no venía y ciertamente, aún tengo miles de mis cosas aquí. Por flojera, aún no me he llevado todo.

Han pasado cosas buenas estos últimos meses, empezando con que se acerca navidad y eso me pone muy feliz. También tengo oficialmente veintitrés años y mi novio tiene treinta.

¿Lo gracioso de todo?, Que descubrí que él cumple tres días después que yo. ¿Estupendo?, Si, bastante.

También volví a la universidad y me dieron una excusa por maternidad, cosa que no sabía que existía. Pero que por alguna extraña razón, Logan la encontró. Y como cosa rara mi papá lo apoyó.

Soy víctima de todos sus actos. Desagradecida.

Entro a mi antiguo departamento y sonrío al ver todo tal cual como lo dejé, excepto por pequeñas cosas que me he llevado a casa. Dejo la puerta entreabierta para que Meg pueda entrar.

Camino hacia mi habitación y busco el gran bolso rosa que me mamá me regaló hace tiempo y voy en busca de varias de mis cosas.

Mi bebé se mueve y con una sonrisa acaricio mi vientre.

-¿Estás despierto, frijolito?- cuestiono con voz mimosa.

-Frijolito es un buen nombre- me sobresalto al sentir esa voz detrás de mi y me giro rápidamente- Aunque admito que Junior le quedaría mejor.

Sofía me mira con una sonrisa malévola y mi corazón comienza a palpitar rápido y fuerte.

-¿Qué haces aquí?- cuestiono, trato de que mi voz salga en un tono firme, pero fracaso completamente.

-Deberías cerrar la puerta- camina por la habitación y observa a su alrededor- Hay muchas personas malas y que quieren hacer daño.

-¿Cómo tú?- pregunto, su risa me estremece.

-Debo admitir que quiero alejarte de Logan, pero no soy una mala persona- su vista se fija en mi- No debiste embarazarte.

-Tú no debes estar aquí- murmuro.

-Si tan solo te hubieras alejado de él cuando pudiste... - aprieta la mandíbula- Por suerte ahora, puedo matar dos pájaros de un solo tiro.

De su espalda saca un arma y mi garganta se anuda, el miedo me golpea y paso mi vista por toda la habitación. Estoy de pie junto a mi mesita de noche y sobre estás hay varios objetos, entre ellos unas tijeras.

-¿Qué ganas con esto?- murmuro con la voz ahogada.

-Sacarte del camino- la veo acercarse a mi lentamente.

-Él no va a quererte - mi voz suena entrecortada.

Respira, Sol. Eso intento.

-Él me ama- sus ojos marrones me miran ampliamente- Solo tienes que alejarte.

-Si me dañas... él no va a amarte- tartamudeo al verla más cerca.

-Tienes que alejar a ese bastardo de nosotros- llevo mis manos a mi vientre rápidamente y una lágrima baja por mi mejilla.

-No puedes hacer esto- susurro, ella sonríe.

-¿Por qué no?- cuestiona y se acerca más, llevo mi mano detrás de mi con sutileza.

-Porque no voy a dejar que te robes mi felicidad- respiro y la tengo a centímetros de mi.

-¿Cómo harás eso?- su enorme sonrisa blanca es tan tétrica que me resulta repugnante.

-Así- susurro y en un movimiento rápido tomo las tijeras entre mis manos y las llevo a su cuello.

Sus ojos se abren de manera descomunal y un grito ahogado escapa de su garganta al momento de que un jadeo escapa de la mía.

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¡Oh por Dios!.

¿Que habrá sucedido?.

El maratón del final encomienda ahora mismo.

1/5

¿Que sucederá?

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