Capítulo Único.
Han pasado cinco años desde que Ace sintió el frío por última vez; desde el momento en el que engulló la Mera Mera no Mi en la isla desértica en la que naufragó al inicio de su viaje como pirata. Ahora, con las muñecas esposadas por piedra marina, el aire congelado del hielo de Aokiji cala en su piel.
Siente el patíbulo retumbar suavemente con cada paso que da Oars. Ace sacude la cabeza con angustia, ¿por qué el gigante sigue caminando hacia él? ¿Realmente merece la pena todo este espectáculo para salvarlo?
Cuando Bartholomew Kuma se para frente a Oars, Ace maldice. No sabe mucho sobre el Shichibukai, pero su padre le había advertido sobre él. Al ver su expresión robótica y sin emociones, entiende un poco el por qué. Kuma eleva sus brazos hacia el cielo, reuniendo energía en sus palmas acolchadas. Ace inhala con fuerza, tragándose un grito de advertencia hacia su amigo gigante. Está tan centrado en no dejar salir el pánico que burbujea en su interior que casi se pierde el jadeo casi inaudible que se le escapa a Sengoku junto a él.
Ace mira al horizonte y entrecierra los ojos igual que el Almirante de Flota mientras busca qué es lo que ha atrapado la atención del hombre. Allí, una pequeña mancha sobre el hombro de Oars que se va haciendo más grande conforme más cerca está. Hay algo que se acerca surcando el cielo y es demasiado grande para ser un pájaro. Oars no aparta la vista de su enemigo, pero Kuma detiene su ataque para ver el objeto entrante.
Es un barco. Un barco volador que desciende mientras se acerca. A su lado en el patíbulo, Ace oye a Garp maldecir entre dientes. Entonces, una idea casi inconcebible pasa por su cabeza: un barco, presumiblemente uno pirata, que hace locuras como desafiar la gravedad e inmiscuirse en una guerra donde solo los mejores están permitidos. La única persona que cumple todos estos aspectos debería estar demasiado lejos en este momento, muy probablemente incomunicado, pero los colores brillantes de la bandera que se aproxima dicen lo contrario.
El colorido león soleado aterriza en el agua con un gran impacto que baña con una ola a los luchadores más cercanos a la zona. Por un segundo, todos miran el barco. Luego alguien señala:
"¡Es la tripulación de Sombrero de Paja!"
Las reacciones son varias. Principalmente, abunda la confusión. ¿Qué está haciendo el infame Mugiwara en esta guerra? No es que sea una sorpresa dado su terrible historial con la Marina: allanamiento de instalaciones gubernamentales, violencia contra los Tenryuubito, un marcador de Shichibukai derrotados... Pero ciertamente esta sería la primera interacción directa conocida entre los Sombrero de Paja y los piratas de Barbablanca.
"¿Qué está haciendo ese hombre aquí?" La expresión de Boa Hancock es ilegible mientras mira con intensidad el barco en la bahía.
"Parece que nos volvemos a encontrar," comenta Dracule Mihawk empuñando su espada.
"Han pasado un par de años desde que nos vimos," dice Kizaru con una expresión levemente divertida.
"¿Mugiwara?" Marco mira el barco de reojo. "¿No es ese el hermano menor del que Ace siempre está hablando?"
"Sombrero de Paja, Luffy..." Sengoku pronuncia su nombre lentamente por el altavoz. "¡El nuevo Emperador!"
Ace deja escapar un jadeo y su cabeza gira con un latigazo para mirar a Sengoku. Por la falta de reacción de los presentes, esta no debe ser una nueva noticia. ¿Luffy? ¿Uno de los Cuatro Emperadores? La incredulidad debe mostrarse en su rostro, porque Sengoku suspira y vuelve a hablar.
"Sombrero de Paja fue nombrado Emperador hace tan solo unos días, después de la derrota de Big Mom y Kaido a manos de Eustass Kid, Trafalgar Law y el mismo Monkey D. Luffy. Es imposible que puedan haber llegado aquí en tan poco tiempo."
Las palabras del Amirante de Flota son recibidas por el silencio como respuesta. Todos miran la cubierta vacía del Thousand Sunny y, por un momento, casi deciden que el barco debe estar vacío. Luego se oye un traqueteo detrás de una puerta que se abre de golpe para mostrar a un hombre de cabello verde con tres espadas atadas a la cintura que bosteza despreocupadamente. Su único ojo, lloroso por la neblina del sueño, recorre rápidamente el campo de batalla. Luego se gira y eleva su voz.
"¡Hemos llegado!" Anuncia.
Las cejas de los presentes se arquean con incredulidad ante la aparente tranquilidad del hombre que acaba de irrumpir en una guerra. El Cazador de Piratas, Roronoa Zoro, sube a la barandilla de su barco con un salto y le da una segunda mirada a Marineford, esta vez un poco analítico.
Un rubio aparece por la misma puerta y a él lo siguen algunas otras personas, fácilmente reconocibles como la tripulación de los Sombrero de Paja. En total son nueve, con la ausencia muy notable de su capitán. Una de las dos mujeres, la de cabello anaranjado, se mueve nerviosamente junto a Zoro y pregunta:
"¿Está aquí?" No especifica de quién habla, pero la mayoría de los presentes tienen una teoría probable en mente.
Zoro sacude la cabeza. "Aún no ha llegado," dice antes de girarse a mirar a los demás. "Tendremos que hacer un poco de calentamiento hasta que la batalla comience."
El comentario ofende a más de uno, que empiezan a gruñir en dirección a los recién llegados como perros. Lamentablemente, los extras no son los únicos molestos por la actitud petulante del hombre. El bisento de Barbablanca se clava en el mascarón de proa del Moby Dick con un golpe agresivo haciendo que todos y cada uno de los piratas y marines se congele. El hombre gigante mira directamente hacia el barco de los Sombrero de Paja con ira.
"¿Calentamiento? Esto es una guerra, aquí no hay cabida para mocosos presuntuosos que se han llenado la cabeza solo por una victoria notable a nombre de su capitán. Si no queréis terminar con vuestras cabezas rodando, marchaos de aquí."
Ace jura que ve a más de uno en el campo de batalla con piernas temblorosas ante las palabras de su padre. No es solo la ira del hombre, sino la fuerte voluntad que ejerce sobre sus palabras. Cuando mira hacia el Thousand Sunny, no se sorprende al ver que al menos dos de ellos están pálidos como fantasmas e incluso el pequeño reno está a punto de llorar. Lo que sí le sorprende es ver como ninguno retrocede un solo paso.
Roronoa mira al Yonkou impasible. Sus manos se enganchan a la empuñadura de sus espadas, pero no hace un movimiento para sacarlas. La infame Nico Robin da un paso hacia delante, con una sonrisa suave asentada en su rostro.
"Espero que la desafortunada elección de palabras de nuestro espadachín no lo haya ofendido, señor," dice ella con tono pacífico. "Somos conscientes de la grave situación en la que nos encontramos, es por eso que estamos aquí."
Marco vuela sobre el hombro de su padre.
"Si lo que dices es cierto, ¿por qué no veo a vuestro capitán aquí?" Pregunta con tono molesto.
En este punto, Ace cree que algunos han olvidado qué vinieron a hacer aquí; todos demasiado nerviosos en el encuentro entre los Sombrero de Paja y Barbablanca. El mismo Ace está más centrado en esperar una respuesta a la pregunta de Marco.
Jinbe da un paso al frente, probablemente tratando de aliviar la tensión recién formada. Su propia presencia es una sorpresa para Ace e incluso para Marco, pero Barbablanca se mantiene igual de severo e impasible.
"Nuestro capitán," comienza Jinbe con énfasis. "Se adelantó él mismo para intentar alcanzar a Ace-kun. Nosotros nos quedamos atrás como plan de respaldo. Viendo que el plan principal falló, intuyo que debe estar de camino."
"¿De camino de dónde?" Insiste Barbablanca.
"¿De dónde crees?" Espeta Pierna Negra con impaciencia. "De Impel Down. El imbécil pensó que podría llegar a tiempo. Obviamente no lo hizo."
La declaración casual del rubio causa una sacudida en Marineford. Ace se divertiría con la variedad de reacciones de no ser porque él mismo está demasiado sorprendido como para pensar en algo más.
"¿Impel Down...?" Jadea conmocionado.
"Si ya hemos terminado con el interrogatorio, entonces tenemos asuntos más apremiantes," concluye Nico Robin con una sonrisa antes de crear un par de alas hechas de manos entrelazadas y saltar del barco.
Con esto, el resto de la tripulación se une a la batalla, dejando al Emperador con la palabra en la boca. La mayoría aún están demasiado congelados como para moverse a tiempo para impedirles el paso. Barbablanca no hace ningún comentario ni deja ver sus sentimientos con respecto a la presencia de las nuevas adiciones a la guerra.
Desde la cubierta del Thousand Sunny, Nami agita su bastón y una nube blanca se forma sobre su cabeza.
"¡Zeus!" Ella llama. "¡Vamos! ¡Thunderball Tempo!"
"¿Eso no es la nube de Big Mo...?"
Antes de que puedan darse cuenta, el campo de batalla se ve cubierto por una lluvia de relámpagos. Ace tiene que cerrar los ojos por un segundo para no quedar cegado por el brillo.
"¡Maldita bruja!" Exclama Zoro esquivando los rayos mientras saca sus tres espadas.
"¡No deberías exigirte, Zoro!" Exclama el pequeño reno siguiendo a duras penas al hombre de cabello verde.
"¡Pequeño!" Exclama un Marine siguiendo al animalito con preocupación. "¡Este es un lugar peligro...!"
Zoro despeja la zona a su alrededor, cortando indiscriminadamente a Marines y piratas. Chopper detiene su persecución con los ojos ensombrecidos por su sombrero. Un segundo después, un monstruo gigante se levanta desde el lugar en el que el reno estaba y golpea a Zoro con una zarpa.
"¡He dicho que no te exijas, imbécil!" Gruñe el monstruo pisoteando a algunos hombres cercanos sin darse cuenta.
"Oh," murmura un Marine con realización. "Entonces no era la mascota..."
Ace simplemente mira boquiabierto mientras la tripulación de su hermano pequeño se abre paso entre la multitud. No puede negar que está sorprendido: a juzgar por lo que ha visto, su nivel sobrepasa al de muchos de sus hermanos de barco. Ace incluso se atrevería a decir que están a la par con algunos de los comandantes de su tripulación y la idea causa a la vez un burbujeo de emoción y una oleada de terror en su interior. La emoción viene del orgullo por su hermano menor y lo que ha logrado junto a sus amigos en tan solo dos años. El terror, proveniente de la idea de que una tripulación que apenas ha empezado a crecer ya haya alcanzado el nivel de aquellos que llevan décadas en los mares.
Jinbe se enfrenta a Moria. El actual Shichibukai tiene los labios fruncidos con disgusto mientras mira al Gyojin.
"¡Tengo asuntos pendientes con tu nueva tripulación, Jinbe! ¡Ese maldito Mugiwara...!"
El tiburón ballena ni siquiera se digna a responder, solo alza un puño imbuido con haki y golpea el aire frente a Moria. Al principio, Ace se siente confuso. El puño ni siquiera ha alcanzado al Shichibukai. Luego, Moria sale disparado por la presión del haki sobre él.
"¡Lo siento, pero tengo que llegar a Ace-kun!"
Incluso Jinbe, que Ace ni siquiera sabía que era un miembro de la tripulación de su hermano, ha experimentado una evolución brutal desde la última vez que lo vio basándose en ese ataque. Esto hace que Ace se sienta un poco acomplejado. ¿Ha estado entrenando suficiente estos últimos años? Siente que no. Incluso su recompensa se ha quedado estancada en 600 millones desde hace un tiempo. La última vez que oyó sobre Luffy acababa de alcanzar los 500 millones, pero ahora que es un emperador, ¿cuál se supone que es su recompensa? ¿Estaría fuera de lugar preguntar en medio de su ejecución?
Brazos gigantes atrapan las extremidades de Bartholomew Kuma mientras Nico Robin se sienta cómodamente en el hombro de un robot que dispara a todo el que ve. Mientras tanto, una raíz gigante crece sobre Oars y Usopp salta desde la planta hasta el hombro de Oars.
"¡Hola!" Exclama el joven azabache abiertamente. "¿Puedo quedarme aquí? ¡Prometo que no estorbaré! Soy un francotirador, peleo mejor a distancia," dice con una extraña mezcla de vacilación y determinación en su voz.
Oars lo mira confuso durante unos segundos, mirando de su hombro al campo de batalla como si calculara la distancia que se supone que hay en medio. Luego asiente.
"Está bien, no te caigas."
Usopp sonríe y se pone las gafas apuntando a discreción a todos los marines que encuentra. Fuego, semillas; no lucha como cualquier francotirador y sin embargo está teniendo más éxito que cualquiera de ellos.
Zoro no es el único espadachín habilidoso en la tripulación, el esqueleto hace un gran trabajo librándose de las masas; si no es con su espada, los asusta con su apariencia.
Lo que deja a Ace más anonadado es el estilo de lucha de Sanji. Por un momento casi cree que ha perdido su Mera Mera a manos del rubio, pero luego ve que las llamas que bailan en su pierna se vuelven azules conforme la temperatura aumenta.
Si tuviera que definirlos en una palabra, los piratas de Sombrero de Paja son excéntricos; tal y como su capitán lo es. Se siente surrealista ver a un grupo de personas al que no ha conocido en su vida, con la excepción de Jinbe, luchar tan duro para salvarlo. Más surrealista es pensar que vienen directos de una pelea con no uno sino dos Emperadores.
"¡Seguid a los Mugiwara!" Grita uno de los piratas de Barbablanca.
"¡Luchad!" Espeta otro.
La batalla que una vez fue reñida, ahora tiene un bando favorecido por la suerte. Ace nota a Sengoku impacientarse a su izquierda. A su derecha, Garp observa con severidad.
"¡Barbablanca!" Exclama Sengoku. "¿Tan bajo has caído que dejarás que una tripulación ajena haga el trabajo por ti?"
"¿Lo está provocando?" Pregunta Usopp desconcertado desde el hombro de Oars.
Ante el avance de los piratas, varios planes de contingencia pasan por la cabeza de Sengoku. Levantar el muro podría no detener a Barbablanca, pero sí al resto de piratas. Los almirantes podrían ocuparse de ellos, pero Sengoku no quiere cometer el error de subestimar a los más fuertes. Adelantar la ejecución podría ser el plan acertado, incluso si tuvieran que cortar la grabación.
Cualquier idea que pueda tener se esfuma cuando empieza a oír los gritos.
Todos en la plaza miran a su alrededor con confusión. Los gritos se acercan cada vez más, pero nadie logra encontrar la fuente. Ace es el que lo ve primero y jadea con horror. Cayendo del cielo, un borrón de figuras de colores llamativos seguidas de otras en blanco y negro sin nada que pueda frenarlos.
"¡Por eso dije que te estabas pasando de la raya!" Grita una voz alterada.
"¡Todo es culpa del maldito guiño!"
"¿Me estás echando a mí la culpa, Croco?"
"¡¿Qué importa eso ahora?! ¡Vamos a chocar! ¡El mar está completamente helado!" Ace inhala con fuerza al oír esa voz. Cinco años desde la última vez que la escuchó, pero suena casi igual. "¡Ah! ¡Soy de goma así que no me pasará nada!"
"¡No pienses solo en ti mismo! ¡Hay que hacer algo!"
"¡No quiero morir así! ¡Que alguien nos pare!"
"No debería haberte hecho caso, Sombrero de Paja!"
Su mirada se cruza con los ojos ensanchados por el descenso de su hermano menor. Al verlo, Luffy grita:
"¡¡ACE!!"
Y Ace mira impotente la caída hasta que los recién llegados terminan hundiéndose en la única parte de la plaza que no está congelada. Roronoa Zoro y Sanji dejan sus respectivas batallas para saltar al agua, pero chocan entre ellos en medio del salto. Jinbe suelta una carcajada y se sumerge para alcanzar a los usuarios bajo el mar.
"¡Maldito marimo!"
"¡Cocinero estúpido!"
"Menudos idiotas," Nami sacude su cabello poniendo los ojos en blanco.
"Esa fue una entrada digna de nuestro capitán," opina Nico Robin con una sonrisa.
"¡Reunidos de nuevo!" Exclama Chopper con alivio.
"¡Garp! ¡Es tu maldita familia de nuevo!" Exclama Sengoku irritado.
"¡Luffy!" Grita Garp ojiplático.
"Todas esas personas que lo acompañan... ¿Entonces es cierto que irrumpió en Impel Down?" Izo jadea con sorpresa.
Los recién llegados se reúnen en lo alto del buque que ha caído del cielo. Luffy es claramente el que los lidera.
"¡Ace! ¡He venido a salvarte!" Exclama el chico con determinación. "¡Hemos venido a salvarte!"
Luffy está acompañado de cientos de hombres, pero Ace solo puede mirarlo a él. Le gustaría decir que no ha cambiado nada, pero Ace puede ver los músculos en su cuerpo y la madurez de su rostro. Aún sigue teniendo cara de tonto; con su rostro redondeado y su sonrisa ajena, pero es la cara de un tonto que se ha convertido en uno de los piratas más fuertes de los mares. A pesar de su pequeña aventura en Impel Down, no parece herido, lo cual saca un suspiro de alivio de Ace.
"¡Ha llegado el nuevo Emperador!" Anuncia alguien.
"¡Hola, chicos!" Luffy saluda afablemente. "¡Gracias por venir!" Les dice como si fuera un idol saludando a su público.
"¡Hola, Luffy-san!" Saluda Brook con el mismo entusiasmo.
"Llegas tarde, capitán de mierda," grita Sanji aún enfrascado en una pelea con el espadachín.
"¡Lo siento, San-chan! ¡Yo fui el que entretuvo a Mugi-chan!" Exclama un extraño okama.
"¡¿BON-CHAN?!" Gritan algunos de los Mugiwara con genuina sorpresa.
"¿Y ese no es Buggy? ¿Qué demonios hace aquí?" Pregunta Nami con desconcierto.
"Y también Crocod... No, espera, ¿no estaba ahí hace un segundo?"
Todos giran a tiempo para ver a Crocodile lanzarse contra Barbablanca. Cuando su garfio está a un milímetro de distancia, Luffy lo aparta de una patada.
"Ahora que estamos aquí, nuestro acuerdo ha terminado. ¿Por qué proteges a Barbablanca?"
"Así que este viejo es Barbablanca," dice Luffy sin girarse. "¡No dejaré que le pongas una mano encima! ¡Él es alguien importante para Ace!"
Crocodile chasquea los dientes y retrocede, aceptando la diferencia actual entre sus poderes. Barbablanca mira al chico de reojo.
"Mocoso. Ese sombrero se parece bastante al que usaba Akagami," dice.
"Viejo, ¿conoces a Shanks?" Pregunta el chico levemente sorprendido. "Él me pidió que lo cuidara."
El anciano lo mira fijamente. "¿Viniste a rescatar a tu hermano?"
"¡¿Hermano?!" Exclama la gente a su alrededor.
"¡Así es!"
"¿Sabes en lo que te estás metiendo?" El anciano alza la voz con severidad. "Ser Emperador no es más que un título, tú aún sigues siendo un novato. ¡Conoce tu lugar! ¡Un mocoso como tú morirá fácilmente!"
Todo el campo de batalla se queda en silencio, la situación aún más tensa que antes. Ahora, dos Emperadores se enfrentan cara a cara.
Una vena de ira resalta en la frente del joven.
"¡Cállate! ¡Eso no lo decides tú!" Le espeta. "¡Sé bien lo que hago! ¡Escuché que tú serás el próximo Rey de los Piratas, ¿no es así? ¡El único Rey de los Piratas seré yo!"
A la declaración le sigue una guerra de miradas que se convierte en una batalla de voluntades cuando ambos fuerzan sus hakis. Hombres y mujeres en el campo de batalla se desploman sin fuerzas ante el poder abrumador. Cuando ninguno de los dos cede, Barbablanca sonríe.
"¡Tienes agallas! ¡No tendré piedad si te interpones en mi camino, mocoso!"
"¡Lo mismo digo!" Exclama Luffy. "¡Yo rescataré a Ace!"
"¡Ha retado a Barbablanca!" Chillan algunos desmayándose con horror.
"¡Por dios, Luffy! ¿No puedes esperar a que salgamos de aquí?" Regaña Nami.
"¡Luffy, escucha bien!" Dice Chopper aún en su forma Monster. "Ninguno de nosotros está en las condiciones óptimas para luchar. Lo que quiero decir es: no te demores, esto no es una batalla, es un rescate."
"Mira que anunciar su debilidad abiertamente," se burla un Marine.
Luffy asiente con seriedad. "¡Entendido!"
"¡No dejéis que él controle la guerra!" Exclama Sengoku. "Monkey D. Luffy no es un hombre cualquiera. Él creció junto a Ace como su hermano, ¡pero en realidad es hijo de Dragon, el Revolucionario!"
Ace aprieta los dientes con furia. Que su hermano se vea involucrado en esta tontería de los linajes por su culpa...
Ninguno de los Mugiwara se ve sorprendido por la revelación, pero el resto de los presentes sí.
"¿Hijo del peor criminal de la historia?" Pregunta un Marine.
"¡Ahora entiendo por qué es así!"
"¡Su padre es alguien de renombre!"
"Luffy... No me importa que seas el hijo de un hombre malvado~"
"¡No podemos permitir que salga con vida!"
Luffy no se inmuta, sus manos se enganchan en el mástil principal del Moby Dick, coge carrerilla y se lanza hacia delante como un proyectil.
El campo de batalla retumba una vez. Es como un corazón comenzando a latir. Retumba una vez y luego otra hasta que se convierte en el sonido rítmico de un tambor. El sonido se incrementa y de repente ya no es uno, sino varios tambores retumbando en el campo de batalla. Todos miran con desconcierto, pero nadie encuentra el instrumento. Lo que si ven es que, en el intervalo en el que todos se distrajeron con los tambores, algo sucedió con Mugiwara.
Su cabello teñido de blanco ha adquirido una apariencia llameante y sus ojos, ya grandes, ahora son rosados y más saltones que nunca. Hay un velo de humo blanco flotando alrededor de sus hombros.
"¿Qué es eso?" Pregunta alguien.
"¿Luffy...?" Murmura Ace boquiabierto.
La figura blanca comienza a caer en medio del campo de batalla, pero en cuanto toca el suelo, rebota y vuelve a flotar en el cielo. Los marines y piratas a su alrededor pierden el equilibrio ante el cambio de la superficie.
"¿Es eso...?" Los ojos de Garp se ensanchan. "¿El despertar?"
Ace jadea. ¿El despertar de la fruta Gomu Gomu?
Luffy empieza a reír. Solo. Como un maníaco. Se tapa la cara y patalea en el aire como si le hubieran contado el mejor chiste de la historia. Termina flotando bocabajo cuando al fin para de reír y mira hacia el frente.
"¿Qué demonios? El hermano menor de Ace es terrorífico," el comentario de Haruta es pronunciado como un murmullo pero aún así se escucha incluso por encima del sonido de los tambores.
"¿Lindo e indefenso?" Continúa Jozu. "Mierda todo, hemos sido engañados."
"¡Acabemos con esto!" Exclama Luffy ajeno a lo que se dice de él en estos momentos.
Aún flotando bocabajo en el aire, comienza a mover sus piernas tan rápido que Ace pierde la pista del movimiento en algún momento. Las piernas de Luffy lo impulsan por el aire como si fueran las ruedas de pala más veloces del mundo. Los Marines le lanzan disparos inútilmente, ya que ninguno surge efecto contra él. Luffy solo se detiene cuando ve un rayo, una columna de hielo y un chorro de magma; todo directo hacia él. Sus ojos se salen de sus cuencas de la sorpresa, inhumanamente, y mira a ambos lados repetidamente mientras busca una manera de protegerse. Sus ojos se detienen en una de las olas congeladas al borde del campo de batalla y estira una mano para alcanzarla. Palpa con curiosidad y tira de la ola de hielo, que se estira velozmente hasta convertirse en una cortina de goma en la que los tres ataques rebotan.
Luffy chilla con alegría y vuelve a reír escandalosamente.
"¿Qué demonios...?" Los hombros de Sengoku caen desplomados.
"Es ridículo," dice Garp mientras ve a su nieto ser golpeado directamente por un ataque de magma de Akainu y sacudirse la lava como si fuera un perro sacudiéndose agua del pelaje.
Luffy se enfurruña, de su nariz sale humo. "¡Ahora verás, cretino!" Amenaza.
Estira un puño cubierto con haki como uno de sus típicos 'puñetazos como pistola' de los que tanto presumía de pequeño. Lo gira para coger fuerza y lo lanza directamente a Akainu, acertando de lleno. Los ojos de todos se salen de sus cuencas al ver como el puño impacta e incluso sobresale por detrás de la cara del almirante, como si este fuera el que está hecho de goma.
Luffy retrae su puño y suelta otra risita. Luego reanuda su carrera por el aire para llegar al patíbulo.
"Akainu..." Murmura Sengoku.
Ace mira al hombre. Está consciente, pero parece más confuso y conmocionado que nunca. Ace se pregunta cuándo fue la última vez que alguien lo golpeó así. Luego se pregunta si alguna vez lo humillaron tanto.
Garp se pone de pie y la cabeza de Ace gira a mirarlo como un látigo. El anciano no lo mira mientras da algunos pasos al borde del panel de ejecución, del que Luffy está cada vez más cerca.
"¡Ooohhh! ¡Abuelooooo!" Grita Luffy. "¡Apartaaaa!"
Garp cuadra los hombros y grita:
"¡Si quieres pasar por aquí, tendrás que matarme primero! ¡Mugiwara no Luffy! ¡Esto es culpa del camino que vosotros habéis elegido!"
Luffy se detiene en pleno vuelo y sus ojos se llenan de lágrimas teatralmente.
"¡Abuelooo!" Solloza. Luego, sacude la cabeza y tira de la faja que cuelga de su cintura. Su torso se infla hasta llegar a la complexión del cuerpo de su abuelo. "¡Músculos! ¡Músculos!" Exclama. "¡Déjame pasar!"
El patíbulo se fractura por la fuerza que pone Garp en sus piernas antes de saltar.
"¡Esto no es un juego, no voy a tener piedad!" Exclama el anciano. "¡Luffy! ¡Yo te considero... Mi enemigo!"
Garp salta y alza su puño para golpear. Luffy frunce el ceño y lo imita, pero a diferencia del mayor, su puño empieza a hincharse y crecer. Cuando es lo suficientemente grande, comienza a descender.
"¡Luffy!" Grita alguno de sus nakama. "¡Si lanzas ese puño, golpearás a Ace!"
El joven capitán se congela a mitad del ataque y chilla. Suelta su brazo con un chasquido y comienza a desinflarse causando que el chico vuele por los cielos descontroladamente. Garp, que no tiene lugar donde apoyarse después de su salto, comienza a caer. Luffy estira uno de sus brazos y le da un empujoncito lanzándolo en picado al suelo.
Usa el otro brazo para agarrarse al patíbulo y se lanza hacia allí. Cuando llega junto a Ace, se troncha de la risa, golpeando a su hermano en la espalda de buen humor.
"¡Ya estoy aquí, Ace!"
Sengoku mira con incredulidad a Luffy, como si no creyera que el chico hubiera llegado ahí y que encima lo esté ignorando. Luffy silba casualmente mientras estudia las manos esposadas de su hermano. Luego lleva una mano a su cabello y uno de sus mechones se transforma en una llave.
"¡¿Qué demonios?!" Exclama Sengoku mientras mira al chico sacar la lengua con concentración para abrir las esposas. "¡Esto ni siquiera tiene sentido!" Enfurecido, comienza a transformarse en Buda.
"¡Ajá!" Exclama Luffy victoriosamente cuando oye el clic de las esposas y caen al suelo. "¡Ahora sí!"
Usopp da palmaditas en la cara de Oars hasta que el gigante le presta atención.
"No es por meter prisa ni nada," dice el chico levantando las manos. "Pero Luffy está a punto de cargarse todo y, ya sabes, nunca es agradable cuando te quedas atrapado en uno de sus desastres."
Agarrando a Ace, Luffy salta del patíbulo muy muy alto, una altura a la que Ace solo recuerda haber estado sobre el lomo de Marco. Ace se agarra al brazo de Luffy con tanta concentración que no se da cuenta de que el resto de su cuerpo crece hasta que gira la cabeza y ve el pequeño bracito flaco que sostiene unido al resto del cuerpo, ahora gigante, de su hermano.
"¿Qué cojo...?"
Luffy se ríe de nuevo. Ace mira hacia abajo y ve los pies de su hermano gigante cubiertos de haki. Luffy comienza a pisotear la plaza de Marineford como un niño haciendo un berrinche.
"¿Estás jodidamente loco?" Pregunta incrédulo.
Luffy se ríe más fuerte cuando pisa algo calentito, que resulta ser Akainu. Luego lo pisotea de nuevo.
"¡Luffy! ¡Vámonos ya!" Llama Nami desde donde todos se han refugiado a tiempo en el Thousand Sunny.
Luffy no escucha, sino que sigue riendo, ahora saltando sobre los Marines mientras sigue una línea en el suelo con cuidado de no pisarla.
"No hay manera," suspira la navegante. "¡Luffy! ¡Tenemos carne de Rey de Mar especial de la Corriente Tarai!"
Sobre la cabeza de Luffy se forma una señal de exclamación. Inmediatamente, el chico comienza a rebotar en el suelo como un trampolín y salta desinflándose justo a tiempo para aterrizar en el Sunny con su hermano. Cuando Ace pisa la cubierta del barco, no puede creerlo. Barbablanca da la orden de retirada y Franky grita algo acerca de Cola antes de que el barco salga volando por los aires.
"¿Qué mierda acaba de pasar?" Pregunta Haruta muy acertadamente.
...
La isla se llama Rusukaina, por lo visto es el lugar en el que su hermano estuvo entrenando. Para cuando llegan los piratas de Barbablanca, la mitad de prisioneros y okamas ya están borrachos. Luffy duerme cómodamente con la cabeza apoyada en el regazo de su hermano.
"Necesito saberlo," dice Haruta antes de saludar siquiera. "¿Estamos hablando de esto?" Pregunta señalando a Luffy en general. "Porque si no lo hacemos, está bien, trauma superado, pero siento que es una de esas cosas que necesitas hablar con alguien. Como las pesadillas."
"Hola a ti también, Haruta," murmura Ace malhumorado. "No estamos hablando de esto, nunca hablaremos de la vez que mi hermano menor me salvó el trasero traumatizando a piratas y marines por igual."
"Genial," dice Haruta cruzándose de brazos. "Otro trauma para la colección."
"Gurararara," Barbablanca se acerca lentamente para no despertar a los piratas dormidos. "Me alegra verte sano y salvo, hijo mío."
La suavidad en su voz conmueve a Ace.
"Oyaji, yo..."
"No tienes que disculparte, tampoco tienes que agradecer," asegura el hombre. "Pero definitivamente estamos hablando de eso," dice señalando a su hermano pequeño.
"Por el amor de... ¡No sé por qué hizo eso! ¡El psicópata era yo! ¡Lo crié bien!"
Barbablanca sacude la cabeza.
"Recuérdame que le envíe una carta de recuperación a Kaido. Hay cosas que ni siquiera alguien como él merece," dice dramáticamente. "Aunque lo de Akainu fue bueno, puede que tengamos que preparar un regalo de agradecimiento para Mugiwara."
...
Bonus.
Una nube de cuervos recorre los cielos de Marineford y un cuerpo salta de ellos para aterrizar en medio de la plaza.
"¡Ha! Una entrada sorprendente, ¿verdad?" Presume el rubio ante su limitado público. Parpadea con confusión al ver a un grupo de señoras mayores aplaudiéndole. "¿Eh? ¿Y la guerra?"
"La guerra acabó hace una hora, hijo," dice una señora agitando su escoba para señalar la suciedad que estaba recogiendo. "Nosotras estamos limpiando este desastre."
El segundo al mando del Ejército Revolucionario mira a la mujer con desconcierto.
"¿Cómo que ya acabó? ¿Dónde está todo el mundo?"
"Depende," dice la señora. "Algunos se encerraron en el baño para llorar, otros han ido a terapia. Otros dimitieron."
"Oh... ¿Sabes si mis hermanos están bien?"
"¿Quiénes son tus hermanos, querido?"
"Um... Portgas D. Ace, ya sabes, el condenado. Y Monkey D. Luffy, no sé si te suena..."
Los ojos de la señora se ensanchan. Luego señala una puerta.
"Ahí está la terapia, hijo," dice con amabilidad. "Y la otra puerta es el baño, por si quieres simplemente llorar."
...
Cualquier enemigo de Luffy en Gear 5 tiene que quedar perturbadísimo después de una pelea. Nadie me va a hacer cambiar de opinión.
Hoy estaba inspirada. ¡Espero que os haya gustado este pequeño one-shot! <3
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