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6.

Aemond suspiro pesadamente ante la quinta vez que su celular sonaba desesperado. Juraba que iba a asesinar a la persona detrás de la línea que seguía insistiendo en interrumpir su buen humor.

¿Acaso el mundo no soportaba la idea de que esté tan a gusto con Lucerys?

—Mony, creo que deberías responder.

Aemond bajó su mirada, dónde Lucerys lo abrazaba con tranquilidad. Ambos yacían acostados en la cama del rubio, desnudos, con el sudor ya seco por sobre su piel, los rizos castaños aplastados por la pálida mano del rubio.

—No.

—Podría ser importante... — comentó —Hoy todos nos han llamado, tal vez esté pasando algo que ignoramos.

—O tal vez son todos unos insoportables que no pueden verme feliz.

Luke levantó la mirada, sonriéndole con suavidad depositó un beso en su pecho para luego acomodarse mejor.

Su actitud había cambiado radicalmente desde el enfado por la llamada de Daemon, ahora solo se veía calmado y feliz, como si no hubiera estado a punto de tirar a Aemond por la ventana de un cuarto piso por molestar a Daemon.

No era personal; amaba a Aemond. Solo que aún no había tenido una charla decente con su padrastro desde que volvió, el rubio había intentado acercarse una vez, al día siguiente de su regreso, pero Lucerys no quería verlo ni en pintura.

Y luego casi muere.

Así que, si, no tuvieron un espacio para realmente charlar entre ellos.

El teléfono volvió a vibrar, sacando a ambos de su burbuja de amor, Aemond resopló con fuerza, pero fue Luke quien lo tomó, antes de que su novio rompiera el aparato en mil pedazos. Al visualizar que el emisor se trataba del hermano menor de Aemond, contestó poniendo el altavoz.

¡Por fin!

Daeron soltó un sollozo que casi parecía de alegría, escucharlo fue suficiente para que la pareja se levantara de su cómoda posición, prestando toda su atención a la llamada.

—¿Dae? ¿Qué pasó? — inquirió Luke

¡Luke! ¿Puedes pasarme a Aemond? Es urgente, juro que no se que hacer.

—Aquí estoy, Daeron. Dime que pasó

Tienes que venir al colegio, Aemond, te lo suplico.

—¿Por qué tendría que ir si ya me gradué? — Lucerys le golpeó el hombro con fuerza —¡Ay, ya andas de violento otra vez!

¡Joffrey empezó! — acusó Daeron, creyendo que se lo decía a él

—¿Que Joffrey hizo qué? — se metió Luke

—Si vienes te explico todo. Por favor, necesito que venga un mayor de edad a resolverlo.

—Tienes otros tres hermanos, mocoso. No te atendí a la primera porque estaba ocupado, por si no te diste cuenta.

—¡Aemond! — regañó Lucerys, golpeándolo de nuevo —¡Es tu hermano menor!

—¿Y?

—¡Aemond!

Aemond, no te lo pediría si no tuviera otra opción — suspiró Daeron al otro lado de la línea —Eres el más responsable de los cuatro, necesito a alguien que tenga cabeza para resolver esto.

—Hel siempre está dispuesta a ayudar. — el mayor siguió refutando.

Se negaba a abandonar los pocos momentos de paz que tenia con Lucerys solo porque su tonto hermano menor la habia cagado en el instituto otra vez y no queria llamar a su madre por miedo a sus golpes o palabras hirientes.

Helaena tendrá un ataque de ansiedad al ver que mamá está en prisión, Aegon está en la reunión de accionistas, que aún no termina porque me respondió los mensajes diciéndome eso. Así que, si, Aemond, eres mi última opción, maldito malagradecido.

—Como siempre usando su celular en las reuniones... — Aemond rodó los ojos —¡Espera! ¿¡Mamá está en prisión!?

Lucerys se alarmó, un mal presagio lo atacó —¿Que tiene que ver Joff con todo eso?

Daeron suspiró, titubeando —El tío Daemon está en prisión también.

Ahí estaba, su padrastro, un militar retirado de 50 años estaba preso.

"¿A quién habrá llamado Joffrey?"

El castaño se levantó enseguida —Dioses, mamá va a matarlo.

—¿Por qué no estoy sorprendido? — se burló Aemond, soltando una risa

—¿Vendrán? — suplicó Daeron

—No me lo perdería por nada del mundo, hermanito.

...

Rhaena suspiró pesadamente —Ni como defenderte, papá.

Había llegado a la cárcel hace apenas una media hora, primero había pasado por el colegio, donde se encontró con todo el desastre que había provocado su padre momentos atrás...

Joffrey la esperaba en la entrada de la rectoría, con el pequeño Aegon en su regazo que lloraba amargamente.

—Aegon, calmate, calmate. — Joffrey trataba de mecerlo, pero el niño pateaba y lloraba cada vez más —Aegon, por favor. Papá volverá pronto, ¿si?

—¡Papi! Quiero a papi. — gritaba el niño, como endemoniado

—¡Aegon! ¡Joffrey! — Rhaena corrió hasta ellos, vestía una falda larga color crema y una blusa de tirantes blanca —Dioses, ¿están bien?

—¡Rhae, papi, trae a papi! — el más pequeño la miró con lágrimas en los ojos

—Ay, mi dulce niño... — con suavidad lo levantó del regazo de su hermano y lo meció en el aire —Papá volverá pronto, no desesperes.

—Nunca voy a tener hijos... — murmuró el castaño, totalmente estresado

—Sh. Sh. — calmó la joven al pequeño, meciendolo cada vez más lento —Ya todo va estar bien, Aegon. Voy a llevarte a casa con Bae, ¿si?

El niño no contestó, pero asintió con la cabeza, para luego recostar su cabeza en el hombro de su hermana, suspirando bajito y calmando poco a poco sus emociones caóticas. El pequeño se había desesperado al ver cómo los guardias sacaban a Daemon de la oficina de la vicedirectora y no había parado de llorar desde entonces.

—Rhaena, tienes que ir a hablar con la vicedirectora, y preguntarle dónde están Daemon y Alicent.

—Primero necesito que me expliques qué pasó, Joff.

Fue entonces que por la puerta del instituto cruzaron otras dos personas conocidas, cuando Joffrey reconoció a Aemond y Lucerys, supo porque este último no respondió a sus llamadas.

—¡Rhae! ¡Joff! ¿Qué sucedió? — Strong corrió por los pasillos hasta llegar a ellos, fue ahí cuando divisó a Aegon en los brazos de su hermana —¿Aegon? ¿No deberías estar en la escuela?

El niño lo miró unos segundos, y al reconocerlo, restauró su llanto estridente. —¡Luke! ¡Papi, trae a papi!

—¿Tenías que alterarlo, verdad? — gruñó Rhaena, intentando mecerlo nuevamente, pero el niño ya no daba tregua —Vamos, Aegon, te llevaré con Bae, ¿recuerdas?

—¡Quiero a papi! ¡Trae a papi! — gritó el niño, para luego soltar un alarido en medio de su llanto

—Dioses, necesito salir de aquí... — el castaño menor se sostuvo la cabeza con las manos, totalmente hastiado

—¿Tu hermano sigue llorando, Strong? — el otro rubio apareció por el pasillo interior, totalmente hastiado igualmente —¿Acaso no sabes calmar a un bebé?

—¿Tú sí sabes?

De todas formas, Rhaena encontró la manera de descubrir en qué prisión habían llevado a Daemon, dejó que Luke se encargue de Aegon, Joffrey y Daeron, dejando así a Aemond y ella en un incómodo viaje hasta la prisión más cercana al instituto.

No es como si el novio de Lucerys fuera un gran conversador.

Gracias a todo lo que existía, solo eran unas cuantas cuadras, y luego, ahí estaba, rellenando papeles para sacar a su padre de prisión por "Interrupción de la Paz dentro de una Institución Educativa."

Genial, no encarcelaron a su padre por crímenes de guerra, pero si por golpear a su cuñada en la escuela de su hijo.

—No hace falta que me defiendas, hija, soy un tipo rudo. — sonrió el rubio, mientras caminaba hacia ella con los guardias detrás, cuando uno de ellos se dispuso a sacarle las esposas, él negó —No hace falta, créeme. — se sacó las esposas y se las entregó —Me las saqué hace ya cinco minutos, tonto. — le dirigió una mirada a la secretaria —Dígale al quien esté a cargo que entrene mejor a sus policías.

Rhaena soltó un suspiro cansado. —¿Qué voy a hacer contigo, papá?

—Pues la respuesta es muy simple, hija mía. — su padre la tomó por los hombros, dirigiéndola a la salida de la comisaria —Vas a llevarme a casa y luego comeremos rico, y luego olvidaremos que todo esto pasó. 

—Alto, debemos esperar a Aemond y Alicent. Él y yo vinimos juntos.

—¿¡Tu también me traicionas!? — Daemon la soltó instantáneamente 

—Papá, te acabo de sacar de la maldita prisión. ¡Se supone que tiene que ser al revés! — conjuró Rhaena, enfadada —Me debes, así que te comportas con ellos o juro que ahora mismo llamo a Rhaenyra y le cuento todo.

Daemon miró a su hija estupefacto, luego le lanzó una mirada inmadura, para finalmente callarse y mirar el suelo para posteriormente acusar: —Eres mala.

...

Lucerys tuvo muchos viajes incómodos en su corta vida. Uno más no hacía mucha diferencia.

¿Verdad?

Conducir un auto mientras dos adolescentes se echaban miradas odiosas y un niño pequeño lloraba no podía ser tan incómodo como la vez que viajó sentado entre Daemon y Harwin.

Aegon estaba sentado en el asiento trasero, aún llorando, pero ya no de forma demoníaca como hace rato. Solo sollozaba y murmuraba pidiendo a Daemon, pero ya no hacía un gran escándalo, Luke sabía que pronto se quedaría dormido.

Joffrey estaba en el asiento de copiloto, con el cinturón puesto y los brazos cruzados, mirando el espejo lateral de su lado, en dónde se reflejaba a Daeron, sentado en al asiento trasero junto a la ventana, también con los brazos cruzados.

Lucerys rompió el silencio en medio de un semáforo rojo, el tráfico estaba insoportable y francamente, ya era hora de que Daeron y Joffrey maduren.

—¿Y qué tal la escuela?

—Bien. — respondió seco Joffrey

—¿Y tú, Dae? ¿Cómo te está yendo?

—Tiene las peores calificaciones de la clase, así que puedes sacar tus propias conclusiones — interrumpió Joffrey, aún mirando al rubio con recelo

—Cierra la boca, Strong. Me habló a mí.

—Así como yo le intente hablar pero no me respondió por estar con tu patético hermano.

—Fijate que a mí sí me respondió. — contestó Daeron, devolviéndole la mirada a través del espejo —Y no hace falta que digas eso de Aemond, ya sabemos que el pobre creció sin amor.

—¡Daeron! — regañó Luke —Joffrey, ya te expliqué porqué no atendí el celular...

—A tu propia sangre no le respondes, pero si que le respondes al mimado de tu cuñado. — respondió con enojó —Ni siquiera sé por qué estoy hablando contigo, traidor de mierda.

—Respetame que soy tu hermano mayor.

—Hermano mayor que no atiende cuando se le necesita, ¿De qué sirves entonces? Solo para coger con tu noviecito al parecer.

—No me hables así, Joffrey.

—¿Y mientras? Papá siendo llevado a prisión, Aegon molestando a todo el instituto con su llanto y yo a punto tener un ataque nervioso. ¿Pero tú? Con Aemond, por supuesto.

—Joffrey, cállate ya.

—Lamento ser de intermediario, pero el Strong menor tiene razón.

—¡Daeron, no te metas! — gritó Lucerys, de forma contundente

—Solo decía... — se encogió en su asiento

Lucerys mantuvo la calma, o lo intentó luego de ese grito. Puso la radio en un intento de menguar el ambiente tóxico que emanaba su hermano menor y él, sabiendo que Joffrey podía ser insufrible cuando se lo proponía. Odiaba cuando tenía sus arranques de adolescente, entonces lo atacaba a él y a Jace, lo que siempre provocaba peleas entre los tres.

Y ahora lo hacía con Daeron como testigo, y aún peor, lo había llevado a perder la calma frente a Daeron. La vergüenza sentía ahora mismo de sí era indescriptible.

Y ahora sí, que viaje más incómodo.

...

Hablando de viajes incómodos.

Rhaena conducía con tranquilidad, –o lo intentaba– trataba de tranquilizarse con la idea de que Aemond, de copiloto, tenía un ojo en sus padres, quienes estaban sentados en el asiento trasero, ambos al lado de las ventanas.

Pero sinceramente, ese viaje era una bomba de tiempo a punto de explotar.

—Hija, lleva a los Hightower a la casa y luego vamos a comprar el almuerzo.

—Somos Targaryen, aunque te arda. — atacó Alicent

—Nadie te habló a ti, vieja chismosa. — respondió Daemon

—Más respeto a mi madre. — gruñó Aemond

—No pienso respetar a quien se enorgullece de profanar a mi inocente hijo ni de quién se enorgullece de ser una maldita bruja.

—¿Qué dijiste? — exclamó Alicent, sin entenderlo por completo

—Hoy comprobaste que tú "inocente hijo" no es tan inocente, ¿O es que quieres comprobarlo de nuevo?

Daemon se inclinó hacia delante para ahorcar a Aemond con su brazo, quien no pudo moverse debido a que tenía puesto el cinturón de seguridad.

—Te reto a que lo repitas.

—Papá, suelta a tu sobrino.

—¡Suelta a mi hijo! — Alicent también se inclinó, volviendo a estirar del cabello al rubio para hacerlo sentar de nuevo

—¡Ay! ¡Ay! ¡Suelta mi cabello, maldita enferma!

—¡Mamá deja de jalarle el pelo a Daemon!

—¡Y tú deja de cogerte a mi hijo! — gruñó Daemon cuando la mujer lo soltó —Gracias al cielo no hay posibilidad de que traigan a bastardos al mundo.

—¿¡Que tú qué!? — exclamó Alicent, escandalizada —¿¡Estás teniendo relaciones con uno de los hijos de Rhaenyra!?

—Ah, ¿no lo sabías? — el rubio se giró para mirarla con diversión —Tu perfecto hijo favorito se está tirando a Lucerys. Los encontré juntos en la cama hace dos meses.

—¿¡Qué!? ¡Creí que salías con una chica!

—Por favor, Alicent — interrumpió Rhaena —¿En serio creías que Aemond era hetero?

—Cállate, Rhaena.

—Dioses, creo que me va a dar un infarto... — murmuró Alicent, sosteniéndose el pecho

—Bienvenida al club — Daemon le sonrió con ironía —Espero que el tuyo si sea mortal. Me saludas a Aemma, cuando la veas, ¿quieres? Dile que la extraño muchísimo.

—¡Papá! — regañó Rhaena.

—Solo decía...

...

Cuando Lucerys dejó a Daeron en su casa, llegaron a la par Alicent y Aemond.

Fue entonces que Joffrey vió la posibilidad de huir de su hermano mayor y la tomó, por supuesto que sí.

Bajó del auto incluso ante la negativa de Lucerys y se mudó al asiento de copiloto del auto de Rhaena, una vez que subió, le dirigió una mirada a su padre, para luego proponerle un cambio de vehículos.

Cuando Daemon ocupó el asiento de copiloto, se hizo un pequeño silencio que era opacado por la canción de fondo en la radio.

I'm a little sick right now, but I swear
When I'm ready, I will fly us out of here

—¿A casa? — inquirió Lucerys, algo incómodo

—¿A dónde más?

Ambos guardaron silencio, escuchando la canción en silencio. El tráfico seguía siendo tan catastrófico como podía serlo un lunes en horario cercano al mediodía, pero ambos estaban tranquilos.

—Oye, Daemon... hay algo que he querido decirte desde hace tiempo. — Lucerys mantenía la mirada fija en el volante

—Déjame hablar primero.

El castaño estuvo de acuerdo, luego de mirarlo de soslayo —Bien.

—Mira, Luke, sé que no soy tu padre, pero aunque no lo creas quiero lo mejor para tí. Siempre he querido lo mejor para ti y siempre voy a querer lo mejor para ti, y para Jace también, aunque sé que aún están algo resentidos conmigo por lo que pasó con Harwin. Quiero que sepas que lo entiendo, en serio, es totalmente entendible; no me enfada y no es algo que me haga sentir mal, porque es normal. Pienso que definitivamente no es algo agradable vivir un divorcio y luego de pronto, de la noche a la mañana tener una nueva familia, nuevas hermanas, nuevos padres.

—Daemon...

—Callate, déjame terminar. Esto es algo que tuve que haberle dicho a ti y a tu hermano hace mucho tiempo, pero no lo hice. No lo hice porque me dió miedo, me asustaba la idea de que su rechazo silencioso se vuelva en uno directo una vez que quiera entablar conversación con ustedes. — Lucerys, con la vista al frente, trató de pensar en algún momento en que Daemon haya, genuinamente, hablado con Jacaerys y él sobre su relación, y no encontró ninguno. —Sí, me he tomado libertades que no me correspondían, lo admito. No es algo de lo que me enorgullezca, y tal vez enloquecí un poco cuando me enteré de tu relación con Aemond, y sé que es algo justificado, porque los Hightower han querido la empresa de mi hermano desde tiempos inmemorables, pero mi punto no ese, mi punto es... — soltó un largo suspiro —No soy tu padre biológico, Lucerys. Y tú ya eres un adulto. Si alguna vez pudieras perdonarme, y pudiéramos empezar de nuevo... Sabes que te aprecio como si fueras mi hijo, aunque a veces no soy bueno demostrándolo.

Luke guardó silencio unos minutos, justo cuando el semáforo dió rojo le dirigió a su padrastro una mirada, quien miraba la ventana como si fuera lo más interesante del mundo.

—Te equivocas, Daemon. — el rubio lo miró, expectante —Si eres mi padre.

El mayor desvío la mirada, luciendo, por primera vez ante los ojos del joven, vulnerable. La máscara de indiferencia y arrogancia que siempre portaba cayendo por un segundo, y todo lo que alguna vez Lucerys Strong conoció de su padrastro con ella.

—Luke, en serio no hace falta que lo digas por compasión, podré ser viejo pero la compasión ajena no es algo que aprecie.

—No es por compasión, Daemon. — volvió a mirar al frente —Yo... lo digo en serio, de verdad. Sé que podrá sonar extraño para tí, pero eres más mi padre de lo que Harwin fue alguna vez. — el rubio no estaba muy de acuerdo con eso —Sí, era un buen padre, y sí, soy su heredero por sobre mis hermanos, pero sinceramente, nunca pasó mucho tiempo conmigo.  Perdió el interés en mí cuando se dió cuenta de que ni la industria hotelera o la constructora era lo mío, cuando descubrió que tengo otras pasiones, que no soy como él.

—Lucerys, eso no es...

—Déjame terminar. — interrumpió —Papá es... es un buen padre, pero es un hombre muy diferente a tí, y muy diferente a mí. Yo... no soy parecido ni a mi madre, ni a él, tampoco me parezco a Jace o a Joffrey. Me costó entender que eso no significaba que yo no encajo. — guardó silencio unos segundos, mientras avanzaban lentamente por la carretera embotellada —Él es... bueno, es como Jace. Sabe cómo convencer a la gente, es sociable, gentil y aventurero, pero con una fuerte convicción y buen olfato para las inversiones. Es un digno heredero de la cadena hotelera "Strong", y es fuerte, digno de su título como Ingeniero Civil y CEO de "Harrenhal", él hace honor a nuestro apellido. Yo, en cambio, no soy ninguna de esas cosas. — nuevamente quedaron atascados en un semáforo rojo —No me gusta meterme en conversaciones con personas que no conozco del todo, soy cómodo y los cambios no se adecuan a mi, la fuerza bruta y yo nunca fuimos muy amigos, y por último, soy más de pensar que de actuar y eso vuelve locas a las personas. Y mi padre lo sabe. Sé que quiere desheredarme, sé que, si fuera por él, le daría "Strong" y "Harrenhal" a Jacaerys, y no es algo que me moleste. Jace es perfecto para ese trabajo; es audaz, inteligente, extrovertido, fuerte, y tan impulsivo y aventurero como nuestro padre.

—Jace es el legítimo heredero de "Fireblood"

—Lo sé. Pero aún no llegué a mi punto, Daemon. — tomó aire y luego continúo hablando —Cuando mamá y papá se divorciaron, estuve algo aliviado. No porque peleasen o porque ya no se querían, sino porque pensé que iba a ser desheredado. Mi papá perdió interés en criarme para heredar la cadena cuando se dió cuenta de que lo introvertido no se me iba a "curar" — hizo comillas con los dedos —Y es una tontería, pero para dirigir una cadena hotelera no puedes ser introvertido. Tienes que saber mantener relaciones sociales estrechamente con los demás, pronunciar un millón de idiomas y aventurarte a ir a conocer todos los lugares posibles en dónde construir un nuevo hotel. Así que, puedo decir con certeza que nunca fui su hijo favorito. Luego llegaste tú y, demonios, si que te odié al comienzo, no porque "destruiste un matrimonio" sino porque mamá te prestaba más atención que a mí.

—Eso no es cierto. Tu madre nunca me presta suficiente atención. — se quejó Daemon

Lucerys soltó una risa —Solo eres un mimado, Daemon, mi madre te presta mucha atención.

—No la suficiente, créeme. ¡Su mundo debería girar a mi alrededor! — dijo con sarcasmo mientras se reía

—Creeme, Daemon, mi madre te ama de esa forma. — aseguró Lucerys, mientras se reía —Pero tienes que dejar de interrumpirme o ya no te diré nada.

—Está bien. — cedió el rubio —Continúa, Luke.

Daemon estaba tan feliz de que el chico le estuviera contando todo eso en confianza, hasta estaba agradeciendo al tráfico que ayudaba a qué continuaran hablando con tranquilidad.

Suspiró —Lo recuerdo muy bien, porque fue una verdadera revelación para mí. Sucedió antes de que nos mudemos juntos, cuando el divorcio ya estaba llegando a su fin; Baela y Jace estaban jugando videojuegos, Rhaena y yo estábamos jugando con Joffrey a las escondidas, recuerdo que cuando eso él apenas había aprendido a caminar y se tropezaba todo el tiempo. No sé dónde estabas con mi madre, pero recuerdo que cuando Joffrey cayó al suelo de bruces fuiste el primero en aparecer. Lo levantaste del suelo y lo tomaste en tus brazos, mamá llegó poco después de ti, pero tú no lo soltaste; lo arrullaste y calmaste hasta que dejó de llorar. Y yo solo... no sé. Harwin nunca había hecho algo similar, siempre nos habían criado las niñeras por la vida ajetreada de ambos y en ese momento sentí que todo podía ser diferente, que había otro lado. — avanzaron unos segundos y luego se encontraron con otro semáforo —Así que lo intenté; la siguiente semana, cuando estábamos jugando a las atrapadas entre los cuatro, caí al suelo a propósito mientras corría y me raspe la rodilla de verdad, para cuando terminé de gritar tu ya estabas ahí. Me levantaste como si la herida fuera de guerra, llevándome al estilo nupcial e hiciste que las niñeras traigan el botiquín, recuerdo que pensé "Oh, solo me dejará con ellas para que me limpien la herida y luego se irá" pero no lo hiciste. Tu mismo me limpiaste la herida y me calmaste mientras lloraba por el ardor del desinfectante, me dijiste que no estaba mal llorar, que podía hacerlo, pero que era demasiado fuerte para gastar mis lágrimas en un pequeñito raspón que se curaría en días.— Lucerys aguardo unos segundos, tomando aire para hablar de nuevo —Fue ahí cuando lo decidí, Daemon. Fue ahí cuando me dije a mi mismo, "Si este hombre no es mi padre, no sé quién más puede serlo." — le dedicó una mirada mientras decía: —Así que no digas que no eres mi padre, porque sí lo eres.

El mayor no sabía qué decir. Ya había olvidado hace tiempo que siquiera alguna vez curó una rodilla lastimada, pero ahora que Luke los mencionaba, podía admitir que esas acciones, esos gestos, siempre estuvieron ahí.

Esos gestos habían sido prácticamente un impulso, algo que haría por sus hijas y por los, en ese entonces, hijos de Rhaenyra también.

Amaba a esos niños. Siempre los amó.

Los amaba tanto porque le recordaban a su madre de una manera especial, e incluso los amaría si no lo hicieran.

Son buenos chicos, los tres lo son.

Aún así, nunca pensó que Lucerys recuerde algo como eso. Nunca creyó que lo consideraba un padre ni mucho menos.

Siempre respetó que los niños mantengan su vínculo con Harwin, después de todo, si Laena hubiera tenido la tenencia de las gemelas, también le hubiera gustado que lo respeten como padre de las niñas. No quería ser hipócrita en ese sentido, a pesar de que él y Harwin no mantenían buena relación, lo más importante siempre habían sido los niños.

Pero esto lo cambiaba todo.

—Lucerys... — buscó las palabras, pero estás jamás llegaron hasta su garganta —No sé qué decir. En serio, yo... me dejaste sin palabras, hijo.

—No hace falta que digas nada. — admitió él, sonriendo quedamente —Ya has hecho suficiente, Daemon. Sé que no te lo demuestro, pero en serio te aprecio y te considero como una figura de autoridad, incluso si no soportas a Aemond.

—Bueno... Tengo mis razones, y sé que las entiendes pero no las compartes.

—Nunca me has dicho tus razones. — comentó Lucerys —¿Cuál es el problema con los Hightower? ¿Por qué te peleaste con Alicent hoy?

Daemon suspiró, por más que quisiera contarle toda la verdad a su hijo, eso no le correspondía a él sino a Rhaenyra, sobre todo, porque había preguntado por Alicent. Pero si podía hablar desde su perspectiva, y eso es lo que haría.

—Otto, el abuelo de Aemond es... bueno, no es una persona agradable. Siempre ha querido tener el poder suficiente como para no ser un simple secretario privado y un accionista que con el tiempo esté cerca de ser socio. Es ambicioso, codicioso por el poder, y sabe que puede conseguirlo de tu abuelo. Cuando Aemma, tu abuela, falleció, él lo arregló todo para que Alicent se aproveche de mi hermano y lo conquiste, y su plan dió resultado.

—¿No suena un poco loco todo lo que dices? Conozco al señor Hightower, no es una persona de lo más agradable, pero todo esto suena sacado de un libro larguísimo lleno de... no sé, fantasía.

—No tengo pruebas de lo que te estoy diciendo, si es a lo que quieres llegar, Luke. — suspiró, su buen humor bajó un poco —Pero conozco a los Hightower, más de lo que me gustaría y no puedo evitar preocuparme. Quieras o no, eres el heredero de la empresa de Harwin, empresa que redujo sus acciones en "Fireblood" luego del divorcio de tus padres, pero sigue teniendo acciones al fin y al cabo, y no son pocas, créeme. Si Aemond y tú llegaran a casarse algún día, sin un buen abogado de por medio... ¿Entiendes el poder que tendrían los Hightower por sobre la empresa, por sobre tu abuelo?

—Daemon...

—Aemond podrá ser un irrespetuoso que me atiende el celular cuando están cogiendo, pero no por eso es un mal chico. — concibió —Por mucho que me duela aceptar, es un buen candidato para ti; no se mete en problemas con la prensa como su hermano y tiene los pies en la tierra a diferencia de su hermana. Además de que ha demostrado ser mucho más listo de lo que parece. — Lucerys volvió a mirarlo con atención unos segundos, antes de volver la vista al frente —Pero si Otto fue capaz de sacrificar a su propia hija por su ambición y Alicent fue capaz de meterse en la cama de un hombre que le dobla la edad... dudo en que titubeen en usar al chico para acercarse a un mejor nivel social.

El menor guardó silencio unos minutos. No estaba enfadado, comprendía la postura de su padrastro, sabía mejor que nadie él había vivido muchos momentos de traición debido a su posición como segundo hijo de su bisabuelo Baelon, sabía que Daemon solo estaba preocupado por él.

Aún así, se sintió un poco ofendido.

—Aemond no es así. — defendió —Él y yo nos queremos de verdad, lo hemos hecho desde hace tiempo, tanto tiempo que incluso nosotros no nos dimos cuenta de ello, y este tiempo en que hemos estado juntos ha sido... ha sido realmente hermoso, de las mejores experiencias de mi vida. — estaban saliendo por fin de la carretera cuando el castaño desvío la mirada a su padrastro por unos segundos —Creo que lo amo, y creo que él me ama también. Lo que sentimos es real, yo lo sé.

—No digo que sus sentimientos sean falsos, hijo. Solo digo que pises con cuidado. — Daemon hablaba con voz calmada, todo lo contrario a cuando los encontró en la cama aquella vez —Alicent se acaba de enterar de su relación y no sé qué postura ha de tomar ahora que lo sabe. Eres Lucerys Strong, heredero de la cadena hotelera más grande de todo el continente, tienes tu futuro y el de tu familia en tus manos, es una carga demasiado pesada para alguien tan joven, y si alguien puede hacerlo, incluso con todo eso en contra, ese eres tú.

—¿Pero?

—No hay peros. Solo hay una acotación.

—¿Y cuál es?

—No puedes permitirte fallar. Ninguno de nosotros puede. La prensa siempre está en la puerta, la opinión pública siempre a nuestras espaldas, los ojos ajenos en nuestros rostros, analizando, buscando alguna falla, alguna emoción fuera de lugar, algo, cualquier cosa de lo que puedan tirar y descubrir algo que pudiera llevarnos a la ruina.

Luke guardó silencio unos segundos —¿Crees que será un escándalo cuando sepan de mi relación?

—Creo que será un escándalo cuando sepan muchas cosas de nuestras vidas que mantenemos en secreto. Al final del día, cuando los reporteros se cansan, las cámaras se apagan y el internet se calma, solo importa una sola cosa, ¿sabes cuál es?

—La verdad. Lo que tú y yo sabemos y lo que ellos no saben.

—Exacto. Incluso si eso significa que ellos crean saber algo, algo que no es cierto. Sé que lo entiendes, Luke.

Ambos guardaron silencio un rato, ya estaban en la calle de su casa cuando el menor hizo la pregunta que llevaba picándole la garganta desde que Daemon había vuelto a casa.

—Entonces... ¿Eso significa que apruebas a Aemond?

—¡Por todos los dioses, no! — gritó el rubio, escandalizado —Solo... había peores opciones.

Lucerys sonrió cuando aparcó frente a su hogar. Sabía que en el lenguaje de Daemon, eso significaba una pequeña renuncia, aunque, también sabía que nunca dejaría de hacerle guerra a su novio.

Bien, él podía vivir con ello. Después de todo, hay algunas cosas que te suceden cuando Daemon Targaryen es tu padre y no puedes evitarlas, solo puedes aprender a convivir con ellas. Y hay veces, en que la convivencia se convierte en vivencia, y la vivencia, en diversión.

Cuando ambos entraron en la casa y vieron que Rhaenyra ya había llegado, que se encontraba sentada en la mesa del comedor, con comida comprada en ella, ambos palidecieron. Sobre todo cuando vieron que Baela y Rhaena estaban ahí sentadas también, con rostros pálidos y que fácilmente podían leerse, Joffrey y Jacaerys también estaban ahí, ambos con cara mortificada, como si supieran que su llegada significaba que la sonarían las siete trompetas del apocalipsis.

—Mamá. — saludó Lucerys

—Nyra, mi amor. — Daemon se adelantó y se acercó a la rubia, inclinándose para besarle la mejilla —¿Cómo te fue en la reunión?

Rhaenyra ni siquiera le dirigió una mirada a su esposo. —Siéntense.

Padre e hijo se miraron antes de obedecer, todos los presentes compartieron una mirada, exceptuando a la matriarca, quien miraba severamente a un punto en la cocina.

Todos pensaban lo mismo en ese momento: "Ella sabe. Ella sabe todos nuestros pecados y ahora va a condenarnos a muerte por todos y cada uno de ellos" Las siete trompetas ya no sonaban tan disparatadas ahora.

Daemon me dirigió una mirada a su esposa, y ella, sorprendentemente se la devolvió, pero no como él quisiera. Lo miró con enojo y seriedad, como si estuviera juzgando hasta la manera en que respiraba, como si le enojara hasta el cómo hablaba.

Fue entonces que Daemon tembló con fuerza, una corriente eléctrica recorriéndole la espalda, el peso de sus acciones presionando sus hombros como si fuera insoportable, su ansiedad carcomiendo sus entrañas.

Asustado ante su inminente muerte, su último hilo de pensamientos coherentes fue; "Hola, Dios, soy yo de nuevo..."

Iba a ser un almuerzo interesante. 



N/A: 

BUENASSSS BUENASSS

Les traigo 5233 palabras y contando, hasta ahora el capitulo más largo de esta historia. 

¿Qué les pareció? ¡Por fin tenemos la tan esperada (para mí) conversación entre Daemon y Lucerys! Edite la conversación, y el capitulo en si muchas veces, nunca lograba conseguir que me gustara del todo,  y aún asi, hay partes que aun no terminan de convencerme. 

Espero que igualmente lo hayan disfrutado!! 

Ahora, sus teorias, ¿que creen que pase en el almuerzo? ¿creen que los Hightower de verdad sean tan malos como Daemon lo dice? ¡Lo averiguaremos pronto! 

Los quiero 

-Iby <3

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