La nueva
Son las nueve de la mañana y nos han citado al único lugar en el que verdaderamente nos relajamos, aquí dejo de estar tan estresada por culpa de explicar tantas cosas o de mandar tareas, sé lo mucho que la odian y me hace sentir bastante mal el hecho de tener que mandárselas sobre todo cuando están tan cerca de los exámenes, las pobres se matan estudiando para tener una excelente calificación y que sus padres las feliciten, he llegado a escuchar como se sientan mal cuando eso no sucede, hay veces en los que ser profesora y tener que se tan estricta pesa lo suficiente como para hacerte sentir mal por un par de semanas.
Suspiro y miro por la ventana, la sala de profesores está en el segundo piso lo que nos da la suficiente visión como para ver a los más pequeños reírse mientras juegan cualquier cosa, es de las cosas más adorables que hay, son tan lindas mientras se toman de las manos o corren, son estos momentos los que me hacen sentir bien en mi profesión, se podría decir que también es porque siempre he querido tener una hija, pero eso es algo que debería estar olvidando, hay cosas ahora mismo que son más importantes, no tengo el tiempo y mucho menos el dinero como para tenerla sola.
Así que no, mi cabeza debe estar en otro lugar que no sea en mi desesperada maternidad.
Bajo un poco la mirada y sostengo con algo de fuerza mi taza de café, me la regaló Mina en mi anterior cumpleaños ya que la anterior tuvo un tráfico final, se cayó por mi propia culpa, recuerdo ver cómo caía al suelo en cámara lenta y como se destrozó en mil pedazos que nunca se pudieron encontrar por tanto tampoco construir, claro está.
Muevo los dedos un tanto inquieta provocando un peculiar sonido que hace que nueva la pierna como si estuviera al ritmo de una canción cuando en realidad estoy dentro de un salón en el que nadie habla todas están nerviosas, se les nota a leguas, puede que este sea un lugar súper cómodo pero también ha traído varias noticias bastante duras para algunas de nosotras. Hace tiempo eso no sucede; sin embargo, es mejor estar prevenida que lamentarlo.
"Tzuyu". Miro de reojo a Nayeon que parece que está a dos segundos de caer desmayada, Im Nayeon es la profesora de anatomía, casi siempre está alerta pero ahora parece que lo estaba un más, siento que debería estar prevenida por cualquier cosa uno nunca sabe cómo puede reaccionar.
"Mmm". Contesto y ella frunce los labios, es una costumbre que me ha pasado a cada una de nosotras ahora lo hacemos inconscientemente.
"¿Por qué crees que nos llamaron acá?". No tengo ni la menor idea.
Me le quedo viendo intentando pensar en algo ya que no quiere que se vaya a desmayar o algo por el estilo, a la pobre le pasa cada cosa.
"Pensemos que todo será bueno, ¿Bien?". Lo dudo por un momento pero se encogió de hombros. Tal parece que ya le dejo de interesar el tema o es porque si ardiente esposa ya le mandó un mensaje.
"No creo que sea así, siento que ya habrá otra profesora". Ruedo los ojos ante las palabras de una asustada Jihyo, a veces me pregunto el por qué una profesora de matemáticas puede ser tan boba y luego recuerdo que es ella entonces se me pasa.
"No digas tonterías, Park". Digo y gruño, hemos gozado de no tener profesora de educación física, cada que viene una las cosas no acaban muy bien ya sea porque nos cae mal o porque le caemos mal, nunca llegamos a compaginar como se debería y es algo que la verdad me tiene sin cuidado pero para muchas es importante, para mi solo es alguien que va a venir y entre más se ignore mejor.
"Ya es hora de que haya una profesora de educación física". Dahyun, la profesora de química, aparece detrás de una gran taza de té y unas gafas lo suficientemente grandes como para cubrir la mitad de su rostro, elevando ambas cejas le contesto, es lo único que tengo que decirle a personas que anhelan una profesora así.
"No es por mal, Tzu, pero deberías intentar llevarte bien aunque sea con una". Muerdo mi labio inferior y niego con la cabeza, en mi cabeza nadie me caerá bien sobre todo si es alguien como esa clase de profesoras.
"No me caen bien las tontas de educación física". Repito lo que siempre digo hasta el cansancio.
"Es cierto". Nayeon confirma lo que muchas siempre se preguntan. "Ni siquiera se lleva bien con Jeong, mi esposa, que solo fue dos meses profesora aquí". Ella siempre tiene que sacar a relucir a su novia, es que es por eso mismo cada que entra una tiene la misma impresión que Jeongyeon, se convierte en la única mujer que hace malas otras temblar incluso a Jihyo que se supone es hetero.
Todo lo que tenga que ver con mujeres haciendo ejercicio, es que cualquiera, para mí es lo peor del mundo porque hace que a veces otros más no entiendan bien lo que deben hacer. Y eso es enseñar a los niños a las diferentes disciplinas físicas que ayudan en su salud, lamentablemente eso se pierde en las estudiantes e incluso profesoras que parecen que están chorreando saliva cada las ven, no me identifico con ninguna de ellas porque yo si sé respetar a los demás, uno nunca sabe lo incómodas que se van a sentir las profesoras de educación física por más que vengan con un short que deja poco a la imaginación.
"Tampoco es como que me caiga mal Yo-". Antes de que pueda seguir la directora entra con una mirada desafiante pero a la vez adorable, eso significa que viene alguien con ella, me siento mejor en la silla y me cruzo de piernas, este probablemente sea el peor día de mi vida.
"¿Por q-".
"Jihyo espera". Le murmuro cerca del cuello para que se calme, asiente y se mantiene firme en su lugar.
"Hola chicas, espero que estén teniendo un buen día, hoy vengo a presentarles a la...". No por favor no. "nueva profesora de educación física". Puta mierda.
De detrás suyo sale una chica de aspecto limpio, sus ojos son grandes y de color marrón, lleva una coleta que deja ver su rostro sonrojado, su sonrisa es bastante grande y brillante, mantiene los ojos entrecerrados mientras sonríe, no puedo negar que es algo agradable a la vista, parece ser una buena persona, mis ojos bajan y lo que temía aparecía frente a mí, lleva un minúsculo short y una sudadera de color negro con azul marino, de su cuello cuelga el estúpido silbato del mismo color de lo que lleva puesto.
Suspiro y veo como Nayeon está aguantándose las ganas de reírse, no se por que es pero no me gusta para nada cuando ella se ríe significa que va a estar toda una semana con lo mismo hay veces que ella no supera las bromas.
"Mucho gusto mi nombre es Minatozaki Sana". Esa voz la he escuchado en algún sitio, entre cierto los ojos un poco confundida, no puede ser que me haya cruzado con ella en algún momento de mi vida es obvio que lo sabría, es decir, es guapa cómo para olvidarla, es alguien que se destaca entre las demás.
Sacudo la cabeza, tengo que salir antes de que el virus de lae profesoras de educación física me infecte por completo.
"Mi nombre es Im Nayeon". Es la primera que se levanta y hace una reverencia antes de salir de la sala algo apenada.
"Mi nombre es Kim Dahyun". Sana se le queda mirando por mucho tiempo y sonríe, parece que le ha gustado, frunzo los labios y tomo un poco de café.
"El mío es Park Jihyo, un placer". Se cruzan miradas y puedo ver como las orejas de la que sin duda no es hetero volverse tan rojas que parece que van a explotar.
No me di cuenta pero era la última persona que había quedado, hasta la directora se había ido detrás de Jihyo para hablar sobre unas cosas, Sana abre los ojos intentando comunicarme algo que la verdad no entiendo y de seguro tampoco comparto
"Tú eres...". Antes de que se acerque más me levanto.
"Chou Tzuyu profesora de historia". Digo con rapidez, me mira un tanto extrañada como si algo estuviera mal, luego de unos instantes su mirada cambia a una dulce y sonríe.
"Muchísimo gusto". Cuando está por darme un abrazo me muevo a la puerta y la abro, pasando a su lado. "Oh...".
"Ni creas que seré fácil como las otras, no estaré a tus pies, señorita Minatozaki". Entre abre los labios y antes de que pueda hablar, salgo.
No tengo nada que hablar con ella y mucho menos estar compartiendo con alguien que yo sé que me caerá cada vez peor.
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