El frenar de las llantas en el asfalto solo significo algo para mí: "Llegaste a casa" Pensé viendo la enorme vivienda en donde mi madre quería que regresara con ella hace unos meses. Amity paro el auto y sin decir más solo soltó un suspiro, tomo mi temblorosa mano y con una sonrisa me indico que todo estaría bien a partir de ahora.

-Al menos la casa es linda, como si fuera la casa de una abuelita- trate de bromear para ocultar mi miedo

-Lo sé, es realmente hermosa- dijo Amity con esa característica sonrisa suya -¿Vamos?-

-Estoy nerviosa, casi como si quisiera vomitar-

-Tranquila, si algo malo pasa... Solo nos vamos y ya-

-¿Me estás dando la opción de huir?- pregunte un tanto sorprendida por la esperanza de escapar de una vez por todas

-Es lo justo- aclaro separando nuestro tacto lo cual no me agrado para nada, puso el freno de mano y me miro de nuevo con lo que yo llamo: "La enojona de los tratos" –Con la condición de que escucharas a tu madre y no explotaras o correrás-

-Me parece bien... No del todo, pero justo al final-

-Qué bueno-

Bajamos del auto y caminamos, la casa es realmente grande (a comparación a lo que teníamos antes); La entrada consta de un gran patio delantero (sin ver aun el trasero) en donde un gran árbol se extiendo con la futura intensión de cubrir el techo de la casa. Al verlo detenidamente, me doy cuenta que esto parece la casa de ensueño que siempre quise para construir una casa del árbol.

Dejando de tras mi paranoia, Amity tocó el timbre de la casa en donde inmediatamente un grito diciendo: "¡Esta aquí!" Nos recibió. Mis nervios aumentaban al escuchar los pasos del otro lado de la puerta, mis opciones se remontan a solo soltar el agarre de Amity y huir, pero eso significaría el regaño masivo de ella.

La puerta de abrió estrepitosamente y detrás de ella se encontraba lo que mejor recuerdo a "figura paternal".

-¡Eda!- grite soltando a Amity para darle un fuerte abrazo a esta

-Vaya- dijo riendo –La última vez que te vi no eras tan alta-

-Solo llegaba a la parte media de tu pecho- respondí sonriendo

-Cierto- paro para mirarme detenidamente –Que gran cambio- dijo tomando mis hombros –La altura, las ojeras, el cabello desalvorotado y la cara de crisis existencial. Me recuerdas a tu madre-

Con solo escuchar eso mis ánimos se esfumaron, pues recordé que Eda me "busco" no para decir un "Hola", sino para que yo hablar con mamá. Trague fuertemente a saliva que se acumuló en mi boca y con un suspiro cortado pregunte:

-¿Dónde está ella?-

-En su oficina, ya sabes cómo es ella. Trabajo, trabajo... Y más trabajo-

-Lo sé- dije entrando a la casa -¡Cierto! Eda ella es Amity, Amity, Eda... Ella es mi novia-

-Un placer- se presentó una nerviosa Amity pues en todo el camino (que no es más de una hora en auto y posiblemente dos en autobús) No dejaba de hablar del como Eda era lo más parecido a un "padre" que tuve desde que él nos dejó atrás

-Buen gusto- dijo riendo

Blanquee los ojos y con un leve bufido lleno de gracia fuí a buscar la oficina de mi madre. Por lo general ella tenía un pequeño escritorio en nuestra vieja casa por lo que era más que sencillo el encontrar eso en la casa, sin embargo. Las cosas por más cambiadas que estén, no dejan de ser fácilmente reconocidas pues las pilas y pilas de papeles y una que otra bata en una silla abandonada me dejaba saber que me acercaba a su actual lugar de trabajo.

La puerta esta entrecerrada y su voz se escucha del otro lado, posiblemente este atendiendo a la distancia a un paciente o alguien le esté pidiendo ayuda en algo, sea cual fuese eso ella colgó. Entre rápidamente para olvidar el miedo que me recorría y la vi  apunto de sentarse en su silla.

La forma en la que me miro y por el cómo está el escritorio lleno de basurilla de comida y papeles arrugados me deja saber que no esperaba mi visita, o por lo menos no el día de hoy.

-Luz- llamo olvidando que iba a sentarse –Mija...-

-Eda me pidió que viniera- dije un tanto seca pues al parecer el miedo se combina con más de un sentimiento y mi cerebro pensó que era buena idea el ser fría aunque en realidad quiero abrazarla al recordar todo lo que ha pasado en estos meses desde nuestra última pelea -¿Pasa algo?-

Carraspeo, se colocó sus lentes y busco algo en su cajón. Al tenerlo lo sujeto y me entrego una enorme bolsa de estrellas luminiscentes que al parecer eran de más de un color.

-Luz- dijo mirando la bolsa –Sé que me odias, no me quejo de eso. De hecho seria la reacción más normal-

"No es cierto" decía mi mente

-Quiero arreglar las cosas... Mientras aun pueda, y sé que sonara egoísta en la forma en la que lo digo pero... Hago esto por mí, porque tengo miedo de que en un futuro este sola- paro riendo- Debe de darte risa: "Tú ya estás sola"- dijo tratando de imitar mi voz

-Ma...-

-Luz- llamo quitándose sus lentes pues es una manía de ella el ponérselos y quitárselos en plena platica –No quiero que me perdones, no creo que puedas para empezar... Pero, en el momento en cuanto publiquen tu novela ya sea un éxito o no ¿Me dejarías darte las felicitaciones de frente, y abrazarte como debí hacerlo?-

Sin habla, no que decir, no sé qué hacer. En cualquiera de mis novelas la protagonista saltaría a los brazos de su arrepentida madre, la perdonaría y serian de nuevo una familia feliz. Pero... Yo no puedo.

-Solo piénsalo, no es que quiera una respuesta-

-Mamá- dije llamando su atención –Me hiciste muchas cosas... Malas, incluso ayudaste a mis problemas a agraviar mis problemas en más de una ocasión, me lastimaste, me humillaste y me diste a entender que simplemente no valía la pena- grite molesta sin verla a los ojos para de esa forma evitar en llanto

-Luz...-

-Y ahora vienes a querer arreglar lo nuestro, justo cuando comienzo a ser feliz... Pero- dije tomando con fuerza las estrellas luminiscentes que se en que parte de mi habitación las colocare a penas las vi –Pero Amity me enseño que debo dejar el pasado, que es una carga inútil. Y la verdad no puedo creer que diga esto pero...-

"Vete al diablo" dije mientras abrazaba a mi madre, las lágrimas de las dos comenzó, el llanto profundo de mi mamá y el sollozo débil de mi voz. Nos abrazamos como si jamás nos hubiéramos peleado, como si jamás nos hubiéramos herido.

El vago recuerdo de ella curándome de la caída de una bicicleta; La vez que casi me ahogo comiendo a las prisas con Eda o las veces que me quedaba leyendo hasta tarde la "buena bruja Azura". Todos esos recuerdos se dispararon en mi mente olvidando por completo o por lo menos eso creo, a la madre e hija odiadas la una por la otra.

-Jamás vas a estar sola- dije repitiendo las palabras de Amity en uno de mis ataques de terror nocturno –Mientras yo esté aquí, no dejare que eso pase-

El llanto de mi madre se sobre puso del mío, sus manos se sujetaron más a mí mientras que el peso de su sentir gano y tuve que sentarme con ella en el piso en donde esta siguió llorando aferrada a mí.

-Jamás- pensé mirando como la vista de la madre cruel ahora era una cosa más de mi turbio pasado 

Bueno, estamos a nada de terminar esta historia (como a unas... 7-8 canciones?) Espero nos sigamos leyendo <3