El ruido, el tedioso sonido de miles de pisadas en la casa resuenan como en los viejos tiempos. Gritos de mis tías, el llanto de mis sobrinos y el: "¡Estate quieta!" de mi vecina. Me gire porque no sentí a Luz a mi lado, desconcertada tome mi teléfono hasta que el grito de ella me dijo en donde se encontraba.

Tome un cambio de ropa y baje, el bajar las escaleras era como si lo hiciera hace más de 4 años, como si jamás me hubiera ido de casa con la esperanza de una buena vida... Y en parte que la tengo.

-Son demasiado para ti, idiota- se quejó Catherine viendo a Luz siendo perseguida por los niños de la casa

-¿Una ayuda?-

-No-

Tome el hombro de Luz y le di un beso en la mejilla, una cosa que tenemos las dos cada que alguna se queda a dormir. Es nuestro "buenos días" sin necesidad de decirlo.

-¡Tía!- escucho diferentes voces llamarme, desde la más chillante a la más grave y profunda

Al menos 7 personas me rodearon, sobrinos que no veía desde mi partida y, sin querer verme débil frente a ellos. Comencé a llorar por sus abrazos y algunos besos de los más chicos, había olvidado lo grande que es nuestra familia hasta que vi a todos, la enorme mesa del comedor ocupado, los sillones adornados con familia y la música y la televisión a todo lo que dan mientras que algunos perros se persiguen.

-Dejen a su tía- dijo mi mamá con una olla en las manos para que Luz se la quitara al instante insistiendo en ella ayudar a servir el desayuno –Se despertó temprano- dijo señalado a una sonriente Luz que platicaba enérgicamente con mi papá y el viejo tío Augusto

-Sí, ella... Dice que le gusta el ambiente familiar-

-¡BOSCHA!- grito alguien que, si bien es mi mejor amiga en toda la faz de la tierra, a veces es un tanto... Especial, pero de igual manera amada por mi

-¡Skara!- grite saltando a sus brazos

La risa de ella se me contagio y miles, pero miles de recuerdo con ella metiéndonos en problemas llegaron. Como una fuerte corriente de uno en uno me recordaron los malos y buenos momentos hasta ese día en el que decidí ir a la ciudad y dejarla detrás, mientras nuestra promesa de ser las mejores Roomies desaparecían con los años.

-¿Y ese milagro?- pregunto sonriendo como antes

-Luz y yo vinimos a pasar el fin de semana con mi familia-

-¿Luz?-

Luz apareció entre el gentío con uno de mis sobrinos aferrado a una de sus piernas. Presente a Luz con Skara y, como es Skara de la que hablo, esta solo tomo a Luz de los hombros, se acercó a ella y dijo:

-Corre, yo te salvare de Boscha-

Luz solo soltó una risa nerviosa, mientras que mi sobrino gritaba: "¡Sálvate Luz!"

La risa de mi mamá no se hizo esperar ,uno que otro celular estaban grabando la escena de mi sobrino de no más de 5 años queriendo salvar a su nueva amiga de su tía. Luz lo llevo a la mesa y saludo a Skara.

-Un placer-

-Eso debería de decir yo, fíjate que ir tras esa loca- dijo señalándome –Debes de ser muy estúpida o muy valiente –

-En realidad, ella fue la que me busco-

-Se nota- dijo Skara con una sonrisa –Vamos, Luz. Te enseñare a sobrevivir a esta loca-

El desayuno es... No sé cómo decirlo, toda la familia reunida. Los platos, las cucharas, los vasos. Iban y venían de uno en uno. Las charlas, los chistes y los señalamientos. En todos ellos participaba Luz con una enorme sonrisa. Esa maldita sonrisa. No deja de darla desde que llego y sé que no es por conveniencia, ella realmente está emocionada, cómoda y alegre.

-¿Te gusta?- pregunte llamando su atención -¿Mi familia?-

-No me quejo- respondió tomando mi mano por debajo de la mesa –Es lindo-

-Ya lo creo- dije recargando mi cabeza en su hombro pasando por alto las miradas de mi familia

Todos estábamos en el patio de la casa, sillas pequeñas y grandes adornaban el césped del lugar dejando a si a los padres una buena vista de sus hijos corriendo de aquí por allá para que ellos disfrutaran de una cerveza fría.

Mi papá y tíos peleaban constantemente en el asador, mi mamá lo mismo pero con salsas y platos en las manos, mi hermana no despegaba su vista más allá del teléfono y Luz... Bueno, Luz y Skara estaban siendo atacadas por incontables dardos de Nerf.

-Vamos amor- pidió Luz llevándome al centro de la batalla –Una partida, ¿si?-

-No puedo decir que no a esa cara- me queje tomando la pistola de plástico que me dio Luz

-El contexto es el siguiente soldado- dijo Skara –Estamos en plena guerra civil, los guerrilleros se acercan a la capital de la nación acorralando a cientos de miles de familias inocentes a las órdenes del gobierno... Deberás elegir entre luchar por la libertad de un país tirano o el seguir ordenes de tu patria pasando de esa manera a la parte oscura de la historia, ¡Como la guerrillera de los...-

-Somos dos equipos, azul y verde- dijo Luz callando a Skara –Cielos Skara, yo soy la escritora y acabas de inventar una novela militar con problemas sociales y morales... ¿Me la prestas?-

Le dispare a Luz y con ello me convertí en la heroína del grupo guerrillero.

Llego la tarde y después de ella la noche. Boscha está acostada, respirando lentamente y es entendible que duerma luego del día que tuvimos, la familia de ella es... Intensa. Bese su frente y a falta de respuesta fue que tome mi celular.

Si bien la familia de Boscha es genial y cariñosa, hay algo que me sigue poniendo mal y lo sigue haciendo mientras marco los diez dígitos.

<-¿¡Luz!?- respondió mamá al otro lado de la llamada>

No dije nada, deje que pasaran los segundos que se sintieron minutos y los minutos horas, ninguna dijo algo realmente. Dos suspiros salieron, uno de mi madre y otro mío y con eso empecé la plática.

<-Estoy... En la casa de Boscha, un fin de semana con su familia-

-No sabía que tuvieras pareja, bueno. No es como si quisieras contarme o que yo hiciera aun buen trabajo-

-Sí, yo... Escucha. Mamá...-

-Te extraño- dijo sin más –Lo siento Luz, he cometido error tras error y tú eres la que pagaba todo siempre. Soy una mala madre y esa es la verdad->>

Más silencio, más suspiros. Tanto que decir y tan pocas palabras que poder usar, mire a Boscha, su rostro era iluminado por la luz de la luna y una pequeña sonrisa se posaba cariñosamente en sus labios.

<<-Y yo... Te extraño, mucho- dije conteniendo las ganas de llorar –Siento no ser como siempre quisiste-

-No. No. Luz- se quejó ella –Yo debería decir eso, yo quería hacerte fuerte e independiente que te deje de lado, te aparte con esa tonta excusa... ¿Sabes? compre un paquete de estrellas luminiscentes-

-... Si quieres, puedo ir a recogerlas el lunes, con Boscha. Para que se conozcan-

-Me encantaría, las esperare con ansias-

-Te veo pronto má- dije despegando mi oreja y colgando antes de que ella me escuchara llorar>

Pequeñas lágrimas, tan escondidas que es raro el sentir que estoy cubiertas de ellas. La familia de Boscha, tan alejada por la distancia pero tan unida y cercana que incluso duele y yo, con una pelea interna con mi mamá desde siempre porque tanto ella como yo odiamos admitir nuestros errores.

"La familia... Es un regalo hermoso, no siempre vemos eso. Por eso debemos recordarlo aunque no queramos. Las peleas son absurdas si se trata de perder a un familiar"

Las palabras de la mamá de Boscha, su mirada comprensiva y su semblante serio pero maternal me obligo a esto, a admitir que extraño a mi mamá. A admitir que las dos tenemos errores pero que es mejor el resolverlos antes que perdernos para siempre.

Regrese al lado de Boscha, la abrace esperanzada de dormirme al tocarla y. Afortunadamente funciono, porque lo último que recuerdo es el haber escuchado a mi mamá sollozar tras la llamada pero ser feliz del saber que era de felicidad... Espero, porque estoy sonriendo como una niña al pensar el arreglar las cosas con ella.